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Un importante paso para profundizar la democracia

Por Fulvio Rossi, senador por las Regiones de Arica y Parinacota y Tarapacá

17 de mayo de 2013

Imagen foto_00000015Lo que estamos haciendo con la aprobación de la ley que permitirá la elección directa de los Consejeros Regionales es fortalecer el proceso de regionalización y profundizar la democracia, aumentando la participación, aunque sabemos que no es la solución definitiva y aún hay aspectos en los cuales avanzar.

 

Sé que algunos podrían invocar que no debiésemos estar votando el mecanismo de elección de los Consejeros Regionales mientras no se legisle y se apruebe un cambio en las atribuciones de los cores y un cambio en las funciones del Consejo Regional.

 

Pero la verdad debe ser dicha: este proyecto está en la Comisión de Gobierno y no se ha avanzado porque no hay suficiente acuerdo, pero muchos somos partidarios de entregarles más poder a las regiones respecto de la transferencia de atribuciones y de competencias y el mecanismo para poder solicitar algún tipo de atribución o competencia desde el nivel regional al nivel central.

 

Entonces, la pregunta que tenemos que hacernos es: ¿preferimos seguir con el sistema que existía hasta hace poco tiempo atrás, cuando no teníamos una reforma constitucional que establecía la obligatoriedad de elegir mediante votación directa a los Consejeros Regionales? ¿Preferimos ese sistema en donde un puñado de concejales en cada una de las comunas se juntaba entre cuatro paredes y decidía quiénes eran los consejeros regionales?

 

Ese era el mecanismo para elegir a autoridades que tienen funciones trascendentales para el desarrollo de las Regiones, porque justamente se hacen cargo de la focalización del gasto del Fondo Nacional de Desarrollo Regional que se ha ido incrementando en el último tiempo. Ellos deciden si se gasta en infraestructura, en salud, si se gasta en seguridad ciudadana, en educación, entre tantas otras áreas.

 

Entiendo que tenemos que avanzar en el tema de las atribuciones si queremos realmente un presidente del Consejo Regional empoderado, que sea un contrapeso efectivo a la autoridad representativa del poder central como es el Intendente, que no esté solamente para abrir la sesión y cerrarla, que no sea una figura decorativa, que haya más poder en las Regiones respecto de cómo gastar sus recursos, en fin, respecto de diseñar ciertas políticas públicas. En todos esos aspectos estamos de acuerdo.

 

Pero vuelvo a la primera pregunta: ¿preferimos un mecanismo donde la gente va a decidir quiénes son los consejeros regionales o preferimos que sigamos con un mecanismo donde los concejales, a través de un mecanismo indirecto, deciden quién representa los intereses de la región o de las provincias en el Consejo Regional?

 

Creo que esa es la pregunta clave y creo que coincidimos en la respuesta, por lo que este es un proyecto que va en la dirección correcta, aunque sabemos que no va a resolver todos los problemas de falta de descentralización en Chile. Es indudable que tenemos que avanzar en el otro proyecto: transferencias de competencias, nuevas atribuciones del Consejo Regional, la figura del Presidente del Consejo Regional, en fin, un mecanismo para dirimir las contiendas, muchas veces, de competencia entre ambos niveles es fundamental.

 

Pero insisto, este es un mecanismo que va terminar con ciertas prebendas o componendas que todos sabemos que existían. Había falta de transparencia en este procedimiento para designar los Consejeros Regionales y con esta ley la gente sabrá claramente quiénes son. Si hoy hacemos una encuesta en las Regiones preguntando por los cores, ¿serán todos capaces de contestar?, partamos haciéndonos esa pregunta.

 

La nueva legislación permitirá que cuando haya debate público respecto de temas de interés público o discusión respecto de cómo gastar los recursos, de cómo planificar la vida en la ciudad o en la región, indudablemente que los consejeros regionales van a tener un protagonismo mayor, con un sistema de elección directa y nominal, esto es importante de destacar.

 

Y, reitero, pese a que este proyecto no resuelve los problemas de Chile -desde el punto de vista de la falta de regionalización efectiva- es sin duda alguna un paso muy importante respecto de aumentar la participación, profundizar la democracia e instalar más transparencia en estas decisiones.

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