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  Un problema de justicia

  Por Andrés Chadwick, senador por la Región de O¿Higgins

16 de diciembre de 2010

ImagenRepresento en el Senado, a la Sexta Región. Una Región de cerca de 800 mil personas. Una Región que, nadie discute, que su corazón es la agricultura, y que en esa agricultura su mayor empuje está precisamente en el sector frutícola exportador.

De eso dependen sus empleos, su comercio, su transporte, sus ingresos, la subsistencia de las familias y la posibilidad de mejor educación de los hijos. En resumen,  nuestros pueblos rurales, su sobrevivencia, su cultura, su identidad depende de esta actividad agrícola.

Por lo tanto, la crisis por el bajo tipo de cambio no es solo un problema de carácter económico o productivo. A mi modo de ver, obviamente que hay una base económica y productiva. Pero fundamentalmente estamos enfrentando un problema de carácter social y cultural. Y esa realidad no la veo expresada en las múltiples exposiciones que han realizado las máximas autoridades hasta el momento.

¿Y qué es lo que ocurre?

No he escuchado a ningún economista, no he leído ningún estudio, no conozco ningún documento que hoy día pueda afirmar que la actividad productiva frutícula exportadora del país pueda subsistir, pueda mantenerse, pueda rentabilizar sobre la base de un precio del dólar que hoy bordea los 470 pesos y que ha fluctuado en el último tiempo en torno a los 480 pesos. No conozco a nadie que me diga que eso es posible.

Y, por consiguiente, mi mayor y fundamental preocupación, y lo quiero decir en forma muy clara y muy directa, es que pienso y creo que esta actividad exportadora frutícola no va a poder sobrevivir, a lo menos como la hemos conocido hasta el día de hoy en nuestro país, a un precio del dólar o a una estabilidad del dólar en torno a los 480 pesos, tal como ha ocurrido en el último tiempo.

Esto, no es un hecho circunstancial, de pocas semanas. ¡No! . Es un hecho que se viene extendiendo en el tiempo. Y pongo un solo ejemplo para poder demostrarlo: una UF el año 2001 equivalía a 25,2 dólares; esa misma UF el año 2010 equivale a 40 dólares. Todos los costos de nuestro sector agrícola productivo están en UF. Esto demuestra que es un proceso gradual pero sostenido y permanente en el tiempo de deterioro de este sector productivo.

Y esto no es algo que resulte irreductible o que la ciencia económica nos diga que no hay otras alternativas que las que aquí se nos han señalado. Porque hay distintos países que nos han demostrado opciones diferentes. Como hay distintos economistas, muy respetados, que nosotros los hemos tenido en nuestra Comisión de Agricultura, que también han demostrado opciones o alternativas distintas.

Creo que el Gobierno y el Ministro de Hacienda han señalado una serie de medidas que están muy bien orientadas. Pero el problema -como diría nuestro Presidente de la República- requiere urgencia.

Es bueno recordar que nuestra actividad agrícola ha sido fundamental. Hay más de 9 mil productores, más de 450 mil empleos directos, más de 3 mil millones de dólares de retorno y fue pionera en la estrategia exportadora de Chile, llevando y llegando a todos los mercados del mundo con un sello de calidad, que era precisamente la fruta chilena.

Entonces, aquí no hay un problema solo económico, o un tema social. Es, además, un problema de justicia por exigencia del bien común.

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