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Funcionarias y funcionarios: el alma del Senado de Chile

Por Isabel Allende, Presidenta del Senado

4 de diciembre de 2014

Imagen foto_00000002En este día, en que celebramos a cada una y cada uno de ustedes, quiero felicitarles, en primer por este nuevo aniversario, y a su vez, reflexionar sobre el significado de esta conmemoración.

 

La labor legislativa es de suma importancia para nuestro país, ya que es allí donde se debate y se reflexiona con altura de miras y sentido republicano, los principales temas, mociones y en definitiva las leyes que conducen nuestra patria, donde el sentido común, la democracia y la diversidad, son ejes fundamentales para Chile.


Nuestra nación es eminentemente respetuosa del diálogo, la participación e inclusión, salvo en episodios oscuros donde se terminó con nuestra tradición democrática, -como la dictadura militar que provocó un triste paréntesis de 17 largos años- donde el sano y respetuoso debate fue aplastado por el autoritarismo que provocó la crisis institucional que todos conocemos.


Mi interés es ahondar en el alma del Senado, que hace posible que nuestra tarea legislativa sea posible a cabalidad. Me refiero a cada una de las funcionarias y funcionarios de la Corporación. Sin el arduo y comprometido trabajo de los trabajadores que integran la Cámara Alta, no podríamos avanzar, legislar y trabajar por el bien común de nuestro país.

 

Todos ustedes constituyen el capital humano del Senado, es decir, son el factor de apoyo más importante para que la Corporación cumpla, a través de sus senadores, con los fines y funciones previstos por la Constitución Política. Sin ustedes nuestro trabajo no podría realizarse.

 

Ustedes son un cuerpo social que cumple diversas funciones: el apoyo directo a las Comisiones a través de las secretarías, la gestión de personal, la ejecución presupuestaria, el pago de remuneraciones, la vigilancia, los servicios de alimentación, la Oficina de Informaciones y otras. Todas ellas son importantes. Todas ellas interactúan y se potencian para maximizar sus servicios a nosotros los senadores.

 

Es muy importante destacar y resaltar la tarea que emprenden todos y cada uno de nuestros colaboradores; personal de aseo, del área de alimentación y servicios, secretarias, asesores legislativos, de prensa y políticos, así como también nuestras secretarias y secretarios -que esta semana también celebraron su aniversario- redactores, personal de seguridad, recepcionistas y muchos otros que diariamente hacen posible que nuestra Cámara Alta tenga el prestigio internacional que hoy nos enorgullece como país.

 

Esto significa una doble responsabilidad:

 

Por parte de ustedes ejercer sus funciones con calidad, con disciplina de trabajo, con conocimientos actualizados, con creatividad y con entrega a la Corporación. Por nuestra parte nos corresponde cuidar de ustedes para que trabajen con motivación, para retenerlos, para que tengan la posibilidad de capacitación continua, para que tengan la posibilidad de alcanzar mayores grados en su formación académica, para que dispongan de bienestar integral y para que sus derechos y la dignidad de cada uno de ustedes  sean siempre respetados.

 

Valoro mucho las organizaciones que ustedes mismos se han dado. Me refiero a las organizaciones gremiales que son sus representantes ante las autoridades, que son nuestros interlocutores en diálogos destinados a mejorar las condiciones de trabajo, a corregir situaciones que pueden ser preocupantes y a construir en conjunto.

 

También quiero destacar las organizaciones creadas por ustedes, como la Sociedad Chilena de Derecho Parlamentario y Teoría de la Legislación, a través de las cuales ustedes vuelcan sus inquietudes intelectuales en un ámbito del derecho que es fundamental como aporte para nuestro Congreso.

 

Pero hay otra dimensión que deseo abordar, me refiero a la de alcanzar entre todos un gran propósito, este es el de aportar a que seamos una comunidad de personas capaces de alcanzar una comunidad de destinos. Este destino es el de responder a las aspiraciones de nuestro pueblo, que nosotros, los senadores, pluralmente representamos, buscando con denuedo el bien común.


Sin duda, nuestros colaboradores son el alma del Senado de la República de Chile, por lo que nunca debemos olvidarnos de su labor y reconocerlo siempre, como un eslabón fundamental para sacar adelante las leyes, para que nuestro país avance hacia el desarrollo inclusivo que todos queremos.


Nuevamente quiero expresar mi gratitud y orgullo por el Senado que tenemos todos y todas las chilenas. Y en lo personal, tomo con mucha alegría y responsabilidad haber sido la primera mujer en 203 años en encabezar la Cámara Alta, mismo cargo que tuvo mi padre, el Presidente Salvador Allende Gossens.

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