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REPÚBLICA DE CHILE
DIARIO DE SESIONES DEL SENADO
PUBLICACIÓN OFICIAL
LEGISLATURA 354ª
Sesión 39ª, en miércoles 2 de agosto de 2006
Ordinaria
(De 16:20 a 20:23)
PRESIDENCIA DEL SEÑOR EDUARDO FREI RUIZ-TAGLE, PRESIDENTE
SECRETARIOS, LOS SEÑORES CARLOS HOFFMANN CONTRERAS, TITULAR,
Y JOSÉ LUIS ALLIENDE LEIVA, SUBROGANTE
____________________
VERSIÓN TAQUIGRÁFICA
I. ASISTENCIA
Asistieron los señores:
--Allamand Zavala, Andrés
--Alvear Valenzuela, Soledad
--Arancibia Reyes, Jorge
--Bianchi Chelech, Carlos
--Cantero Ojeda, Carlos
--Chadwick Piñera, Andrés
--Coloma Correa, Juan Antonio
--Espina Otero, Alberto
--Flores Labra, Fernando
--Frei Ruiz-Tagle, Eduardo
--García Ruminot, José
--Gazmuri Mujica, Jaime
--Girardi Lavín, Guido
--Gómez Urrutia, José Antonio
--Horvath Kiss, Antonio
--Kuschel Silva, Carlos
--Larraín Fernández, Hernán
--Letelier Morel, Juan Pablo
--Longueira Montes, Pablo
--Matthei Fornet, Evelyn
--Muñoz Aburto, Pedro
--Muñoz Barra, Roberto
--Naranjo Ortiz, Jaime
--Navarro Brain, Alejandro
--Novoa Vásquez, Jovino
--Núñez Muñoz, Ricardo
--Ominami Pascual, Carlos
--Orpis Bouchón, Jaime
--Pérez Varela, Victor
--Pizarro Soto, Jorge
--Prokurica Prokurica, Baldo
--Romero Pizarro, Sergio
--Ruiz-Esquide Jara, Mariano
--Sabag Castillo, Hosaín
--Vásquez Úbeda, Guillermo
--Zaldívar Larraín, Adolfo
Concurrieron, además, los señores Ministros de Relaciones Exteriores, don Alejandro Foxley Rioseco y de Salud, doña María Soledad Barría Iroume. Asisten, asimismo, los señores: Subsecretario de Obras Públicas, don Eduardo Saldivia Medina; Director General de Aguas, don Rodrigo Weisner Lazo; Director de Obras Hidráulicas, don Juan Antonio Arrese Jiménez, y Subdirector de Cauces y Drenaje, don Luis Felipe Aguirre Wroblewski, todos del Ministerio de Obras Públicas.
Actuó de Secretario el señor Carlos Hoffmann Contreras, y de Prosecretario, el señor José Luis Alliende Leiva.
II. APERTURA DE LA SESIÓN
--Se abrió la sesión a las 16:20, en presencia de 17 señores Senadores.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- En el nombre de Dios, se abre la sesión.
III. TRAMITACIÓN DE ACTAS

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Se dan por aprobadas las actas de las sesiones 34ª, ordinaria, en 18 de julio; 35ª, especial, y 36ª, ordinaria, ambas en 19 de julio, todas del año en curso, que no han sido observadas.
IV. CUENTA

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Se va a dar cuenta de los asuntos que han llegado a Secretaría.

El señor ALLIENDE (Prosecretario).- Las siguientes son las comunicaciones recibidas:
Oficios
Dos del Excelentísimo Tribunal Constitucional:
Con el primero informa de la presentación de un requerimiento de inaplicabilidad por inconstitucionalidad, el que fue acogido a tramitación.
--Se toma conocimiento y se remiten los antecedentes a la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento, para que se agreguen a los previamente remitidos en consulta por la Sala.
Con el segundo, atendido su interés jurídico, remite copia de sentencia pronunciada el 4 de julio de 2006, relativa a los abogados integrantes.
--Queda a disposición de los señores Senadores.
Dos de la señora Contralora General de la República subrogante:
Con el primero responde un oficio enviado en nombre del Senador señor García, respecto de la petición de un particular.
Con el segundo contesta un oficio dirigido en nombre de los Senadores señores Cantero, García, Horvath y Prokurica, acerca de gastos en publicidad de los organismos públicos.
Del señor Fiscal Nacional del Ministerio Público, por medio del cual da respuesta a un oficio enviado en nombre de los Senadores señores Espina y Romero, sobre información estadística acerca de determinados delitos.
Del señor Ministro del Interior, con el que contesta un oficio expedido en nombre del Senador señor Cantero, referido a la Isla de Pascua.
Dos del señor Ministro de Relaciones Exteriores:
Con el primero responde un oficio enviado en nombre del Senador señor Naranjo, relativo a detención de dos chilenos en Barcelona.
Con el segundo contesta un oficio dirigido en nombre del Senador señor Prokurica, atinente a gastos de la Cancillería.
Tres del señor Ministro de Hacienda:
Con el primero da respuesta a un oficio remitido en nombre del Senador señor Kuschel, respecto de la creación de nuevas Regiones.
Con el siguiente contesta un oficio dirigido en nombre de la Senadora señora Matthei, acerca de gastos de ENAMI.
Con el último responde un oficio enviado en nombre del Senador señor Romero, sobre pago de expropiación.
Dos de la señora Ministra Secretaria General de la Presidencia, mediante los cuales consigna la posición del Gobierno acerca del establecimiento de un Consejo Económico y Social, y respecto del área marina y costera protegida para Chiloé, el golfo de Corcovado y las islas Guaitecas.
Del señor Ministro Secretario General de Gobierno, con el que responde un oficio dirigido en nombre del Senador señor Horvath, referido a efectos producidos por antenas celulares.
Del señor Ministro de Educación, mediante el que contesta un oficio enviado en nombre del Senador señor Bianchi, relacionado con remuneraciones de docentes.
Del señor Ministro de Obras Públicas, por medio del cual da respuesta a un oficio expedido en nombre del Senador señor Letelier, tocante al acceso a sede universitaria en Rengo.
Dos de la señora Ministra de Minería y Energía, mediante los cuales da contestación a los oficios enviados en nombre de los Senadores señores García y Horvath, relativos, respectivamente, a centrales hidroeléctricas en Coñaripe y monitoreo ambiental de la desembocadura del río Aconcagua.
Del señor Ministro de Transportes y Telecomunicaciones, con el que responde un oficio dirigido en nombre del Senador señor Horvath, respecto de vehículos a tracción animal.
Dos de la señora Subsecretaria de Desarrollo Regional y Administrativo, a través de los que da respuesta a igual número de oficios expedidos en nombre de los Senadores señores Frei y Kuschel, en cuanto a sistema informático de la Municipalidad de Lanco y creación de nuevas Regiones, respectivamente.
Del señor Subsecretario de Redes Asistenciales, por medio del cual contesta un oficio enviado en nombre del Senador señor Espina, relativo a establecimientos de salud de Pailahueque.
Del señor Tesorero General de la República, con el que da contestación a un oficio remitido en nombre del Senador señor Navarro, sobre devoluciones de impuestos.
Del señor Director General de Relaciones Económicas Internacionales, mediante el que responde un oficio expedido en nombre del Senador señor Frei (don Eduardo), referido al aumento de la cuota de exportación de carne bovina.
Del señor Secretario Ejecutivo de la Comisión Nacional de Energía, con el cual da contestación a un oficio dirigido en nombre del Senador señor Espina, referente a precio por energía eléctrica en la localidad de Cajón.
Del señor Presidente Ejecutivo de la Corporación Nacional del Cobre, mediante el cual responde un oficio enviado en nombre del Senador señor Cantero, acerca de trabajadores de Chuquicamata.
De la señora Secretaria Ministerial de Educación de la Duodécima Región, con el que contesta un oficio expedido en nombre del Senador señor Bianchi, sobre remuneraciones de docentes.
Del señor Alcalde de Quintero, por el cual da respuesta a un oficio remitido en nombre del Senador señor Horvath, referido al monitoreo ambiental de la desembocadura del río Aconcagua.
--Quedan a disposición de los señores Senadores.
Informe
De la Comisión de Trabajo y Previsión Social, recaído en el proyecto de ley que modifica el Código del Trabajo en cuanto a admisión de menores de edad al empleo y a cumplimiento de la obligación escolar (boletín Nº 3.235-13).
--Queda para tabla.
Moción
De los Senadores señores Núñez y Prokurica, con la que inician un proyecto de ley que sanciona al que funda o transforme metales sin justificar su procedencia y adquisición (boletín Nº 4.380-07).
--Pasa a la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento.
Declaración de inadmisibilidad
Moción del Senador señor Bianchi, con la que presenta un proyecto de ley que suprime el pago del impuesto al valor agregado en caso de desafectación de un vehículo importado en régimen de zona franca.
--Se declara inadmisible por corresponder a una materia de la iniciativa exclusiva del Presidente de la República, en virtud de lo dispuesto en el número 1º del inciso cuarto del artículo 65 de la Constitución Política.
Comunicaciones
De la Comisión de Trabajo y Previsión Social, con la que solicita autorización para discutir en general y en particular el proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que modifica el Estatuto de Capacitación y Empleo en materia de bonificación al contrato de aprendizaje (boletín Nº 4.174-13).
--Se accede a lo solicitado.
De la Comisión de Vivienda y Urbanismo, por medio de la cual pide, respecto del proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que modifica diversos cuerpos legales con el objeto de facilitar la organización de los vecinos y la administración de los condominios de viviendas sociales (boletín Nº 3.804-14), que se deje sin efecto el trámite a la Comisión de Gobierno, Descentralización y Regionalización dispuesto con anterioridad.
--Se accede a lo solicitado.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Terminada la Cuenta.

El señor CANTERO.- ¿Me permite, señor Presidente?

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Tiene la palabra Su Señoría.


REVISIÓN DE PROCEDIMIENTO DEL SENADO PARA CONOCIMIENTO DE MATERIAS RESERVADAS

El señor CANTERO.- Señor Presidente, desde el 15 de julio he estado solicitando acceso a leyes secretas que se encuentran registradas en el Parlamento.
He recibido respuestas insatisfactorias a la luz de lo establecido en los artículos 8º de la Constitución y 77 del Reglamento del Senado. Por ello, pedí a la Mesa que se pronunciara sobre la materia y, en el evento de que dicho dictamen no fuese satisfactorio, anuncié que trataría de que la Sala diera a conocer su parecer en cuanto a si los Parlamentarios podemos o no acceder expeditamente a conocer leyes reservadas, como la que mí me interesa.
En consecuencia, en forma muy respetuosa, pido que la Mesa se pronuncie.
El tiempo transcurrido ha sido más que prudente y necesito saber, para continuar con mi trabajo, si puedo acceder a dichas leyes en las condiciones que he señalado.

El señor MUÑOZ BARRA.- Pido la palabra, señor Presidente.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Puede hacer uso de ella, Su Señoría.

El señor MUÑOZ BARRA.- Entiendo que los Parlamentarios tenemos acceso a las leyes secretas.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Así es.
El señor MUÑOZ BARRA.- Pero me parece que no se pueden fotocopiar los documentos respectivos.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Ése es el punto.
El Senador señor Cantero ha formulado una petición y será discutida el próximo martes en reunión de Comités para luego traer el asunto a la Sala.

El señor CANTERO.- Señor Presidente, señalé claramente que lo que no acepto -pedí incluso que, para los efectos reglamentarios, esto se tuviera en consideración- es que, para que cualquier Parlamentario pueda leer una ley reservada, se exija que deba estar acompañado por un custodio, por un oficial de Sala.
¡Eso es absolutamente inaceptable!
Además, creo que, si un legislador interviene en la dictación de una ley, cualquier otro debe tener perfecto acceso a ella, para estudiarla en todos sus alcances, sin ningún tipo de restricción.
Lo que me importa -y quiero pedirlo formalmente- es que, si la Mesa dice que el martes se va a pronunciar, lo haga, porque la dilación en el tiempo ha sido larga.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Me he pronunciado varias veces, y Su Señoría lo sabe.

El señor CANTERO.- Espero que lo haga ahora específicamente.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- En mi papel de Presidente del Senado, tengo que respetar la ley y aplicar el Reglamento.
La vez anterior dijimos lo mismo: que se cambie el Reglamento y que haya un acuerdo de Comités para ese efecto.
En tal sentido, no tengo ningún problema.

El señor CANTERO.- En la sesión anterior solicité exactamente que los Comités se pronunciaran respecto de mi petición.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Es lo que he planteado: que el martes lo tratemos en reunión de Comités.

El señor VÁSQUEZ.- Según entiendo, bastaría la unanimidad de los Comités, de acuerdo con el Reglamento.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- En la reunión de Comités del próximo martes lo trataremos en el primer lugar de la tabla.
V. ORDEN DEL DÍA



INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN SER HUMANO, SU GENOMA, Y PROHIBICIÓN DE CLONACIÓN HUMANA. VETO


El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Corresponde ocuparse de la observación, en primer trámite constitucional, formulada por Su Excelencia el señor Vicepresidente de la República al proyecto de ley que regula la investigación científica en el ser humano, su genoma, y prohíbe la clonación, informada por la Comisión de Salud.
--Los antecedentes sobre el proyecto (1993-11) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley: (moción del señor Ruiz-Esquide y de los ex Senadores señores Díaz, Hamilton, Páez y Zaldívar, don Andrés).
En primer trámite, sesión 32ª, en 12 de marzo de 1997.
En tercer trámite, sesión 37ª, en 16 de marzo de 2005.
En trámite de Comisión Mixta, sesión 6ª, en 15 de junio de 2005.
Observaciones del Ejecutivo, en primer trámite, sesión 48ª, en 13 de diciembre de 2005.
Informes de Comisión:
Salud, sesión 10ª, en 12 de julio de 2000.
Salud (segundo), sesión 26ª, en 6 de marzo de 2001.
Salud (tercer trámite), sesión 47ª, en 20 de abril de 2005.
Mixta, sesión 39ª, en 5 de octubre de 2005.
Salud (veto), sesión 62ª, en 8 de marzo de 2006.
Discusión general:
Sesiones 13ª, en 1 de agosto de 2000 (queda pendiente su discusión general); 14ª, en 2 de agosto de 2000 (se aprueba en general).
Discusión particular:
Sesión 27ª, en 13 de marzo de 2001 (se aprueba en particular).
Discusión en tercer trámite:
Sesiones 50ª, en 10 de mayo de 2005 (queda pendiente su discusión); 2ª, en 8 de junio de 2005 (pasa a Comisión Mixta).
Discusión en Comisión Mixta:
Sesión 40ª, en 11 de octubre de 2005 (se aprueba su informe).

El señor HOFFMANN (Secretario).- La observación del Ejecutivo incorpora un nuevo inciso al artículo 1º del proyecto, que establece que las disposiciones de la ley no se aplicarán respecto de los procedimientos y técnicas cuyo único propósito sea lograr la reproducción asistida de los seres humanos, ni respecto de los mecanismos de anticoncepción.
El Presidente de la Comisión de Salud, de conformidad con lo dispuesto en el inciso final del artículo 188 del Reglamento del Senado, en cuanto al aspecto formal de la observación manifestó que ésta en realidad tenía el carácter de aditiva, no obstante que el Ejecutivo propusiera sustituir todo el artículo 1º de la iniciativa.
La Comisión dejó constancia en su informe de que el ex Senador señor Viera-Gallo presentó un documento en el que consigna su parecer respecto del veto propuesto, en cuanto a que podría ser estimado como inadmisible por apartarse de las ideas matrices del proyecto al referirse a otras materias, que es la fertilización asistida y la anticoncepción. Sin embargo, precisa este documento que, de conformidad con la Ley Orgánica Constitucional del Congreso Nacional, no compete a la Comisión pronunciarse sobre la posible inadmisibilidad del veto, pues ello corresponde privativamente al Excelentísimo señor Presidente del Senado.
El ex Senador señor Boeninger y el Honorable señor Ruiz-Esquide manifestaron compartir tales ideas.
Con todo, los miembros presentes de la Comisión de Salud, Honorables señora Matthei y señor Ruiz-Esquide y los ex Senadores señores Boeninger y Viera-Gallo, acordaron dejar testimonio de que comparten el criterio del Vicepresidente de la República sobre el tema y de que si el veto fuera declarado inadmisible o rechazado por el Senado y posteriormente por la Honorable Cámara de Diputados en nada afectaría al estatuto legal actual, que permite las políticas de anticoncepción y la fertilización asistida.
Terminado el debate, la Comisión de Salud, con tres votos por la afirmativa y uno por la negativa aprobó la observación presentada por el Ejecutivo. Se pronunciaron favorablemente el Honorable señor Ruiz-Esquide y los ex Senadores señores Boeninger y Viera-Gallo, y en contra la Honorable Senadora señora Matthei.
Sus Señorías tienen en este momento en sus escritorios un boletín comparado, en el que en una columna figura el texto de la iniciativa despachada por el Congreso Nacional y en la otra el veto del Gobierno.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Terminada la relación.

Voy a dar mi opinión sobre esta materia.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- En uso de la facultad que me confieren los artículos 32 de la Ley Orgánica Constitucional del Congreso Nacional y 187 del Reglamento del Senado, vengo en declarar inadmisible la observación formulada por el Ejecutivo al proyecto de ley que regula la investigación científica en el ser humano, su genoma y prohíbe la clonación humana, por no tener relación con las ideas matrices o fundamentales de la iniciativa.
Los fundamentos de esta declaración son los siguientes:
El artículo 73 de la Constitución Política de la República establece que "en ningún caso se admitirán las observaciones que no tengan relación directa con las ideas matrices o fundamentales del proyecto, a menos que hubieran sido consideradas en el mensaje respectivo."
Por su parte, el artículo 32 de la Ley Orgánica Constitucional del CongresoNacional señala que "las observaciones o vetos que el Presidente de la República formule a un proyecto de ley o de reforma constitucional aprobado por el Congreso Nacional, sólo serán admitidas cuando tengan relación directa con las ideas matrices o fundamentales del mismo, a menos que las ideas contenidas en esas observaciones hubieren sido consideradas en el mensaje respectivo".
El artículo 187 del Reglamento del Senado reproduce de manera casi idéntica esta última disposición.
Finalmente, el artículo 23 de la Ley Orgánica del Congreso se refiere al documento que debe considerarse para determinar las ideas matrices o fundamentales, señalando que "se considerarán como ideas matrices o fundamentales de un proyecto aquellas contenidas en el respectivo mensaje o moción."
El proyecto que fue objeto del veto fue iniciado en moción de los ex Senadores señores Nicolás Díaz, Sergio Páez, Juan Hamilton y Andrés Zaldívar, y por el actual Senador don Mariano Ruiz-Esquide.
La iniciativa tuvo básicamente tres ideas matrices, que se basaron en los fundamentos de la moción, especialmente, como se señalaba allí, en "el ánimo de dar un marco legislativo en nuestro país a estos principios éticos en la investigación en seres humanos y legislar sobre dos temas emergentes como son el genoma humano y la clonación".
Por lo tanto, las ideas matrices o fundamentales fueron:
-La investigación científica en el ser humano,
-El genoma, y
-La clonación humana.
La observación del Ejecutivo, que le agrega un inciso nuevo al artículo 1º del texto aprobado por el Congreso Nacional, se aparta de las ideas matrices, ya que busca dejar establecido, en forma explícita, que los procedimientos y técnicas de reproducción humana asistida y los mecanismos de anticoncepción no quedan comprendidos dentro de las disposiciones de la ley en proyecto. Ello se aleja de sus ideas matrices toda vez que el artículo 1º despachado por el Parlamento delimita claramente el ámbito de aplicación de la ley.
Los dos aspectos que la observación del Ejecutivo busca que no queden comprendidos en la regulación indicada, no fueron debatidos durante la discusión de la iniciativa, ni tampoco estuvieron presentes en los fundamentos de los autores de la moción, lo cual evidentemente altera aquellos aspectos sustantivos de las ideas matrices ya señaladas.
Este criterio también fue compartido durante la discusión del veto en la Comisión de Salud, tanto al fijar cuáles eran las ideas matrices del proyecto como también al señalar su Presidente -en ese momento, el ex Senador José Antonio Viera-Gallo- que "el veto formulado podría ser estimado inadmisible por apartarse de las ideas matrices del proyecto. Como ha sostenido el Tribunal Constitucional, éstas quedan fijadas por el propósito central de los autores del proyecto, en este caso, la moción que busca legislar sobre clonación, regular la investigación científica en los seres humanos y los diversos aspectos relativos al genoma humano. Ése es el ámbito conceptual que marcó desde sus inicios la discusión parlamentaria del proyecto en cuestión. Nunca estuvo entre esas ideas, continúa, referirse a la fertilización asistida o a la anticoncepción.".
Los demás miembros de la Comisión de Salud, durante el debate del veto, se refirieron en los mismos términos con respecto a la admisibilidad, dejando constancia de que este pronunciamiento es una facultad privativa del Presidente de la Corporación.
A mayor abundamiento, hay a lo menos cinco sentencias del Tribunal Constitucional, en los últimos años, acerca del concepto de idea matriz.
Me voy a referir tal vez a una de las últimas, de fecha 14 de junio del año 2004, que sostiene que la idea matriz "está constituida por la situación, materia o problemas específicos que el autor de un proyecto de ley señale como existentes y a cuya atención en todos sus implicancias quiere acudir por la vía de la normativa legal. La idea matriz es la representación intelectual del asunto que se quiere abordar, es el problema que se quiere resolver. Los textos legislativos son los medios o instrumentos hipotéticos para lograr la satisfacción de este objetivo".
En lo referido a la relación directa que deben tener las indicaciones, observaciones o vetos con las ideas matrices, la misma jurisprudencia señala que la normativa constitucional establece que deben ser observaciones o indicaciones, en su caso, directas, es decir, que enfrenten el asunto sustancial que dio origen a la iniciativa legislativa.
En síntesis, la observación propuesta aborda un tema que no es propio de las ideas de los autores del proyecto de ley que se discutió y más bien corresponde a una temática distinta.
Hasta aquí me he referido básicamente a los temas formales, legales y reglamentarios.
En función de ese mismo debate, el Honorable señor Ruiz-Esquide presentó una moción que apunta al fondo del asunto, a lo cual seguramente se van a referir los señores Senadores.
Habiendo despejado lo relativo a la forma, quiero ir al fondo.
Nadie ignora que en el país se realiza fertilización asistida, que existen a lo menos ocho o diez instituciones que la efectúan, que se practica la criopreservación y, por lo tanto, el congelamiento de embriones. Todos los especialistas han manifestado que debemos legislar al respecto, y el Parlamento -el Senado, en particular- no puede seguir eludiendo esta materia.
Por lo tanto, como hay un proyecto del Senador señor Ruiz-Esquide, sería positivo que el Ejecutivo le colocara urgencia, presentara indicaciones y lo debatiéramos para entregar a la brevedad al país una legislación adecuada sobre la fertilización asistida.

El señor OMINAMI.- ¿Me permite, señor Presidente?

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Tiene la palabra Su Señoría.

El señor OMINAMI.- Señor Presidente, deseo intervenir sobre la forma y el fondo. No cabe duda de que estamos ante una materia extremadamente compleja y delicada, y la discusión planteada a partir del veto es un tanto elíptica y no permite ir derechamente a la discusión de fondo.
Disiento de lo señalado por la Mesa, por cuanto creo que el veto es pertinente. Y lo voy a explicar tratando de aludir al fondo de la discusión.
En la forma como se aprobó el proyecto -como muy bien se indicó- su objetivo era evitar la clonación de seres humanos, en lo que estamos todos de acuerdo, y sobre ello no hay dos opiniones ni en la Cámara de Diputados ni en el Senado.
El punto es que esta discusión desgraciadamente se hizo compleja y adquirió otras dimensiones, debido a la indicación que se formuló al artículo 1º durante el segundo trámite constitucional en la Cámara Baja.
Desde el momento en que se introdujo en dicho precepto -que habla de la protección de la vida de los seres humanos- el concepto extremadamente ambiguo e impreciso "desde el momento de la concepción", el proyecto adquirió características totalmente distintas. Éste -como muy bien lo señaló el señor Presidente- no tenía nada que ver con la fertilización asistida, con los dispositivos contraceptivos ni tampoco con la investigación científica. Pero al agregarse al artículo 1º que la ley protege la vida humana "desde el momento de la concepción" -como señalé-, siendo ésta algo extremadamente difícil de definir, porque es un concepto más bien religioso, filosófico y no propiamente científico, la iniciativa puso objetivamente en cuestión tres cosas fundamentales.
En primer lugar, la posibilidad de que se continúen utilizando procedimientos anticonceptivos como los dispositivos intrauterinos. En Chile hay miles de mujeres que los usan desde hace muchas décadas, y es evidente que no estaba en el ánimo de nadie el prohibirlos. Sin embargo, en una interpretación estricta y estrecha del artículo 1º, los tribunales de justicia podrían pronunciar un dictamen contrario a dichos dispositivos argumentando justamente el artículo 1º, que originalmente tenía un sentido del todo distinto.
En segundo término, lo mismo ocurre con la fertilización asistida. El señor Presidente manifestó que este procedimiento se practica en Chile, que hay criopreservación y que existen ocho instituciones que lo efectúan. Yo deseo agregar un antecedente aún más fundamental: en el país han nacido más de 4 mil niños en virtud de estos mecanismos. Cuatro mil familias resolvieron su problema de esterilidad, sea en ambos cónyuges o en uno de ellos, por esa vía. El que se ponga en cuestión la legalidad de dichos procedimientos equivale de alguna manera a colocar en entredicho la vida de esos 4 mil niños que conviven entre nosotros, lo cual me parece extremadamente delicado y grave.
En tercer lugar, una interpretación estricta de la referida norma podría poner en cuestión indirectamente las gigantescas posibilidades que se abren a través de la investigación científica con células madres para los efectos de combatir muchos padecimientos de las personas, como el Alzheimer, la diabetes y otras patologías de común ocurrencia, que podrían ser enfrentadas mediante investigaciones útiles a partir de los procedimientos en comento.
Pienso que si el proyecto sobre el genoma se promulga tal cual se aprobó inadvertidamente en ambas Cámaras, con el artículo 1º que introduce la protección de la vida desde el momento de la concepción, se correrán los tres riesgos antes mencionados. Esto no es una especulación ni simplemente una amenaza para los efectos de ganar un debate. Ya se manifestó en los medios de comunicación y existen instituciones que han anunciado la presentación de recursos ante los tribunales apenas se promulgue la ley.
Por esa razón el Gobierno del entonces Presidente Lagos tomó cartas en el asunto y envió el veto.
Ahora, digamos las cosas como son, considero que la observación es incompleta y no es la mejor posible, porque podría dar margen a la argumentación que el señor Presidente hizo presente respecto de su constitucionalidad. Estimo derechamente que el veto que correspondía presentar era uno que corrigiera los contenidos del artículo 1º, ya que me parece que éste se aprobó en condiciones donde no hubo un debate con la suficiente profundidad que se requería.
Por cierto, cada cual tiene derecho a entender cuándo comienza la vida, pero déjeseme señalar que prácticamente ningún Parlamento en el mundo ha buscado definir este tema por la vía legal, porque tiene que ver con las convicciones de cada uno.
Según las religiones, la concepción empieza en momentos distintos. Tradicionalmente -no soy experto, pero me he informado-, según la Biblia se entiende que aquélla tiene que ver con la preñez de la mujer. Aquí se habla de que un embrión es exactamente equivalente a una persona humana. Yo respeto a quienes piensan así, pero no lo comparto, y hay muchos que tampoco participan de esa idea. Sin embargo, al imponer por la vía de la ley esa concepción, entre otras cosas, se pondrán en tela de juicio los tres aspectos que indiqué anteriormente.
Sin ir más lejos -es muy importante tenerlo presente-, esta discusión se dio en Costa Rica, país con una buena tradición de debate democrático, no cualquiera, y ahí se aprobó una norma similar a la del artículo 1º del proyecto. Y en Costa Rica ocurrió lo que he señalado, que los sectores más conservadores de la sociedad argumentaron a favor de una disposición de este tipo, que establece la defensa de la vida desde la concepción y, como resultado de ello, es una de las pocas naciones del mundo donde la fertilización asistida está prohibida por ley. En consecuencia, los niños nacidos en virtud de dicho mecanismo están en una situación jurídica extraña, y se ha producido una tremenda inequidad, porque las familias ricas que requieren utilizar ese recurso viajan al exterior.
En Chile, los 4 mil niños antes señalados no pertenecen únicamente a familias de clase media o alta, pues incluso existen programas de FONASA que ayudan a aquellas de escasos recursos a usar los procedimientos en comento.
Ello habla bien de los avances de la medicina en nuestro país.
Entonces, es en extremo delicado que aprobemos un proyecto que tiene los riesgos a que me he referido. Derechamente, habría sido mejor acoger un veto que eliminara la indicación introducida por la Cámara de Diputados, la cual, a mi juicio, es la fuente principal de todas las dificultades. Porque -reitero- en lo esencial de la iniciativa: la prohibición de la clonación humana, estamos todos de acuerdo, y en eso no hay ni un ápice de duda ni de ambigüedad.
Por desgracia, el veto del Ejecutivo es distinto, pero, de todas maneras, representa una ayuda en cuanto a los eventuales perjuicios que podría producir la ley en proyecto.
De ahí que considero importante efectuar la discusión sobre el particular. Quizás, el ideal hubiese sido que se generara un acuerdo en el Parlamento para los efectos de mandar un proyecto exactamente igual al que aprobamos en el Senado, pero corrigiendo las referencias que indiqué respecto del artículo 1º.
Porque, insisto, señor Presidente, a cada cual le asiste el derecho a tener la idea que quiera respecto del origen de la vida. Pero buscar resolver el problema por ley e imponer a otros sus propias concepciones, me parece que es un acto demostrativo de intolerancia y que no se condice con el desarrollo de la ciencia, esencialmente abierta en estos ámbitos.
Desde ese punto de vista, sería conveniente que el señor Presidente pusiera en votación el veto; y, en tal caso, anuncio mi voto favorable a su admisibilidad.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Coloma.

El señor COLOMA.- Señor Presidente, quiero usar de la palabra para expresar que comparto el criterio de la Mesa en cuanto a declarar la inadmisibilidad del veto que el Gobierno anterior presentó respecto del proyecto de ley que prohíbe la clonación humana, el cual además se refiere a la investigación científica en el ser humano y su genoma.
Antes de ir al argumento de fondo que justifica dicha inadmisibilidad, debo hacer un recuerdo que me parece sustancial a la hora de discutir el tema.
No es cierto, como dijo el Senador que me antecedió en el uso de la palabra, que no se haya debatido la materia en cuestión. Yo no recuerdo un asunto más discutido. Fue tres veces devuelto a la Comisión. Se analizaron y formalizaron distintas opciones tendientes a ver cómo cumplíamos con el mandato -que entendimos entregado por el proyecto- de generar las mejores condiciones para ordenar la investigación científica en el ser humano, su genoma, y la clonación humana.
Entonces, no se trata de que el tema haya pasado inadvertido.
Y quiero agregar otra cosa más. Aquí funcionó la democracia. La materia se votó en el Senado y en la Cámara. Algunos lo hicieron a favor, y otros, en contra. Pero no hubo intención de sorprender a nadie con una definición sobre el origen de la vida. Consideraría inaceptable que alguien pretendiera sorprender con algo tan esencial, que tiene que ver con nuestro mandato legal.
Aquí lo que se hizo fue definir, a partir de un proyecto importante, los conceptos trascendentes en él contenidos; explicar que el fin no justifica los medios, ya que, por muy significativas que sean determinadas acciones en materia científica, de genoma, o de clonación humana, la vida no puede estar de por medio; y aclarar que no somos un gran instituto científico donde la vida se transa según ciertas opciones personales.
Creo que el debate aquí en la Corporación fue por completo diferente de lo manifestado. Si Sus Señorías revisan la Versión Taquigráfica respectiva podrán encontrar que los mismos argumentos planteados por el Senador señor Ominami fueron contrapuestos, y, al final, el problema se definió a través de una votación, que hoy día se intenta revertir a partir del veto en análisis.
Ahora, me ocuparé del tema de fondo.
A mi juicio, es un deber del Presidente del Senado -así lo señalé- actuar como lo ha hecho.
¿Qué nos dice la Constitución sobre el particular?
El artículo 73 -que regula la materia relativa a los vetos-, inciso segundo, establece que: "En ningún caso se admitirán las observaciones que no tengan relación directa con las ideas matrices o fundamentales del proyecto, a menos que hubieran sido consideradas en el mensaje respectivo.". Y, perdóneme, señor Presidente, es obvio que no existe ninguna -¡ninguna!- idea matriz referida a la reproducción asistida o a los mecanismos anticonceptivos, porque pertenecen a otra esfera.
Lo que aquí se discutió a fondo tuvo que ver con la investigación científica en los seres humanos, en su genoma. A este respecto, invito a los señores Parlamentarios a leer lo concordado, que considero como una de las mejores disposiciones del mundo moderno en la materia.
Así que, señor Presidente, creo que, en derecho, usted hizo lo que debía: declarar que la observación del Ejecutivo, tal como se le planteó oportunamente, no tenía relación alguna con las ideas matrices de la iniciativa, y que, por tanto, no correspondía seguir un nuevo trámite con el fin de tratar de impedir la promulgación de una ley cuyo texto había sido aprobado en forma democrática.
Además, existe aquí una segunda inconstitucionalidad. Si bien la Mesa no la declaró, yo por lo menos quiero argumentar sobre ella. Me refiero al número 1º del artículo 19 de la Carta, que asegura a todas las personas el derecho a la vida.
Pido a Sus Señorías que reflexionen acerca de lo que dice el veto, que intentó ser sustitutivo, pero resultó claramente aditivo.
En cuanto al artículo 1º del proyecto, señala: "Esta ley tiene por finalidad proteger la vida de los seres humanos, desde el momento de la concepción, su integridad física y psíquica, así como su diversidad e identidad genética, en relación con la investigación científica biomédica y sus aplicaciones clínicas.".
Ésa es la norma aprobada por el Congreso.
¿Qué agrega el veto? Un inciso segundo que dice: "Sin embargo, sus disposiciones" -todas las disposiciones- "no se aplicarán¿". O sea, no se aplica en cuanto a la protección a la vida desde el momento de la concepción; a la necesidad de cuidar la integridad física y psíquica de los seres humanos; a velar por la diversidad e identidad genética, en relación con la investigación científica.
En suma, todo el artículo queda de lado, al igual que su mandato, si se arguye que lo anterior tiene que ver con la reproducción asistida de seres humanos o con mecanismos de anticoncepción.
Nada más contradictorio, señor Presidente, con la esencia, tanto del precepto aprobado como de lo que define la Constitución.
El artículo 19, número 1º, es explícito -y todos los Parlamentarios tenemos que cumplir esa norma- en asegurar el derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de la persona y en que la ley protege la vida del que está por nacer.
¿Qué pretende la observación del Ejecutivo? Establecer una gigantesca excepción. ¡Pero, por favor! ¡Miremos la naturaleza de la excepción! Ésta señala que para algunos efectos no corre la protección al derecho a la vida; ni el cuidado de la integridad física y psíquica del ser humano, y tampoco el resguardo a la diversidad e identidad genética, porque teóricamente, en virtud de determinado mecanismo de anticoncepción, ello no es posible.
Por lo tanto, la eventual aprobación del veto no sólo contrariaría las ideas matrices del proyecto y la búsqueda de una legislación que regule la investigación científica en seres humanos, el genoma humano y su clonación, sino que, mucho más que aquello, vulneraría en forma flagrante el derecho a la vida, porque cualquier persona, investigador o científico -¡y vaya que los ha habido desde que el mundo es mundo!- podría argumentar que sobre la base de cierto tipo de investigación tiene derecho a transgredir tales principios.
Por eso, desde mi perspectiva, no es únicamente una inconstitucionalidad de forma, sino también de fondo.
Y ésta es una materia respecto de la cual a nadie se ha querido sorprender, pues ha sido discutida tres veces en el Senado e igual número de ocasiones en la Cámara de Diputados. Y los fundamentos son aquellos que tienden a hacer una sociedad mejor.
Si alguien quiere presentar otro proyecto en otra instancia, tiene todo el derecho de hacerlo. Pero lo que no corresponde, desde mi punto de vista, es postergar de manera indefinida el trabajo del Parlamento, lo que hemos logrado construir después de muchos años, y que, en mi opinión, constituye un gigantesco paso en cuanto al derecho a regular la investigación científica en el ser humano, el genoma humano y la clonación.
En consecuencia, señor Presidente, respaldo la posición de la Mesa y anuncio mi voto favorable a la declaración de inadmisibilidad.
Pero quiero advertir que, si se aprobara la observación del Ejecutivo, estaríamos asestando uno de los golpes más importantes que se han dado en Chile contra el derecho a la vida.
He dicho.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Girardi.

El señor GIRARDI.- Señor Presidente, al igual como ocurrió en la sesión anterior, es bueno que en el Senado se lleven a cabo debates apasionantes concernientes al futuro, porque creo que éstos son los temas del mañana.
Considero que la gran discusión en los tiempos que vienen será la relativa a la bioética y a cómo queremos la vida.
Me parece superinteresante que aquí haya grandes definiciones de la vida y que ésta pueda definirse en dos palabras, desde la concepción hacia adelante.
¿Por qué digo eso? Porque he tenido la oportunidad de leer libros maravillosos que hablan sobre qué es la vida. Uno de ellos -yo lo recomiendo- se titula precisamente ¿Qué es la vida?. Lo escribió Lynn Margulis, bióloga de la NASA, quien se dedica a la búsqueda de vida en otras galaxias.
En Chile, dos grandes biólogos escribieron la Teoría de Santiago, que se utiliza hoy día a nivel mundial para definir la vida, fenómeno muy complejo. Me refiero a Humberto Maturana y al doctor Francisco Varela, quien lamentablemente falleció hace un tiempo.
Los escritos de esos investigadores, la Teoría de Santiago y la Teoría de la Autopoiesis, donde se intenta definir la vida, son documentos de debate en los principales encuentros científicos y filosóficos del planeta.
Hasta donde sé, todavía no hay una definición a fondo de qué es la vida y cuál es su origen.
Por eso, me parece un poco presuntuoso que definamos la vida. Es posible hacerlo. Cada uno tendrá sus propias visiones. Y tal vez la definición que se plantea se relaciona con una opinión particular, legítima, de algunos, pero no necesariamente con lo que la ciencia, el conocimiento, los sabios que aún quedan en nuestra sociedad planetaria han establecido respecto de qué es la vida.
En la biología y en la vida, es difícil separar. Aquí se quiere separar lo que está unido. En este veto, por ejemplo, no es posible separar los aspectos que tienen que ver con la investigación científica, la clonación y el genoma. Son inseparables. En el campo de la vida no hay tales separaciones. Ellas sólo existen en la capacidad, en el racionalismo, en el cartesianismo, que diseca, que separa lo que está unido.
Tal vez el gran esfuerzo del pensamiento de la sociedad moderna radica en volver a unir lo que se halla separado y pensar en forma compleja. El enorme problema de la sociedad para entender los fenómenos del futuro estriba en que éstos se encuentran unidos, son sistémicos, no están separados, no están dicotomizados, no están disecados. Y ésta es una visión cartesiana que yo siento que no apunta a la complejidad y a los desafíos del futuro.
No obstante, quiero intentar de todas maneras hacer una reflexión acerca de por qué es importante el proyecto sobre el genoma humano.
¿Es relevante regular la clonación? ¿Sí o no? ¿Y por qué?
Yo creo que sí es significativo regular la clonación, justamente para defender la vida; la vida en general, la de todos los seres vivos. ¿Por qué? Porque la vida de los seres vivos -nuestra vida; puede haber otras, con distintos orígenes- partió hace 14 mil millones de años, cuando hubo un Big Bang y apareció un fenómeno maravilloso que dio lugar a las bacterias; y de las bacterias, nosotros.
Todos los seres vivos que comparten este planeta, su átomo de nitrógeno, su átomo de carbono, provienen de la explosión de la misma estrella. Tenemos un mismo origen: una explosión estelar común.
¿Y por qué digo que esto es importante?
La vida humana, al menos en la forma como la conocemos (porque no podemos especular acerca de otras vidas), se ha desarrollado sobre la base de la diversidad. Es la diversidad del germoplasma el principal valor de la vida; eso es lo que la mantiene.
Existen bacterias que conservan la temperatura y el CO2 del planeta; son parte de la vida. Si ellas desaparecen, nuestra vida también desaparecerá.
¿Qué significa que los fenómenos sean sistémicos y en red? Que carecen de jerarquía; que no tienen un arriba y un abajo. Si colapsa el linfocito T -no es más importante que el cerebro; éste parece más relevante-, la vida del hombre va a desaparecer, al igual que si se extinguieran las bacterias que, como aquél, conservan las defensas o regulan al ser humano. Hay bacterias que mantienen la posibilidad de vida de otros seres vivos; en particular, la nuestra. De hecho, generan el oxígeno y otros elementos fundamentales para nuestra existencia.
Entonces, ¿por qué cuestionar la clonación? Porque la clonación de seres humanos completos puede destruir la vida, pues elimina la diversidad.
Si uno asimila la clonación a la reproducción humana, va a construir individuos exactamente iguales entre sí. Es factible tomar una célula de mucosa de un ser humano y hacer cien individuos iguales a él. Por lo tanto, eso es construir y segregar un tipo de genoma humano. Y eso puede destruir la vida. Pero está pasando.
La transgenia de los alimentos lo está haciendo. De hecho, en México desaparecieron cientos de variedades de maíz producto de que se seleccionaron especies transgénicas clonadas.
Ahora, ya se están haciendo, con otros seres vivos, ensayos que la humanidad y la historia habían proscrito. No es factible juntar un perro con un ser humano; no sale un perro humano. Pero a nivel de la transgenia, sí. Si se pone un gen de pescado a un tomate, éste puede resistir bajas temperaturas.
¿Por qué digo esto? Porque -y por ello soy partidario de regular las experiencias transgénicas en otros ámbitos de los seres vivos-, si no protegemos el germoplasma de la vida, y en particular el del ser humano, vamos a permitir que se altere la capacidad maravillosa que éste ha tenido de construir características distintas y adaptarse e ir cambiando a lo largo de la evolución.
Por eso me parece relevante plantear el problema de la clonación de seres humanos completos o el de otras prácticas.
Si las personas pudieran decidir -porque en algunos años eso será factible- si sus hijos van a ser grandes o chicos, inteligentes o menos inteligentes, rubios o de pelo negro, estaríamos seleccionando un tipo de genética cuyo único resultado sería poner en cuestión el germoplasma en términos de su diversidad, que es la mayor riqueza de la vida humana. Y yo también me opondría a eso.
Sin embargo, no me puedo oponer a la posibilidad de hacer clonaciones parciales. Por ejemplo, usar células madres que, sin clonar individuos completos, sirvan para salvar vidas, para generar vida. Y a eso nos estamos oponiendo ahora.
En medicina estamos sufriendo un cambio brutal y profundo, como el que en la década de 1940 permitió la creación de los antibióticos. Yo lo comparo con eso. La aparición de las vacunas tiene que ver con las clonaciones parciales. O sea, sacando una célula de mucosa de una persona, pero no clonando individuos completos sino compilando partes y piezas, es factible construir células capaces de generar órganos. Y ya se usan hoy día. Por ejemplo, las células madres, las células embrionarias -es muy difícil obtenerlas de tejidos somáticos, de tejidos comunes de la gente; pero se pueden conseguir de embriones, mediante procesos de clonación, sin alterar el germoplasma (porque no vamos a construir individuos completos; por lo tanto, no amenazamos la diversidad del germoplasma del planeta)-, serán empleadas a futuro como partes y piezas para tratar cánceres, leucemias.
Y ya hay experiencias. Incluso, "El Mercurio", que a veces tiene una visión más conservadora, publicó hace algunas semanas un artículo sobre un laboratorio de ratones a los cuales se les seccionó la médula y se les provocó una paraplejia; posteriormente fueron inoculados con células madres, recuperaron la capacidad de conectar sus neuronas y, por lo tanto, volvieron a caminar.
Ésa será la medicina del futuro: una medicina genética, para salvar vidas, para reparar la salud de pacientes que padecen cánceres, por ejemplo.
Esos trasplantes, hoy día tan difíciles de hacer, en el futuro se podrán llevar a cabo con los propios tejidos.
Lo único que le pido al Senado es reflexionar al respecto. Porque eso va a ocurrir. Si nos cerramos -quizá desde una visión vinculada con nuestros propios juicios- y no logramos comprender por dónde va a evolucionar la humanidad, generaremos un daño a nuestra calidad de vida, a los instrumentos disponibles para mejorarla.
Por lo tanto, si no se afecta el germoplasma, la vida o la preservación de la diversidad, no tengo cuestionamientos a los procesos tendientes a generar partes y piezas o a lo que podríamos llamar "clonaciones parciales de seres humanos", pues van en beneficio de la vida.
Hay en seguida otro tema, vinculado con el hecho de que estas tecnologías sirven para permitir la vida.
Muchas personas -potenciales padres y madres-, que constituyen 15 por ciento de la población chilena, sufren problemas de fertilidad, y la única manera que tienen para concebir un hijo propio (la mujer, con su óvulo, y el hombre, con sus espermios) es el uso de ese tipo de instrumentos y tecnologías.
Son miles de parejas -el Senador señor Ominami decía que aquí han nacido más de 4 mil niños por esa vía; porque en Chile hay un problema de acceso a estas nuevas tecnologías- en un planeta donde la gente no quiere tener hijos. En naciones de Europa -Holanda, por ejemplo- se paga a las parejas para que tengan hijos; aun así, no quieren.
Yo pregunto: ¿por qué no ayudamos a quienes desean tener hijos y no pueden?
Entonces, vamos a impedir engendrar vida a los que quieren promoverla.
Ahora, es cierto que la persona imposibilitada de engendrar hijos puede someterse a la fertilización in vitro.
¿Qué significa eso?
A veces los espermios se hallan tan dañados que es necesario sacarlos mediante una punción al testículo. Hay que extraer el óvulo de la mujer, inseminarlo in vitro, juntar ambos gametos y congelar el resto de los espermatozoides, pues uno solo no funciona; deben ser varios. ¿Saben Sus Señorías por qué tienen que ser varios? En la fecundación natural de un hombre con una mujer, el 70 por ciento se pierde y sólo el 30 por ciento logra anidar. Ésa es la historia de la vida de los seres humanos. Y lo mismo ocurre en el laboratorio: se pierde 70 por ciento de los espermios.
La cuestión reside en si vamos a negar a esas personas la posibilidad de reproducir su propia vida por aquella vía, mediante un proceso que no es el desarrollado normalmente en quienes no tienen problemas de fertilidad.
Yo siento que una negación implica ir un poco lejos. Por último, permitamos que cada cual decida si quiere usar aquella técnica para dar origen a la vida y tener un hijo propio.
Considero que estamos yendo más allá de lo que corresponde, que estamos interviniendo en resoluciones que exceden con mucho nuestro ámbito y que estamos vulnerando el derecho fundamental de los seres humanos a ser madre o padre a partir de un óvulo y de un espermio propios.
Por cierto, ese aspecto me preocupa, porque, de hecho, la legislación en proyecto va a prohibir y proscribir todo ese tipo de prácticas. Así es.
Conozco la materia. Al respecto, he conversado largamente con todos los sectores involucrados: con la Sociedad Chilena de Fertilidad, con la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología, con el doctor Zegers, con el doctor Balmaceda, con los equipos de las Universidades Católica y de Chile que trabajan en el área. Y todos están tremendamente angustiados, no por los médicos -porque se pueden dedicar a la ginecología; son buenos obstetras-, sino por los miles de chilenos y chilenas que van a perder un derecho que se encuentra accesible al lado, en Argentina. Quienes tengan plata podrán viajar también a Estados Unidos, a Europa o a otras partes para someterse a los mismos procedimientos.
Por lo tanto, lo único que estamos construyendo es una tremenda y brutal medida de inequidad en cuanto al acceso a un derecho esencial.
Y quiero exponer un tercer punto.
Efectivamente, hemos transitado por decisiones que tienen cuestionamiento, dependiendo de los valores de cada cual. La iniciativa, tal como está, va a controvertir derechos fundamentales de las personas: los derechos sexuales y reproductivos.
Hagámonos cargo de lo que vamos a hacer. Creo que normativas como ésta no pueden durar mucho. No me angustio, porque las sociedades avanzan más rápidamente que las elites, que las políticas, que los grupos políticos, por lo cual en poco tiempo más nos veremos obligados a adecuar nuestra legislación a las sanas demandas de una sociedad pro vida. Porque lo que yo estoy planteando es pro vida, es pro recuperación de la vida, es pro defensa de la vida.
Me preocupa, sí, que se va a vulnerar un elemento que también debiera estar consagrado en Chile a nivel constitucional -y hemos propuesto un proyecto sobre la materia-: los derechos reproductivos de las personas. Ello, porque se va a controvertir uno de los principales instrumentos de planificación familiar: los dispositivos intrauterinos.
Si hay algo que se cuestiona hoy día en la ciencia -sucedió con la píldora del día después-, es justamente el uso de tales dispositivos, en particular la T de cobre. Hay evidencia sólida de que ésta impide la fecundación del óvulo, el que en 70 por ciento de los casos se va a ir solo; no se anidará, por razones de la vida, de la biología, de la adaptación, de la evolución. Y esto daría pie para controvertir uno de los instrumentos que más han colaborado a disminuir la mortalidad infantil.
Como los señores Senadores saben, todos los estudios sobre la materia demostraron que la mortalidad infantil estaba asociada a los niños pobres no deseados. Y quienes tenían más niños no deseados eran los sectores de menores ingresos.
La T de cobre ha sido uno de los instrumentos que permiten hacer diferencia cuando se mira la realidad chilena.
Esta mañana el doctor Uauy preguntaba por qué nosotros, con la cantidad de recursos que tenemos, exhibimos indicadores de salud que corresponden a naciones cuyo ingreso per cápita es de 20 mil dólares. Bueno: porque Chile fue uno de los países del planeta pioneros en el uso de la T de cobre. Y hoy día, casi cuarenta años después de haber sido precursores mundiales, de haber inventado tecnología -particularmente durante el Gobierno del Presidente Frei Montalva, quien fue de verdad pionero- y de haber desarrollado instrumentos que sirvieron para la planificación familiar del planeta, que permitieron atacar la pobreza, que evitaron sufrimientos, dolores, y que generaron avances espectaculares en la calidad de vida, ¿vamos a empezar a cuestionar la T de cobre?
Porque lo que estamos haciendo acá es controvertir la T de cobre. Con la ley en proyecto, algunas personas podrán ir a los tribunales a exigir que se impida su distribución y a acusar de cometer un delito, un atentado contra la vida, a las mujeres que la usan y una vez al mes vedan la posibilidad de que el óvulo sea fecundado.
Por cierto, lo planteo como una caricatura. Pero es lo que finalmente podría ocurrir.
Señor Presidente, quiero decirlo de esta manera: ni el veto ni el artículo 1º me convencen. La observación no resuelve el problema; deja intacta una visión que puede ser legítima para algunos, pero que yo no comparto. Porque no ha habido consenso, en los maravillosos debates planetarios desarrollados, respecto del origen de la vida.
Entonces, insto a construir una sociedad plural, una sociedad para todos. Pero no nos encasillemos en instrumentos que sólo van a provocar a nuestro país postergación al impedirle ser parte de los avances, de la apertura, de la modernidad.
La modernidad no es únicamente económica. La globalización no es sólo económica: es de sentido de vida, de respeto a la vida, de recuperación de la vida, de preservación de la vida.
En consecuencia, señor Presidente, el gran esfuerzo que debemos realizar -y está presente la señora Ministra de Salud- es el conducente a lograr, ojalá, un consenso para modificar el artículo 1º. Ése es el problema de fondo por resolver. Si no, le vamos a entregar a nuestra sociedad una carga de menos oportunidades que no tiene por qué asumir, porque a lo mejor ni siquiera representa el sentir de toda la comunidad chilena.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Terminó su tiempo, señor Senador.

El señor GIRARDI.- Y la gente también tiene valores, también tiene principios y, en muchas de estas materias -no sólo nosotros-, también es capaz de tomar buenas decisiones. Y yo confío en que puede hacerlo.
He dicho.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Gazmuri.

El señor GAZMURI.- Señor Presidente, me referiré al asunto de forma, el de la admisibilidad, que inevitablemente lleva a uno de los problemas de fondo planteados con la modificación que sufrió el proyecto en la Cámara de Diputados.
A mi juicio, la iniciativa fue despachada de buena manera por la Cámara Alta en el primer trámite constitucional. El objeto principal de su autor -es una moción del Senador y doctor Ruiz-Esquide- era prohibir la clonación de seres humanos. Y creo que a este respecto hay unanimidad.
El artículo 1º que aprobó el Senado contenía una buena definición, porque establecía un principio de amplia aceptación en esta Corporación y, en general, en nuestro país. Decía: "Esta ley tiene por finalidad proteger la vida de los seres humanos, su integridad física y psíquica, así como su diversidad e identidad genética.".
En la Cámara de Diputados se cometió el error, en mi concepto, de intercalar una frase que dispone la protección de la vida de las personas "desde el momento de la concepción". Obviamente, eso introdujo un debate -también se planteó en las Comisiones- en el sentido de si tal agregado interfería o no con prácticas de reproducción asistida y con prácticas de prevención del embarazo, de amplia aplicación en el país.
O sea, el veto no surge de la nada. No se trata de una observación al proyecto de ley, sino a la modificación que éste sufrió en la Cámara Baja.
¿Por qué la prevención? Y, en este sentido, no concuerdo con la interpretación del señor Presidente. Claro: no estaba en el mensaje, pero sí en el texto que deberíamos despachar. Se puede hacer o no hacer. Pero la frase "desde el momento de la concepción" podría ser utilizada por un juez -no por el legislador- para argumentar que determinadas prácticas de prevención del embarazo son abortivas y están eliminando seres humanos.
Hay en esta sociedad gente que piensa así. No todos, por cierto. En consecuencia, pueden existir magistrados que fallen en tal sentido. Entonces, estamos ante un debate que, en mi concepto, no puede resolverse en sede judicial.
Porque aquí no hay una discusión sobre la vida solamente. Se trata de una discusión más específica, relativa a cuándo existe un ser humano. Ése es el punto: desde cuándo se considera que éste existe. La vida se presenta desde que, como se señalaba aquí, hace miles de millones de años se autorreprodujo la primera bacteria, que surgió de una cadena de aminoácidos en una etapa temprana de la evolución del cosmos.
La cuestión radica -repito- en cuándo hay un ser humano. Y esa controversia no se halla zanjada ni por la ciencia, ni por la filosofía -porque hay distintas posturas filosóficas-, ni por la antropología. Santo Tomás, el gran maestro medieval de la Iglesia Católica, consideraba que había un ser humano a los cuatro meses de embarazo, claro que sobre la base del desarrollo de la biología en ese siglo.
Hay quienes concluyen que existe un ser humano, no vida -porque también la manifiestan los gametos masculino y femenino-, desde el momento en que el óvulo es fertilizado por el espermio.
Otros sostienen que ello no es así -sólidos científicos, éticos y teólogos-; que la vida humana se plantea con la anidación. Porque, efectivamente, la naturaleza desperdicia -entre comillas- muchos óvulos fertilizados.
Y algunos afirman -me cuento entre ellos-, sin contarse todavía con un fundamento científico claro, que existe vida humana cuando se presenta determinada complejidad neurológica. Creo que ése es un argumento que se puede defender. Digo que la naturaleza humana aborta mucho.
Cuando se hace referencia a la ley natural, se alude a una discusión larguísima, incluso en la tradición tomista. ¿Qué es lo natural en la naturaleza humana? Constituye un tremendo debate.
¿Resolveremos todas esas cuestiones en un inciso de la norma que nos ocupa? Juzgo que no.
Por mi parte, votaré en contra del artículo 1º, porque me parece innecesario y que deberíamos reponer la disposición con que todos estuvimos de acuerdo.
Porque eso es lo otro: aquí despachamos un texto que a todos nos pareció bueno en cuanto al asunto en análisis. Entonces, lo que planteo es por qué no hacemos las cosas de manera que volvamos a lograrlo. Porque todos coincidimos en el respeto a la vida y en que no se lleve a cabo clonación de seres humanos.
Sobre otros asuntos que tienen que ver con la bioética registraremos muchas diferencias. Y deberemos ir resolviéndolas, como son las discusiones en todas partes.
En consecuencia, pienso que, desde el punto de vista formal, el veto es admisible, porque dice relación a prevenir algunos de los efectos posibles de la normativa. Quiero ser muy preciso en ello, para la historia de la ley. Porque también se dijo en la Comisión que el artículo 1º no implicaba disposiciones respecto de la fertilización asistida o la prevención del embarazo. Y, por tanto, para considerar la situación de algún juez demasiado ortodoxo el día de mañana en su concepción sobre el inicio de la vida humana, cabe consignar que también se expuso en el despacho del proyecto que el punto no implicaba modificaciones a lo que en el país son hoy prácticas legales de prevención del embarazo.
Pero, como he señalado, existe en la sociedad la teoría, discutible -creo que no se puede imponer en la ley-, de que existe un ser humano desde que se fertiliza el óvulo. Pienso que ése es un concepto que nadie puede imponer en un Congreso. ¿Y por qué no se contempla la anidación? ¿Y quién resolverá? ¿La mayoría? ¿En función de qué criterio de la biología o de la ética? ¿Y dejaremos ese capítulo abierto a cualquier interpretación discrecional de los jueces de la República?
Me parece, realmente, que sería un sinsentido aprobar el texto con el artículo 1º tal como está. El veto no efectúa una corrección, sin perjuicio de que ello sea admisible, salvo evitar daños mayores. Porque no enmienda el error cometido por la Cámara de Diputados, a mi juicio, al introducir la frase "desde el momento de la concepción".
Por algo ello no lo contempló el Senado. Después se aprobó el texto, pero salió de acá sin esa...

El señor OMINAMI.- Se acogió en el tercer trámite.

El señor GAZMURI.- Así es.
Entonces...

El señor COLOMA.- ¿Me permite una interrupción, Honorable colega?
El señor GAZMURI.- Sí, señor Senador.

El señor COLOMA.- Sólo deseo precisar, señor Presidente, que el tema se discutió en su oportunidad y que se registró el resultado de 21 votos contra 12. Y se expuso -invito a leer la Versión Taquigráfica de la sesión 50ª, de 10 de mayo de 2005- exactamente la misma argumentación que han planteado las bancadas del frente. Con el pronunciamiento mencionado se aprobó el texto de la otra rama legislativa. Quiero precisarlo, simplemente, para que no se crea que no constituyó un asunto de fondo.
Y tiene razón el Honorable señor Gazmuri al explicar la génesis de la cuestión. Pero el punto se debatió en tres sesiones del Senado y se votó en la forma que he consignado, habiéndose resuelto democráticamente esta línea de acción.
Gracias.

El señor GAZMURI.- Por mi parte, señor Presidente, sigo la discusión, pero lo único que puntualizo es que el debate se abre con la intercalación realizada por la Cámara de Diputados.
Entiendo por qué se origina la controversia: algunos Honorables colegas, con toda razón, pueden sostener la teoría de que existe un ser humano desde el momento mismo de la fecundación, en función de cualquier tipo de creencia.
Desde las mismas creencias, desde la misma ética y desde la misma teología se puede sostener una posición distinta.
¡Si también teólogos católicos modernos piensan que existe un ser humano a los tres meses!
Pero éste no es un concilio, sino el Congreso de una República democrática y laica, donde compartimos los valores esenciales del humanismo. Y, por ello, el respeto a la vida es un punto en que nos encontramos todos.
Estimo que dirimir por ley cuestiones altamente discutibles en la ciencia, la ética y la teología constituye un procedimiento muy poco prudente para enfrentar, como sociedad, los grandes desafíos que plantean todas las controversias bioéticas. Estoy de acuerdo con el colega Girardi en que éstas ocuparán en Chile, como en el resto del mundo, una parte muy importante del debate moral y legislativo en los años que vienen.
He dicho.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Matthei.

La señora MATTHEI.- Señor Presidente, deseo invitar a los Honorables colegas a que tomen el libro que se encuentra en cada escritorio y lo abran en la página 731 -en él se halla el decreto Nº 873, del Ministerio de Relaciones Exteriores, que aprueba la Convención Americana sobre Derechos Humanos-, donde aparece el "Artículo 4. Derecho a la Vida", que en su número 1 expresa:
"Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente.".
Se trata del Pacto de San José de Costa Rica.
Y en verdad, señor Presidente, considero que toda la presente discusión es absolutamente irrelevante. En efecto, esa normativa es parte de nuestro ordenamiento jurídico, nos guste o no.
Si no queremos sujetarnos a sus términos, de alguna manera deberíamos desafiliarnos de la Convención. Ignoro cómo sería factible materializarlo; la Senadora señora Alvear podrá explicarnos cómo hacerlo. Pero ese texto, repito, forma parte de nuestro ordenamiento jurídico.
El Honorable señor Ominami tenía razón cuando recién precisaba que en Costa Rica se han dejado fuera de la ley la reproducción asistida y algunos métodos de anticoncepción. Pero es algo que no se hizo en virtud de una norma legal, sino del Pacto.
Y en Chile lo podría hacer cualquier persona en este momento, con la ley en proyecto o sin ella, con veto o sin él. Da lo mismo. Porque el Pacto de San José de Costa Rica tiene un rango legal mayor que el de la normativa cuyo veto estamos discutiendo.
Lo cierto, señor Presidente, es que en este minuto, ahora mismo, cualquier persona, invocando la disposición que leí y que forma parte de nuestro ordenamiento jurídico, podría recurrir a los tribunales y solicitar lo mismo que se pidió en Costa Rica.
Más aún, me parece que el texto aprobado por el Congreso Nacional en el proyecto de ley sobre investigación científica en el ser humano es mucho más acotado que el de la Convención Americana, pues protege, desde el momento de la concepción la vida de los seres humanos en relación con la investigación científica biomédica y sus aplicaciones clínicas.
Realmente, no creo que haya un juez en el país que pueda señalar que el método anticonceptivo de la T de cobre sea parte de una investigación científica biomédica. Investigación científica habrá sido, pero hace como 50 años. Se viene usando en nuestro país y en todo el mundo desde hace mucho tiempo.
Repito: el método de la T de cobre no es parte de ninguna investigación científica biomédica. Y la reproducción asistida es una técnica que también se aplica aquí desde hace largo tiempo. Tampoco es parte de la investigación científica.
Entonces, señor Presidente, reclamo en el sentido de que la presente discusión, si bien ha sido muy interesante -en mi opinión, hay varios aspectos que tendremos que analizar en algún minuto-, resulta irrelevante, por cuanto ya existe en nuestro ordenamiento jurídico una disposición bastante más estricta que la que se ha vetado. Por lo tanto, el problema lo tenemos y lo hemos tenido en los últimos años, y cualquier persona podría haber recurrido a los tribunales.
Ahora, francamente, no imagino a ningún juez que se atreva hoy aquí a declarar ilegal la T de cobre; y tampoco, a dejar fuera de la ley la reproducción asistida. Eso no es posible.
Por ello, pienso que hemos estado discutiendo un asunto muy entretenido intelectualmente, muy importante desde la perspectiva de los problemas que se nos vienen encima en el ámbito de la bioética, pero absolutamente irrelevante desde el punto de vista práctico de cómo funciona nuestro país y de qué se puede esperar respecto del futuro de la anticoncepción y de la reproducción asistida en Chile.
He dicho.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Tiene la palabra la señora Ministra.

La señora BARRÍA (Ministra de Salud).- Señor Presidente, el Ministerio de Salud considera relevantes los avances propuestos en el proyecto para regular la investigación científica en el ser humano, su genoma, y prohibir la clonación humana, convirtiéndose en un marco de acción legal en estas materias conforme a la evolución de la bioética.
Una normativa de esa naturaleza viene a llenar un vacío legal serio, recogiendo las recomendaciones internacionales y la norma técnica sobre investigación en medicamentos no registrados.
Asimismo, estimamos que la creación de la Comisión Nacional de Bioética constituye la confirmación de la necesidad de una mirada permanente a un conjunto de temas que aparecen vertiginosamente al ritmo de los avances científicos y que pueden orientar el necesario debate social respecto de estos asuntos.
Sin embargo, al final de la tramitación del proyecto surgió la preocupación de que, debido a la redacción específica del artículo 1º, se pudiese entender que se establecen restricciones a la anticoncepción y a la fertilización asistida, tal como aquí se ha señalado.
Sin lugar a dudas, estos últimos procedimientos hoy resultan sustantivos para la salud física y mental de las personas y las familias, que acceden a ellos libre e informadamente, por decisión propia.
En ese sentido, resulta importante destacar que sólo en el Sistema público de Salud existían, a diciembre de 2005, más de 1 millón 150 mil personas, bajo control de los establecimientos de la red, que utilizaban algún método de regulación de fecundidad.
Además, actualmente se registra el nacimiento de alrededor de 350 niños al año -¡al año!-, que llegan a completar familias para las cuales las técnicas de fertilización asistida constituyen una posibilidad única.
Estamos hablando, señor Presidente, de prácticas y procedimientos que contribuyen significativamente al bienestar de las familias, permitiéndoles tomar decisiones informadas conforme a sus aspiraciones y creencias.
Su indiscutible relevancia es la que inspiró el veto que se acaba de declarar inadmisible.
Entendemos, en todo caso, que no ha estado en el espíritu del legislador y no es materia de la ley en proyecto poner restricción alguna a la fertilización asistida o a mecanismos de anticoncepción, tal como se manifestó en forma unánime en la Comisión de Salud de esta Alta Cámara cuando se discutió el veto.
No obstante, nos preocupa que esta decisión sea transparente y conocida, pues lo que está en juego es de la más alta relevancia. Estamos hablando de la felicidad de parejas que quieren completar su familia con un hijo. Se trata de la posibilidad de que las familias asuman responsablemente la paternidad.
Señor Presidente, de la historia de la ley en proyecto, de su texto, de los fundamentos expuestos y de lo resuelto por la Comisión de Salud del Honorable Senado, resulta nítido que los alcances de la normativa no deben afectar las políticas de fertilización asistida y de regulación de la natalidad que se encuentran vigentes.
Sin lugar a dudas, lo establecido en el Pacto de San José de Costa Rica es distinto de lo que señala la presente iniciativa, pues en aquél se habla del respeto a la concepción en general, cosa que no aparece en el artículo 1º del proyecto. Habría que entrar a discutir, tal como se ha señalado, lo que significa el ser humano, lo que significa la concepción, que no es lo mismo que la fecundación de un óvulo con un espermio.
El Gobierno, en consecuencia, estará atento a las implicancias de esta normativa una vez que se promulgue como ley. Pero lo que está claro es que no se puede poner en juego la necesidad de anticoncepción de nuestra población ni la posibilidad de seguir contando con la reproducción asistida.
Por ello el Ejecutivo, no obstante considerar que el veto resultaba procedente y su aprobación adecuada, entiende que la declaración de su inadmisibilidad no afecta los alcances limitados que la ley producirá de acuerdo a la historia fidedigna de su establecimiento.
Estoy convencida de que tendremos la oportunidad de seguir avanzando en esta línea, que es de gran relevancia para el Gobierno. Debemos ser capaces de ir asegurando, en un mundo que cambia y evoluciona, a veces de manera compleja, que los derechos y libertades de las personas sean respetados en todos los ámbitos, pero principalmente en aquellos tan sensibles como los asociados a la salud.
Muchas gracias.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Ruiz-Esquide.

El señor RUIZ-ESQUIDE.- Señor Presidente, voy a referirme, como lo han hecho quienes me han precedido, tanto al tema de fondo como al puramente formal. Deseo precisar, sin embargo, que a mi juicio en esta sesión sólo se iba a discutir el último. Entiendo que es difícil separarlo y genera debate. Entonces, para poder entrar en él, quiero aclarar algunos hechos, porque de lo contrario podemos equivocarnos en lo que estamos haciendo y en las consecuencias que se saquen.
Primero -lo digo con todo respeto a los colegas que han intervenido-, me parece que no cabe sostener que el Senado ha sido superficial en la discusión de este proyecto, que lleva años en el Parlamento. Se debatió, se analizó, se trabajó junto a otra iniciativa sobre fertilización asistida, precisamente para prevenir, de alguna manera, cualquier otra discusión ajena a lo que se busca.
Por lo tanto, ninguno de los temas mencionados ha dejado de discutirse entre nosotros. Y la verdad es que en cada oportunidad los hemos ido precisando, aunque en el debate de esta tarde de repente han surgido algunas divergencias en cuanto al uso de cada término.
Eso es lo primero.
En segundo lugar, se ha señalado -perdón por ir revisando esta materia por puntos, pero esto tiene que ver con lo que propondré o con lo que se resuelva al final- que en ninguna parte hay una disposición o ánimo de limitar la ciencia, su estudio, análisis y progreso. Más aún, en reiteradas ocasiones he recordado en el Senado la famosa frase de Aristóteles que dice que el mal uso de una técnica, o de una libertad, o de una acción humana no elimina ni limita el uso de una u otra.
Por lo tanto, si aquí hubiese algún proceso contrario a la vida, ello no impediría regular la forma en que se debe efectuar la investigación científica, lo que el enunciado del proyecto original consigna como línea central de lo que se tiene que hacer.
La ciencia no se va a detener jamás, y menos por causa de una acción o de una iniciativa del Senado o de la Cámara de Diputados. Porque eso sería absurdo. Sería como tratar de parar el sol con las manos, como dicen los caciques.
En tercer término, se ha dicho que se prohíbe la clonación de partes que pudieran ser útiles para mantener la vida. Eso es falso. Ahí hay una equivocación, un error de interpretación.
El artículo que se refiere a ese tema dice claramente: "Prohíbese la clonación de seres humanos". Y esto se ha repetido en la discusión del proyecto hasta la saciedad.
Lo que sí hemos aceptado -y se ha planteado también en el debate; pero no podemos hacernos cargo de lo que no está, ni alegar contra un hecho que no existe- es que no es factible clonar seres humanos. Ninguna de las señoras o señores Senadores debe ser clonado. ¡Nunca!

El señor ZALDÍVAR (don Adolfo).- ¡Gracias a Dios¿!

El señor ESPINA.- ¡Gracias a Dios¿!

El señor RUIZ-ESQUIDE.- Sí se pueden clonar partes del hígado, del riñón o del órgano que sea para mejorar la condición de una persona.
Iré más lejos, aunque no tenga que ver con este tema específico.
Yo, que soy el autor y, curiosamente, el único sobreviviente del proyecto, pese al tiempo que llevamos discutiéndolo, nunca he manifestado mi aprobación a que el trabajo con determinadas células pueda hacerse si ello implica la repetición de un ser humano, la clonación en su conjunto.

El señor ZALDÍVAR (don Adolfo).- Mientras se respete la vida de ese ser humano.

El señor RUIZ-ESQUIDE.- Estamos hablando de los casos en que existe la posibilidad real, técnica, de efectuarlo, sin perjuicio de que se pueda respetar al dador. Eso es obvio.
Para nosotros, un individuo repetido por clonación ya no tiene la calidad de ser humano, porque carece de libertad, está condicionado por la clonación. De manera que no se puede argumentar lo que aquí se ha planteado.
Por otra parte, nunca expusimos ni surgió en el debate un solo punto en que se pusiera en duda la fertilización asistida o la anticoncepción.
Ruego a Sus Señorías escuchar mi argumentación para después poder llegar a algún acuerdo. Como dice Santo Tomás, discutir, dividir, precisar, para poder congeniar.
Señor Presidente, lo que he tratado de hacer, incluso en esta última parte del debate, es ofrecer al Gobierno y a los Parlamentarios que contradicen mi planteamiento en esta materia la presentación de un proyecto alternativo, simultáneo al que está en trámite. Planteé después la posibilidad de que se proponga una iniciativa sobre fertilización asistida, para evitar cualquier otra discusión respecto de lo que podría ocurrir más adelante.
Entre paréntesis, debemos tener cuidado con legislar sobre la base de lo que pueda pasar en el futuro, porque este artículo podría ser utilizado de mala manera. Eso no es factible, a mi juicio, porque nos llevaría a una exquisitez excesivamente peligrosa.
Por eso, en vista de que fue imposible lograr un acuerdo, presenté un proyecto sobre fertilización asistida, lo que, desde el punto de vista técnico, significa resguardar esta técnica precisamente para permitir su aplicación.
Se ha debatido mucho sobre lo que es posible o no hacer. Y parte de lo realizable en el país es consustancial a la evolución. Nadie va a discutir la anticoncepción.
Asimismo, deseo prevenir a los señores Senadores en el sentido de que hoy, si se quisiera, se podría impedir la fertilización asistida. Con el proyecto que estoy presentando y con el debate que aquí se está haciendo, si aprobamos la posición del señor Presidente -yo la voy a apoyar- y se da urgencia a dicha iniciativa, se rompe ese peligro, porque ahora no hay ley alguna que la impida o la promueva. Pero hoy, si ese mismo conjunto de médicos que se autodenominan "pro vida" -pero en otro sentido- presentaran un alegato sobre la base de que la fertilización es inadecuada, un tribunal podría perfectamente darles la razón, porque no existe norma legal que la regule, y prohibir su realización. Estoy argumentando la tesis que ellos sostienen, que de alguna manera es ad hóminem.
Por otro lado, se ha discutido mucho lo que podría suceder si el veto fuera declarado inadmisible.
Se trata de algo muy preciso: la introducción por la Cámara de Diputados del concepto "desde el momento de la concepción" fue un error. Y lo es por dos razones: primero, porque no agrega nada (y lo han ratificado aquí los señores Senadores), y segundo, por ser casi un pleonasmo, una interpretación libre que nos lleva a lo obvio. Es como una expresión sacada de la Biblia. Y resulta un poco pretencioso haberla puesto así.
Cuando ante la zarza ardiente Moisés pregunta al Señor "¿Quién eres?", Él responde: "Soy el que Soy".
Esto es lo mismo: ¿Cuándo comienza la vida? Cuando empieza. Eso señala este artículo; no dice nada más.
Distinto y peligroso habría sido precisar -como aquí se ha planteado- cuándo ocurre la concepción. Pero no se señala. Es un tiro al aire, algo carente de significado, que ha provocado el veto y que nos ha llevado a esta discusión.
Por otra parte, y para los efectos pertinentes, en el lenguaje usado actualmente por la Sociedad Chilena de Fertilidad, la palabra "concepción" sólo se refiere al embrión anidado.
Por lo tanto, al introducir la Cámara de Diputados aquella frase, ¿qué ha sucedido? Que quienes queremos preservar la vida caemos en un error. Porque, de aprobarse lo planteado por esa rama legislativa, habría por lo menos 14 a 18 horas en que se podría interrumpir el embarazo. Y ello, de acuerdo con el proyecto, que pretende preservar el embrión. De modo que es un triple error.
El veto lo discutimos en su momento. Comparto el parecer de los señores Senadores que dicen que no agrega nada. Y si añade algo, es para peor. Porque se ha usado un argumento real. De aprobarse el veto, habría que considerar también otras argumentaciones en orden a que nada de esto valdría en un momento determinado. Entonces, se podría hacer cualquier cosa. En el hecho, se está liquidando el proyecto.
En concreto, se trata de algo muy simple.
Creo que la observación del Ejecutivo es absolutamente inadmisible. Ahora, mi preocupación es por qué.
De haberse declarado admisible el veto, que no tiene que ver con la idea matriz del proyecto, haciendo una interpretación demasiado laxa de lo que es o no pertinente a él, el día de mañana terminaríamos haciendo, quiérase o no, leyes misceláneas, en que en un cuerpo legal se va a introducir cualquier cosa. Y ello, en un momento -lo digo con franqueza- en que se discute mucho la forma en que estamos trabajando y como desarrolla sus labores el Senado, lo que en lo personal no me crea problema ético ni de interpretación alguno. Sin embargo, por esa vía sí podemos transformar el debate en algo sin sentido.
También es verdad que todo está conexo; estoy de acuerdo. Pero en algún momento debemos poner coto a la conectividad de todos los problemas.
Uno de mis Honorables colegas dio su interpretación en lo relativo a la vida. Coincido en que todo puede ser interpretado. Nuestro viejo Santo Tomás sostuvo que hay vida humana a los tres meses.
Voy a decir más: un documento de la Conferencia Episcopal consigna claramente que es posible interpretar ciertos hechos de manera distinta, y que podría aceptarse determinado momento en que se produce la fecundación y dónde tiene lugar la anidación. Pero simultáneamente sostiene -y es una interpretación- que todo lo que ya es va a ser, y viceversa. Eso significa que si hay un embrión anidado que luego se transformará en un ser humano, ya lo es en cualquier etapa de su vida.
Sus Señorías se preguntarán qué tiene que ver con esto.
Hay contradicción en ese punto de vista con lo que señala Santo Tomás; es verdad. Porque la ciencia, el desarrollo, la inteligencia de que hablé al comienzo evidentemente abre una posibilidad de ir por ese camino.
Hay tres instancias, a saber: una es la fecundación, que puede interpretarse o definirse (no hicimos esto último, para evitar el debate, el mismo que paralizó el proyecto del ex Senador señor Piñera sobre reproducción humana asistida), y consiste, como señaló el Senador señor Girardi, en el instante en que se tocan el óvulo y el espermio; otra, cuando el óvulo envuelve al espermio y literalmente lo disuelve en el magma genético; y la tercera, cuando definitivamente ocurre el intercambio de genes masculinos y femeninos. Es entonces cuando aparece un tercer ente, una nueva vida.
El segundo elemento se refiere a cuándo estamos en presencia de un tercer ser humano, respecto de lo cual hay discusión.
El tercero alude al momento en el cual, según nuestro concepto, un ente que tiene individualidad y posibilidad de ser consciente es persona humana. Y ahí entran en juego los tres o cuatro meses planteados.
Finalmente, creo que la mejor forma de resolver el tema es declarar la inadmisibilidad del veto y discutir pronto -ojalá el Gobierno le pusiera urgencia- el proyecto sobre reproducción humana asistida, con el objeto específico de despejar los temores que pudieran sentir algunos señores Senadores, que yo no tengo, porque los tribunales, ante un eventual reclamo, deberán ajustarse a la ley; es su trabajo. Pero también está el sentido común y el criterio general, la inteligencia para hacer las cosas. No tengo miedo, si se presentara un requerimiento sobre esta materia, de que la justicia vaya a fallar en otro sentido.
Entre tanto, espero que se tramite la iniciativa sobre fertilización y que se puedan resolver los problemas en forma razonable, sin entrar a debatir cuándo comienza la vida (si es por eso, podemos dedicarnos a leer también a Teilhard de Chardin, y ahí sí que tendríamos un incordio bastante grande), ni tampoco a definir lo indefinible, desde los tiempos en que los Estados generales de Francia votaron si existía o no Dios.
He dicho.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Espina.

El señor ESPINA.- Señor Presidente, me tocó participar en la parte final del debate del proyecto en la Comisión de Salud. Y sobre esta materia quisiera plantear tres temas, a mi juicio totalmente distintos y que tienden a confundirse, produciéndose lo que a menudo ocurre cuando analizamos una iniciativa de ley, esto es, que cada uno la mira desde la perspectiva de su mayor interés, pero sin entrar al análisis del asunto que debemos resolver.
En primer término, el proyecto que vimos en la Comisión de Salud nunca tuvo por objeto analizar ni resolver lo relativo a la reproducción asistida de los seres humanos. En sus cuatro primeros artículos define claramente su finalidad: primero, qué hacer con las actividades de investigación científica biomédica en seres humanos; segundo, qué hacer con los casos de clonación; tercero, cómo regular el cultivo de tejidos y órganos (¿Se usarán para fines terapéuticos? ¿Se podrían utilizar para otras finalidades?), y cuarto, qué hacer con las investigaciones respecto de la identidad genética de un ser humano.
Tales eran los objetivos generales de la iniciativa.
Nunca, en ninguna de las sesiones, se analizó la reproducción asistida. Por lo tanto, las normas de este proyecto no pueden afectarla, pues ella no está regulada en nuestro país. Y al no estarlo, se presta para cualquier tipo de uso, sea positivo o eventualmente negativo.
Soy partidario de fortalecer la reproducción asistida. Considero que todo esfuerzo que haga la ciencia por dar vida debe ser fortalecido, en la medida que respete los derechos esenciales de la naturaleza humana. Y no estoy definiendo lo del artículo 1º en cuanto a la concepción. Estoy diciendo que me parece esencial que el Parlamento legisle sobre la materia, señale con claridad y resuelva en su momento qué hacer con los embriones que no se implantan; qué destino dar a los que se congelan, y con qué autorización se va a proceder.
Es una materia en que la ciencia tiene el deber de avanzar, y la ley tiene que fijar un marco regulatorio que permita progresar para dar más vida, pero, simultáneamente, establecer ciertas reglas que posibiliten determinar la orientación que la fertilización asistida debe tener hacia el futuro.
En consecuencia, tiendo a coincidir con todas las intervenciones hechas sobre la materia. No puede ser que en el siglo XXI, en un aspecto tan relevante, que afecta a algo tan sensible para los padres que no pueden concebir, como es tener un hijo, y que es su sueño, no exista norma alguna al respecto.
Como dijo el Senador señor Ruiz-Esquide, hoy día no depende de esta iniciativa que eso se prohíba, sino simplemente de una resolución judicial que dictamine que no se puede hacer.
Por lo tanto, es deber del Parlamento avanzar, despachar la iniciativa con prontitud y establecer disposiciones adecuadas en esta materia.
Quiero dejarlo en claro, porque el ser partidario de rechazar el veto no implica obstaculizar ni cercenar ni paralizar todo avance científico que permita en Chile crear vida mediante reproducción asistida.
Entonces, no confundamos el debate.
¿Por qué soy partidario de rechazar la observación del Presidente de la República? Porque lo que agrega el inciso segundo del artículo 1º -ya lo dijo el señor Presidente de la Comisión- no tiene que ver con las ideas matrices del proyecto. Y lo que es peor, introduce una confusión gigantesca, al señalar: "Sin embargo, sus disposiciones no se aplicarán respecto de los procedimientos y técnicas cuyo único propósito sea lograr la reproducción asistida de los seres humanos, ni respecto de los mecanismos de anticoncepción.".
¿Qué significa eso? ¿Que el artículo 2º de la ley no se aplicará a la reproducción asistida? ¿Que el respeto a los derechos que emanan de la naturaleza humana no va a existir? ¿Que las normas internacionales suscritas por Chile en ese ámbito no regirán en lo concerniente a un tema tan sensible como la reproducción asistida?
Señor Presidente, aquí se introdujo un veto que no tiene en absoluto vinculación con el proyecto. Y se ha armado un debate como consecuencia. Si en lugar de enviarse tal observación se hubiera publicado la ley y en estos tres meses hubiésemos discutido una iniciativa sobre reproducción asistida, probablemente en esta sesión se habría producido un avance gigantesco en la materia.
Pero eso no ocurrió. Porque el veto fue presentado en un período legislativo anormal -en plena campaña electoral- y se le incorporó algo que la normativa nunca quiso regular.
En consecuencia, señor Presidente, deseo que se precisen las cosas, por cuanto en el debate finalmente empieza a quedar la sensación de que quienes creemos que el inciso segundo de la norma en cuestión es del todo improcedente estaríamos en contra de adelantar respecto de un asunto en el que yo, por lo menos, pretendo seguir de todas maneras, pues lo considero fundamental para la sociedad chilena. Me refiero a todo lo vinculado con una adecuada y buena regulación de la reproducción asistida, que permita a cientos de familias tener un hijo.
En un mundo en que la vida aparece como un valor cada vez más depreciado, me parece esencial el hecho de que se genere un avance científico para lograr que ella sea un factor que ayudemos a crear.
Por lo tanto, señor Presidente, deseo manifestar, primero, que durante el debate de este proyecto jamás se abordó lo relacionado con la reproducción asistida; segundo, que ésta es un elemento respecto del cual tenemos una obligación.
Si existe un proyecto de ley sobre el particular, lo considero estupendo. Hablé con el ex Senador señor Piñera, quien me señaló que hace mucho tiempo presentó una iniciativa legal muy estudiada sobre la materia. Me parece importante incorporarla, generar un debate y legislar con prudencia, pero en forma rápida.
Y en tercer lugar, pido a los señores Senadores que lean el contenido de la norma que incorporó el Gobierno. No creo que algún Parlamentario se encuentre dispuesto a decir que considera propio dejar sin efecto -pienso que sería una ley única en Chile- toda la normativa que se dicte acerca de la reproducción asistida y no respetar los derechos esenciales de los seres humanos.
¿Qué significa la cuestión de que se trata? ¿Que los embriones no tendrán esos derechos esenciales, al dejarse sin efecto el artículo 2º?
En consecuencia, estimo que el veto se debe rechazar por ser inadmisible. Tenemos que entrar al tema de fondo, cual es desarrollar un debate abierto y franco en relación con un punto que, a mi juicio, debemos resolver con prontitud. Porque mientras no existan normas de regulación estaremos dependiendo de la decisión de un juez. Los asuntos se judicializan cuando no fijamos las pautas generales de acción en materias de esta naturaleza. No nos quejemos, entonces, si intervienen los tribunales, cuya participación no depende de su voluntad, sino de la nuestra, de querer legislar rápidamente, con criterio, con prudencia y sobre la base de las legítimas diferencias que pudieren existir.
Por tales razones, señor Presidente, creo que es inadmisible el veto del Gobierno. Y solicito también -como se encuentra presente la señora Ministra- que se agilice la tramitación de las actuales iniciativas legales y de las anteriores; que se les dé urgencia para que puedan ser analizadas por la Comisión de Salud y se genere un debate de fondo sobre ellas.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Núñez.

El señor NÚÑEZ.- Señor Presidente, soy uno de los convencidos de que la que incurrió básicamente en una inconstitucionalidad fue la Cámara de Diputados en el origen de este asunto. Y nosotros no fuimos capaces de corregir el problema, en su momento, a través de un debate a fondo sobre la norma que introdujo la idea de la concepción.
En esa ocasión se incorporó un factor analítico que no tenía nada que ver con la idea central de este proyecto de ley, que todos hemos apoyado: unos, por consideraciones científicas; otros, por motivos jurídicos, y yo, a lo mejor, por razones estrictamente literarias, porque desde muy pequeño leí "Un mundo feliz", de Aldous Huxley. Y, en consecuencia, no estoy dispuesto a vivir ahora -ni a que en el futuro enfrenten tal posibilidad mis hijos o mis nietos- un mundo como el que describió ese escritor ya en la década de 1930.
A eso obedece mi postura, y no a argumentos científicos, porque los desconozco. Por eso apoyé con entusiasmo esta iniciativa legal. Sin embargo, la Cámara de Diputados, al agregar la frase "desde el momento de la concepción", generó un debate muy de fondo que nosotros creíamos superado.
En su oportunidad, en el Senado debatimos el asunto. Es más, cuando se analizó lo relativo a la muerte -o mejor dicho, en qué momento se debía, científica y legalmente, concebir que alguien deja de existir y, por lo tanto, se encuentra sin vida-, abordamos lo relacionado con la concepción, para tratar de determinar el instante mismo en que el ser humano adquiere vida.
¿Por qué? Por dos razones. Primero, porque los constituyentes -no sé si se trata de los del Gobierno militar- fueron sabios (quiero decirlo) al no abordar lo relativo a la concepción en el mismo artículo a que hizo referencia el Senador señor Coloma. Lo anterior, a pesar de que en 1969 Chile, de alguna manera, ya tenía noción de ello, por haber participado en el "Pacto de San José de Costa Rica", denominación de la Convención Americana de Derechos Humanos.
Vale decir, once años después, los constituyentes, los que estudiaron la Carta del 80, en el artículo 19, número 1º, no hicieron referencia a la concepción, sino al "derecho a la vida", que es un concepto distinto, ajeno al grave y más bien complejo problema del origen de esta última. Y, por cierto, cuando el párrafo segundo de ese numeral señala que "La ley protege la vida del que está por nacer", fija una idea diferente que no tiene nada que ver con la concepción.
En consecuencia, creo que la Cámara de Diputados introdujo una noción que de alguna manera contraviene el sentido fundamental de la Constitución de 1980.
Como segunda razón debo señalar que, cuando nos metemos en conceptos de esta naturaleza -lo expresé en una oportunidad anterior-, en cierta forma estamos incursionando en un debate de carácter científico-religioso que es extraordinariamente grave en países como el nuestro. Porque, al iniciarse una discusión de esa naturaleza, éstos comienzan a dividirse a tal punto que nace el integrismo, como el que estamos viendo en otras latitudes del mundo.
Las sociedades musulmanas se han transformado en integristas precisamente por razones religiosas.
La actual gran disputa en el Medio Oriente es entre chiíes y suníes. Y la cuestión no es cómo concebimos el mundo, la sociedad, la economía, pues las diferencias fundamentales son de carácter espiritual.
Ahora bien, la norma de la Cámara de Diputados -esto es, "desde el momento mismo de la concepción"- apunta, en mi opinión, a un criterio religioso y filosófico. Cuando un Estado ¿el nuestro, en este caso- se inmiscuye en asuntos que no le corresponden -porque no tiene por qué definir en qué momento se gesta la vida-, sencillamente empieza a caminar hacia el integrismo, lo que obliga a los seres humanos que habitan en su territorio a pensar de una manera determinada.
Considero que ése es un grave error. ¡Un grave error! La gran virtud de la democracia -y, sobre todo, la que hemos construido nosotros- es que las personas pueden convivir entre ellas en forma civilizada, aun cuando mantengan concepciones y visiones distintas respecto de esta materia tan esencial, que limita con los ámbitos religioso y filosófico.
Por esa razón, agradezco al señor Presidente que haya permitido debatir la materia, porque me da la posibilidad de argumentar de nuevo respecto del error que cometió la Cámara de Diputados y que no fuimos capaces de enmendar en su momento.
Por cierto, comparto el sentido fundamental de lo que se dispone en el inciso segundo del artículo 1° del veto.
Y si existe en el Senado la disposición de legislar con la máxima premura, es para no producir la situación -sería francamente lamentable, anticivilizadora- de que, a través de disposiciones interpretativas, se prohibieran la reproducción asistida y el uso de determinados métodos anticonceptivos. Porque, de llegar a eso, habríamos retrocedido exactamente cuarenta años.
Hace cuatro decenios en el país teníamos una norma que permitía el aborto terapéutico. Y estábamos en un Gobierno cristiano, como fue el de don Eduardo Frei Montalva.
En consecuencia, estaríamos retrocediendo todo ese tiempo. Y creo francamente lamentable que nosotros, al permitir este tipo de interpretaciones o al exponerlas, podamos volver atrás de esa manera.
Por eso, si hay acuerdo en legislar y en que el Gobierno, a través de la Ministra de Salud, asegure las condiciones para poder discutir este asunto, yo, a lo menos, voy a votar por la proposición del señor Presidente del Senado.
Sin embargo, tengo dos observaciones que formular.
Una, de fondo: hemos introducido un debate innecesario en la convivencia filosófica y religiosa del país. Con ello nos hemos acercado más a los países integristas que a las naciones democráticas.
Y la otra: si el Gobierno nos da la seguridad de que la iniciativa presentada por el Senador señor Mariano Ruiz-Esquide va a ser debatida dentro de los próximos días, yo apoyaré la idea del señor Presidente en cuanto a declarar inadmisible el veto.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Quiero hacer presente a la Sala que restan menos de veinte minutos el termino del Orden del Día.
Algunos Senadores han pedido abrir la votación, pero quedan seis inscritos.
Como, además de la hora de Incidentes -dedicada al tema del Biobío-, hay dos proyectos de acuerdo sobre los cuales es necesario pronunciarse, consulto si votamos ahora o en la próxima sesión.

El señor COLOMA.- Abramos la votación y que se pueda fundar el voto.

El señor NOVOA.- ¿Va a someterlo a votación?

El señor LONGUEIRA.- Señor Presidente, pido que a quienes vamos a intervenir se nos asigne el mismo tiempo dado a los que ya hablaron. Porque en el debate no se ha abordado el aspecto constitucional.
Entonces, yo por lo menos quiero opinar respecto del fondo del asunto. Prácticamente nadie se ha referido al tema sometido a discusión: el punto de vista de la Mesa sobre la admisibilidad del veto.
Por lo tanto, solicito que se nos dé el mismo tiempo para intervenir. No sé cuántos Senadores faltan por hablar, ni tampoco el lugar que ocupo en la lista de inscritos.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Por lo tanto, sigue el debate, para terminarlo en la próxima sesión.

El señor LARRAÍN.- ¡Perfecto!

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Tiene la palabra el Senador Letelier.

El señor LETELIER.- Señor Presidente, quiero plantear dos cosas: la primera, respecto de la admisibilidad, y la segunda, en cuanto al punto que ha sido el principal motivo de discusión en la Sala.
En su argumentación sobre por qué es inadmisible este veto, el Senador señor Coloma hizo referencia en particular al artículo 19, numeral 1°, de la Constitución e insinuó -y de ahí mi preocupación- que la propuesta del Ejecutivo podría estar en contra de la vida que está por nacer. Tal opinión es absoluta y diametralmente opuesta a lo planteado por algunos Senadores -en especial por la Honorable señora Matthei-, que han dicho que, con el veto o sin él, esta iniciativa no tendría impacto sobre las políticas de anticoncepción y de fertilización asistida, no las pondría en discusión.
En ninguna parte el veto insinúa siquiera una acción que pudiese poner en riesgo una vida que está por nacer. Y me parece un poco ligera la afirmación del Senador señor Coloma, hecha quizás porque Su Señoría tiene una idea previa de lo que es la vida que está por nacer.

El señor COLOMA.- Sin embargo, aquí no está.

El señor LETELIER.- Y sitúa la vida que está por nacer -el bien jurídico que defiende nuestro Texto Fundamental- conforme a su visión, percepción y convicción de lo que es la concepción.
Y lo preocupante es la interpretación que se pueda dar a este texto de acuerdo con nuestro orden jurídico. Y podremos discutir si lo que vale es lo que dispone el artículo 19 de la Constitución o lo que establece el Pacto de San José de Costa Rica. Pero, a mi entender, la interpretación entregada por la señora Ministra de Salud es la correcta, en el sentido de que ese instrumento internacional contiene un enunciado general y nuestra Carta es más precisa respecto al bien jurídico que se protege.
Tengo la percepción de que el Honorable señor Coloma, sin querer, al aludir a esta referencia constitucional, argumenta que la materia que trata el veto puede ser admisible. Y resulta curiosa su visión.
En cuanto a la discusión legal, en ningún momento el veto entra a cuestionar la vida del que está por nacer. Y nunca, a mi juicio, se podría entender que la concepción -en eso comparto la opinión del Senador señor Ruiz-Esquide- tiene lugar una vez producida la anidación.
Por ende, ni las prácticas de anticoncepción ni la manipulación para fines de fertilización asistida podrían ser interpretadas como un atentado contra la vida que está por nacer.
Es factible que uno tenga sus juicios respecto de si un óvulo fecundado es una vida que está por nacer o no. Yo no creo que ésa sea una condición suficiente. Resulta necesaria, pero por ningún motivo suficiente para calificarla como vida que está por nacer.
Respecto de la declaración de inadmisibilidad, debo entender que, si se vota a favor de la interpretación de la Mesa, frente a la cual tengo dudas, tendría que aceptarse que la ley en proyecto en nada puede afectar las políticas de anticoncepción o de cualquier procedimiento que permita la fertilización asistida.
Entiendo que lo que el señor Presidente del Senado postula es que, como esos temas no son atingentes a la iniciativa por estar fuera de sus ideas matrices, en ningún momento alguien podrá insinuar -en particular quienes votan a favor de la inadmisibilidad- que con lo propuesto en la iniciativa se pueden afectar en lo mínimo las políticas de anticoncepción existentes en el país o las prácticas, tan positivas, que ayudan a familias incapaces de generar hijos por medios naturales a que los tengan.
Mi duda surge de las opiniones escuchadas. Y me remito de nuevo a lo expresado por el Senador señor Coloma. Al parecer, Su Señoría tiene una visión distinta. La respeto plenamente, pero tiendo a no compartirla, por cuanto, más allá de las otras discusiones, el temor que tenemos algunos, siendo absolutamente partidarios del proyecto, radica en que a partir de esta iniciativa se pudiesen cuestionar las actuales políticas de anticoncepción.
Y espero que quede en la historia de la ley que, cuando el señor Presidente de la Corporación declara la inadmisibilidad, lo que está diciendo es que este proyecto en nada puede ser utilizado -lo reitero: en nada- para atentar contra las prácticas existentes de fertilización asistida o de anticoncepción, y esto tiene que ver, muy particularmente, con el debate de si los dispositivos intrauterinos pudiesen ser considerados -en la mentalidad de algunos- como ilegales.
El señor Presidente ha planteado su interpretación; yo tengo otra. Porque, al presentar el Diputado Rossi la indicación en la Cámara -y quizá ahí estuvo el error: en tratar de definir por ley lo que algunos¿

El señor LARRAÍN.- ¡Es socialista¿!

El señor LETELIER.- Somos un Partido plural, señor Senador, al igual que el de ustedes, cada vez más.

El señor LARRAÍN.- ¡No sabía que era un socialista el que había causado este problema¿!

El señor LETELIER.- Sus Señorías recién se están acostumbrando a estos fenómenos; nosotros hace años que tenemos pluralismo; contamos con una gran diversidad de opiniones.
Como decía, mi duda es si, cuando el Diputado Rossi planteó esta idea, su intención no era precisamente abrir este debate. Y cuando el Senado aprobó la indicación que venía de la Cámara Baja, al insistir en este concepto, quizás hubo en algunos el deseo de ir más allá del tema del genoma humano y la clonación y, así, ampliar el espíritu de la iniciativa legal. Tal vez eso es lo que subyace, en parte, en esta discusión.
En lo personal, me parece absurdo tratar de definir por ley lo que es la vida¿

El señor NOVOA.- ¡Pero si nadie lo está definiendo!

El señor LETELIER.- ¿y, menos aun, cuándo comienza. Ése es un debate que nos supera a los aquí presentes, por mucho. Por lo menos para mí constituye una discusión en la cual no es fácil resolverlo con una simple frase, como quiso hacer el Diputado Rossi en la Cámara. Lo recuerdo porque participé en esa sesión.
En tal sentido, quiero entender que quienes aprueban la propuesta de la Mesa -esto es, la inadmisibilidad del veto- están señalando que, independientemente del texto, lo que esta Corporación dice es que la iniciativa legal de ninguna manera puede ser utilizada para tratar de respaldar fallos judiciales que se pronuncien respecto de cuándo comienza la vida, ni menos, que incidan en la utilización de métodos anticonceptivos o afecten los procedimientos de fertilización asistida.
Sin perjuicio de lo anterior, señor Presidente, sería muy oportuno que el Congreso Nacional legislara sobre el tema de la fertilización asistida, por cuanto ahí hay mucho en lo que la sociedad puede ayudar a cientos -si no miles- de familias que quieren tener niños pero que enfrentan dificultades para lograrlo.
He dicho.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Novoa.

El señor NOVOA.- Señor Presidente, en el debate se ha planteado que el proyecto que nos ocupa pretende solucionar algo que científicos y filósofos durante toda la historia no han podido resolver: cuál es el origen de la vida. Se ha señalado que eso no es un problema que deba llevarse a la ley; se ha hablado de la interdependencia entre todos los seres vivos; se ha dicho que todos "venimos de la misma estrella" y se ha hecho una cantidad de afirmaciones que, en realidad, no tienen nada que ver con la iniciativa ni con lo que estamos discutiendo.
Aquí no existe ninguna definición sobre qué es la vida; no hay ningún intento de definir cuál es su origen. El que quiera creer que la vida proviene de Dios, que lo crea; el que quiera creer que proviene de otro lado, que lo crea; el que prefiera decir que no tiene idea de dónde proviene, que lo diga. Pero no vengamos a afirmar que nosotros estamos legislando acá a partir de un fundamentalismo y que estamos tratando de imponer a otras personas nuestra visión.
Lo que el proyecto dice es que la vida de los seres humanos, desde el momento de la concepción, está protegida por la ley.
¿Qué pasa con el artículo1º? No dice nada nuevo, porque el Pacto de San José de Costa Rica establece lo mismo. Y al señalar que tal derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción, no está formulando un planteamiento distinto. No hay una contradicción. El instrumento internacional mencionado no es ni más amplio ni más restrictivo que la normativa en cuestión.
En segundo lugar, la Constitución protege el derecho a la vida del que está por nacer. Evidentemente, en un momento determinado hay un comienzo, y el proyecto señala que es desde la concepción.
La iniciativa no está definiendo qué es la concepción. Lo que se entienda por tal, probablemente lo va a precisar la ciencia. La concepción no es un problema religioso ni moral, sino científico. Nosotros no la estamos definiendo acá. Y de haber un debate científico acerca de ella éste va a seguir; no está siendo zanjado ni regulado por esta norma.
Además, no sólo el artículo 1º enmarca el proyecto en ciertos principios que ya existen en nuestra Carta Fundamental, sino que también lo hace el artículo 2º, que no ha sido motivo de debate. Éste dice: "La libertad para llevar a cabo actividades de investigación científica biomédica en seres humanos tiene como límite el respeto a los derechos y libertades esenciales que emanan de la naturaleza humana, reconocidos tanto por la Constitución Política de la República como por los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes.".
Eso está señalando claramente cuál es el marco de aplicación de la iniciativa legal.
Por lo tanto, no existe nada nuevo. No hay ningún intento fundamentalista. Y la ley en proyecto no define lo que puede ser motivo de legítima discrepancia: la concepción.
¿Qué fue lo que el Senador señor Coloma señaló como inconstitucional en cuanto al fondo en el inciso segundo, que es el que agrega el Gobierno?
Cuando el inciso primero expresa que "Esta ley tiene por finalidad proteger la vida de los seres humanos", y el inciso segundo dice: "Sin embargo, sus disposiciones no se aplicarán¿" a tales materias, la redacción da a entender que en el caso de la reproducción asistida está permitido violar el derecho a la vida humana.
Entonces, no nos vengan a hacer responsables de un veto mal redactado.
Ése es el punto.
Dada la forma en que se halla redactada la observación del Ejecutivo, pareciera que en algunos casos la vida humana no se encuentra protegida por la ley en proyecto. Y yo creo que estamos todos de acuerdo en dicho asunto.
Por esas razones de fondo, así como por las de forma indicadas por el Presidente y por otra más, deberíamos declarar inadmisible el veto.
¿Cuál es la otra razón? Las cosas son lo que son y no lo que se dice que son.
El veto del Ejecutivo señala: "Para sustituir el artículo 1º". Y no lo está sustituyendo, sino que le agrega un inciso. Ahí hay una triquiñuela, porque si queríamos rechazar el inciso que se incluye, deberíamos hacer lo propio con el artículo.
En consecuencia, me opongo a la admisibilidad del veto, pues creo que los resquicios legales causaron y causan mucho daño a los países. Y no me parece que tengamos que aceptar que un veto aditivo se presente como uno sustitutivo.
Por último, una consideración, señor Presidente.
Yo creo que respecto de estos temas hay que tratar de no legislar. Y lo digo porque es mucho más importante aplicar las normas generales de la Constitución que tratar de regular en la ley situaciones que son muy complejas y que escapan a nuestra capacidad como legisladores.
¿Por qué lo señalo? Porque me parece que el problema de la clonación podría tener una justificación para evitar que se empiecen a instalar fábricas de seres humanos e impedir manipulaciones. Pero ya se anuncia que tendremos que legislar sobre la reproducción asistida y los métodos anticonceptivos. Creo que al final va a ser mucho peor el remedio que la enfermedad.
En Chile existe la fertilización asistida y hay normas éticas y principios generales al respecto, como también políticas de Estado acerca de la anticoncepción.
Por lo tanto, cuando se entra a legislar sobre temas de esta naturaleza, se puede incurrir en errores tremendos.
Apoyo la declaración de inadmisibilidad del veto, por las razones que he señalado. Considero que el artículo 1º del proyecto, tal como fue aprobado, no incursiona en terrenos que no le conciernen a la ley. No significa nada más ni nada menos que lo que hoy existe en la Carta Fundamental y en la normativa vigente. Y no hay ninguna justificación para que algún juez pueda decir que la fertilización asistida o que los métodos anticonceptivos quedan prohibidos a partir de la vigencia de la ley en proyecto, porque lo hubieran estado hace muchos años.
He dicho.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Terminó el Orden del Día.
VI. INCIDENTES
PETICIONES DE OFICIOS

El señor HOFFMANN (Secretario).- Han llegado a la Mesa diversas peticiones de oficios.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Se les dará curso en la forma reglamentaria.
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--Los oficios cuyo envío se anuncia son los siguientes:
Del señor BIANCHI:
Al señor Ministro de Minería y Energía, solicitándole que informe sobre la factibilidad de conectar SUMINISTRO DE GAS NATURAL A COMUNA LAGUNA BLANCA DE MAGALLANES; al señor Comandante en Jefe del Ejército, planteándole la posibilidad de ARRIENDO DE TERRENOS PERTENECIENTES A REGIMIENTO LANCEROS DE PUERTO NATALES; al señor Director de Obras Hidráulicas, requiriéndole antecedentes con respecto a PROYECTO DE AGUA POTABLE RURAL Y ALCANTARILLADO EN SECTOR VILLA ANDREA DE PUNTA ARENAS; al señor Tesorero General de la Republica, pidiéndole informar acerca de la posibilidad de REPACTACIÓN DE DEUDAS CONTRAÍDAS POR DUEÑOS DE VEHÍCULOS DE LOCOMOCIÓN COLECTIVA MENOR DE MAGALLANES, y al señor Director de Personal de Carabineros de Chile, sobre FACTIBILIDAD DE OTORGAR REBAJA TARIFARIA PREFERENCIAL A CARABINEROS EN RETIRO DE MAGALLANES (todos de la Duodécima Región).
Del señor CANTERO:
Al señor General Director de Carabineros, pidiéndole informar respecto de SOLICITUD FORMULADA POR DON KARRY FAÚNDEZ SÁEZ EN ANTOFAGASTA (Segunda Región).
Del señor ESPINA:
A los señores Ministro de Obras Públicas, Secretario Ministerial de Obras Públicas de la Novena Región, y Alcalde y Concejales de Curacautín, relativo a INSTALACIÓN DE SEÑALÉTICA E ILUMINACIÓN EN SECTOR SANTA EMA DE CAMINO INTERNACIONAL LAUTARO-CURACAUTÍN; a INSTALACIÓN DE SISTEMA DE ALCANTARILLADO Y RIPIO EN COMUNA RURAL LOS LINGUES-SANTA ANA, y a RECONSTRUCCIÓN DE PUENTE VIOLEN EN SECTOR SANTA JULIA DE CURACAUTÍN (todos de la Novena Región).
A los señores Ministro de Obras Públicas, Secretario Ministerial de Obras Públicas de La Araucanía, y Alcalde y Concejales de Angol, referente a EJECUCIÓN DE OBRAS DE CONSERVACIÓN Y RIPIADO DE CAMINO VEGAS BLANCAS DE ANGOL.
A los señores Alcaldes y Concejales de Angol, Renaico, Collipulli, Ercilla, Los Sauces, Purén, Lumaco, Traiguén, Victoria, Curacautín, Lonquimay, Melipeuco, Vilcún, Lautaro, Perquenco y Galvarino, y Secretario Regional Ministerial de Obras Públicas, solicitándoles la remisión de NÓMINA DE PUENTES, RUTAS, CAMINOS PÚBLICOS, INTERPROVINCIALES, INTERCOMUNALES, INTERURBANOS O VECINALES EN MAL ESTADO Y NÚMERO DE PERSONAS AFECTADAS (todos de la Novena Región).
Del señor GARCÍA:
A la señora Presidenta de la República, requiriéndole informar acerca de SUBVENCIÓN PRESIDENCIAL PRESENTADA POR CÍRCULO FRATERNO DE AYUDA ESCOLAR DE NUEVA IMPERIAL; al señor Ministro de Agricultura, sobre FACTIBILIDAD DE CONTAR CON SEGUNDO MÓDULO DE PRODESAL EN PITRUFQUÉN; a la señora Directora del Área Socio Cultural de la Presidencia, solicitándole antecedentes sobre SALA CUNA O JARDÍN INFANTIL PARA JUNTA DE VECINOS "EL BOSQUE" DE FREIRE (todos de la Novena Región).
Del señor HORVATH:
A las señoras Ministra de Minería y Presidenta de la Comisión Nacional de Energía, y Directora Nacional de Límites y Fronteras del Estado, pidiéndoles informar acerca de PROSPECCIÓN MARÍTIMA ENTRE ARICA E IQUIQUE; a las señoras Directora de CONAMA, Directora de CONAF, y al señor Director de SERNATUR, requiriéndoles que se resguarde y declare ZONA DE INTERÉS TURÍSTICO A SECTOR UBICADO EN PAMPA DEL TAMARUGAL (todos de la Primera Región).
Del señor LARRAÍN:
Al señor Ministro de Economía, Fomento y Reconstrucción, pidiéndole informar sobre DECRETO Nº 147 QUE FIJA PRECIOS REGULADOS DE ENERGÍA Y POTENCIA; al señor Ministro de Obras Públicas, relativo a MANTENCIÓN DE CAMINOS RURALES, y a DEFENSAS FLUVIALES EN RÍOS LIGUAY, LONGAVÍ Y PERQUILAUQUÉN; a la señora Ministra de Salud, pidiéndole que informe acerca de ESTADO DE AVANCE DE CENTRO DE ATENCIÓN FAMILIAR DE SAN JAVIER; al señor General Director de Carabineros, solicitándole estudiar la TRANSFORMACIÓN DE TENENCIA DE LONGAVÍ EN SUBCOMISARÍA, y al señor Jefe del Departamento de Capacitación del Fondo Nacional de Capacitación, pidiéndole antecedentes en cuanto a PROYECTOS PREADJUDICADOS POR EL FONCAP PARA 2006 (todos de la Séptima Región).
Del señor ROMERO:
Al señor Intendente Regional de Valparaíso, referente a COMPROMISO DE CONSEJO REGIONAL DE CUERPOS DE BOMBEROS DE QUINTA REGIÓN CON PROYECTOS EN PROVINCIA DE VALPARAÍSO.
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El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Si le parece a la Sala, los dos proyectos de acuerdo, relacionados con la elaboración de un reglamento sobre procedimiento que deberán seguir las empresas hidroeléctricas para evacuar las aguas de sus embalses o represas y con el financiamiento de los planes maestros de aguas lluvia, se votarán después del debate sobre los problemas ocasionados por los desbordes del río Biobío.
Acordado.
Informo a la Sala que el señor Ministro de Obras Públicas, por razones obvias, se encuentra en el sur.
Solicito la autorización del Senado para que ingresen el Subsecretario de Obras Públicas, señor Juan Eduardo Saldivia Medina; el Director General de Aguas del MOP, señor Rodrigo Weisner Lazo; el Director de Obras Hidráulicas, señor Juan Antonio Arrese, y el Subdirector de Cauce y Drenaje Urbano, señor Luis Felipe Aguirre.
--Se accede.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Conforme a lo acordado por los Comités, el tiempo de Incidentes se destinará a la consideración de los problemas ocasionados por los desbordes del río Biobío.
Tiene la palabra el Honorable señor Ruiz-Esquide.


PROBLEMAS PROVOCADOS POR DESBORDES DEL RÍO BIOBÍO

El señor RUIZ-ESQUIDE.- Señor Presidente, comparto plenamente la conveniencia de analizar en el Senado la situación que ha afectado a nuestra Región a raíz de las últimas lluvias. Creo que es bueno efectuar un análisis completo al respecto, pero es difícil realizarlo en tan poco tiempo. En todo caso, quiero dar a conocer algunas ideas centrales.
En primer lugar, en cuanto a la cantidad de agua caída y a los daños provocados, según los datos oficiales, este evento ha sido uno de los más copiosos que ha experimentado la zona en los últimos 50 años. La sola reposición de viviendas representa un costo cercano a los 4 mil 500 millones de pesos y la reparación y reposición de los daños en los puentes asciende a 17 mil millones de pesos.
En segundo término, respecto a la ayuda entregada, cuando suceden estas catástrofes a veces se exageran las críticas o las discusiones acerca de la forma y modo como aquella se efectuó.
Sin embargo, es bueno señalar que la cantidad de agua caída, así como lo sucedido después con ENDESA, pone de relieve las dificultades para poder cumplir con las necesidades de la gente afectada.
Por eso, no obstante tener las cifras que el Gobierno me ha proporcionado, quiero solicitar a la Mesa que se envíen oficios para saber en forma exacta cuáles han sido las ayudas entregadas, en qué oportunidad se hicieron, qué provincias fueron beneficiadas, y mediante qué mecanismos.
En tercer lugar -excúseme señor Presidente que me refiera de manera muy somera a una materia que debiera abordar más latamente, dado el poco tiempo de que dispongo-, como consecuencia de lo ocurrido, más allá de ver lo que sucedió y por qué sucedió (salvo lo que voy a señalar al final), creo necesario analizar como Senado, en conjunto con el Gobierno, las autoridades y representantes de las partes privadas involucradas, el respeto a la naturaleza de los ríos y su forma de intervenirlos a futuro.
En el caso específico del río Biobío, debemos recoger los antecedentes históricos de sus desbordes, ya que el propio vocablo "Biobío" transmite la fuerza de su caudal natural. Es decir, aquél significa violencia en cuanto a raudal, violencia en la forma como permanentemente ese torrente ha roto la tierra por más de doscientos años.
Por lo tanto, debemos plantearnos algunas preguntas.
¿Se puede seguir habilitando poblaciones en las riberas de los ríos de la zona? ¿Es dable continuar con los modelos de pavimentación que actualmente se emplean en los caminos, o permitir el tránsito de camiones de 40 ó 50 toneladas, que en definitiva destruyen las vías apenas se construyen?
Debemos vigilar lo que vamos a hacer con el Biobío. Se han propuesto planes privados que pueden estrechar de tal manera su curso hasta la desembocadura que terminará siendo una verdadera trampa para los pueblos ribereños.
Para que tengamos las cifras claras, el caudal del río Biobío en su desembocadura fue el más alto en los últimos 35 años, alcanzando 15 mil metros cúbicos por segundo y una altura de 4 metros en la ribera frente a Concepción.
Planteadas las cosas de esa manera y entendiendo la posibilidad de nuevas inundaciones -no olvidemos que en los años 1972, 1991 y 2003 el caudal del Biobío llegó a los 13 mil metros cúbicos por segundo-, debemos tener precaución con estos temas.
Sin embargo, hay cuatro cosas que deseo precisar.
En primer lugar, cómo vamos a definir la forma de intervenir, el tratamiento y uso, no sólo del río Biobío, sino de todos los que se encuentran a lo largo del territorio.
Se trata de cauces que nacen a mil, a dos mil metros de altura y que en un trecho de 200 ó 300 kilómetros caen al mar. Por lo tanto, escurren con una gran fuerza torrencial. Y, por ello, algunas veces aquí, otras en la Séptima Región, otras tantas más al sur, se producen verdaderos desastres.
Debo señalar que, de acuerdo con las informaciones oficiales, el aporte proveniente de la cuenca del Alto Biobío -vale decir, a dos mil metros de altura- es de 28 por ciento. Es decir, aguas abajo se genera el 70 por ciento del resto del caudal.
Por eso, deseo que se oficie en mi nombre a la Dirección General de Aguas para saber qué porcentaje de ese 28 por ciento fue lanzado al río tras la apertura de las cuatro compuertas de la Central Hidroeléctrica Pangue. Es decir, qué cantidad de agua arrojó ENDESA al lecho del Biobío los días en que su caudal llegó a tener 15 mil metros cúbicos por segundo en la desembocadura.
En segundo término, es necesario estudiar las políticas de utilización de las riberas de los ríos que corren de este a poniente.
En tercer lugar, se deben reestudiar los cambios hidrológicos que se han producido, los que tendrán que ser resguardados o revisados en la construcción de canales, en la extracción de ripios, etcétera.
Por último, señor Presidente, ¿cuál es la responsabilidad real o eventual de ENDESA?
Todos conocemos la discusión que se realizó en su tiempo, y sabemos que en determinado momento se pidió que aquélla fuera una empresa hidroeléctrica de paso y no de punto.
Algunos no tenemos dudas acerca de la responsabilidad de ENDESA; a juicio de otros, no existe. Para algunos, ella se mide a la luz de la legislación cumplida o no cumplida; otros pensamos que debe establecerse, no sólo su responsabilidad legal en general, sino también la civil, con relación al medio ambiente, que pertenece a todos, e incluso, eventualmente, su responsabilidad criminal, dadas las doce muertes que se produjeron a raíz del hecho en cuestión.
A este respecto, señor Presidente, solicito el envío de un oficio, a quien corresponda, para que los organismos públicos -los individualizaré en su momento- señalen las eventuales responsabilidades en los aspectos que indicaré en seguida:
a) Dado que la empresa se construyó antes de la dictación de la ley Nº 19.300, ¿cuál es la norma que hoy la rige en los aspectos que he planteado?
b) ¿Hubo o no incumplimiento del mínimo legal que ahora se exige?
c) ¿Cuál es la capacidad de la ONEMI para detectar los cambios meteorológicos con anticipación y las condiciones de riesgo para los pobladores, comparada con lo que posee ENDESA en el Alto Biobío?
Y digo eso para precisar la responsabilidad de dicha empresa en la detección de tales cambios con una antelación superior al tiempo que el agua lanzada desde la represa Pangue demora en llegar a la desembocadura del río Biobío y de lo que se ha preciado permanentemente.
d) ¿Cuál es la razón para que ENDESA justifique mantener la cota al límite superior máximo, impidiendo que exista un colchón que posibilite lanzar el agua más lentamente o en forma previa a la máxima lluvia pronosticada?
En este punto, ¿cuál fue la conducta de ENDESA?; ¿cuándo se supo de la emergencia respecto a la máxima cantidad de lluvia?; ¿cuál era dicho colchón al momento de conocerse el pronóstico sobre las precipitaciones?; ¿quién decidió abrir las cuatro compuertas simultáneamente?; ¿qué cantidad se lanzó desde el instante del aviso hasta las 72 horas siguientes?; ¿a quién se avisó de la emergencia que se iba a producir, por qué medio y en qué momento?; ¿cómo fue advertida la población?; ¿cuál es el reporte de las autoridades que recibieron el supuesto aviso?
Señor Presidente, quiero saber si se han cumplido las mínimas normas que rigen a la empresa, y también, cuáles son las utilidades que ha percibido. Esto, a la luz de la muy desgraciada frase con que uno de sus ejecutivos respondió ante los reclamos de algunas personas para que no se lanzara agua en la forma como se hizo y se mantuviera la cota más arriba: "Mi tarea es producir electricidad y no perder billetes tirándolos al río".
Ésas son las cosas que nos preocupan. El Honorable señor Sabag se va a referir más bien a lo que sucedió río abajo.
Finalmente, quiero puntualizar que esto ha tenido una discusión larga. Ya en 1993 se hablaba en el Senado de verificar los resguardos que se habían tomado para que no se produjeran situaciones como las registradas en 1994, 1998 y ahora.
Es necesario estudiar a fondo el problema, no sólo en términos históricos, sino también respecto a cómo debieran hacerse las cosas en el futuro.
Me parece básico tomar conciencia de que existe una legislación que corregir, para conciliarla con la nueva visión de los derechos ciudadanos en una materia que debe reconocerse como esencial para el desarrollo del país, pero que exige la seguridad de las personas que viven río abajo.
He dicho.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Están inscritos los Senadores señora Alvear y señores Pérez, Sabag, Horvath y Navarro.
Tiene la palabra el Honorable señor Pérez Varela.

El señor PÉREZ VARELA.- Señor Presidente, quiero iniciar mis palabras lamentando que en esta sesión no esté presente el señor Ministro de Obras Públicas -cualesquiera que sean las razones, justificadas o no-, quien, a pocas horas de producirse una verdadera tragedia en la cuenca del Biobío, particularmente en las comunas de Santa Bárbara, Los Ángeles, Laja y Hualqui, salió inmediatamente en defensa de ENDESA y de la Central Pangue.
A mi juicio, ése no es el rol del Ministro de Obras Públicas. En una situación tan dramática como la que vivimos, que significó muerte de personas, pérdida de patrimonio, inundación de viviendas, la autoridad a lo menos debió haber estado abierta a establecer un criterio de investigación acerca de qué causó un daño tan grande, principalmente en la cuenca del Biobío.
Por lo tanto, la afirmación temprana del señor Ministro de Obras Públicas trata de inhibir la discusión en cuanto al rol que desempeñó dicha Central en la situación registrada.
En segundo lugar, pienso que debemos ser especialmente claros respecto a lo que pasó.
Varias comunas sufrieron inundaciones, en circunstancias de que en situaciones normales, y antes de la construcción de Pangue, ello no ocurría. Y deseo referirme de manera específica a la comuna de Laja, ubicada aguas abajo de esa Central.
El martes 11 dejó de llover en la zona alrededor de las 20, y la comuna de Laja se inundó a partir de las 4 de la madrugada del miércoles 12, en una magnitud jamás conocida. Esto da cuenta de que el impacto de las aguas de la Central Pangue, con una demora determinada en alrededor de doce horas, fue la causa principal de aquel hecho.
No vamos a abundar ahora en los daños materiales, morales y humanos sufridos por la gente. Pienso, por ende, que debemos abordar esta sesión en la perspectiva de que el Gobierno exprese con claridad un criterio en el sentido de que no va a inhibir un debate y una investigación al respecto.
De hecho, no ha sido necesario que ENDESA saliera a defenderse: asumieron ese rol las autoridades del Gobierno, en particular el Ministro de Obras Públicas.
Si uno lee con atención el comunicado de dicha empresa sobre la materia, observa la actitud del que no necesita justificarse y sólo ha hecho lo que la autoridad conocía.
En consecuencia, quiero centrar mi intervención en un punto esencial -y por eso me habría gustado que el titular de Obras Públicas estuviera presente-: no se debe inhibir la discusión acerca de una contingencia de esta naturaleza. La Región tuvo una de mucha menor magnitud el año 2002, y las autoridades de entonces expresaron que se iban a adoptar todas las medidas necesarias para mitigar sus efectos.
Me referiré en seguida al origen del problema, que es la construcción de centrales.
Sin ser técnico en la materia, creo que existe un criterio de ingeniería básico, que nadie puede entrar a discutir.
En un río se generan determinadas características principales que deben considerarse para los efectos de las crecidas. Por lo tanto, es obvio que en cualquier proyecto en que se autorice la instalación de una central hidroeléctrica debe existir un criterio ingenieril básico, que no me canso de reiterar: el de manejo de las crecidas.
No resulta aceptable que la explicación sea "Recibimos tanta agua y entregamos tanta agua", como si se tratara de algo absolutamente imposible de predecir, evitar y morigerar. No es así, señor Presidente.
Es indudable, entonces, que tiene que haber un plan de contingencia que la autoridad debió exigir en el momento de autorizar y entregar los permisos indispensables para que operara la Central en comento, a fin de manejar las crecidas del río Biobío, cuya historia es importante en este instante.
¿Acaso quieren convencernos de que no existe ningún plan, ninguna obligación, ninguna acción de manejo para morigerar las crecidas de un río? ¡Sería insultar la inteligencia de las personas el establecimiento de un criterio en el sentido de que estamos por completo condenados a que cada vez que haya una lluvia fuerte, potente, con un impacto pluviométrico significativo, todas las zonas que antes no se inundaban lo serán con una violencia inusitada!
Me parece inadmisible que no exista un plan de manejo de las crecidas, porque un elemento de tal naturaleza forma parte de un criterio ingenieril básico.
Por otro lado, debemos tener presente una situación particular, de la que algunos técnicos hicieron una mención significativa: la imposibilidad -y la autoridad lo sabía y lo sabe, porque conoció el proyecto antes de la construcción- de determinar con precisión si Pangue entrega la misma cantidad de agua que recibe.
En términos de ingeniería, esa Central está construida con compuertas que se abren por abajo y no por arriba. Y esto marca una diferencia fundamental (imaginemos una tina que se llena: el agua escurre por arriba, pero al sacarse el tapón lo hace por abajo). Por tanto, el control del agua que llega y de la que se va es completamente distinto y difícil de realizar. Y eso además provoca un impacto de presión y violencia en extremo significativo y que explica los daños producidos río abajo.
Ese punto es fundamental.
¿Y por qué se utiliza el sistema de evacuación de las aguas mediante la apertura de las compuertas por abajo? Porque resulta más barato. Ése es un elemento que se tiene en cuenta en el proyecto ingenieril, pero que debe considerarse necesariamente en el momento del manejo de las crecidas de los ríos.
En el caso que nos ocupa, me parece que la autoridad, sin duda, no debe mirar para la galería, sino que algo tiene que decir al respecto.
Reitero: el que las compuertas se abran por abajo genera un problema de velocidad de las aguas, de presión, de oleaje y de turbulencia que afecta obligatoriamente las crecidas naturales de los ríos.
Por consiguiente, el manejo resulta vital. Mitigar las crecidas es esencial. Y yo me niego a creer que no haya disposición legal o reglamentaria alguna ni criterios para enfrentar situaciones como la registrada, toda vez que ENDESA se siente tan defendida por la autoridad que en ninguna parte -y Sus Señorías lo saben- se le ha oído decir que lamenta los hechos vividos por los habitantes de las zonas ribereñas aguas abajo del río Biobío.
Señor Presidente, sé que la argumentación va a ser que otros ríos, en lugares que no tienen nada que ver con las centrales hidroeléctricas, también sufrieron crecidas. Pero es cosa que comparemos los daños, que comparemos el impacto provocado en un caso y otro.
En el sector La Suerte, de Los Ángeles -a pesar de que en algún momento el Director Regional de Aguas negó que el impacto del Biobío hubiera afectado a dicha comuna-, a las 5 de la tarde del martes 11 de julio el agua -para decirlo de manera clara y sencilla- llegaba a los tobillos de los damnificados y media hora después cubría la escuela y llegaba casi hasta los techos de las viviendas. O sea, en este caso la actuación de la Central Pangue fue fundamental en el efecto provocado por la velocidad y la presión de las aguas.
Por ende, el evento medular hoy día es que la autoridad se abra a una explicación más profunda sobre la actuación de las centrales hidroeléctricas y no inhiba el debate en el sentido de que ENDESA, por intermedio de sus centrales, tiene algún grado de responsabilidad -no toda- en el agravamiento de la situación vivida por miles de familias que perdieron seres queridos, propiedades, enseres, todo lo cual debe ser analizado.
Si uno ingresa a la página web de la Dirección General de Aguas, puede visualizar que la Estación Fluviométrica Biobío registró en Junta Pangue el máximo caudal del río entre las 12 y las 15 del martes 11 de julio, superándose los 4 mil 200 metros cúbicos por segundo.
En la misma fuente se observa que el volumen de agua embalsada en Pangue disminuye en 0,542 millones de metros cúbicos en igual lapso, lo que demuestra que dicha Central evacuó más agua de la que recibió durante las horas más críticas de la crecida.
Por lo tanto, allí hay un cuestionamiento de la versión oficial. Y no cabe duda de que debemos discutir el asunto con mucho mayor apertura y no entrar en defensas a priori.
Porque lo que importa, señor Presidente, es qué va pasar en los próximos temporales, en las futuras crecidas del río Biobío. ¿De nuevo la única explicación será: "Nos avisaron con 24 horas de antelación. ¡Ahí va el agua!"? ¿Ésa será la justificación? ¿O de verdad se va a asumir la responsabilidad en cuanto a que habrá manejo de las crecidas?
A mi juicio, de esta sesión del Senado deberían salir dos mensajes claros. Primero, al Gobierno, en cuanto a que no puede asumir defensas a priori, ni inhibir el debate, ni impedir la investigación. Y segundo, a ENDESA, para que a lo menos no actúe en la forma tan soberbia en que lo hizo, al punto de ni siquiera lamentar lo que pasó aguas abajo de sus represas. Y también debe haber claridad para decir -porque es preciso ser objetivo- que no todo es responsabilidad de las centrales, pero que algo tuvieron que ver.
Hoy, señor Presidente, la ciudadanía siente que está en completa indefensión -¡en completa indefensión!-, porque ve a sus alcaldes, a sus dirigentes vecinales, presentar recursos de protección, pero a las autoridades de Gobierno, o ajenas o señalando que ENDESA ha cumplido cabalmente y se ha portado fantástico.
Eso acentúa el sentimiento de indefensión y agrava otra faceta del problema: la forma como se actuó en la emergencia para ir en ayuda de los damnificados y la manera en que se está abordando la integralidad de los problemas de quienes perdieron sus enseres, de los pequeños empresarios o comerciantes que sufrieron la destrucción de su fuente de actividad.
Pero reconozco que eso es materia de otro debate que necesariamente deberemos efectuar, porque hoy la ciudadanía, aparte la indefensión en que se siente, percibe que la ayuda no ha llegado o que lo ha hecho con una lentitud considerable.
Ahora, me gustaría que los representantes del Gobierno que se encuentran presentes dieran respuesta a las siguientes interrogantes, que me parecen fundamentales.
¿Es posible que el Estado autorice la instalación de una o dos centrales hidroeléctricas en un río de las características del Biobío, sin ningún plan de manejo de sus crecidas?
¿Es factible un análisis del efecto que las crecidas producen?
¿Cuál es el pronunciamiento de la autoridad sobre el hecho de que las compuertas se abran por abajo, impulsando la salida de las aguas con tal velocidad y presión que algunos lugareños señalaron que era similar a un tsunami?
Y, por último, ¿qué medidas se han tomado para que eso no vuelva a suceder?, ¿cuáles son los planes de manejo para enfrentar la situación?
Las crecidas de los ríos se van a mantener. Esperamos que los acontecimientos del martes 11 de julio y de la madrugada del miércoles 12, particularmente en las comunas de Hualqui, Laja, Santa Bárbara y Los Ángeles, jamás se repitan, porque el impacto fue muy fuerte.
Quiero relatar aquí algunos hechos que demuestran la magnitud del fenómeno.
Más de alguno de los presentes -sin duda, el Honorable señor Ruiz-Esquide, al igual que el Senador que habla- conoce el camino entre Nacimiento y Los Ángeles, que está vinculado con la primera vía concesionada del país, cuya construcción se inició durante su mandato como Primer Mandatario, señor Presidente: la Ruta de la Madera, y que, por lo tanto, tiene tránsito tanto hacia el Gran Concepción como hacia la Región de La Araucanía. Pues bien, en ese tramo, entre el puente sobre el Biobío, ubicado en el sector de Coihue, en la comuna de Negrete, hacia Los Ángeles, y el sector La Suerte, el martes 11 de julio, a partir de las 6 ó 7 de la tarde, el agua no sólo inundó los campos adyacentes, sino que también destruyó parcialmente la carretera. Además, volcó buses, con pasajeros en su interior, quienes en ese momento transitaban rumbo a la ciudad de Los Ángeles o desde ésta hacia Nacimiento. ¡Más de 25 autos y 4 ó 5 buses quedaron entrampados! Incluso, algunos jeeps y camionetas se dieron vuelta por la presión del agua.
La crecida no sólo se debe a las lluvias. El impacto, debido a la velocidad y presión del torrente, se explica en gran parte por la actuación de la central.
Creo que el Gobierno debe rectificar su proceder y expresar la voluntad de obligar a establecer los planes de manejo que he mencionado, para que la empresa abandone la soberbia que ha exhibido, al punto de ni siquiera lamentar las muertes ocasionadas ni las pérdidas materiales provocadas a los conciudadanos que habitan aguas abajo.
Si el Gobierno modifica su criterio en esta materia, la presente sesión del Senado verdaderamente tendrá sentido.
He dicho.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Sabag.

El señor SABAG.- Señor Presidente, las abundantes lluvias que cayeron sobre toda la Región del Biobío desde fines de junio y que alcanzaron su máxima intensidad entre los días 9 y 12 de julio recién pasado tuvieron el efecto de una verdadera explosión sobre todos los ríos, esteros y canales de las cuatro provincias, dejando una secuela dramática y trágica de muerte, desolación, aislamiento y daños incalculables, no cuantificados aún en su total magnitud, en amplios sectores de la población. Específicamente, en la llamada "cuenca del Bíobío" hay 30 comunas, distribuidas en las provincias de Arauco, Ñuble, Concepción y Biobío.
El Gobierno procedió con prontitud y dictó el decreto Nº 759, de 11 de julio de 2006, declarando "zona de catástrofe" al mencionado sector y llegando, con la premura que le fue posible, a todas las localidades, incluso a las más apartadas.
Los damnificados en la Región llegan a 50 mil: 15 mil de Ñuble, 21 mil de Concepción, 11 mil de Biobío y 3 mil de Arauco.
Las estadísticas aportadas por la Dirección General de Aguas indican que la crecida de caudal del miércoles 12 de julio, que alcanzó a 15 mil 900 metros cúbicos por segundo, es la mayor registrada desde que se iniciaron las mediciones, en 1970, es decir, en 36 años.
Además, según datos de ese organismo, la crecida del río Biobío se produce, en promedio, sobre cada 100 años.
También otros ríos de la zona, como el Andalién y el Nonguén, se desbordaron y alcanzaron una altura máxima de 6 metros 10 centímetros en la Estación de Medición de la citada Dirección ubicada en el río Andalién, en el Puente Viejo del camino a Penco.
Ello significó que se inundara un vasto sector, constituido por miles de viviendas, incluyendo la Universidad del Bío-Bío y el Hospital del Trabajador. Todo quedó bajo un metro y medio a dos metros de agua.
Asimismo, en la comuna de Chiguayante, el canal Papen se desbordó por completo, causando enormes daños debido a los problemas que el Director de Obras Hidráulicas conoce y que el alcalde, señor Tomás Solís, ha solicitado reiteradamente solucionar. Esperamos que, después de las calamidades que han ocurrido, con los recursos destinados a raíz de la declaración de "zona de catástrofe" se puedan realizar por fin los trabajos y en los años venideros no veamos de nuevo desastres de esta índole.
En Chiguayante hubo 10 muertos. Por eso, urge la construcción de las obras en el canal Papen.
Los técnicos indican algo que ya señaló el Senador señor Ruiz-Esquide: 28 por ciento del caudal del río Biobío se forma aguas arriba de la Central Pangue, y el 72 por ciento restante, aguas abajo. Y en este último tramo recibe el aporte de sus principales afluentes: los ríos Vergara, Duqueco, Bureo, Laja y Huaqui, los que también experimentaron crecimiento en sus caudales.
Esta mayor crecida del Biobío, de otros ríos y de diferentes cursos de agua de la Región se debió, básicamente, a las intensas lluvias, que se prolongaron por varios días antes de la tragedia. Los suelos estaban saturados de agua, la cual escurrió hacia ellos.
En Hualqui, las poblaciones República de Hualqui, 18 de Septiembre y Nueva Hualqui sufrieron todo el impacto de las aguas en sus 250 viviendas, donde habitan 800 personas. Las autoridades del municipio y la comunidad sostienen que antes las crecidas eran lentas y no tan violentas, pero que desde la construcción de las centrales Pangue y Ralco el agua llega de un solo golpe y causa daños mayores, por la agresividad y fuerza que adquiere debido a la apertura de las compuertas.
Es necesario investigar el impacto que producen las aguas por la apertura de las compuertas de las centrales hidroeléctricas, lo que tiene sumida en el terror a la población de Hualqui.
Señor Presidente, quienes estamos en contacto directo y permanente con todos los sectores sociales hemos podido comprobar la entereza, fortaleza y poder interior que tiene nuestro pueblo para soportar, sin quebrarse, los embates de la naturaleza y ponerse nuevamente de pie para seguir luchando.
Nuestra gente es así, porque desde siempre y por generaciones hemos vivido en esta tierra bella y generosa, pero indómita, desafiante y exigente en sus fuerzas naturales.
Cuando no son terremotos o incendios voraces, son las fuerzas de las aguas y de los vientos las que todo lo invaden, arrasando cuanto encuentran a su paso, como si la voz del trueno nos advirtiera: "Nunca deben actuar contra la naturaleza interviniendo a contrapelo los cauces naturales, sino avanzar con ellos, amigarse con ellos y respetar sus espacios, sus cursos, sus rutas".
Me adelanto a los análisis que haremos junto con las autoridades y los técnicos, a fin de que no se repitan estas tristes experiencias y se tenga presente, sobre todo, la palabra "previsión", para no seguir cayendo en la improvisación. Y debemos insistir en la limpieza de los ríos embancados, pues hace muchos años que los cauces no se limpian.
En la comuna de San Carlos, todos los años se producían inundaciones como consecuencia del desborde del canal Navotavo. Sin embargo, el alcalde se preocupó de limpiar sus 6 ó 7 kilómetros de cauce y para ello contrató máquinas excavadoras. Por primera vez, a pesar de la enorme crecida de los ríos y de la abundante lluvia, San Carlos no se inundó.
¿Se han metido excavadoras a los otros cauces: al del Andalién, al del Nonguén, al del Papen? Y no diré al del Biobío, porque sería imposible. Todos los demás también debieran ser atendidos, desembancados, con trabajos año a año. Seguramente se habrían producido inundaciones, pero no el tremendo daño que causaron en esta oportunidad.
Nuestra Región del Biobío ha quedado herida en su cuerpo social: algunos compatriotas han perdido la vida y otros están sumidos en una resignación patológica. Se ha destruido la infraestructura inmobiliaria habitacional y de puentes, y la red de caminos.
Como señaló el Senador señor Pérez Varela, el camino de Santa Juana a Concepción también quedó cortado en varios tramos. De hecho, un bus quedó atrapado entre dos aludes. Yo vi a los bomberos trabajar incansablemente en labores de rescate cuando ya venía un nuevo derrumbe, que pudo haberlos arrastrado junto con las otras personas. La corriente del río Biobío se los llevó por varios cientos de metros.
Como dije, el agua destruyó numerosos puentes y muchos caminos.
Es la hora de los balances, de los análisis, de las reflexiones y evaluaciones. No busquemos culpables. Determinemos cuáles son las alternativas de solución de estos problemas y preparémonos para los próximos inviernos. Debemos analizar nuestras fallas a fin de que no se repitan esas tristes experiencias.
Por ahora, creo que el Gobierno debería otorgar un subsidio o un crédito, según sea el caso, para reparación de viviendas o reposición de enseres. Hay gente que perdió todo, pues sus casas estaban con un metro y medio a dos metros de agua. ¡No salvó absolutamente nada! Algunos, apenas alcanzaron a encumbrarse en el techo para ser rescatados por helicópteros o botes salvavidas.
Por eso es necesario un crédito. Muchas de esas personas nunca han pedido un subsidio al Gobierno para nada, ni para construir su vivienda, y hoy día ven todo destruido. Sugiero concederles, por lo menos, un crédito blando que les permita reponer sus enseres, y a las más modestas, un subsidio para reparar sus casas.
Reitero mis palabras de solidaridad, de respeto y de condolencias para los cientos de familias, para los miles de pobladores de la Octava Región que sufrieron el rigor de las fuerzas naturales.
Expreso también un reconocimiento muy especial a todos los funcionarios públicos y municipales, a Bomberos, a Carabineros; a los alcaldes, gobernadores, intendentes y otras autoridades. Todos trabajaron como una sola persona para ir en ayuda de los miles de damnificados.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Horvath.

El señor HORVATH.- Señor Presidente, hace poco tuvimos la oportunidad de ver el programa "La tierra en que vivimos", donde se mostraba cómo era el río Biobío veinticinco años atrás y cómo es hoy día.
Sería conveniente tener a la vista algunos datos sobre el problema. Por eso, solicito que se oficie al Ministerio de Obras Públicas para que remita información respecto de los siguientes puntos.
En primer lugar, qué antecedentes existen acerca de la cuenca del río: cómo se ha ido deforestando; de qué manera se ha ido cambiando su uso y, con ello, variando su influencia en los caudales que se producen en situaciones normales y extraordinarias.
La segunda consulta dice relación a la magnitud de las precipitaciones y al derretimiento de nieve a que se vio enfrentada esa cuenca y otras. Me interesa conocer, en particular, si aquélla está dentro de los rangos excepcionales o si ya se puede apreciar alguna influencia del cambio climático.
La tercera pregunta tiene que ver con los pronósticos meteorológicos. Considerando que la capacidad de pronosticar ha aumentado notablemente, ¿se está advirtiendo con tiempo sobre estas situaciones a fin de que sea posible actuar con oportunidad y prevención? ¿Cómo funciona la Oficina de Emergencia en ese sentido?
La cuarta inquietud se refiere a algo que ya han señalado los Parlamentarios de la zona: la capacidad de regulación de las represas, tanto de Pangue como de Ralco. Si se les advierte con antelación que va a llover en abundancia, ellas podrán liberar flujo también anticipadamente y mejorar su capacidad de regulación del agua. Sería bueno saber si a las empresas se les avisó o no respecto de la situación.
La quinta interrogante se vincula con la instalación de poblaciones y la realización de algunas actividades en áreas que presentan claro riesgo de inundación. ¿Se han elaborado mapas de riesgo por cuenca? Y, de ser así, ¿en qué medida las municipalidades e instancias correspondientes los están haciendo cumplir?
Y, como corolario, queremos que el Ejecutivo informe cuándo va a mandar el proyecto de ley sobre manejo integrado de cuencas, que se hallaba contemplado originalmente en el Código de Aguas. La reforma de este cuerpo normativo planteaba tres puntos gruesos: el pago de patentes por no uso del agua -porque quienes la usan, de alguna manera aumentan sus impuestos por la actividad asociada-; los caudales ecológicos, y el manejo integrado de cuencas. Esto último quedó pendiente.
Otro punto no menor es el de las defensas fluviales. Al Ministerio de Obras Públicas legalmente se le asignan dineros para combatir la erosión. Pero debería efectuarse una labor más bien preventiva: forestar las cabeceras de cuencas; velar por que los cambios de uso no aumenten la correntía; hacer los encauzamientos en forma oportuna, como indicó el Senador señor Sabag; forestar las orillas, y, además, apoyar proyectos relevantes como el de la Corporación Pro Río, que plantea, incluso, forestar dentro del agua, de manera de acelerar la precipitación de sedimentos hacia las orillas. De ese modo sería factible, en pocos años, agrandar notablemente las riberas y así aumentar la velocidad del agua en el centro del río con el objeto de producir un drenado y un dragado.
Con eso, los ríos podrían hasta ser navegables y mejorar su capacidad de absorber crecidas extraordinarias como las ocurridas en esta ocasión.
Por último, es preciso realizar un análisis, asociado también al manejo integrado de cuencas, de algo más que prometido por el Ejecutivo y que figuraba en su programa de gobierno: el ordenamiento territorial, que es un instrumento básico para intervenir y pronosticar el comportamiento de una cuenca ante un temporal como el que tuvimos en el caso lamentable del Biobío y de otros ríos aledaños.
--Se anuncia el envío de los oficios solicitados, en nombre del señor Senador, conforme al Reglamento.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Tiene la palabra la Honorable señora Alvear.

La señora ALVEAR.- Señor Presidente, una vez más el país ha sido testigo de cómo la naturaleza se ensaña con nuestro territorio, ocasionando grandes daños materiales y, lo que es más deplorable, pérdida de vidas humanas.
Las estadísticas señalan que estos eventos meteorológicos extremos sólo ocurren luego de grandes intervalos de tiempo. Pero cuando se presentan dejan una larga estela de desgracias.
Sin embargo, no es necesario que los caudales que se desplazan por los diversos cauces sean tan extraordinarios como para producir perjuicios. En algunos casos, la cercanía de poblaciones a ciertos cursos de agua es suficiente para que un aumento de caudal provoque desastres.
En ese sentido, debe tenerse presente que el más óptimo sistema de alerta temprana, aplicado de manera excelente, puede evitar desgracias personales, pero difícilmente impedirá que haya pérdidas materiales.
Más allá de la búsqueda exhaustiva de responsables, ésta debe ser una oportunidad para que Chile, de cara a los embates de la naturaleza, encuentre soluciones que vayan más allá de la contingencia.
Uno de los temas que en forma inevitable habremos de asumir se refiere a la operación de los embalses cuando existen riesgos hidrológicos. La población debe tener la tranquilidad de que sus autoridades han tomado las medidas que estén al alcance del ser humano para evitar, o a lo menos mitigar, los perniciosos efectos de estas catástrofes naturales. Cualquier obra de ingeniería con un coeficiente de seguridad que alcance el ciento por ciento -ni siquiera se logra en los países desarrollados- tendría un costo absolutamente prohibitivo.
Debemos buscar la manera de alcanzar una coordinación óptima entre las autoridades y los privados para alertar a la población ante este tipo de situaciones.
Si lo que ha imposibilitado una acción más eficaz es la existencia de vacíos legales, deberá ser el Congreso Nacional el que, en forma rápida y eficiente, se aboque a esta necesaria tarea.
Hoy, la preocupación se ha centrado principalmente en la Octava Región. En el futuro, puede ser en cualquier otra. En los últimos quince años ni siquiera se han salvado zonas tan áridas como Arica y Antofagasta.
La mirada se ha centrado en la eventual responsabilidad de las centrales hidroeléctricas en los golpes de agua. Sin embargo, sabemos que las finalidades de los embalses son determinadas: algunos se hicieron para generar energía eléctrica; otros tienen como objeto la regulación, a fin de mejorar el riego. Cabe preguntarse cuáles son las medidas factibles de tomar para que, sin desnaturalizar su función, se aminoren los efectos adversos, cuidándose de que en definitiva no causen daños mayores.
Lo anterior, porque en circunstancias extremas en que ingresen nueve mil metros cúbicos por segundo podría colapsar un embalse y generar una tragedia de proporciones inesperadas.
Señor Presidente, es imprescindible promulgar lo antes posible la ley de financiamiento de colectores de aguas lluvias, de modo que puedan ser construidos en el más breve plazo. Se requiere con urgencia que la autoridad competente establezca, financie y desarrolle planes de mejoramiento y conservación de cauces urbanos, de modo de proteger de inundaciones las viviendas ribereñas, mientras que los municipios deben tener especial cuidado, en sus planes reguladores, respecto de los lugares donde autorizan construir, máxime si revisten características de zonas de inundación.
Es en este último sentido, señor Presidente, que debemos ser muy cautos al querer encontrar responsables de lo que nos sucede. Si estamos evidenciando la conciencia de haber construido nuestra vivienda en un bajo o en una planicie de inundación, en una quebrada por donde escurre el agua cuesta abajo, y fundada sobre palafitos, no corresponde sindicar a un tercero como el causante de que la casa resulte afectada.
Nuestros técnicos cuentan con la capacidad y los medios suficientes para determinar posibles responsabilidades, mientras que las vías de nuestros ferrocarriles, construidas hace ya más de un siglo y que corren paralelas a las corrientes fluviales, prácticamente permanecen intactas, marcando, como mudos testigos, el límite de las crecidas.
Por ello, señor Presidente, no ocupemos nuestro tiempo en buscar culpables, sino soluciones. Nuestro país está en condiciones de darlas y de reducir al máximo las consecuencias humanas y personales de estos embates de la naturaleza.
He dicho.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Navarro.

El señor NAVARRO.- Señor Presidente, deseo presentar unas fotografías de las inundaciones que vivió la Octava Región. Brevemente, creo que el conjunto de imágenes son un testimonio real, directo, del drama, y, en especial, dan cuenta de un conjunto de elementos que aquí se han planteado en el debate y que espero desarrollar. Ellos dicen relación a que efectivamente enfrentamos una contingencia importante, un hito en cien años, pero cuyos daños y efectos se proyectan mucho más allá de las penurias sufridas por miles de familias.
La foto es del sector Collao, Concepción, donde se halla completamente inundada la Universidad del Biobío. Se perdieron 28 mil volúmenes en la Biblioteca y un enorme número de computadores. El plantel ha estimado los daños en más de mil 500 millones de pesos. Y aún sigue evaluando los costos, para poder invertir en protección y reposición.
La segunda fotografía corresponde al sector Chiguayante. Lo que se observa son sectores ribereños total y absolutamente anegados en el lado norte del río Biobío.
La tercera es del sector Palomares, Concepción.
Todas estas fotos aéreas fueron tomadas al día siguiente de la inundación, que se mantuvo de doce a veinte horas.
La siguiente también es del sector Collao, Concepción. Ahí se muestra el Estadio Municipal. Y toda la población que se observa en la parte superior corresponde a Collao, Los Lirios y Los Fresnos, sectores de clase media.
Son casas que representaron un costo superior a 30 ó 35 millones de pesos, respecto de las cuales no ha operado programa alguno del Gobierno, dado que no califican para ningún tipo de ayuda. Si bien es cierto que en algunos casos existen seguros comprometidos, nos hemos reunido con el Superintendente de Valores y Seguros a fin de que se pueda dar asesoría, porque, en definitiva, muchas aseguradoras han planteado el finiquito del contrato respectivo.
La fotografía es del sector Bocasur, en San Pedro de la Paz. Allí se observa una planificación urbana extraordinariamente positiva. Y no se registraron inundaciones porque se tomaron medidas de planificación urbana adecuada, es decir, con zonas más altas y alejadas de la ribera. Hacemos referencia a un sector denominado "Proyecto San Pedro de la Costa", de más de tres mil 500 viviendas construidas por el Gobierno el año pasado.
La siguiente es del camino a Santa Juana, Ruta de la Madera. Deseo llamar la atención en el sentido de que ésa es una vía concesionada que estuvo cortada alrededor de nueve días. Fue preciso realizar esfuerzos para poder suspender el cobro de peaje, que se siguió exigiendo los primeros días a pesar de hallarse inhabilitada. Y la verdad es que quedó sobrepasada total y absolutamente.
En la de arriba se observa el camino a Hualqui. Ahí no medió una división de sectores. Se da cuenta sólo del colapso de algunas zonas del camino que une a Chiguayante con Hualqui.
Ésta es de caleta Lenga, Talcahuano.
Luego, una fotografía de Cobquecura -no muy clara-, también tomada desde un avión.
Y ahora vienen las inundaciones reales en algunos sectores. La imagen que se exhibe es del Valle Los Aromos, Tomé. El agua alcanzó una altura de más de un metro diez en el interior de las casas. Muchos vecinos decían eufemísticamente: "Aquí tenemos piso flotante en toda la población.". Pero es un piso que flota junto con todos los muebles. En verdad, señor Presidente, fue algo dramático.
Se observa el sector de Aguas Buenas, Tomé. Allí hubo derrumbes producto de las intensas lluvias, por construcciones en ladera. Y si bien constituye un tema aparte del que estamos analizando, que dice relación a las zonas inundables en cauces naturales de esteros o ríos -en particular, el Biobío, el Andalién-, cabe consignar que se trata de una cuestión grave y pendiente.
La próxima también es de Valle Los Aromos, en Bellavista, Tomé. La gente perdió electrodomésticos. Los televisores y refrigeradores flotaban. No hubo tiempo para salvar nada.
La crecida sobrevino de noche. Y la gran pregunta que se formulan los vecinos es por qué ocurrió así, en circunstancias de que en Pangue se pudo tomar la decisión de elegir otro horario para la evacuación de seis mil 600 metros cúbicos por segundo, del total de 18 mil, que fue el máximo del Biobío. Lo anterior, dejando de lado la cuestión de la responsabilidad. Por mi parte, pienso que ésta existe. ¿Por qué la decisión se tomó para que la crecida sucediera en altas horas de la noche, aproximadamente entre las cuatro y cinco de la mañana?
Éste es el sector Los Lirios, Concepción, adonde pescadores artesanales de Penco, Cerro Verde y Lirquén llegaron con sus botes con motor fuera de borda. Lo más surrealista que me ha tocado vivir y ver en muchos años es haberlos contemplado deambular por las calles en sus embarcaciones, por las afueras de la Universidad del Biobío y por las calles del Valle Nonguén, Los Lirios y Los Fresnos, tratando de ayudar a la gente que estaba en los segundos pisos de las casas.
Las fotografías anteriores corresponden a Concepción.
No cabe olvidar lo mencionado por el Senador señor Ruiz-Esquide acerca de la situación de Chiguayante, donde tuvo lugar un drama importante al fallecer tres voluntarios del Cuerpo de Bomberos: el Comandante, el Capitán y el Teniente.
Respecto de las cifras, para que se pueda considerar la dimensión de las consecuencias del fenómeno en las cuatro provincias de la Octava Región, se debe consignar que se registraron 186 mil 781 afectados, 49 mil 543 damnificados y casi 3 mil albergados, así como alrededor de 30 mil viviendas con daño menor, aproximadamente 2 mil 200 con daño mayor y 481 destruidas total y absolutamente.
En cuanto al apoyo proporcionado por el Gobierno, las cifras de la última columna expresan, en el caso de Ñuble, que se cumplieron en 101 por ciento las solicitudes de alimentos; en el de Concepción, en 118 por ciento; en el de Arauco, en 113 por ciento, y en el de Biobío, en 85 por ciento, particularmente por las dificultades de acceso de la ayuda, en especial en el Alto Biobío, donde se presentaron complejas situaciones de corte de caminos.
Se podría decir que, entre frazadas, colchonetas, alimentos y viviendas, se concretaron cantidades importantes de entregas para poder salvar la gravedad del problema.
Vale la pena recordar la nómina de las personas fallecidas. La leo, reverente: Luis Inostroza Núñez, Comandante del Cuerpo de Bomberos; Rodrigo Mora González, 34 años, Capitán de Bomberos; Julio Muñoz Domínguez, Teniente 4º de Bomberos, todos ellos caídos en actos de servicio.
Chiguayante, entonces, perdió toda la plana mayor de su Cuerpo de Bomberos, en una tragedia que le ha dado mártires pero que ha causado un profundo dolor y desesperanza en las familias afectadas.
El Gobierno ha comprometido la construcción del cuartel de la Tercera Compañía de Bomberos local, que era la aspiración de ese grupo de abnegados voluntarios.
Fallecieron también Gabriel Riquelme Palma, 25 años; Alexis Bobadilla, 45; Juan Rodríguez Cuevas, de 32; Juan Carlos Medina González, de 43; Abel Robles Araneda; Guillermo Sanhueza Figueroa; César Rodríguez Sobarzo, de 17 años; María Vergara Durán, de 43; Luis Felipe Gómez Cabezas, de 22; Raquel Navarrete Henríquez, de 79; Marcia Paola Provoste Vita, de 11; Camila del Rosario Provoste Vita, también de 11; José Raúl Sepúlveda, de 67; Javier Alvear Zuluoga, de 33; Luis Alberto Ramírez Uteras, de 47; Herman Jara Rebolledo, de 64; Elba Lizama, de 81 -fue encontrada ahogada al interior de su domicilio en la comuna de Los Ángeles-, y Florentina Natalia Figueroa Gatica, cuyo cuerpo fue hallado sin vida después de estar desaparecida.
Quiero destacar la importancia de la inversión en reparación de daños. La vida de las personas no se recupera. Por lo tanto, el tema de las decisiones y de la investigación de las responsabilidades siempre será relevante.
En 2005, cuando también hubo inundaciones (el desastre fue total), el Estado invirtió 3 mil 761 millones de pesos en reparaciones, de los cuales 84 por ciento se destinó a infraestructura vial; 4,11 por ciento, a solucionar problemas de vivienda, y 1,44 por ciento, a conservación, limpieza y recuperación de sistemas de drenaje de aguas lluvia.
Para este año, con ocasión del desastre ocurrido el 11 de julio, el total estimado para enfrentar la emergencia es de 9 mil 420 millones de pesos, prácticamente ciento por ciento más. Claro que la cifra no incluye los gastos en salud ni tampoco los de los municipios. El monto fue aportado directamente por el Estado a través de las gobernaciones y, en particular, de los Ministerios.
La catástrofe es mayor y a la Región le va a costar reponerse de ella. Están afectadas 35 mil personas y miles de familias han perdido sus fuentes de trabajo. Recordemos que los pequeños comerciantes y los trabajadores independientes representan el 25 por ciento de la fuerza laboral de la Octava Región. Muchos de ellos perdieron todo: talleres, herramientas, animales de trabajo, insumos y otros bienes. Y por ser pymes o mipymes -o sea, por tener una empresa y no calificar para la Ficha CAS-, no han recibido ningún apoyo. Ése es el martirio de la clase media. No existe ni un instrumento del Estado para ir en su ayuda. El FOSIS ha emprendido un programa de auxilio para aproximadamente 1.200 personas, con 788 millones de pesos, pero es insuficiente.
Del mismo modo, la entrega de un bono de emergencia agrícola por 150 mil pesos para la adquisición de alimento e insumos no es suficiente; es importante, pero no basta.
La Región pidió un presupuesto adicional de 500 millones para enfrentar la emergencia. Al 25 de julio se habían entregado 24 mil fardos y 644 toneladas de alimentos para un total de casi 5 mil usuarios.
Ésa es la magnitud del desastre.
A continuación, paso a referirme a las causas, que son lo importante.
En esta materia coincido con los Senadores señores Pérez Varela y Ruiz-Esquide en cuanto a que las precipitaciones y la crecidas de los ríos fueron realmente extraordinarias: sólo en 48 horas cayeron en el Alto Biobío casi 400 milímetros (exactamente, 387), equivalentes a más del doble de las precipitaciones registradas en igual tiempo en la ciudad de Concepción, que fueron 170 milímetros. Cabe recordar que en Santiago, en la Región Metropolitana, con 6 millones de habitantes, la pluviosidad anual es de alrededor de 230 milímetros. O sea, en el Alto Biobío llovió en dos días el doble de lo que precipita en Santiago en todo un año. Hubo una situación extraordinaria.
Lo anterior no significa que haya que echarle la culpa a la lluvia por esa gran pluviometría, pues este tipo de desastres no los define el hombre, sino la naturaleza. El punto es por qué, en esa situación, los modelos y las prevenciones no dieron como resultado acciones que hubieran permitido mitigar los daños.
En ese sentido, el comunicado del Ministerio de Obras Públicas -nos acompañan el Subsecretario y los Directores de Aguas y de Obras Hidráulicas- relata lo mismo que he señalado y da cuenta del caudal máximo histórico del Biobío. Las últimas cifras que yo manejaba eran 18 mil metros cúbicos por segundo y una altura de 4,43 metros. Quienes sobrevolamos ese día el río vimos que el agua tocaba las losas de los puentes. El Puente Viejo de Concepción -viejo, pero leal y firme como un roble-, pese a las predicciones de que no podría ser ocupado, aguantó absolutamente todos los embates del Biobío en su máximo caudal. Esperamos recuperar este "viejo roble" para el servicio de la ciudad.
Quiero señalar que más del 70 por ciento del caudal registrado en el río Biobío frente a Concepción -Chiguayante, Hualqui, por supuesto- se generó en el territorio de la cuenca ubicado aguas abajo de las centrales hidroeléctricas Ralco y Pangue. Sólo del orden de 30 por ciento del caudal provino de la cuenca ubicada aguas arriba de dichas usinas. Y si bien ese aporte de 30 por ciento está claro en las cifras -se trata de un dato entregado por la Dirección General de Aguas-, habrá que explicitarlo.
El decreto del Ministerio de Obras Públicas de 25 de enero de 1990, que autoriza el funcionamiento de Pangue, estableció que la represa debería tener una altura máxima de 113 metros de altura; una longitud de coronamiento de 450 metros; que el vertedero se ubicaría en el centro, con cuatro compuertas de 13 metros de ancho y 16,2 metros de alto, con capacidad para evacuar 6 mil 600 metros cúbicos por segundo. Y esto es precisamente lo que hizo dicha central: evacuó el total de la capacidad permitida, en circunstancias de que la autorización para generar electricidad es de 500 metros cúbicos por segundo.
Existen declaraciones de la gerencia de la central a radio Biobío señalando que no estaban dispuestos a tirar billetes al río; que la empresa tenía el derecho de acumular agua porque la pluviometría no era predecible, y que, en definitiva, estaban autorizados para colmar la represa y luego evacuarla, de tal manera de garantizar al máximo la acumulación hídrica.
Sin duda, la situación energética del país contribuye. Es decir, como todos queremos tener agua para electricidad, el que la empresa pueda acumular todo, sin perder una gota, parece justificable. Yo creo que, efectivamente, eso puede ser legal, tal como ha estado ocurriendo en Chile, pero tiene que cambiar.
Además, quiero hacer presente que el mismo decreto que autorizó el funcionamiento de la represa señala en su punto 5: "Declárase que serán de cargo de ENDESA los gastos que ocasionen a terceros los daños y/o perjuicios por variaciones de caudales en el río Bío-Bío con motivo de la operación de la futura Central Pangue".
Es necesario determinar si realmente lo establecido en ese decreto de autorización sigue vigente, esto es, si los daños ocasionados a terceros por cambios o variaciones de caudales son de cargo de la planta.
Situaciones similares, señor Presidente, ocurrieron en el río Andalién y otros, donde también se registraron máximas históricas.
Sin embargo, más allá de constatar la lluvia caída en toda la Octava Región, lo importante es saber si los mecanismos de seguridad efectivamente funcionaron.
Tengo en mis manos el boletín enviado por ENDESA a la Dirección Regional de Aguas donde le indica el horario de apertura de las compuertas. El titular de dicha repartición, a su vez, comunicó la advertencia en la reunión del Comité de Emergencia Regional, incluida la Intendenta y su equipo, en la mañana del martes 11.
No obstante, deseo hacer notar que de nada sirve avisar que se abrirán las compuertas si se ignora, o no se dice, o se oculta, o no se sabe, cuál es el impacto que ello tendrá. Si se avisa es por algo. ¿Por qué? Yo creo que ésa es, en definitiva, la zona oscura, el área gris que es necesario dilucidar.
Diversos expertos hidráulicos han señalado que el volumen de agua embalsada en Pangue disminuyó en 0,542 millones de metros cúbicos entre las 12 y las 15 horas del martes 11 de julio. En ese lapso, el caudal del río Biobío, medido en la estación fluviométrica en Junta Pangue, superaba los 4 mil 200 metros cúbicos por segundo. Estos informes demuestran -y sería bueno que quienes nos acompañan lo pudieran precisar- que la central habría evacuado más agua de la que recibió durante las horas más críticas de la crecida.
Los niveles máximos históricos del Biobío se registraron en 1972, con 13 mil 110 metros cúbicos por segundo; en 1991, con 12 mil 390; en 2003, con 11 mil 245, y este año, con 15 mil 900 metros cúbicos por segundo, que marca la máxima histórica. Sin embargo, según el propio sitio web de ENDESA -que tiene sus datos en línea-, el caudal registrado el 11 de julio fue de 18 mil 64 metros cúbicos por segundo. Así que ahí se requiere una aclaración, pues 3 mil metros cúbicos son una diferencia significativa. Sería importante, entonces, que la autoridad o ENDESA pudieran clarificar ese antecedente.
La Dirección General de Aguas no nos ha informado de este máximo caudal. Y, efectivamente, existe una disposición que establece que hay responsabilidad por daños, como señalé.
En seguida, señor Presidente, deseo referirme muy brevemente al informe de la Comisión Mundial de Represas correspondiente a la síntesis de noviembre del año 2000.
En 1997, con el auspicio del Banco Mundial y de la Unión Mundial para la Naturaleza, representantes de distintos intereses se reunieron en Gland, Suiza, para discutir cuestiones controvertidas.
El taller de trabajo reunió a 39 participantes procedentes de distintos gobiernos, del sector privado y de instituciones financieras. Su objetivo fue revisar la eficacia de las grandes represas, a fin de promover el desarrollo y evaluar alternativas para el aprovechamiento del agua y de la energía; formular criterios aceptables internacionalmente y, donde fuera adecuado, guías y normas para la planificación, diseño, evaluación, construcción, funcionamiento, inspección y desmantelamiento de represas.
La Comisión mencionada comenzó su trabajo en mayo de 1998, bajo la presidencia del Profesor Kader Asmal, entonces Ministro de Forestación y Recursos Hidrológicos de la República de Sudáfrica.
El informe de dicho organismo, en síntesis, establece que por lo menos 45 mil represas han sido construidas para satisfacer demandas de agua o energía. Hoy día, casi la mitad de los ríos del mundo tienen a lo menos una represa. Al inicio de este nuevo siglo, un tercio de los países depende de energía hidráulica para satisfacer más de la mitad del suministro eléctrico y los grandes embalses generan el 19 por ciento de la electricidad mundial total. La mitad de las represas del mundo fueron construidas exclusiva o principalmente para regar, y cerca del 30 a 40 por ciento de los 271 millones de hectáreas que se irrigan dependen de aquéllas.
Continúa el informe diciendo que, en demasiados casos, para obtener estos beneficios se ha pagado un precio inaceptable y frecuentemente innecesario, en especial en términos sociales y ambientales, por parte de las personas desplazadas, comunidades río abajo, los contribuyentes fiscales y el medio ambiente.
Del mismo modo -según el informe-, las grandes represas, con un componente de control de inundaciones, han proporcionado importantes beneficios en este sentido. Pero, al mismo tiempo, han incrementado la vulnerabilidad ante inundaciones debido al aumento de los asentamientos en zonas que todavía corren ese riesgo y, en algunos casos, han empeorado los daños provocados por los anegamientos, debido a una serie de razones, incluyendo la deficiente operación de la represa.
Conclusiones adicionales: primero, la creciente preocupación por los costos y la eficacia de las grandes represas y las medidas estructurales asociadas, han llevado a que se adopte una gestión integrada de inundaciones, que enfatice una combinación de políticas y medidas no estructurales para reducir la vulnerabilidad de las comunidades frente a las inundaciones.
Y segundo, garantizar la seguridad de las represas requerirá más atención y mayores inversiones, porque las existentes envejecen, los costos de mantenimiento aumentan y los cambios climáticos pueden alterar el régimen hidrológico utilizado como base para diseñar los desagües de ellas.
Está claro que, si tenemos un cálculo respecto de las inundaciones en 50 años -porque los puentes salen más barato y porque en definitiva las medidas y las alturas son menores-, el diseñar obras hoy en el río Biobío, particularmente en toda la Octava Región, requerirá tomar como cota la que arrojen los datos en 100 años.
Ahora, deseo pasar rápidamente a las propuestas.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- El Orden del Día termina dentro de 20 minutos y queda un señor Senador inscrito. Si Su Señoría continúa interviniendo, no habrá tiempo para escuchar al señor Subsecretario.

El señor NAVARRO.- Sólo voy a mencionar las proposiciones, sin hacer un desarrollo de ellas.

El señor PROKURICA.- Queremos oír al señor Ministro también.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- No habrá tiempo para que el señor Subsecretario nos entregue antecedentes.

El señor NAVARRO.- Un minuto y termino, señor Presidente.
Proponemos congelar las autorizaciones. Es decir, los planos reguladores no pueden seguir burlando los informes del EULA en la Octava Región.
Las municipalidades y la Dirección General de Aguas no deben seguir autorizando la instalación de viviendas en zonas declaradas de inundación.
Hay que sacar a los interventores de los cauces e identificar las zonas de riesgo. El EULA ha propuesto las zonas de riesgo desde el año 2000, y ha diseñado planes de prevención y un modelo de simulación de cuando la represa vierta sus aguas sobre el Biobío.
Hay que ir a la administración integrada de cuencas; a las corporaciones privadas de cuencas hidráulicas, y, en definitiva, a la revisión del plan de manejo de la ONEMI, que, en mi opinión ha asignado a los municipios un rol que no deben cumplir jamás, porque no están en condiciones de coordinar ni desarrollar planes de prevención. Ésta es una responsabilidad que hoy día ha de radicar en el Estado y en los gobiernos regionales.
La última experiencia de la Octava Región ha demostrado que esa coordinación, por muchos motivos, estuvo mala, y que los municipios no tienen capacidad alguna para enfrentar las emergencias, Ello debe estar en manos del Estado y de los gobiernos regionales.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Zaldívar.

El señor ZALDÍVAR (don Adolfo).- Señor Presidente, después de oír las exposiciones, deseo plantear que se debería sacar algo positivo a partir de esta tragedia y de tanta improvisación y ceguera.
En ese sentido, quiero tomar una de las tesis formuladas por el Senador señor Ruiz-Esquide, que es quizás un hecho irredargüible, que no merece cuestionamiento: lo sucedido corresponde a la naturaleza misma de nuestro país, a esta "loca geografía", como decía Benjamín Subercaseaux. Tenemos una cordillera de las características que todos conocemos, y ríos que van desde el centro hacia el centro sur a través de unos mil 500 kilómetros de largo, desde una altura de 5 mil metros hasta una cota cero, que es el mar en menos de 200 kilómetros. Y eso es todo.
Me podrán decir, y con razón, que esto ha pasado siempre. Es cierto. Hay varios textos históricos, incluso de escritores costumbristas -Benjamín Vicuña Mackena, entre otros-, que nos recuerdan situaciones de crecidas de ríos en Santiago, por ejemplo.
Pero, en verdad, más allá de eso -que podría dejarnos tranquilos-, la crecida de los ríos tiene consecuencias como las que escuchamos a los Senadores señores Pérez Varela, Sabag, Ruiz-Esquide y otros. De manera que las consecuencias de hoy no son las mismas de antes. Y eso es todo.
Por lo tanto, nuestras autoridades y nosotros mismos debemos tomar conciencia de esta situación, para que ojalá no ocurra algo más grave en el futuro.
Creo que lo acontecido nos debe llevar a revisar, entre otras cosas, la situación en Derecho del propietario o de quien tiene la autoridad sobre una represa o una central hidroeléctrica con las características de las existentes. Es ahí donde, a mi juicio, ha de actuarse.
Se podrá sostener que en años de historia nunca había pasado un fenómeno de esta envergadura, más allá de milímetros más o milímetros menos de agua caída. Por una serie de presunciones, en lo sucedido ahora hay una responsabilidad directa, innegable, acerca de cómo se comportaron los responsables del manejo y uso de la represa o de la central hidroeléctrica.
Por consiguiente, debemos hacer un análisis de cómo regular la situación para que ese fenómeno no se vuelva a repetir, porque con los conocimientos y el uso de la tecnología actual, son perfectamente medibles las consecuencias de tales eventos. También es posible en nuestro país y en cualquier parte del mundo dimensionar un temporal que se aproxima.
Y no cabe sólo considerar los derechos de un propietario -por importante que sea- o los que están en juego en cuanto al ejercicio de la propiedad cuando estamos frente al derecho a la vida y a otros tan fundamentales en una sociedad que se presume organizada.
Por eso, dado que los Senadores de la Octava Región tienen todos los antecedentes de lo acontecido, sugiero que, más allá de un voto que podamos aprobar en el Senado, propongamos al Ejecutivo que se estudie un cambio regulatorio para el ejercicio del derecho de las hidroeléctricas sobre el almacenamiento de las aguas. Esto no puede quedar entregado al libre lucro o al derecho de propiedad, como lo he sostenido anteriormente.
La expuesta es la consideración que quería hacer, en atención a la envergadura del problema y, además, a que todo esto hace presumir que, en el futuro, para superar el problema energético tendremos que construir más centrales hidroeléctricas y, en consecuencia, será necesario tener en cuenta situaciones de tanta gravedad como las que hemos conocido.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Tiene la palabra el señor Subsecretario,

El señor SALDIVIA (Subsecretario de Obras Públicas).- Señor Presidente, por su intermedio, en primer lugar, reitero las excusas del señor Ministro, por cuanto, como se ha dicho, se encuentra en la Décima Región y me ha solicitado que dé a conocer los antecedentes de que dispone el Ministerio de Obras Públicas.
En segundo término, agradezco la autorización de ingreso a la Sala de quienes me acompañan, el Director General de Aguas y el Director de Obras Hidráulicas.
Trataré de hacer una breve exposición, a partir de la bastante más extensa que habíamos preparado, para respetar el horario de término de la sesión.
Señalaremos primero algunos criterios básicos que dicen relación a la operación de centrales hidroeléctricas de embalse.
Frente a crecidas de magnitud importante, la operación de un embalse para centrales hidroeléctricas debe basarse en tres principios.
En primer lugar -tal vez el más relevante, aunque no los citaré en orden de prioridad-, hay que mantener las condiciones de seguridad de la obra a fin de evitar el colapso de la represa. Es dable imaginar que, si éste se produjera, los daños generados aguas abajo serían inconmensurables. Por lo tanto, el primer criterio es que la represa debe operar en términos tales que garantice la seguridad de ella o del muro de contención.
En segundo término, es menester manejar el embalse en términos tales que mantenga la condición natural de funcionamiento de la cuenca. Es decir, en ningún momento la represa debe descargar volúmenes embalsados superiores a los que ingresan a ella; el efluente no debe ser superior al afluente.
Y tercero, tienen que informarse oportuna y adecuadamente las condiciones de crecidas de magnitud importante, a fin de que aguas abajo se tomen las acciones necesarias.
Esos tres criterios se hallan contenidos en los manuales de operación que la Dirección General de Aguas visa para cada una de las represas o embalses que se construyen en el país.
Para aportar algunos antecedentes, aquí tenemos un plano del sector afectado en la Octava Región, donde lo que me interesa destacar -aunque no se ve muy bien- es la cantidad de estaciones pluviométricas de la DGA, que son los puntos con letras rojas. Los círculos amarillos corresponden a las estaciones del Biobío en la desembocadura, a las estaciones de Rucalhue en dicho río y a la estación de Pangue en captación.
Entremos ya de lleno a la información y antecedentes que tenemos que entregar.
Previamente, me gustaría recalcar que no es intención de las autoridades aquí presentes ni del Ministerio inhibir ninguna discusión, sino, más bien, aportar antecedentes que nos permitan conocer la situación, en la línea de lo que acá mismo se ha señalado.
Algunos de los gráficos que mostraré nos permiten pensar en mecanismos de regulación que pudieran ayudar a que estos problemas no se repitan o, al menos, a que no tengan la intensidad del que hemos sufrido recientemente.
En primer lugar, como antecedente de lo que pasó en la cuenca del Biobío vemos:
Precipitaciones persistentes, lluvia continua por varios días antes del evento de crecidas.
Lo anterior implica que se establecen condiciones de saturación de la cuenca, se impermeabiliza el suelo y, por consiguiente, el agua que cae escurre con mayor facilidad, sin ser absorbida por la tierra.
Eso favorece la transformación directa de la precipitación en caudal.
La magnitud de la lluvia -lo señalaron aquí varios señores Senadores- es de extraordinaria importancia: alcanzó valores de 150 milímetros en 24 horas.
La intensidad de la lluvia también fue muy alta: alcanzó hasta 30 milímetros en una hora.
Otro antecedente que complejizó la situación y explica en parte el fenómeno natural que vivimos es que la temperatura durante la ocurrencia de la crecida tuvo un aumento significativo, desplazando la isoterma desde 1.260 metros a los 2.300; es decir, el punto donde la lluvia se transforma en nieve se desplazó en más de mil metros. Esto tiene varios efectos: primero, llueve donde había nieve, derritiéndola; y segundo -y más importante-, aumenta de forma muy considerable la cuenca donde cae agua y escurre. En otras palabras, además de derretir la nieve, la precipitación líquida es mucho mayor en una cuenca -lo que es muy relevante-, aumentando el caudal que escurre por la misma.
La elevación de la isoterma provocó que el aporte de las lluvias a la cuenca del alto Biobío se triplicara respecto a las condiciones normales.
Este gráfico de barras muestra el comportamiento en días de las precipitaciones en 24 horas.
Observamos que el día 6 hubo lluvias (según mediciones en las estaciones Llanquén y Rucalhue) sobre 40 milímetros; el 7 fueron cercanas a esa cifra. Los días 8 y 9 precipitó menos, lo que grafica lo que señalábamos antes, en el sentido de que hubo una lluvia previa que impermeabilizó los suelos. El día 10 hubo 140 milímetros en Llanquén, 120 en Rucalhue. El 11, en Llanquén, algo sobre los 60 milímetros, y en Rucalhue alcanzó los 150. Durante el 12 y el 13 siguió lloviendo. Es decir, la intensidad de la precipitación fue muy importante.
En el cuadro que viene figuran las precipitaciones en intensidad horaria.
Vemos cómo el día 11, entre las 6:10 y las 12:10 las intensidades fueron del orden de los 10 milímetros por hora en la estación Llanquén. Y se puede advertir que en la estación Rucalhue, entre las 12 y las 18 del día 11, llegaron casi a los 30 milímetros. Se muestra gráficamente cómo la intensidad de la lluvia fue aumentando y llegando a niveles históricos.
En la curva de la isoterma se ve que el 8 de julio alcanzó el nivel de 1.200 metros y que el 10 subió a 2.300; el 11 se mantuvo en esa cifra, y el 12 bajó a los 1.200 metros.
Los datos registrados por la DGA en el embalse Pangue indican que, durante la crecida, el embalse mantuvo su nivel sin variación.
El caudal de salida o de evacuación es igual al de entrada.
Sus Señorías pueden ver ahí en la curva naranja cómo desde el 9 de julio en adelante la cota del embalse, que estaba en el orden de los 508 metros, aumenta y se mantiene prácticamente invariable en los 510 metros.
Si cruzamos esto con las dos curvas que figuran abajo del gráfico (la lila corresponde al caudal de salida de Pangue, y la azul, al de entrada), se aprecia cómo prácticamente durante todo el fenómeno esa Central mantuvo los mismos niveles de entrada y de salida.
Sin perjuicio de que en la curva de la cota se ve que varía un poco el día 11 -donde se registra una pequeña disminución del nivel del embalse-, la variación es posterior al peak de la lluvia. Por consiguiente, no tiene mayor influencia en los niveles del río Biobío. Después se mantiene en la cota de 510 metros.
El cuadro anterior explica con mayor detalle ese efecto. Pero lo importante es que el caudal adicional de tal efecto es del orden de los 390 metros cúbicos sobre un caudal de entrada del orden de los 1.500.
El efecto de este desembalse, aparte de producirse fuera del peak de la lluvia, no tiene significación en cuanto a los caudales que generó solamente la cuenca intermedia.
Aquí hay un elemento muy importante que se debe tener presente. La cuenca intermedia del río Biobío, después de la Central Pangue, aportó del orden de 3 mil 600 metros cúbicos.
Como se ha dicho por diversos Senadores en la Sala, la relación de caudales indica que menos de 30 por ciento -más bien cercano a 28 por ciento- del caudal medido en la desembocadura proviene de la zona de presas. De los 15 mil 900 metros cúbicos por segundo que se aforaron el día 11 de julio en la desembocadura, 8 mil metros cúbicos se generaron con posterioridad y 3 mil 600 metros se midieron en Rucalhue.
Existe un estudio de la Universidad de Concepción que proyectó los caudales del río Biobío en función del período de retorno. Así, el caudal de 15 mil 900 metros cúbicos por segundo, de acuerdo con ese análisis, sería para un período de retorno de alrededor de 150 años. Es decir, estamos en presencia de una situación provocada por la naturaleza que es extraordinariamente excepcional desde el punto de vista de lo que se dimensiona para enfrentar este tipo de problemas.
En la Central Ralco, ubicada aguas arriba de la Central Pangue, el tránsito de la crecida se realizó acrecentando el volumen de embalse. En el gráfico vemos cómo la curva celeste, que es la del nivel del embalse, el día 10 de julio empieza en 722,5 metros de cota, para ir aumentando de manera progresiva y llegar el día 12 al nivel de los 725 metros, y mantenerse ahí.
Queremos demostrar, en estricto rigor, que el caudal de salida, que corresponde a la curva amarilla, es permanentemente menor que el caudal de entrada, que está indicado por la curva lila. Por consiguiente, Ralco, que es una represa de gran envergadura -del orden de 1.200 millones de metros cúbicos-, a diferencia de Panque -de aproximadamente 80 millones de metros cúbicos-, actuó de una u otra forma (y ésta es una primera cuestión que deseamos destacar en función de las ideas que pretendemos trabajar) como una central de regulación, a pesar de que, al estar diseñada como central hidroeléctrica, no es precisamente una represa de regulación.
En todo caso, se ve efectivamente que el caudal de salida es menor que el de entrada durante todo el fenómeno.
Por lo tanto, la Central Ralco, según los datos de que disponemos, amortiguó los efectos de la lluvia en la cuenca alta del río Biobío.
Como síntesis preliminares, y asumiendo la responsabilidad en cuanto a que nosotros como Ministerio de Obras Públicas no estamos aquí para defender a un conjunto de empresas, sino para entregar la información objetiva que recaba la Dirección General de Aguas, es preciso señalar que las precipitaciones ocurridas fueron de magnitud e intensidad extraordinarias.
Los caudales registrados producto de las precipitaciones, las condiciones de saturación y la localización de la isoterma son eventos de carácter extraordinario.
El caudal alcanzó a la altura de Concepción un valor que corresponde a un período de retorno del orden de más de 150 años.
El aporte proveniente de la cuenca del alto Biobío es de 28 por ciento, medido en la desembocadura; es decir, aguas abajo de las centrales se genera del orden del 70 por ciento del caudal que afluye a la desembocadura.
En función de tales antecedentes, podemos señalar que la operación de las Centrales Pangue y Ralco se realizó de forma tal que el caudal evacuado no superó el de ingreso a ellas. Mas aún, Ralco actuó regulando el caudal entrante.
Señor Presidente, quiero mostrar dos gráficos más para concluir mi intervención.
En este gráfico, que corresponde al río Maule, Central Colbún, la curva azul muestra el nivel del embalse; cómo durante los períodos de lluvia fue creciendo de manera permanente, y cómo la evacuación siguió el peak. Pero la evacuación es menor que el caudal de ingreso.
La curva amarilla corresponde al caudal de entrada; la lila, al de salida, a la evacuación del vertedero.
La Central Colbún actuó derechamente como un embalse de regulación, a pesar de no haber sido diseñada para eso. Se observa que ella en algún momento tenía niveles de agua bastante más bajos, lo que le permitió acumular la lluvia y verter menos de lo que estaba ingresando.
En lo que respecta a la Central Rapel, se observan los caudales de entrada y salida informados por ella, porque la DGA no tiene estaciones de medición en ese punto.
Los antecedentes indican que el caudal de salida fue superior al de entrada y, en consecuencia, la inundación producida en Navidad y Rapel tiene directa relación con el manejo de la central.
Señor Presidente, ¿por qué he querido mencionar estos aspectos relacionados con Pangue, Ralco, Colbún y Rapel?
En primer lugar, para destacar que la información de la DGA, además de ser publicada en nuestra página web y de poder acceder a ella cualquier persona, se hace cargo de todas las situaciones. Y podemos mostrar eventos en los cuales los embalses actuaron conforme a los principios que definimos al comienzo y otros donde no lo hicieron.
Por consiguiente, deseo recalcar con ello que nuestra posición no es asumir defensas de centrales, sino mostrar la información tal como es. En efecto, hay un punto concreto donde la Central Rapel no procedió de acuerdo con los criterios de operación, arrojando un caudal superior al de ingreso. A este respecto, la DGA ha iniciado los procesos que pueden llevarnos, por una parte, a la aplicación de una sanción. Pero también queremos realizar acciones respecto de ENDESA para mejorar nuestro nivel de información sobre ese caudal.
En segundo término, y además de subrayar lo relacionado con la transparencia y la veracidad de la información que estamos entregando, reiteramos que no pretendemos asumir la defensa de empresas privadas, porque eso no nos compete, sino sólo entregar los datos oficiales de que dispone el Gobierno hasta ahora.
Si comparamos el funcionamiento de las tres centrales, señor Presidente -y con esto termino-, podremos ver que es posible, a la luz de la tecnología existente hoy día, la cual nos permite predecir con algún nivel de anticipación y de seguridad los fenómenos naturales como el ocurrido, elaborar un proyecto de ley -estamos plenamente dispuesto a ello; más aún, el Ministro lo señaló ayer en la Cámara de Diputados y yo me remito a repetirlo- destinado a generar herramientas regulatorias que posibiliten a la DGA -tal vez, a la ONEMI y a la Comisión Nacional de Energía (bueno, eso habrá que estudiarlo en detalle)- ordenar la evacuación de los embalses con anterioridad al inicio de un fenómeno natural como el que se ha vivido en las Regiones Sexta, Séptima y Octava en los días que hemos analizado, de modo de utilizarlos también, en la medida de sus capacidades técnicas, como embalses de regulación y contribuyan así a amortiguar los efectos de la naturaleza.
Hoy no tenemos un instrumental de ese tipo. El que existe es un manual técnico que obliga a no evacuar más que lo que ingresa y a avisar en forma oportuna.
Creemos que podemos dar un salto, producto del desarrollo tecnológico, que permita a la autoridad instruir a las centrales hidroeléctricas para evacuar con anticipación, a fin de generar una capacidad de acumulación que amortigüe estos shocks de la naturaleza.
Sin duda, ello requerirá también una revisión a la luz del derecho de propiedad, como planteaba el Senador señor Zaldívar, y deberá considerar las eventuales indemnizaciones en caso de que la autoridad se llegara a equivocar, es decir, que no se cumplan las predicciones, y no se originaran las lluvias que hicieron dar la orden de evacuar.
En consecuencia, nos encontramos plenamente disponibles para presentar un proyecto de ley de esa índole y seguir este debate -y en ningún caso inhibirlo-, porque creemos y estamos conscientes de que éste es un problema que requiere intervención más allá de lo que hemos podido hacer hasta ahora como país, y la tecnología -insisto- nos permite dar ese paso.
Muchas gracias, señor Presidente.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Señor Subsecretario, hubo una consulta del Senador señor Pérez que me parece pertinente: ¿Por qué se evacuó por el fondo y no por la superficie?
El señor SALDIVIA (Subsecretario de Obras Públicas).- Señor Presidente, si me permite, el Director de Obras Hidráulicas, que es ingeniero hidráulico, podría responder esa pregunta.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Tiene la palabra el señor Director de Obras Hidráulicas.

El señor ARRESE (Director de Obras Hidráulicas).- Gracias, señor Presidente.
Quiero aclarar algo respecto a los embalses, pues también existen los de riego y muchos otros de distinto tipo en el país. Hay que diferenciar aquellos que sobre su vertedero (el vertedero es la obra de seguridad de cualquier construcción de esta naturaleza) tienen compuertas, de los que carecen de ellas.
En los embalses sin compuertas siempre habrá un efecto positivo, que será mayor o menor dependiendo de su volumen inicial. En el caso de los que tienen compuertas -como Ralco, Colbún, Paloma, que es una represa de riego-, la gran obra de evacuación se hace por ellas y, obviamente, como decía el señor Subsecretario, la operación de esas compuertas debe ser adecuada, para no generar una crecida mayor que la que entró.
Las descargas de fondo, que son normalmente las obras de entrega de estos embalses, poseen capacidades bastante inferiores para los efectos del manejo de volúmenes y caudales de cerca de 4 mil metros cúbicos por segundo a que hacíamos referencia.
Entonces, los diseños de todos nuestros embalses corresponden a estándares técnicos mundiales respecto de cómo se operan en cuanto a tiempo de apertura, porque, obviamente, no es llegar y abrir la compuerta en un minuto, por decirlo de alguna forma, pues eso generaría una situación de golpe de agua, como Su Señoría señalaba.
Por lo tanto, existen unos tiempos, y todo esto se encuentra definido y tiene que estar debidamente expresado en los manuales de operación a los que aludió el señor Subsecretario.
Pero -reitero- las descargas de fondo son para la obra de entrega propia de la utilidad que otorga el embalse, sea de agua potable, riego o generación hidroeléctrica, y son para caudales muy inferiores a los que nos referimos en términos de crecidas.
Gracias, señor Presidente.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Quiero realizar una breve intervención, no vinculada de manera directa con lo relativo al Biobío, sino -y entiendo el planteamiento de la Senadora señora Alvear y el proyecto de acuerdo pertinente- referida a las aguas lluvia.
Cuando discutimos la iniciativa legal que modificó el régimen jurídico aplicable al sector de servicios sanitarios, se analizó lo relativo a las aguas lluvia. En dicha normativa se permitió inversión privada y concesiones en los sistemas de agua potable, alcantarillado y aguas servidas. Ese debate se produjo entre 1995 y 1998. No se aceptó en ese proyecto -se discutió tres años en el Congreso- incluir los sistemas de aguas lluvia en las concesiones.
¿Qué pasó con las concesiones de agua potable y alcantarillado? Hoy contamos con un alto nivel de agua potable y alcantarillado, y tenemos casi 80 por ciento de tratamiento de aguas servidas en el país.
En total se han invertido más de dos mil millones de dólares.
El año 2002, me parece, se presentó un proyecto sobre las aguas lluvia que fue declarado inconstitucional. Por lo tanto, han pasado ocho años y seguimos sin resolver el problema.
¿Cuánto es el monto que necesitamos para solucionar el problema de las aguas lluvia en Chile?: mil quinientos millones de dólares, aproximadamente. Antes eran dos mil millones. La diferencia se explica por las inversiones que han hecho las empresas concesionarias a lo largo del país.
Por lo tanto, en aguas lluvia todavía nos falta hacer una gran inversión.
Es la misma discusión que sostuvimos hace diez años: por un lado, no se acepta que se entreguen en concesión a las empresas sanitarias, y, por otro, el Estado nunca tiene mil quinientos millones de dólares para invertir en obras de aguas lluvia.
Ahora, en el proyecto de acuerdo se pide una vez más que el Gobierno disponga los recursos necesarios para ello.
Ese debate -insisto- lo tuvimos hace diez o veinte años. Aquí estamos frente al perro del hortelano: no comemos ni dejamos comer. Y les aseguro que en diez años más, de nuevo vamos a estar discutiendo lo mismo.
Si el Fisco no cuenta con doscientos millones de dólares para que se construya el puente sobre el Canal de Chacao, no sé cuándo habrá mil quinientos millones de dólares para resolver lo relativo a las aguas lluvia en todo el país.
Creo que si hubiéramos usado el mismo criterio en materia de tratamiento de aguas servidas tendríamos cero inversión, tal como sucedía hace diez años. ¡Y por Dios que hemos avanzado en ese aspecto!
¿Por qué no entregamos a las empresas sanitarias mediante el sistema de concesiones, lo referido a las aguas lluvia? En cuatro o cinco años tendríamos resuelto el problema. Insisto, el perro del hortelano: no comemos ni dejamos comer. La típica cosa chilena.
Dicho sistema ha demostrado ser efectivo, pues hoy día el 80 por ciento de las aguas servidas del país se encuentran bajo tratamiento. Las concesionarias invirtieron más de dos mil millones de dólares en el proceso de saneamiento, y el Fisco, siendo dueño sólo del 35 ó 40 por ciento de las empresas sanitarias, recibe ahora con dicho porcentaje más que cuando poseía el cien por ciento. Nuevamente el perro del hortelano: no comemos ni dejamos comer.
¡Y todos los años nos vamos a seguir inundando a raíz de las aguas lluvia!
Además, están hechos -desde el año 2000- los planes maestros de aguas lluvia de todas las ciudades de Chile con más de cincuenta mil habitantes. Pero no dejamos que las empresas concesionarias realicen el trabajo restante.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Hay tres Senadores que desean intervenir. Les voy a dar la palabra por un minuto a cada uno porque estamos pasados en el tiempo.
Tiene la palabra el Honorable señor Pérez.

El señor PÉREZ VARELA.- Gracias, señor Presidente.
Es lamentable que sólo dispongamos de un minuto, porque el debate sigue abierto.
Las autoridades del Ministerio de Obras Públicas nos han entregado datos y estadísticas, pero queda en evidencia que no hay ningún plan de manejo para las crecidas de los ríos. Fenómeno absolutamente predecible, particularmente en el río Biobío.
El contar con un plan de esa índole constituye un criterio ingenieril básico frente a cualquier obra de esta naturaleza.
Por lo tanto, ha quedado pendiente esa materia.
Nosotros esperamos que la autoridad no sólo interprete datos y estadísticas, sino que tenga realmente un criterio mucho más activo para evitar tragedias como las vividas.
En segundo lugar, quiero destacar el privilegio del Senador señor Navarro, quien nos ha informado de toda la inversión que en materia de ayuda a los damnificados se ha hecho en la Octava Región.
Verdaderamente, usted es un privilegiado señor Senador, porque para quienes no estamos en su condición nos ha sido imposible conocer el criterio con que se ha manejado dicha ayuda.
Señor Presidente, en las tribunas nos acompaña el alcalde de Santa Bárbara, una de las comunas más dañadas por el Alto Biobío, a quien sólo al noveno día se le anunciaron cincuenta canastas familiares. A partir del décimo, la situación se comenzó a regularizar.
Pero los municipios no han tenido la posibilidad del Senador señor Navarro de contar con un completo informe sobre la inversión en ayuda en la Región.
El señor RUIZ-ESQUIDE- ¿Señor Presidente, me permite?

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Tiene la palabra Su Señoría.
El señor RUIZ-ESQUIDE- En los sistemas modernos de información de que dispone el país, está detallado todo lo que el Senador señor Pérez quiere saber. De manera que yo le aconsejaría que se sumara a la modernidad y viera tales antecedentes por sus propios ojos.
En segundo término, señor Presidente, deseo hacer una pregunta, a ver si estoy en lo correcto o no.
Las cifras dadas hoy son las siguientes: 15 mil metros cúbicos por segundo en la desembocadura; de eso, 30 por ciento está aguas arriba de Pangue, y 70 por ciento, aguas abajo; por lo tanto, lo que se genera aguas abajo desde esa Central, ella incluida, son 10 mil 500 metros cúbicos por segundo.
El Senador señor Navarro señaló aquí -y no fue controvertido- que ENDESA despachó o "despichó" -viejo término de la vitivinicultura chilena- 6 mil metros cúbicos por segundo. De ser así, prácticamente la tercera parte de lo que pasó por la desembocadura provino de dicha empresa.
En consecuencia, si mis cálculos son correctos, nadie puede decir que no tuvo relevancia lo que lanzó ENDESA.
Señor Presidente, si estoy en la razón y no se me controvierte, quisiera señalar dos cosas.
Primero, respaldo al Ministerio de Obras Públicas, al Gobierno y al Estado, porque, de acuerdo a lo que he visto, no advierto una defensa concreta a ENDESA por parte de ningún ministro ni de autoridad alguna.
Y segundo, me alegro mucho de que finalmente se materialice lo que el señor Subsecretario ha mencionado: un proyecto de ley que, si se hubiera elaborado hace bastante tiempo, nos habría evitado todo lo que está sucediendo en la actualidad. Y la responsabilidad no es de esta Administración ni de las anteriores. Porque hay que reconocer que el primer gran debate se tuvo antes de 1990, para ver cómo se iba a construir ENDESA. Al discutirse la aprobación final del proyecto respectivo, durante el Gobierno del Presidente Aylwin, se dijo que estaba diseñada de manera de garantizar que eventos destructivos aguas abajo no se producirían en mil años.
Yo sé que ésa era otra ENDESA, no la actual. Pero así fue en su tiempo: mil años.
No alcanzaron a pasar 150, y ya se produjeron, con la agravante -ojalá se mantenga en sesión secreta- de que la respuesta de ENDESA, al preguntársele por qué no lanzó más lentamente las aguas, fue: "Porque no lo supimos". Pero nadie ignora que siete días antes conocía lo que iba a pasar. Y si no lo sabía, quiere decir que es más lenta que la ONEMI, lo cual resulta inadmisible para una empresa de su envergadura.
Además, el problema emana de que su respuesta fue: "Es que si no lanzábamos el agua de esa manera, podía reventarse la represa".
Yo creo, honestamente, que la defensa de ENDESA en esta materia ha sido muy pobre. Pero lo más importante es saber que existe la necesidad de reglamentar cuando se construyen represas a mil o a mil doscientos metros de altura y a trescientos kilómetros de lugares donde habitan 400 mil, 500 mil o un millón de personas ribereñas.
He dicho.

El señor NAVARRO.- ¿Me permite, señor Presidente?

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- Ya excedimos en más de 10 minutos la hora de término.
Se levanta la sesión.
--Se levantó a las 20:23.
Manuel Ocaña Vergara,
Jefe de la Redacción