Click acá para ir directamente al contenido

Un presupuesto que genera dudas

Por Víctor Pérez Varela, senador por la región del Bío Bío

3 de octubre de 2014

Imagen foto_00000019En un periodo de desaceleración económica, el presupuesto fiscal puede jugar un rol importante como reactivador de la economía. Pero para cumplir con ese objetivo más que un monto expansivo lo importante es ser muy eficiente en el gasto público, orientado a favorecer la inversión.

 

La Presidenta Michelle Bachelet envío esta semana el proyecto de Ley de Presupuesto para 2015 con un aumento del gasto público del 9,8%. Se trata del tercer presupuesto más expansivo desde 1990. En 1991 creció en 10% y en 2009 en 16,5%.

 

Con esta decisión el gobierno ha renunciado a mantener la regla fiscal y al compromiso de cerrar gradualmente el déficit estructural, lo que al menos durante 2015 no se haría efectivo. El argumento de fondo del gobierno, para este aumento histórico, es reactivar la economía con un presupuesto contracíclico.

 

No obstante, la experiencia de los presupuestos contracíclicos, conocidos ya en el primer gobierno de Michelle Bachelet no fueron positivos para Chile. El año 2009, el país concluyó con una contracción de la economía de -1% y con una alta cifra de desempleo cercano a los dos dígitos. Por tanto, nada asegura que el objetivo planteado por el Ejecutivo se vaya a cumplir.

 

A lo anterior tenemos que considerar los riesgos que se corren con un presupuesto expansivo, como es la mayor inflación que afectará al costo de la vida de los chilenos y el déficit fiscal, situaciones que pueden agravar la condición de desaceleración de la economía.

 

Si seguimos analizando los anuncios de la Presidenta respecto al presupuesto 2015 nos encontramos con expectativas ciudadanas que no se van a cumplir en materia de educación. El presupuesto de este sector crece en línea con el promedio histórico. Para el próximo año se anunció un aumento del 10,2%, lo que es muy similar a las cifras de los últimos 6 años.

 

El punto es clave, pues la Reforma Tributaria fue comprometida en la campaña presidencial con el objetivo prioritario de destinar nuevos  y significativos recursos a la Educación, y eso no se refleja en esta propuesta enviada al Congreso.

 

En esta misma línea de las expectativas y de las metas del gobierno, si analizamos el empleo que se pretende generar con este presupuesto, lo podemos considerar como deficiente. Según la Presidenta y el gobierno, el gasto público debería permitir la creación de 139 mil puestos de trabajo.

 

La meta es deficiente porque el gobierno omite que desde marzo a la fecha se han perdido 140 mil empleos. Adicionalmente, no deja de ser mediocre la meta cuando en los últimos 4 años se crearon en promedio 250.000 por año.

 

La Nueva Mayoría tiene los votos para despachar el proyecto del gobierno sin mayores dificultades, no obstante como oposición vamos a cumplir nuestro rol; primero estableciendo con mucha nitidez nuestras diferencias ante la opinión pública, y luego fiscalizando con mucha rigurosidad el uso eficiente de los recursos.

 

Nuevamente, más allá de los montos, lo clave será el uso que se le den a los recursos del Estado y como oposición no sólo tenemos el deber, sino que la obligación de velar por el buen destino y uso de los dineros que pertenecen a todos los chilenos.

Imprimir