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Premio Nacional de la Paz: propuesta para promover la humanización y solidaridad

La propuesta surge para reconocer a las personas naturales o jurídicas que hayan contribuido de manera destacada a promover la paz en el país o que hayan intervenido desinteresadamente en la solución de conflictos sociales.

24 de octubre de 2013

“Creemos que a nivel de nuestro país también se hace necesario un Premio de la Paz, como un instrumento para promover la paz, la humanización, la solidaridad y el entendimiento civilizado entre los chilenos”, argumentó el senador Francisco Chahuán, quien presentó un proyecto de ley para que este reconocimiento sea instaurado en Chile.

 

“Queremos reeditar una iniciativa en similar sentido que un grupo de parlamentarios, encabezados por el entonces diputado Álvaro Escobar, presentara en el año 2009, y que lamentablemente no avanzara mayormente en la Cámara Baja, estando actualmente archivada”, precisó.

 

“Tradicionalmente se ha definido a la paz como un estado a nivel social o personal, en el cual se encuentran en equilibrio y estabilidad las partes de un todo, y por ende, la violencia y la guerra están ausentes”, aclaró el legislador.

 

“A nivel personal –agregó- la paz constituye un estado interior, exento de sentimientos negativos, tales como la ira y el odio. Las personas desean la paz para sí mismas como para los demás, lo que constituye una noble meta de vida”.Imagen foto_00000003

 

Para el senador “se hace necesario promover y fomentar la paz entre nuestros ciudadanos, que sin perjuicio de sus legítimas diferencias en el aspecto político o religioso, puedan dirimir sus conflictos, tanto entre ellos, como con las autoridades en forma pacífica, y con pleno respeto a la dignidad y derechos de las demás personas”.

 

EL RECONOCIMIENTO

 

En concreto, mediante esta mociónque será analizada por la Comisión de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadanía, se establece el “Premio Nacional de la Paz”, que se otorgará a una o varias personas o entidades que hayan contribuido de manera destacada a promover la paz, o que hayan intervenido con su valioso y desinteresado aporte en la solución de conflictos sociales de magnitud, logrando la reconstrucción del tejido social.

 

Se entregará por un jurado que será designado conforme a un reglamento que regulará su funcionamiento y en todo caso, será presidido por el Director o Directora del Instituto de Derechos Humanos.

 

“Este premio debe constituir un honor público para quien o quienes lo reciban, en reconocimiento al servicio público desinteresado que en aras del logro de la paz social haya desarrollado, por lo cual será ad honorem”, señaló el legislador.

 

ENCÍCLICA PAPAL                     

 

Entre los argumentos del proyecto de ley se cuentan el que en el mes de abril del presente año, se han cumplido cincuenta años de la carta encíclica del Papa Juan XXIII, “Pacem in Terris”, esto es, “Paz en la Tierra”, instrumento fundamental para la preservación de la paz, que sin perjuicio de su importancia teológica, es de gran valor filosófico, sociológico e histórico para la humanidad.

 

En este documento, el Sumo Pontífice señalaba: “El progreso científico y los adelantos técnicos enseñan claramente que en los seres vivos y en las fuerzas de la naturaleza impera un orden maravilloso y que, al mismo tiempo, el hombre posee una intrínseca dignidad, por virtud de la cual puede descubrir ese orden y forjar los instrumentos adecuados para adueñarse de esas mismas fuerzas y ponerlas a su servicio. Resulta sin embargo, sorprendente el contraste que con este orden maravilloso del universo ofrece el desorden que reina entre los individuos y entre los pueblos. Parece como si las relaciones que entre ellos existen no pudieran regirse más que por la fuerza”.

 

Más adelante, la misma encíclica expresa: “Pero una opinión equivocada induce con frecuencia a muchos al error de pensar que las relaciones de los individuos con sus respectivas comunidades políticas pueden regularse por las mismas leyes que rigen las fuerzas y los elementos irracionales del universo, siendo así que tales leyes son de otro género y hay que buscarlas solamente allí donde las ha grabado el Creador de todo, esto es, la naturaleza del hombre. Son en efecto, estas leyes las que enseñan claramente a los hombres, primero, como deben regular sus mutuas relaciones en la convivencia humana; segundo, como deben relacionarse  los ciudadanos con las autoridades políticas de cada Estado; tercero, cómo deben relacionarse entre sí los Estados; finalmente, como deben coordinarse, de una parte, los individuos y los Estados; y de otra, la comunidad mundial de los pueblos, cuya constitución es una exigencia urgente del bien común universal”.

 

A juicio del congresista, “no obstante estas maravillosas enseñanzas que fueron dejadas por Juan Pablo II, después que se habían verificado dos guerras mundiales, y una serie de otros conflictos bélicos más focalizados entre distintos países, es un hecho de todos conocido, que la paz mundial está siendo constantemente quebrantada, o a lo menos, amenazada seriamente, con motivo de los diversos desencuentros que se producen entre diferentes naciones”.

 

El senador indicó que “pese a los horrores bélicos que han afectado al mundo desde sus inicios, es del caso destacar que existe desde hace más de un siglo, el  Premio Nobel de la Paz, que es uno de los cinco premios a nivel mundial que fueron instituidos por el industrial e inventor sueco Alfred Nobel”.

 

Y la moción rememora que se hace entrega de este galardón, desde el año 1901, en la ciudad de Oslo, capital de Noruega, a la persona que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción de procesos de paz.

 

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