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Violencia en el Sur

Por Ena Von Baer, senadora por la Región de Los Ríos

27 de marzo de 2015

Imagen foto_00000014Durante las últimas décadas en la Araucanía han ocurrido hechos violentos que van desde toma de tierras, quema de maquinarias y galpones, hasta atentados contra la vida de personas. Aunque han sucedido en Gobiernos de diferentes coaliciones políticas, la problemática lejos de ser solucionada ha recrudecido. La violencia rural ha sido ligada a la reivindicación histórica del pueblo mapuche, sin embargo, los grupos violentistas son minoritarios, y cargar a todo un pueblo con la culpa de unos pocos no sólo es simplista sino que además profundamente injusto.

 

Entonces ¿por qué comunidades que eran pacíficas están viendo en el uso de la violencia un camino para alcanzar sus fines? Una respuesta es el mecanismo de compra de tierras que utiliza la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI). A partir de la Ley Indígena se establece un fondo para la compra de tierras respecto a las cuales exista un conflicto jurídico. El problema es que los fondos son menores que las reivindicaciones.

 

Por lo tanto, el proceso de compra ha sido más lento que lo esperado, y algunas comunidades han optado por presionar a las autoridades a través de tomas. El resultado, la CONADI saltándose el calendario establecido prioriza a  comunidades que han utilizado la fuerza, para así reestablecer la tranquilidad. En síntesis la política de “tierra a cambio de paz social”. Sin embargo, el restablecimiento del Estado de Derecho es un espejismo, porque las comunidades que han optado por esperar quedan atrás,  y el incentivo por el uso de la violencia es evidente.

 

Los últimos meses hemos observado como este conflicto se ha extendido a la región de Los Ríos. Esperemos que las autoridades hayan aprendido de lo sucedido en la Araucanía y no cedan comprando tierras a comunidades que, aunque hayan ingresado sus solicitudes a la CONADI, optaron por la violencia,  situación que según informaciones de prensa se estaría dando en Lanco. He solicitado para abril una sesión especial en el Senado para escuchar al Ministro del Interior sobre esta problemática. Lo importante es que nuestras autoridades regionales no den un paso que lamenten cuando la violencia ya no se pueda frenar. La señal no sólo sería confusa sino además profundamente dolorosa para aquellos grupos que han esperado años en tranquilidad ser favorecidos por la compra de tierras.

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