A Comisión Mixta proyecto que confiere rango universitario a carreras relacionadas con la salud

Una Comisión Mixta será la encargada de resolver las discrepancias suscitadas entre el Senado y la Cámara de Diputados en orden al proyecto que confiere el carácter de título profesional universitario a las carreras de Kinesiología, Fonoaudiología, Enfermería, Obstetricia y Puericultura, Nutrición y Dietética, Tecnología Médica y Terapia Ocupacional.

Ello, luego que la Sala del Senado ratificara por amplia mayoría el informe negativo que emitió la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología tras las enmiendas introducidas por la Cámara de Diputados y que concedieron tal calidad universitaria solo a dos de las siete carreras relacionadas con la salud. (Boletín N° 3849-04). Cabe recordar que la iniciativa tuvo su origen en una moción del senador Alberto Espina y de la ex senadora Evelyn Matthei.

Durante el debate intervinieron los senadores Fulvio Rossi, Alberto Espina, Rabindranath Quinteros, Eugenio Tuma, Alejandro Guillier, Jaime Quintana, Antonio Horvath, Lily Pérez San Martín, Iván Moreira, Ignacio Walker, Andrés Allamand, Carlos Bianchi, Francisco Chahuán, Juan Pablo Letelier, Manuel José Ossandón, Jaime Orpis, Carolina Goic, Ricardo Lagos Weber, José García Ruminot, Guido Girardi y Víctor Pérez Varela.

Las Comisiones Mixtas (integradas por senadores y diputados) se crean al no producirse acuerdos entre las Cámaras. En este caso, la discrepancia surgió porque durante su segundo trámite, en la Cámara Baja se confirió el carácter universitario solo a dos de las siete carreras universitarias propuestas en el texto original (Enfermería y Obstetricia).

Eso significa que las cinco restantes no tendrían tal condición y, por eso la Comisión de Educación del Senado, en el tercer trámite, recomendó a la Sala rechazar el texto legal, criterio que fue aceptado.

Ahora la instancia mixta debe constituirse y deberá pronunciarse y concordar una fórmula que resuelva las discrepancias. Una vez redactado, este informe deberá ser sometido al pronunciamiento de ambas Salas donde requiere de la mayoría de sus miembros presentes para ser aprobado.

El senador Rossi, en su calidad de presidente de la Comisión de Educación dio detallada cuenta de la iniciativa y las razones que llevaron a la instancia a recomendar el rechazo del proyecto, tal como llegó de la Cámara Baja.  Se mostró además partidario de que las siete carreras tengan exclusividad universitaria por varias razones: una de ellas es que “creo que se requiere de las sinergias propias que se dan en el ámbito universitario y la licenciatura da cuenta de un proceso de formación distinto que permite a los profesionales seguir estudiando postgrados y doctorados”.

En la misma línea el senador Espina, uno de los autores de la iniciativa manifestó que “tengo el profundo convencimiento que las carreras vinculadas a la salud tienen que ver con altos estándares de formación y preparación”. Además precisó que la salud requiere de “equipos” multidisciplinarios de trabajo y por eso llamó a “no tener dudas” al momento de dar jerarquía universitaria a las carreras vinculadas al área.

El senador Quinteros  manifestó que “estoy consciente del rol que cumplen los especialistas de la salud y las necesidades de trabajar en equipo para enfrentar problemas de salud que son cada vez más complejos y necesitan ser abordados de manera interdisciplinaria”. Junto con ello mencionó la necesidad de “contemplar también los legítimos intereses de los egresados  y estudiantes de institutos profesionales que se han ganado su prestigio”.

A su turno, el senador Tuma se mostró partidario de corregir el texto legal en una Comisión Mixta de modo de mantener la unidad de la exclusividad universitaria de las carreras de la salud. Indicó que “si la mirada es preocuparnos por los intereses de los paciente debemos asegurar la calidad” y reflexionó sobre la situación que se produce cuando hay universidades y carreras con acreditación y otras que no la tienen.

El senador Guillier valoró la necesidad de reponer el sentido original del proyecto en una Comisión Mixta que deberá concordar y proponer un texto definitivo. Puntualizó que solo el grado de licenciatura permite al profesional continuar su formación y permite desarrollar la investigación y los avances en distintas disciplinas.

A su turno, el senador Quintana indicó que este es "un tema de justicia"; no obstante, hizo presente que es preciso hacerse cargo de las consecuencias de lo que esto significará. Para el legislador lo central es que posibilitará la continuidad de estudios pero "hubiera esperado tener un marco para saber cuáles universidades son buenas y cuáles malas", indicó.

"La salud requiere cada día una visión más integral", enfatizó el senador Horvath, para quien el rango universitario propiciará de mejor manera armar equipos médicos. Asimismo, aseguró que "no solamente tenemos que mejorar la salud pública, la calidad, sino que también la accesibilidad" y destacó la labor emprendida por el gremio de profesionales de la salud.

En la misma línea, la senadora Pérez San Martín señaló su "plena convicción que estas carreras deben ser universitarias, no solo por los métodos de estudios y complicidad respecto a los equipos que se van armando, sino también por lo que otorgan a la población estos profesionales. No cualquier persona, que estudie en cualquier recinto puede impartir salud".

Para el senador Moreira "debemos entender que el Estado tiene un mandato constitucional de resguardar y proteger la salud de la comunidad, debemos resguardar que las personas sean debidamente asistidas", ante esto la importancia de elevar la exigencia a universitaria y tener una mirada de la salud "como un todo y por ello deben gozar de un mismo estatus de calidad académica", precisó, pero sin ser un "menoscabo" para los Institutos Profesionales.

En tanto, el senador Ignacio Walker recordó la tramitación del proyecto y la importancia de que sea analizado por una Comisión Mixta y dejó constancia de algunas de las interrogantes que deberán ser abordadas en dicha instancia, entre otras: "¿asegura calidad el que sean impartidas exclusivamente en una universidad?, ¿qué es mejor: una de estas carreras impartida por una universidad no acreditada o por un instituto profesional acreditado?".

El senador Allamand dijo ser partidario de la exclusividad universitaria de las citadas carreras, sin embargo a su juicio hay ciertos vacíos que llenar. Explicó el llamado factor académico interdisciplinario, citando la cantidad de planteles que imparten estas profesiones y cuántos de ellos no están acreditados. “Otro tema que me genera dudas es la libertad que tienen las universidades para entregar el grado de licenciado, puesto que hoy no hay una norma que defina la cantidad de semestres mínimos que se deben cursan para obtener la licenciatura”.

Luego, el senador Bianchi apuntó a los efectos que tendrá en el futuro la diferencia entre estos profesionales. “La salud no puede ser un negocio. Acá muchas personas están dando la lucha para mejorar la calidad de estas carreras, pero no hay que olvidar que aquellos que estudiaron en una universidad o los que lo hicieron en un instituto profesional, reciben rentas distintas y ello influye en sus pensiones”, recordó.

El senador Chahuán mencionó –como miembro de la Comisión de Salud- su preocupación por velar por la formación de equipos multidisciplinarios. Valoró así los cambios tecnológicos que han permitido la especialización de la salud, pero criticó cualquier espacio de discriminación. “Necesitamos no sólo de médicos especialistas sino también de profesionales de estas carreras que contribuyan con esta atención” planteó recordando que presentó un proyecto de acuerdo donde se le solicitaba al Ejecutivo agilizar la tramitación de esta norma.

Por su parte, el senador Letelier cuestionó el sentido universitario de muchas carreras, argumentando que “lo universitario pasaba por una formación amplia”. A su parecer, esta ley no resuelve el problema de fondo puesto que “entiendo la reivindicación de los afectados, pero no creo que se resuelva la calidad de la formación de la educación superior, por el solo hecho de ponerle el título de universitario”. Asimismo, hizo ver sus dudas respecto a que sea el Congreso el organismo que defina este tipo de materias.

Luego, el senador Ossandón recordó que él es técnico agrícola, asegurando que “es compleja la realidad de los profesionales no universitarios, especialmente en cuanto a la posibilidad de postular a la Alta Dirección Pública”. En cuanto a las carreras de la salud, destacó la calidad de los diversos especialistas, recomendando que cuando se debata en el Senado la reforma educacional, “espero que podamos darnos el tiempo para mirar estos temas”.

El senador Orpis mostró su disconformidad con el tratamiento del proyecto, sobre todo en la Cámara de Diputados e indicó su intención de abstenerse en la votación ya que, “el informe  es confuso, no entrega mayor información sobre el tratamiento  que debieran tener estas carreras o si tendrán un cambio de estatus desde Instituto Profesional a Universidades “.

Por su parte, para la senadora Goic,  es necesario que estas carreras tengan exclusividad de títulos, ya que este, “es un debate pendiente donde se requiere respaldar el trabajo que han hecho varios sectores, como los gremios de la salud “. Agregó que existen varios alcances sobre el contenido del proyecto, “que deberán ser vistos en la comisión mixta, como la necesidad de la acreditación de las universidades  para dictar esta carrera”.

A su vez, el senador Lagos Weber se sumó al apoyo de este proyecto  aunque reconoció que la iniciativa, “no resuelve el problema de fondo de las carreras de salud impartidas por entidades de educación superior y que no están acreditadas”. Agregó que ante el crecimiento del país, esta es una área que va a demandar de profesionales, por lo que es necesario regularizar esta situación”, dijo.

El  senador García Ruminot entregó su apoyo a la iniciativa y dejó constancia de que el proyecto debe ser enviado a la comisión mixta para su revisión. Indicó que, “estas carreras por su importancia deben disponer de licenciatura universitaria ya que necesitan tener la mayor profesionalización posible”. Agregó que además, “se debiera resolver la situación de los jóvenes que han estudiado en estos centro de estudio y que hoy no tienen definido su futuro”.

En tanto el senador Girardi estimó que aunque en Chile se destina una cifra muy baja en los sistemas de salud, este servicio tiene indicadores más altos que países como estados Unidos o Inglaterra y esto es por el capital humano que posee el país, “que es de lo mejor y es de los más preparados, por lo que es necesario que la formación de la salud debe ser bajo criterio de la acreditación”.

Mientras el senador Pérez Varela coincidió con sus pares para evitar que los Institutos Profesionales continúen formando estos profesionales y sean solo las universidades acreditadas. El parlamentario destacó que, “el proyecto aunque no resuelve los temas de calidad, es un gran paso en profesionalizar estas carreras”.