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Una subsecretaría para la Infancia

Francisco Chahuán, senador por la Región de Valparaíso Costa

24 de octubre de 2013

Existe suficiente consenso en torno a que el Servicio Nacional del Menor (Sename) está superado.  Hay evidencia y coincidencia respecto de que el organismo encargado de la protección de derechos de los menores de edad y adolescentes ante el sistema judicial definitivamente no está a la altura de las circunstancias y que está lejos de regular y supervigilar las adopciones de forma adecuada.

 

La entidad, creada en 1979 y dependiente del Ministerio de Justicia, debe ser modificada tendiendo hacia una institucionalidad orientada a proteger de manera eficaz a los más pequeños.  En ese contexto he planteado la creación de una Subsecretaría de la Infancia, a cargo del Ministerio de Desarrollo Social, que esté llamada a cubrir la deuda que mantenemos en este sentido como sociedad.

 

Las cifras arrojadas por el 4° Estudio de Maltrato Infantil de la Unicef dan cuenta de que nuestros niños están muy desprotegidos.  Aun cuando los índices han bajado, hoy el 71% de ellos recibe algún tipo de violencia de parte de su madre y/o padre.  Esto resulta inaceptable en un país como Chile, que ratificó la Convención de Derechos del Niño en 1990, asumiendo el compromiso de asegurar a todos ellos las garantías y principios ahí establecidos y que emanan de cuatro ejes fundamentales, que tienen que ver con el interés superior del menor; la no discriminación; su supervivencia, desarrollo y protección; y su participación en las decisiones que los afecten.  Lo cierto es que para materializar los derechos que ésta consagra se requieren muchísimos más recursos de los que entrega el Estado.

 

Como entidad estatal, el Sename está absolutamente sobrepasado y es fundamental que nos hagamos cargo de una  nueva ley de protección a los menores e impulsar una subsecretaría de la Infancia enfocada en  generar un nuevo trato, porque hacernos cargo del tema es imprescindible para generar un mejor futuro.

 

Esto no resulta para nada exagerado si consideramos que, de acuerdo a cifras del Fondo Mundial para la Dignidad de Niñas y Niños, el 95% de los abusadores infantiles fueron también abusados durante su infancia; el 80% de quienes utilizan de drogas y alcohol fueron abusados durante su niñez; el 80% de los niños que se fugan de sus casas citan al abuso como causa de su huida; el 95% de las prostitutas fueron abusadas sexualmente; y el 78% de la población en las prisiones fueron también abusados durante su etapa infantil.

 

Junto con reforzar la educación preescolar, hay que capacitar a los padres sobre la importancia de su rol, lo mismo que a profesores, pero sobre todo parece imprescindible impulsar el proyecto de ley de protección de la infancia y la creación de una Subsecretaría  ad hoc, que no aborde esta temática desde el punto de vista de la criminalidad, los aspectos procesales de los conflictos y la aplicación de las penas correspondientes, sino desde uno social e integral, pero sobre todo humano.  Si no abordamos esto pronto, todo lo otro que podamos hacer será, si no inútil, muy insuficiente.

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