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En democracia no hay espacio para tirar bombas molotov

Por Ricardo lagos Weber, Presidente del Senado

3 de junio de 2016

Imagen foto_00000016Este último 21 de mayo tendrá un recuerdo amargo para la comunidad porteña y nacional. La muerte de un funcionario municipal en su lugar de trabajo producto de un incendio, hizo que todos pusieran la mirada en el grado de violencia con el cual se realizan algunas movilizaciones y que terminan afectando a personas inocentes.

 

No solo por este trágico hecho, sino que también otras personas que viven en esos lugares y se ven afectados como daño colateral de las protestas.

 

Lo primero que debemos establecer es que nadie, o por lo menos este senador, está en contra de las movilizaciones o que la gente  pueda realizar sus demandas o expresarse de una manera no violenta que considere pertinente. Muchas de las exigencias ciudadanas yo las comparto y junto a otros he trabajado para tener una sociedad menos desigual.

 

Repudio el uso de bombas molotov en democracia. En democracia los que se quieren expresar a favor o en contra de una demanda en particular lo pueden hacer con toda la fuerza que sus organizaciones lo requieran, pero en ningún caso avalaré el actuar violento, disfrazado de resentimiento producto de la acumulación de rabia contra el modelo económico.

 

En democracia no hay espacio para andar tirando molotov y es por eso que incluso durante los últimos años hemos aumentado las sanciones para quienes porten o usen estas bombas.

 

Un segundo elemento que nos afecta a la comunidad porteña, es que como en pocos lugares del país, quizás sólo en Iquique, se viven con tal fuerza el 21 de Mayo. La población porteña se prepara, se engalana el centro de la ciudad porque se considera una fecha que merece ser respetada y celebrada en especial por la gran cantidad de personal de la Armada que aquí reside y viven los sacrificios de tener a un familiar que se va por tiempo prolongado del hogar y que no está en muchas celebraciones familiares importantes.

 

Algunos hemos levantado la idea de diferir la fecha de la Cuenta Pública para otro día, pero sabemos que esa no es la solución de fondo.

 

El tema que debemos repudiar en forma unánime y sin medias tintas es que no podemos tolerar la violencia como forma de acción política en democracia y ese tema debemos discutirlo de manera seria, no sólo desde lo legal o judicial sino que también desde la mirada ciudadana que muchas veces ve afectada sus demandas por estas acciones ya que los focos se concentran en la violencia y no las justas reivindicaciones que se solicitan.

 

Erradicar la violencia de las protestas es una tarea que también supone un compromiso de los que llaman a protestar, sin ser ellos los responsables de los actos de violencia, se deben buscar mecanismos de control por parte de ellos, que tampoco los expongan a ser víctima de esta violencia que en muchos casos también se orienta hacia ellos.

 

En Valparaíso ya son muchos los antecedentes que hay, tampoco nos podemos dejar intimidar por estos actos, porque significaría que han ganado los delincuentes y eso toda una comunidad porteña lo rechaza.

 

Por último, a todos nos ha conmocionado lo que ocurrió con el funcionario municipal deberemos ver las condiciones laborales en las cuales cumplía su labor ya que los hechos como este siempre ocurren por diversos factores que se conjugan en un momento trágico que luego de sucedido nos hace reflexionar.

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