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A segundo trámite proyecto que instituye el 29 de abril como Día de los Sewellinos y Sewellinas

El Senado otorgó su respaldo a la iniciativa de artículo único, tanto en general como en particular.

3 de octubre de 2013

Imagen foto_00000015Por unanimidad, la Sala del Senado despachó, tanto en general como en particular, el proyecto de artículo único, que declara como ‘Día de Los Sewellinos y Sewellinas’ el 29 de abril de cada año. (Boletín N° 8807-04).

 

De este modo la iniciativa que tuvo su origen en una moción de los senadores Juan Pablo Letelier, Carlos Cantero, Alejandro García Huidobro, Jaime Quintana e Ignacio Walker quedó en condiciones de cumplir su segundo trámite en la Cámara de Diputados.

 

HISTORIA DE SEWELL

 

El 29 de abril de 1905, un decreto del Ministerio de Hacienda autorizó la instalación en Chile de la empresa norteamericana Braden Copper Company, para explotar el yacimiento El Teniente, que permanecía abandonado desde fines del siglo XIX.

 

En ese escenario, Braden Copper emprendió la planificación de un conjunto de obras, que progresivamente mostraban una serie de avances; en ese sentido, en cuanto a los medios de transporte, al inicio se construyó un camino de carretas para posteriormente instalar una línea de trenes.

 

A mayor abundamiento, nuevas construcciones fueron elaboradas, tales como: la habilitación una oficina comercial en Graneros y bodegas en La Compañía, la reanudación de la actividad extractiva de la Mina, edificación de un concentrador, campamentos de habitaciones, un patio industrial en Rancagua; todo esto seguido de la contratación de trabajadores.

 

Asimismo se instalaron algunos campamentos pequeños creados cerca de las primitivas vetas a explotar, entre 1905 y 1906, en la ladera de la montaña próxima a la Mina, fue construido un "establecimiento beneficiador de minerales", integrado por una planta de concentración o molino, con capacidad para tratar 250 toneladas diarias de mineral que eran acarreadas por un "tranvía aéreo" desde el yacimiento y un "dínamo" que suministraba la energía eléctrica.

 

Sólo en marzo de 1915 este poblado industrial recibió el nombre de "Sewell", en recuerdo de Barton Sewell, alto ejecutivo de Braden Copper quien falleció ese mismo año en Nueva York, pero que paradójicamente nunca conoció Chile, aunque siempre apoyó la idea de William Braden de invertir en El Teniente.

 

Con los años, el campamento y sus instalaciones progresaron conforme aumentó la producción de cobre, pasando a constituir una ciudad. Más que una expansión territorial, la estructura urbana de Sewell se caracterizó por una densificación y crecimiento en altura, con edificios que no estuvieron exentos de accidentes y destrucciones por las condiciones climáticas y topográficas del lugar.

 

 

SITUACIÓN ACTUAL

 

Según los autores de la moción en la actualidad, Sewell es un área de trabajo donde aún siguen en operaciones el Concentrador del mismo nombre y unas pocas instalaciones industriales y al cual se accede en vehículo por un tramo de la Carretera Presidente Eduardo Frei Montalva.

 

En el año 2006, Sewell fue declarado Sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO, considerando que, "en su medio hostil es un ejemplo excepcional del fenómeno global de las company towns establecido en lugares remotos del mundo, a través de una fusión de trabajadores locales con recursos de naciones ya industrializadas".

 

En el campamento permanecen en pie unos 50 edificios originales, que están siendo restaurados para acoger la visita del público. En tanto, en diciembre de 2002 se inauguró la primera etapa del Museo de la Gran Minería del Cobre.

 

El campamento, es considerado uno de los lugares más originales del mundo. Fundarlo significó audacia y esfuerzo debido a la inexperiencia de los norteamericanos con la abrupta cordillera y de los chilenos, originalmente campesinos, con la minería. Habitar en tan adversas condiciones fue un colosal desafío.

 

Cabe señalar que hacia 1940, Sewell era una verdadera ciudad habitada por 15.000 personas que debieron sobrellevar el aislamiento y el fuerte clima invernal. En este lugar se forjó también una particular cultura, combinación de costumbres chilenas y norteamericanas. En 1968 se inició el cierre del campamento y el descenso de sus habitantes a la ciudad de Rancagua.

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