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  Una tarea de todos

  Por Ximena Rincón, senadora por la Región del Maule

17 de marzo de 2011

ImagenDurante el 2010 este Senado aprobó la formación de una Comisión Especial, conformada por senadores de todas las bancadas y presidida por el senador Mariano Ruiz-Esquide.  Desgraciadamente, nunca contó con el apoyo del Ejecutivo pese a que solicitó en reiteradas oportunidades la presencia de Ministros de Estado, los cuales no asistieron.

La actitud del Gobierno me parece solo comparable a la manera en que se ha llevado adelante el proceso de reconstrucción: sin escuchar a nadie, sin dar explicaciones de nada, con poca claridad de lo que se está haciendo y sin un plan maestro que lleve adelante una tarea tan importante como es reconstruir la zona centro sur de nuestro país.

La encuesta realizada en la Región del Maule en febrero de este año señala que un 73% de la ciudadanía cree que el proceso ha sido lento o muy lento, y un 82% sostiene desconocer los planes de reconstrucción. Y a esa percepción ciudadana debemos agregar los reparos, no menores, realizados por la Contraloría General de la República en distintos ámbitos.

Además, los Ministros de Vivienda y MIDEPLAN dieron a conocer los resultados de la Encuesta Post Terremoto. Respecto de la pobreza, el estudio mostró un aumento de la pobreza de 2,5 a 3 millones de personas en esa condición. A su vez, las personas en extrema pobreza escalaron de 620 mil a 700 mil.

Recuperar el terreno perdido en esta materia y luego avanzar con aún más fuerza es tarea de todos y de todas, de Gobierno y Oposición, de empresarios y trabajadores, del Estado y también de privados. No obstante, es el Estado el que debe garantizar a través del Gobierno que el proceso de reconstrucción se lleve adelante con igualdad de oportunidades para todos los chilenos.

Entre los puntos a destacar del proceso de reconstrucción están los avances en materia agrícola, de obras públicas y educación. El análisis es que se va en la línea y el ritmo correcto. Sin embargo, con la misma fuerza resalto la lentitud que se observa en materias de infraestructura de salud y habitacional en las zonas afectadas.

En muchas áreas el avance de la reconstrucción es demasiado lento y la gente sigue esperando soluciones reales de este Gobierno, que prometió trabajo, eficiencia y hay varios otros atributos que brillan por su ausencia, lo que nos impone el deber moral de pedir que se cumpla la palabra empeñada en la última campaña.

El Gobierno demoró más de un mes en hacer oficial el llamado al plan de reconstrucción, y tras ello debió hacer, no una, sino que decenas de modificaciones para adaptarlo a la realidad posterremoto.

Se han hecho tantos cambios y nuevas exigencias que hoy y en el futuro miles de chilenos que perdieron sus casas no tendrán la calidad de damnificados, no por haber recibido sus nuevas viviendas, sino que por no estar en condiciones de cumplir las nuevas normativas, en lo que constituye una reconstrucción que no es adecuada.

Hemos hecho ingentes esfuerzos por ser escuchados por el Gobierno en aquellos aspectos que consideramos insuficientes; tenemos y hemos hecho propuestas, pero la mayoría de las veces no hemos sido escuchados, y lo más triste, en algunos casos hemos sido incluso ignorados y hasta ofendidos.

Muchos personeros de Gobierno nos han criticado por ser poco propositivos, frase que me parece, por decir lo menos, injusta. Desde un principio, tras el terremoto y tsunami hemos hechos numerosas propuestas, las cuales han pasado a formar parte del informe de la Comisión Especial de Reconstrucción de este Senado.

Nos preocupa la reconstrucción en vastos sectores rurales que no son comercialmente atractivos para las empresas, y que por tanto están siendo postergados, no por el Gobierno, sino que por el mercado.

Proponemos, por tanto, que el Ejecutivo disponga un aumento en el monto del subsidio habitacional rural, de manera de incentivar la construcción de casas en el mundo campesino, tanto o más afectado que las áreas urbanas en el terremoto.

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