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  Etiquetado de alimentos y prevención de enfermedades

  Por Guido Girardi, Presidente del Senado

15 de abril de 2011

Esta semana se discutió en el Senado el proyecto de Ley de Etiquetado de Alimentos, una iniciativa Imagenque presenté sobre la base de dos hechos: primero, que casi el 23 por ciento de los niños menores de seis años son obesos, lo que nos sitúa entre los países más golpeados por este flagelo en el planeta y con uno de los riesgos más altos de enfermedades cardiovasculares. Y segundo, que la experiencia de países más desarrollados que enfrentaron el mismo problema ha sido exitosa mediante un conjunto de medidas que incorporamos al proyecto de ley.

El proyecto, en sus etapas iniciales, recibió tanto el apoyo del gobierno, encabezado en esos momentos por Michelle Bachelet, y por la casi unanimidad de los parlamentarios. Es que contó con una base técnica muy acuciosa y una alta participación de expertos y de participantes en el sistema de salud pública, que tienen una alta conciencia acerca de la gravedad del problema. El proyecto se ciñó además a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Todas las voces con algún grado de conocimiento especializado en temas nutricionales y de salud pública coincidían en que ésta era una legislación necesaria para Chile.

Vino el cambio de gobierno. En la Cámara de Diputados, con mayoría de votos oficialistas, el proyecto sufrió cambios que lo desnaturalizaban completamente. Repusimos en el Senado aquellas normas que nos parecían esenciales para que este cuerpo normativo fuera realmente eficaz en el objetivo de disminuir la obesidad y el riesgo cardíaco en Chile.

Ello motivó una fuerte ofensiva pública de organizaciones empresariales y de ejecutivos de empresas del rubro alimentario, que llegaron incluso al extremo de amenazar con que, si se aprueba esta ley, no participarían en la Teletón; y de miembros de centros de pensamiento conservadores que abogaban por el derecho a elegir, como si los niños tuvieran la misma capacidad de decisión que los adultos. ¿Y qué pasó? Que el actual gobierno le quitó el apoyo al proyecto.

Todo proyecto es mejorable, pero éste cumple al presentar políticas públicas exitosas en otras latitudes y recomendadas por la OMS. Se trata de proteger a nuestros niños. Se trata de que la industria alimentaria sea clara y precisa en su información a los usuarios. Se trata de que nuestra sociedad crezca en transparencia y proteja mejor la salud de los niños, de los jóvenes y de los adultos. Entendemos que hay que hacer negocios, pero no a costa de alimentar a nuestros niños con productos tóxicos.

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