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  Se perdió una oportunidad

  Por Carlos Bianchi, senador por al Región de Magallanes

19 de octubre de 2012

ImagenComo Comisión de Pesca, hemos venido intentando recoger el máximo de opiniones a lo largo de todo nuestro país sobre el proyecto de ley de pesca larga; hemos intentado buscar acuerdos, consensos; escuchar a los distintos actores que han venido hasta este Senado o nosotros hemos podido tener la posibilidad de llegar a alguna Regiones de nuestro país.


Esto, a diferencia de la Mesa Pesquera, donde tengo la impresión que, lo que pretendió desde un comienzo, fue actuar a espaldas de este Congreso.


Sin embargo, se pudo haber hecho algo distinto: entre todos, buscar acuerdos y consensos que nos hubiesen permitido llegar a una votación donde se haya podido aplicar un protocolo de acuerdo de esta ley general de pesca y de acuicultura, pero hasta este instante, no ha sido posible.


Estamos dejando pasar una tremenda oportunidad para lograr que las trabajadoras, los trabajadores tanto industriales como artesanales puedan revertir una situación laboral que hoy tienen. Me refiero a quienes tienen que navegar por largos meses lejos de la familia en condiciones particularmente extremas y, en muchos casos, incluso precarias.


Cuando se divide a los pescadores artesanales, trabajadores, mujeres y hombres dedicados en esa actividad, y se los clasifica con quienes desarrollan una actividad en lo industrial, lo que estamos haciendo es nivelar para abajo.


Mi preocupación personal y como miembro de las Comisiones de Pesca y Trabajo, va a estar centrada en todas las indicaciones que podamos hacer para mejorar, perfeccionar y ayudar a la calidad de empleo que hoy día tienen tanto quienes están ligados al mundo de lo industrial como a la pesca artesanal.


No comparto la visión de quienes estiman que si no hay ley de pesca larga entramos a la carrera olímpica otra vez. Eso no es verdad. Esa situación no es aplicable.


Y, por lo tanto, nosotros debimos haber tenido el tiempo, la prudencia, para haber podido desarrollar una buena ley, que beneficie tanto a quienes están, en la actividad industrial como en la pesca artesanal.


Represento a la Región de Magallanes y Antártica Chilena, donde sin lugar a dudas tenemos el privilegio de tener una importante actividad pesquera. He tenido permanentes encuentros con nuestros pescadores artesanales y la gente está esperanzada en poder obtener, en el caso de la merluza de tres aletas y de cola, una participación; en el caso de la cuota del bacalao -que hoy día está totalmente licitado-; en el tema de las pesquerías incipientes; la sardina, etcétera, exactamente lo mismo.


Se está pidiendo algo legítimo. Un INDAP pesquero, que es lo que todos hemos concordado, y donde el Gobierno sí ha manifestado el interés de poder avanzar en esa materia. No ocurre lo mismo en el caso de las propuestas que se hicieron para incentivar el consumo de peces en nuestra población, revisar las cuotas de pesca y para evitar prácticas como la pesca de arrastre. Esto es difícil de entender cuando se trata de un proyecto que apunta a la sustentabilidad del sector pesquero chileno, lo que significa protección y recuperación de la biomasa y sus ecosistemas.


Lamento profundamente que algunos integrantes de la Comisión de Pesca no hayan podido viajar y recorrer el país, para empaparse de los problemas, de las realidades que enfrentan nuestros hombres y mujeres ligados a la pesca artesanal.


Creo que nos hemos perdido la oportunidad de avanzar en un proyecto que pudo haber tenido una prórroga y como estoy convencido de que una de las pocas cosas que a estas alturas se premia es la consecuencia, voté en contra de la idea de legislar del proyecto.


Ahora, yo confío, y espero, en que en la Comisión de Pesca, se puedan lograr acuerdos.

 

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