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“La consecuencia es básica: decir lo que se piensa y vivir de acuerdo a ello”

Así resume el senador Mariano Ruiz-Esquide uno de los principios que guiaron su trabajo legislativo. Hoy se retira de la política emocionado y agradecido

26 de febrero de 2014

Imagen foto_00000014Uno de los senadores más emblemáticos es Mariano Ruiz-Esquide Jara. Toda una vida en la política, como el mismo reconoce, han hecho de este médico de la Democracia Cristiana (DC) uno los parlamentarios más queridos por la ciudadanía, la que viene representando desde 1965.

 

Este año se retira voluntariamente de la política. En esta entrevista nos cuenta los sentimientos con los que se va, cuáles fueron sus banderas de lucha y los valores que primaron en su trabajo legislativo.

 

A su juicio, ¿cuál es el legado usted dejaría a los senadores que llegan?

 

“No diría legado, lo que sí puedo señalar es que ser senador es un gran  honor para cualquiera persona. No soy de las personas que creen que el Senado y la política es un desastre, que no servimos para nada, que poco menos se trata de una delincuencia ilustrada. Ser senador fue para mí un honor”.

 

¿Cuáles fueron sus principios como senador?

 

“Durante mis 20 años de trabajo parlamentario apliqué tres conceptos básicos: la consecuencia, prepararse intelectualmente y actuar sabiendo que somos representantes de la ciudadanía.

Imagen foto_00000016Lo primero es la consecuencia, eso significa hablar de acuerdo a lo que se piensa. Decir lo que se piensa y vivir de acuerdo a ello.

Lo segundo es prepararse para este cargo. No se puede ser senador simplemente por haber salido electo, se trata de esforzarse permanente.

Y lo tercero es nunca olvidar que somos representantes del pueblo, pero no dueños del pueblo. No somos tampoco simples voceros. Debemos trabajar con los insumos que nos da la gente –sus necesidades y preocupaciones- y al mismo tiempo, devolver la confianza depositada en nosotros haciendo acciones concretas orientadas al desarrollo de la comunidad y el país”.

 

Uno de los temas que usted defendió fue la calidad de la salud…

 

“Creo que otro de los deberes que debe tener un parlamentario es levantar algún tema y jugársela por él. En mi caso personal yo tomé la salud, pero sin dejar de lado la educación y los derechos humanos, materias que pude desarrollar en las comisiones que integré”.

 

¿Qué proyecto le hubiera gustado que se concretara?

 

“Me hubiera gustado dejar zanjada la reforma a las Isapres. Estuvimos a punto de hacerlo, pero no se pudo. La educación también es algo importante a resolver.

Representé a la Región del Bíobío y respecto a los temas locales nos faltó avanzar más, creo que tuvimos poco apoyo de algunos gobiernos de la concertación. Nos faltó tiempo también. Me habría gustado tener un periodo más para haber completado eso”.

 

¿Con qué sentimiento deja el Senado?

 

“Tengo que reconocer que dejo el Senado con cierta nostalgia. Estuve cuatro periodos como senador. Han sido 24 años en un sitio donde uno hace amistades, donde transcurre gran parte de la vida y aprende a valorar un mundo oculto que es el de los funcionarios. Y si a eso le sumo el tiempo en la Cámara de Diputados, que fueron 9 años, es toda una vida. Y más aún puesto que fui concejal antes. Es decir hablamos de más de  35 años de vida política. Tengo muchos recuerdos que me acompañarán siempre”.

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