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  El deber de prevenir el consumo de drogas

  Por Jaime Orpis, senador por la Región de Arica y Parinacota

5 de agosto de 2010

El proyecto que impone a los establecimientos educacionales el deber de impartir Imagencursos para prevenir el consumo de drogas prohibidas tiene una enorme relevancia. Sobre todo con lo que está ocurriendo hoy día, particularmente con el fenómeno de la droga, en nuestro país.

Distintos estudios demuestran el fuerte aumento de la producción en Perú y en Bolivia. Tenemos más de mil kilómetros de frontera vulnerable y eso está teniendo un impacto de manera muy directa sobre la población en general, y particularmente en el nivel escolar. En la actualidad, a raíz del éxito que ha tenido Colombia en el combate contra el narcotráfico, el 54% de la cocaína del mundo se está produciendo en Perú y en Bolivia, con fuertes aumentos.

En materia de tendencia de consumo, Chile se ubica en los primeros lugares latinoamericano y primeros lugares del consumo mundial actualmente. Asimismo, cae drásticamente la percepción de riesgo, y hoy día estamos no solamente frente a un problema de consumo en los establecimientos educacionales sino que un serio problema de consumo y tráfico al interior de los establecimientos.

En tanto, en materia de tendencia respecto a la oferta de droga es que cada vez las drogas que se consumen son más fuertes. A las tradicionales cocaína, pasta base y marihuana, se han unido drogas químicas y el crack.

A ello se suma, que hace mucho rato que la droga se instaló en nuestro país y no solamente tiene un efecto en el consumo individual sino que está teniendo efecto devastador sobre la comunidad, que se puede reflejar al menos en tres aspectos: en la relación directa que hay entre droga y delincuencia, droga y deserción escolar y la destrucción del tejido social.

Y aquí quisiera referirme a un informe de hace dos semanas atrás de las Naciones Unidas, en que se analiza la situación de la población escolar. En lo que se refiere al consumo de la cocaína, nuestro país ocupa el primer lugar muy lejos del resto de los países y lo mismo ocurre con la pasta base.

Si hacemos un análisis de población en general, el estudio de las Naciones Unidas también nos sitúa en los primeros lugares, y hay ciertos temas que impactan. En Latinoamérica, ocupamos el segundo en consumo de cocaína, pero lo delicado es que ocupamos el quinto puesto en el mundo.

En lo que respecta al ámbito escolar, es fundamental ver la percepción de riesgo. Y si tomamos el estudio del 2001 al 2009, vemos que la percepción de riesgo en marihuana cae drásticamente de un 51% a un 38% el consumo habitual, y lo mismo ocurre con el consumo experimental, que ya nos ubicamos en el 30 %.

Dicho de otra manera, en materia de marihuana, el 70% de los escolares del país, entre octavo básico y cuarto medio, no consideran grave el consumo experimental de marihuana. Y lo más delicado es que el 62% de los escolares entre octavo básico y cuarto medio no consideran riesgoso consumir marihuana.

Por otra parte, el 40% de los escolares entre octavo básico y cuarto medio no consideran riesgoso el consumo habitual de cocaína y el 59% no considera riesgoso el consumo experimental de cocaína.

Esto nos indica que no solamente estamos frente a una baja percepción de riesgo a un aumento de consumo particularmente en los octavos básicos, sino que hoy día estamos frente a un problema de tráfico y consumo al interior del colegio.

Para tener éxito en el combate contra la droga y el narcotráfico, no solamente hay que tener una mirada de carácter represivo, sino que también en la prevención desde muy temprana edad.

Ya estamos con niveles muy alarmantes en octavo básico. Eso quiere decir que los consumos están partiendo antes de octavo básico y, por lo tanto, dada la gravedad del problema, hace ya varios años, presenté este proyecto de ley para hacer obligatoria la prevención de droga en todos los niveles de enseñanza del país.

Se establece el principio general en el artículo 77 y quinto transitorio, pero el propósito, en la discusión particular, es concretar este principio general, que quedaría establecido en la Ley de Drogas en la Ley General de Educación, particularmente en los artículos 25 y siguientes, cuya indicaciones se van a presentar en la discusión particular.

Creo que la única manera de revertir este tema es a partir de temprana edad. Pero el tema ha llegado tan lejos, que ya no puede quedar a la voluntariedad de los establecimientos educacionales, sino que hay que incorporarlo definitivamente, con carácter obligatorio, que es lo que está planteando este proyecto de ley.

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