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Legisladores valoran normalización de relaciones diplomáticas entre Cuba y EE.UU.

Los congresistas De Urresti, Chahuán, Patricio Walker y Larraín coincidieron en la necesidad que América Latina, junto al resto de las naciones del mundo, entreguen su apoyo al proceso de transición que vivirá el país caribeño.

18 de diciembre de 2014

Imagen foto_00000014Un cerrado respaldo dieron un grupo transversal de senadores al sorpresivo acercamiento que protagonizaron los presidentes de Cuba y Estados Unidos con el fin de normalizar sus relaciones diplomáticas.

 

“Es un momento histórico que permitirá avanzar a una convivencia propia del siglo XXI y no a una del siglo XIX, marcada por el bloqueo contra la mayor de las Antillas”, manifestó el senador Alfonso De Urresti al valorar el anuncio realizado simultáneamente por Raúl Castro y Barack Obama.

 

El legislador manifestó que “este es un triunfo de la diplomacia y la amistad entre los pueblos, que ha tenido como primer paso la liberación de prisioneros y el anuncio de flexibilización de las actuales restricciones económicas y de desplazamiento. Confiamos en que ello permita el reencuentro de muchas familias, reactive el comercio bilateral y multilateral e inaugure un nuevo ciclo en la política regional y mundial”.

 

El congresista hizo un llamado a confiar en que “para superar la lógica de Guerra Fría que ha imperado entre ambos países por más de cinco décadas, debe terminar el bloqueo. Tras años de pronunciamientos de la ONU condenando esta medida extraterritorial contra Cuba, ya es tiempo de que el país que se dice promotor del libre comercio predique con ejemplo. La convivencia en la diferencia fortalecerá a ambas sociedades y especialmente a las nuevas generaciones quienes tendrán la oportunidad de escribir una nueva historia”.

 

“Seguramente habrá voces interesadas en decir que se trata de la abdicación de la vocación revolucionaria de Cuba y el fin del modelo de justicia social construido a partir de 1959. Quienes conocemos a Cuba, su pueblo y sus gobernantes sabemos que con esta apertura, el proceso de cambios y el debate acerca de los cambios necesarios para seguir construyendo una sociedad justa, se fortalecerá”.

 

ACUERDO HISTÓRICO

 

En tanto, el integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores, el senador Francisco Chahuán resaltó el “acuerdo histórico” y llamó a Cuba “a seguir trabajando en el respeto de los derechos fundamentales de las personas y la sociedad civil”.

 

El congresista sostuvo que el anuncio dado por los presidentes de ambos países “avalan lo que ha sido nuestra posición histórica en términos de que el bloqueo, no era la vía para provocar cambios políticos en la isla y, adicionalmente, implica que se acaba un argumento del propio gobierno cubano para restringir las libertades personales.”

 

En esa línea, agregó que “hoy la justificación del bloqueo para limitar las libertades y los derechos individuales hoy día se cae y por tanto el compromiso que ha suscrito de facilitar el acceso a nuevas tecnologías, a la internet y a las comunicaciones y la posibilidad efectiva de que Cuba genere un compromiso firme con la democracia, derechos humanos y la sociedad civil representan un avance relevante”.

 

Además, destacó la participación de la Santa Sede en el logro de este objetivo y subrayó que “la Comisión a la que pertenece aplaude este acuerdo, pero llama a Cuba a seguir trabajando en el respeto de los derechos fundamentales de la libertad de movimiento, asociación e información al interior de su país, así como en el respeto a la sociedad civil y el respecto que pudiera suscitarse en ésta”.

 

CAMINO A LA DEMOCRACIA

 

 “Esta es la hora de la democracia y de los derechos humanos”. Con estas palabras se refirió el senador Patricio Walker, al acuerdo entre Estados Unidos y Cuba. 

 

Según el parlamentario, “como bancada DC, todos los años hemos presentado proyectos de acuerdo pidiendo al gobierno de Estados Unidos el término del bloqueo económico que afecta a Cuba, básicamente porque es ineficaz. La dictadura sigue y se siguen violando los derechos humanos. Además, es contraproducente, porque el régimen castrista ha utilizado el embargo económico como excusa, una mala excusa, para mantener la dictadura”.

 

El congresista agregó que “nos alegramos de la decisión del Presidente Obama de iniciar un proceso que esperamos que concluya con el fin del bloqueo económico que Estados Unidos impuso a Cuba el año 1961. Esta es la hora de la democracia y del respeto a los derechos humanos, por eso hacemos un llamado a la dictadura castrista a transitar a la democracia, a respetar los derechos humanos y liberar a los presos políticos. No les va a  quedar ninguna excusa para mantener el régimen totalitario”.

 

Finalmente, hizo un llamado a que la Celac, Unasur y los países de América Latina ayuden a crear las condiciones para que en Cuba transite hacia la democracia. “Hoy podemos estar viviendo un día histórico. Los gobiernos de América Latina deben generar las condiciones para que Cuba de el paso hacia la democracia, en paz, en libertad y con respeto a los derechos humanos, para que termine de ser este régimen dictatorial y totalitario que lleva más de 50 años”, indicó.

 

UN PASO MÁS     
  

 

Por su parte, el senador Hernán Larraín calificó la noticia como un “paso muy positivo”, sin embargo advitió que “se puede llegar más allá”. Aseguró que “si esta situación solo se queda en una apertura económica y en la reanudación de las relaciones diplomáticas entre ambos países, sería insuficiente”.

 

“Desprendo de este acuerdo, en sus distintos puntos, que se puede llegar más allá, y ojala que así sea, porque el pueblo cubano ha estado por demasiadas décadas en manos de tiranos que han hecho imposible una vida  normal con libertad, puesto que han estado sometidos a violaciones  sistemáticas de los derechos humanos”, expresó.

 

Añadió que tanto las sanciones económicas, como el distanciamiento entre ambos países, “finalmente no perjudica a los gobiernos, sino que termina por perjudicar a los pueblos. Y en el caso de Cuba ha servido además como pretexto para justificar la ineficacia e inoperancia de un sistema que, por reprimir las libertades, por tener un fuerte acento estatista, ha sido incapaz de darle la suficiente estabilidad y bienestar de a los cubanos”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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