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Traspaso de competencias: la piedra angular para la descentralización

Por Jaime Orpis, senador por la Región de Arica y Parinacota

28 de noviembre de 2013

Imagen foto_00000014Quiero partir haciendo una afirmación: para abordar el tema de la descentralización, desde mi punto de vista, la reforma constitucional que permite dirimir al Senado las divergencias en el traspaso de competencias es una de las más importantes. Y esta reforma fue abordada por primera vez por este Parlamento y por este Senado en el año 2009; sin embargo se perdió por 3 votos.

 

El origen de todo el proceso y la modificación a la ley orgánica que se está debatiendo en este Senado, tiene su origen precisamente en la reforma del año 2009, pero ésta –sin la reforma constitucional- tiene poco sentido.

 

¿Y por qué lo señalo?, porque si uno observa la ley orgánica que se está debatiendo en la Comisión de Gobierno, uno de los capítulos principales es cómo se reglamenta el artículo 114 de la Constitución, que se refiere a los traspasos de competencias. Y el tema central de la regionalización tiene que ver con el traspaso de competencias; es decir, cómo los gobiernos regionales, tienen más posibilidades de decidir materias de su competencia, desde la propia región y no en el nivel central, tanto desde el punto de vista de decisión como de recursos.

 

Y en esta materia ¿qué señala esta modificación a la ley orgánica de gobiernos regionales? Sigue definiendo, en última instancia, el Presidente de la República. Esto es lo que buscamos revertir.

 

En honor a la verdad es necesario señalar que el tema de la descentralización, también, es un tema de poder. Y a mí me cuesta pensar que el nivel central quiera desprenderse de poder.

 

Lo que se ha hecho en el Parlamento son reformas políticas como la elección de los consejeros regionales por voto popular y la creación de la figura del presidente del consejo regional, que a la larga se pueden traducir en mayores atribuciones, por el grado de legitimidad que va a tener cada uno de esos miembros; sin embargo, esto va a ser objeto de una presión. No existe, y no hemos legislado en términos institucionales para que en definitiva ese traspaso de competencias, cuando se generen diferencias entre el nivel central con la región, sea alguien independiente, objetivo, al margen de las diferencias, el que pueda resolver en última instancia.

 

Y, reitero, esto es lo que está haciendo esta reforma constitucional.

 

Es decir, cuando se generan, respecto del traspaso de competencias, diferencias entre la Región y el nivel central o el Presidente de la República, un organismo independiente como el Senado, actuará como órgano dirimente para zanjar esa diferencia. Esta es la reforma pendiente que faltaba y sin ésta el proceso de descentralización y regionalización va a quedar a medio camino.

 

Independiente que el día de mañana se elijan en forma directa o no los intendentes o se aborden otro tipo de materias de carácter electoral, si no se regula bien el tema del traspaso de competencias, la verdad, es que la descentralización va a seguir caminando a paso lento y va a seguir siendo la tarea pendiente.

 

Afortunadamente, tras el traspié del 2009, hemos retomado este tema de manera unánime en la Comisión de Gobierno y ahora es apoyada en general por la Sala del Senado, esta es la piedra angular en materia de descentralización.

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