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  Bastión de la diversidad y del debate de ideas

  Por Jorge Pizarro, Presidente del Senado

2 de julio de 2010

ImagenA tan sólo un par de días de cumplirse al aniversario 199º del Congreso Nacional chileno, fundado el 4 de julio de 1811 y que es uno de los congresos más antiguos de América Latina; quiero aprovechar la ocasión para felicitar a sus funcionarios y funcionarias, y también a sus legisladores y legisladoras que cumplen la importante tarea de hacer las leyes para este país.

La revisión histórica de cómo se gestó el Congreso arroja interesantes datos. Fue convocado para decidir la mejor clase de gobierno para el reino de Chile mientras durara el cautiverio del rey Fernando VII en manos de Napoleón; sesionó desde el 4 de julio de hasta el 2 de diciembre, cuando fue disuelto por un golpe de estado. Para sus sesiones, se destinaron las dependencias en que había funcionado la Real Audiencia. El sermón del día de su inauguración lo dio el padre Camilo Henríquez quien hizo una arenga sobre la importancia de las instituciones y el derecho del pueblo chileno de darse la Constitución que más conviniera a su bienestar y progreso.

El sacerdote, el mismo que fundó la Aurora de Chile, sostuvo su discurso en tres principios que mantienen vigencia hasta el día de hoy. De ellos, quiero rescatar el tercero, aquel que señala que "hay deberes recíprocos entre los individuos del Estado de Chile y los de su Congreso Nacional, sin cuya observancia no puede alcanzarse la libertad y felicidad pública. Los primeros están obligados a la obediencia; los segundos al amor de la patria, que inspira el acierto y todas las virtudes sociales".

Ese espíritu es al que quiero apelar hoy. El Congreso Nacional es el espacio natural para la búsqueda del entendimiento y de los acuerdos. Allí debe reflexionarse sobre lo que es mejor para el país. Ese es nuestro deber como legisladores. Para eso fuimos elegidos.

La invitación es a debatir pero sin caer en la ofensa personal. A discrepar sin cerrar la posibilidad del acercamiento. A votar a favor de los intereses de los chilenos y chilenas. A legislar con altura de miras y con visión de Estado; lo que llamaron en 1811 "buscar la felicidad general del pueblo que deposita en sus manos la suerte de su posteridad". Eso lo reconocen los ciudadanos y Chile lo agradece y merece.

Feliz aniversario.

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