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  Seguridad laboral y mayor empleo

  Por Carlos Kuschel, senador por la Región de Los Lagos

26 de agosto de 2010

La tragedia ocurrida en la mina San José de Copiapó dejó al descubierto, entre otras cosas, la Imagensituación de inseguridad laboral que existe no solo en la minería sino en todas las actividades que tenemos en Chile, especialmente, en aquellas que son más importantes para cada zona.

La construcción, el sector pesquero, la agricultura y la actividad forestal, todas están con distintos niveles de inseguridad. Por eso, lo primero que debemos hacer para enfrentar esta situación es recurrir a las estadísticas y hacer un detallado censo, para conocer cuáles son los accidentes que más se repiten.

Por ejemplo, el sector salmonero, según datos de los propios trabajadores, tuvo en 2007 un 10,62% de accidentabilidad, superior al promedio nacional que fue de 7,96%.

Además, hay que estar conscientes de que tenemos situaciones donde no se denuncian o se ocultan o los accidentes. Por otro lado, existen cifras de fatalidad, pero es complicado saber cuáles son atribuibles a la industria y cuales no.

En el caso de los buzos que tienen la mayor tasa de fatalidad, no todos los problemas son atribuibles a la industria salmonera, porque algunos trabajadores tienen su autorización pero no están aptos físicamente. Sin embargo, si no se les otorga el permiso se los condena a la cesantía.

Y para eso está el tema de la fiscalización, que tiene que ser preventiva, pero también amigable porque muchas veces se cierran faenas especialmente cuando son pequeñas, con el consiguiente problema de desempleo.

En ese sentido, creo que falta precisar los criterios para que las fiscalizaciones sean realmente eficaces porque a veces, se confunde eficacia con rudeza. Además, estas medidas no deben ser percibidas ni como anti laborales ni anti empresariales.

La comisión de expertos creada por el Presidente de la República, me parece excelente iniciativa y por eso le hemos pedido a todos los sindicatos que nos hagan llegar sus sugerencias para mejorar las condiciones de seguridad laboral.

La idea es compatibilizar la rigurosidad con el criterio y que las recomendaciones de seguridad sean amistosas, tanto con el trabajador y empleador, de modo que estimulen la creación de empleos y no se inhiba la contratación.

No puede ser que las regulaciones en materia de seguridad laboral sean tan rígidas que lleguen a dificultar la contratación en momentos en que necesitamos más que nunca generar mayor empleo.

Mi mayor preocupación tiene que ver con que muchos mejoramientos en las tasas de accidentabilidad dicen relación con la mecanización o automatización de procesos, es decir, el alejamiento de las personas de las faenas o la supresión de puestos laborales.

Es esta ecuación la que hay que equilibrar y lo importante es que la meta de la seguridad laboral no haga colapsar la del mayor empleo. Hay que armonizar ambos objetivos, porque todavía hay áreas, como la salmonicultura, donde la cesantía persiste en forma importante.

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