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Las tristes cifras de Chiloé que no debemos enmudecer

Por Iván Moreira, senador por la Región de Los Lagos

2 de junio de 2017

Desde hace varios años Chiloé carga con una pesada mochila que nos entristece, y nos avergüenza como región, y como autoridades. El alto índice de violencia y agresión sexual hacia nuestros niños, nos tienen en los tops ten a nivel nacional, con duras cifra que pese a los esfuerzos no ha logrado revertirse y que sin duda requiere fijar la mirada desde distintos ámbitos de seguridad pública, educación en los colegios, en la familia, medios de comunicación y un compromiso de sociedad para terminar con este flagelo.

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En Chile 30 a 40 niños al día son violentados sexualmente, Chiloé es una de las cinco provincias del país con el número más alto de denuncias, y se encuentra en el primer lugar nacional de este tipo de hecho, en que el autor es conocido por la víctima.

 

El excesivo consumo de alcohol, drogas, el desempleo o inestabilidad laboral, las lamentables condiciones de habitabilidad de las viviendas, la carencia de una información sexual adecuada, el creer los padres que tienen total derecho sobre los hijos, son motivadores de abuso sexual infantil, conducta que prevalece en los sectores más vulnerables de la sociedad.

 

No cabe duda que terminar con cada uno de estos factores de riesgo es una compleja tarea que va más allá de una política pública específica, sino en la conciencia y la educación que debemos fortalecer en la comunidad y la familia del resto por la integridad metal y física de nuestros niños.

 

En esto valoro el trabajo que ha realizado el Diario La Estrella de Chiloé, a través de su campaña No enmudecer y que organiza para próximos días un Congreso Nacional sobre esta temática en la isla.

 

Actualmente en el Congreso se tramita un proyecto de ley que establece un Sistema de Garantías de los Derechos de la Niñez, que aumenta la penalidad y sanciones aplicables para delitos cometidos en contra de menores y otras personas vulnerables. 

 

La iniciativa también establece, como pena accesoria y medida de protección, un registro de inhabilidades que impedirá a quienes hayan sido condenados por este tipo de maltrato trabajar con niños.  

 

Pero sin duda tenemos un trabajo pendiente que es la prevención y la educación, hoy lamentablemente vemos un fuerte impulso a la educación sexual, en los colegios e incluso en la educación pre escolar, pero este tiene un enfoque en instruir a nuestros niños a proteger y perder el miedo a denunciar en estos casos, aun cuando estemos hablando de agresores cercanos al círculo familiar.

 

Cuando hablamos de violencia cualquiera sea esta, donde las víctimas son los niños no podemos ser cómplices ni mucho menos ajenos a esta dura y triste realidad.

 

 

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