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  Un paso previo indispensable

  Por Juan Pablo Letelier, Vicepresidente del Senado

22 de julio de 2011

ImagenEl proyecto sobre saneamiento de loteos es, en términos sencillos, una "Ley del Mono" para regularizar loteos brujos.

En la historia de nuestro país, en los años cincuenta y sesenta, los loteos brujos surgían de las tomas de terrenos, que era el principal instrumento de cómo la familia del mundo popular accedían a la vivienda propia.

En los años recientes el lenguaje ha cambiado. Y se han generado a través de ocupaciones ilegales de terrenos (campamentos propiamente tales) en lugares donde los propietarios no son claramente identificados. Son en el fondo, terrenos donde hay un propietario colectivo; es un bien compartido, donde no pueden asignarse títulos individuales de propiedad, porque no cumplen la Ley de Vivienda y Urbanismo.

Lo que hace esta ley es modificar los requisitos para que exista una recepción municipal, se reducen al mínimo los requisitos, de forma tal que esas personas que son dueños colectivos de un paño, puedan posteriormente tener títulos individuales de propiedad.

La iniciativa no es para que el Estado financie la urbanización de esos proyectos, decir aquello es llevar a confusión. Porque el loteo brujo, que vamos a regularizar, lo hemos hecho no para viviendas sociales, sino para viviendas que tienen un avalúo de hasta cierto monto de UF, que, por cierto, rebasan con creces cualquier programa que el Estado pueda financiar de infraestructura sanitaria.  Es decir, los programas de mejoramiento de barrios tienen un criterio de focalización de gastos.

No es bueno que el Senado de la República genere expectativas con esta ley, en el sentido que el Estado tendrá necesariamente por sí y ante sí invertir en la regularización. Porque esa es una decisión que depende de las normas de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y depende de las priorizaciones que hagan los gobiernos regionales al respecto.

Por lo tanto, esta ley sirve para regularizar loteos brujos, que es el paso necesario, previo, para que las personas tengan títulos individuales de propiedad.

Esta nueva versión de la ley tiene un perfeccionamiento porque muchas veces los comités, en particular los que nos visitaron en la Comisión de Vivienda, de La Araucanía tenían problemas porque no había claridad sobre el mandato del director de obras, en lo que se refiere a la evacuación de informes o entrega de la aprobación provisoria de loteos en plazos conocidos. Y porque no se evacuaban dichos informes estos trámites se prolongaban eternamente.

Lo que queremos es que se regularicen cuantos antes estos loteos brujos, que las personas puedan tener una recepción definitiva en un plazo breve, y por sobre todo, que puedan con esta recepción, con este procedimiento especial, tener títulos de dominio pronto, que puedan tener certeza jurídica.

Estas leyes son necesarias de vez en cuando, porque en  nuestro país tenemos una cultura que nos hace lo que somos como sociedad. Y una de las cosas que nos caracteriza es que la gente quiere ser dueño de un pedazo de tierra, con un título de dominio que diga: "¡Esto es mío; esta es mi vivienda!". Somos el país donde hay la mayor cantidad de propietarios de viviendas en relación a la población en el mundo. Esta ley aporta ello.

De vez en cuando tenemos que abrirnos a eliminar rigideces de condiciones normales para resolver situaciones de excepción. Esto le va a facilitar la vida a mucha gente en nuestro país.

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