Click acá para ir directamente al contenido

  El cinturón de seguridad salva vidas

  Por Guido Girardi, Presidente del Senado

21 de abril de 2011

ImagenHace pocos días, una nueva tragedia caminera sobrecogió a los chilenos. Un bus de dos pisos volcó y, como resultado, 14 compatriotas perdieron la vida y muchos otros quedaron heridos. Buena parte de las víctimas podrían haber estado aún con vida si la disposición que entró en vigencia este jueves 14 de abril, una modificación a la Ley de Tránsito que presenté hace algún tiempo, hubiera estado vigente.

El cinturón de seguridad salva vidas. El sistema de concesiones viales ha permitido mejorar mucho la calidad de las autopistas y ha disminuido la tasa de accidentes carreteros, pero es imposible hacerlos desaparecer por completo. Siempre habrá imponderables que no es posible prevenir; lo vivimos no sólo con este accidente en bus, sino también con la dolorosa pérdida del diputado Juan Lobos, quien trató de esquivar un caballo que no debía estar, bajo ningún pretexto, en una vía de alta velocidad. Fue un imponderable que también se puede tratar de evitar en el futuro. Pero sí se puede lograr que las consecuencias de los accidentes sean menos gravosas. 14 vidas es un precio demasiado alto en cualquier situación, sobre todo si consideramos que el uso del cinturón de seguridad los podría haber salvado.

Por eso nos alegra mucho que esta disposición entre en vigencia. Todos los buses fabricados a partir de 2008 deben tener obligatoriamente el cinturón de seguridad a disposición de los pasajeros, y progresivamente toda la flota de transporte los tendrá. Pero más importante aún es generar conciencia acerca de la conveniencia de su uso. La comodidad a veces nos juega malas pasadas. Un falso concepto de la libertad, también. Pero aquí se trata de vidas, de las vidas de quienes viajan entre ciudades en buses, de las vidas de quienes a veces se resisten al uso del cinturón de seguridad amparados en que nunca les ha pasado algo. El caso es que los accidentes ocurren. Lo viví personalmente, hace algunos años, y si vivo es gracias a la rapidez de mi rescate y a la pericia del equipo médico que me atendió. Y para eso existe el cinturón de seguridad, para salvar vidas cuando el azar desencadena una tragedia.

Esta disposición se enmarca en un conjunto de modificaciones a la Ley de Tránsito que estamos discutiendo. Creemos que con disposiciones más estrictas y sanciones más graves a la conducción bajo los efectos del alcohol podríamos salvar mucho más vidas aún, al menos 350 de las 1.800 que se producen anualmente. Algo hemos avanzado hoy; con el uso obligatorio del cinturón de seguridad en los buses interurbanos, habrá menos muertes. Y eso es una buena noticia para los chilenos.

Imprimir