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Inclusión educacional ¿Un nuevo engaño?

Por Iván Moreira, senador por la Región de Los Lagos

27 de abril de 2017

Hasta ahora, cinco colegios subvencionados de nuestra región han tomado la decisión de transformarse en establecimientos privados, cuando restan poco más de dos meses para que expire el plazo establecido en la ley de inclusión que elimina el lucro y la selección.Imagen foto_00000014

 

Las consecuencias de esta mala reforma están a la vista: Los padres deberán analizar si cuentan con los recursos necesarios para poder pagar un establecimiento privado en el caso que el colegio de sus hijos opte por esta fórmula, o si deberán cambiarlos  a un colegio público, modificando a su vez el proyecto educativo que históricamente han elegido.

 

Esta discriminación por nivel de ingresos que deriva de la reforma del gobierno es antagonista de las principales demandas de nuestra sociedad, que valora la movilidad y que ve en la educación la herramienta clave para que los niños de nuestro país puedan tener mayores y mejores oportunidades que les permita cumplir sus sueños y aspirar a un mejor futuro.

 

La mirada ideológica del gobierno es la principal amenaza que puede truncar el sueño de nuestros niños y jóvenes, al impedir a los padres elegir el tipo de educación que quieren para sus hijos, cofinanciar mejores colegios y por consiguiente, escoger un proyecto educativo que les resulte más adecuado. En definitiva, los obliga a participar del sistema público que hoy es la gran deuda del gobierno, debido a que aún no ha dado señales de cómo pretende mejorar su calidad.

 

Por lo pronto, qué hace esta reforma mal concebida, pone el acento en la categoría jurídica de los colegios, en la propiedad de los inmuebles, prohíbe a las familias a aportar recursos para la educación de sus hijos, y quienes no pueden pagar por un establecimiento privado, deberán concursar por un colegio y un programa de estudio designado por el Gobierno.

 

Queda pendiente apuntar hacia una verdadera reforma de la calidad de educación, que permita estrechar la brecha entre los establecimientos públicos y pagados, darle más apoyo al trabajo que realizan los profesores a diario en las aulas y generar una nivelación hacia arriba. A modo de ejemplo, es urgente avanzar en hacer más atractiva la carrera profesional docente y aumentar los esfuerzos para mejorar los programas de formación continua.

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