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Cualidades de esfuerzo, fe y tenacidad de sacerdote Baldo Santi fueron destacadas en homenaje

La Sala del Senado recordó la figura y trayectoria del sacerdote de origen italiano, fundador de la Clínica Familia y recientemente fallecido.

15 de enero de 2013

Su profundo compromiso por los más desposeídos y su  cariño entrañable por nuestro país fueron recordados en el marco del emotivo homenaje que rindió el Senado, al sacerdote de origen italiano Baldo Santi, quien falleciera el pasado 4 de enero a los 92 años.

 

En la ocasión hicieron uso de la palabra los senadores Soledad Alvear, Jaime Orpis, Carlos Cantero, Alejandro García-Huidobro y Baldo Prokurica quienes coincidieron en destacar su legado de solidaridad y su obra Clínica Familia que vela por los cuidados paliativos para enfermos terminales de sida.

 

La senadora Alvear hizo un sentido recorrido por la vida del sacerdote nacido en el pueblo de Barga, en la Toscana Provincia de Lucca, e hizo hincapié en su gran obra de caridad. “Inició su labor implementando la “Acción Católica” en la parroquia, donde llegaron a participar más de 400 jóvenes”. “Pero para el Padre Baldo no era suficiente el trabajo con los jóvenes”. Con el apoyo de estudiantes de las Universidades de Chile y Católica, dio forma a otra de sus obras: la Escuela Industrial Simón Bolívar, dedicada a la formación en Mecánica”.

 

 Recordó que “en el año 1956 se funda Cáritas Chile cuyo primer Presidente fue Monseñor Raúl Silva Henríquez, quien invitó al Padre Baldo Santi a colaborarle. Comienza así una fecunda labor de caridad, asistencia y ayuda a los más necesitados, de todos los ámbitos y lugares”. No obstante, “su obra más querida fue la  Clínica Familia, la Fundación para la Dignidad del Hombre, que creó en 1996, entidad pionera en Chile en el cuidado y orientación de los pacientes terminales de Sida y cáncer y su entorno familiar”. “Fueron 66 años de fecunda vocación sacerdotal”.           

 

Asimismo mencionó que compartió con él “una gran amistad, él bautizó a mis hijos y estuvo siempre a nuestro lado. Intenté retribuir a su amistad, visité sus obras. Recuerdo con particular alegría cuando visite el año 1995, como Ministra de Justicia, la Obra del Hogar de Menores de Quinta de Tilcoco, quede admirada por la obra de estos Sacerdotes. O cuando lo visite en la Clínica Familia y pude comprobar con que cariño y compasión trataba a cada uno de los enfermos y como estos le retribuían”. “También le acompañe cuando en 1994, el Presidente de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, le otorgó la nacionalidad chilena por gracia, a lo que él, con su característico humor  luego respondió: “A partir de este día Chile tiene un chileno más, pero no un italiano menos.”, dijo.

 

SUS OBRAS HABLAN

 

Palabras de admiración y reconocimiento también le dedicó el senador Jaime Orpis quien expresó que “son pocas las veces que estamos en presencia de homenajear a hombres excepcionales como el padre Santi”. Si bien no tuvo la oportunidad de conocerlo directamente “tengo la convicción que los seres humanos hablan por sus obras”.

 

Al respecto mencionó que “el padre Santi dejó un tremendo legado en particular a los más desposeídos” y afirmó que “en el mundo cristiano siempre se ha planteado una dicotomía y es que la fe debe ir acompañada de obras. Una fe sin obras es una fe muerta”.

 

Por ello, especialmente destacó la visión del Padre Baldo Santi que fue uno de aquellos hombres que “son capaces de distinguir que la acción por el prójimo tiene que concentrarse en aquellos que son olvidados de la sociedad”.

 

 

RECONOCIMIENTO TRANSVERSAL

 

A su turno, el senador Carlos Cantero, intervino en nombre y a petición de la senadora Lily Pérez, quien por motivos de fuerza mayor no pudo asistir a esta sesión. “Quiero expresar en nombre de la senadora Lily Pérez el tremendo cariño, admiración y amor fraternal por el padre Santi”.

 

Destacó asimismo que “la senadora viene de una vertiente del judaísmo  yo de la vertiente laica y ambos valoramos y reconocemos la labor y trascendencia de un hombre bueno que llegó a Chile el año 1946”, por lo que su figura y obras concitan un transversal reconocimiento.

Recordó además la ardua tarea que tuvo el padre Santi cuando buscaba instalar la Clínica Familia y sentía el rechazo de las distintas comunidades. Ahí fue cuando la senadora Lily Pérez, en su calidad de concejal en ese entonces de La Florida tomó contacto con él y le ayudó a instalarse en esa comuna”. Además se hizo voluntaria y lo visitaba regularmente.

 

El senador Cantero aseveró que una de las frases que más le conmovió del fallecido Padre Baldo Santi era que “los enfermos de sida eran los nuevos pobres, porque pierden autoestima y son víctimas de marginación”. Por ello, se puso como desafío luchar para que todo enfermo de VIH pudiera morir dignamente. En esa línea hizo presente el desafío de todos los senadores para legislar sobre cuidados paliativos para enfermos terminales”.

 

LEGADO EXTRAORDINARIO

 

El senador Alejandro García- Huidobro hizo alusión a una de las últimas entrevistas del Padre Baldo Santi,  donde se consignaba que a sus 90 años seguía trabajando incansablemente. En ese momento dice que “le pide a Dios que necesita 4 años más” para “terminar todo esto La Clínica y un centro de formación para voluntarios”. Por ello, hizo énfasis en la necesidad de continuar con su obra y solicitó el respaldo del Estado.

 

Al respecto, el parlamentario resaltó la falta que hace este centro “cuando nuestra sociedad necesita ver el ejemplo de la Orden Madre de Dios. Pocos sacerdotes pero extraordinarios que han sido capaces de un esfuerzo y tenacidad”.

 

Recordó que lo acompañó a la Clínica y “cuando uno ve a un  santo convenciendo, sufriendo y actuando respecto a nuestra sociedad rechazada eso son momentos que este Senado no puede dejar de memorar e imitar”.

 

Valoró la decisión que adoptó el entonces Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle y este Congreso al entregarle la nacionalidad a un hombre que hizo mucho por Chile porque su legado es extraordinario”. Rindió además -a través del Padre Santi- a todos los padres de la Orden Madre de Dios que han marcado su rumbo con el apoyo a los más desvalidos y rechazados de la sociedad.

 

UN HOMBRE ADMIRABLE

Finalmente, el senador Baldo Prokurica, junto con saludar a los funcionarios y voluntarios de la Clínica Familia que asistieron a este homenaje agradeció al doctor Baldo Rinaldi Santi y su familia tomar detalles desconocidos del Padre Santi, como por ejemplo, que fue uno de los primeros en aceptar la invitación que hizo a su congregación en Italia, monseñor José María Caro para cooperar en su labor pastoral. “Se embarcó a Chile en un extenuante viaje con un grupo de sacerdotes, en tercera clase y era tanto el frío que hubo que arrancar unas maderas de una vieja puerta para hacer fuego”, dijo.

 

Su nueva tierra lo recibió en la Quinta de Tilcoco y luego en la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe donde comenzó su extensa vida pastoral. El parlamentario dio a conocer que “cuando se le encomendó la tarea de hacerse cargo de los enfermos de sida viajó a Roma para conocer una casa de acogida y, de regreso al país, se decidió a hacer algo incluso mejor”.

 

Su intensa dedicación y perseverancia en sus obras lo distinguió como un hombre “de gran gestión” y recibió en 1995 el premio a lo admirable. Un año antes había recibido la nacionalidad por gracia.

 

El senador Prokurica se mostró convencido de que “el Padre Santi tenía una misión encargada por Dios en esta tierra y de eso no solo habla su obra sino que en tres pasajes de su vida estuvo a punto de morir. La primera en 1943, en plena II Guerra Mundial, cuando durante la invasión alemana, se salvó de una horrible matanza. La segunda, en la década de los 60 cuando en su calidad de vicepresidente de Caritas viajó a Europa y de regreso, en España, tenía una importante reunión con otro sacerdote, quien no lo pudo recibir y, le pidió que postergara su pasaje en 4 días –algo que nunca hacía-. Esa petición le salvó la vida porque su avión original se estrelló en islas Guadalupe, sin sobrevivientes y, por último la tercera vez, cuando estuvo aquejado de tuberculosis”.

 

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