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  Un cambio cultural

  Por Jaime Quintana, senador por la Región de La Araucanía

8 de julio de 2011

ImagenLa llegada de la televisión digital va a representar un cambio cultural. Por lo mismo, creo que es fundamental que el debate sobre la implementación de este sistema sea lo más abierto posible para que el país pueda enterarse de lo que aquí está en juego.

Respecto del proyecto que modifica el sistema concesional de las transmisiones de televisión, hay consenso en que algunos aspectos son bastante positivos, como ampliar la oferta programática de la televisión de libre recepción, la mejora en la calidad de imagen y sonido que ofrece la futura tecnología digital, las nuevas posibilidades de negocios relacionadas que va a ofrecer esta alternativa y esta nueva tecnología, la creación de canales, emisoras regionales.

Hay un sinnúmero de dudas respecto de qué hacer con algo que es un bien nacional público. Y cuando vemos la forma como se pretende llevar adelante la concesión de la televisión, si bien el objetivo y la misión es prestar servicio, eso no siempre queda claro. No con todos los canales queda lo suficientemente especificado que hay una misión de servicio, de educar, de informar, de entretener y de transmitir valores.

Entonces, uno podría hacer válidamente la comparación con el ámbito pesquero, con el ámbito minero y la conclusión es que estamos regalando este nuevo espacio radioeléctrico basado en lo que va a ser el apagón tecnológico.

Creo que son muy válidas las prevenciones que se han hecho en el sentido de qué hacer, cómo comportarnos, cómo se comporta un Estado cuando va a concesionar un bien que es de todos los chilenos. Y eso no puede ser en forma indefinida; y tiene que ser con ciertas retribuciones a cambio al país.

Esperaría que más allá del debate técnico de si este es un tema de cambio radioeléctrico o no, el tema también se aboque al ámbito cultural. Que tengamos reservados espacios para cultura, educación, ciencia y tecnología y no solamente vayamos a regirnos por el rating, porque si no, nos vamos a concentrar en el fútbol o los programas infantiles, que son tremendamente demandados.

Creo que la posibilidad de que los concesionarios de televisión de libre recepción sea al mismo tiempo concesionario de pago, es un problema y es preciso definir bien si se opta por lo uno o por lo otro.

La decisión de obligar a las operadoras de televisión por cable a llevar los canales de libre recepción regionales y locales también es un tema discutible.

Comparto algunas preocupaciones como la entrega de concesiones sin concurso a los actuales concesionarios. Entiendo que es un tema que está más o menos asentado, pero eso tiene que tener cosas a cambio. Y eso tiene que ver con una estricta regulación a las concesiones, a las grandes y a las pequeñas, y revisar bien lo que está pasando en este negocio.

Creo que este es el momento de mirar a fondo lo que está pasando en el negocio de la televisión. Cuando Chilevisión, cuando Canal 13 se vendieron en 200 millones de dólares y vemos que el canal del fútbol está valorizado en 600 millones de dólares. Tenemos que ver ¿qué pasó? ¿En qué momento estas cifras se nos dispararon y el negocio se puso tan bueno, a propósito del lucro, que está de moda?,

Tenemos una gran oportunidad por delante, que tenemos que aprovechar bien.

En la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología que presido, tenemos la mejor disposición por incorporarnos en esta segunda etapa de debate. Creemos que este es un tema país importante, porque hay recursos del Estado que no se pueden dilapidar ni regalar, porque es preciso preservar el carácter pluralista, de calidad, de acceso de la televisión pública, y porque si bien es legítimo, en este caso, el lucro, es también importante cómo los chilenos pueden acceder a un servicio de calidad y no reservemos aquella televisión gratuita para los temas de inferior calidad.

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