Buscan prohibir venta de golosinas en cajas registradoras
La norma fue remitida a la Comisión de Salud de la Cámara Alta, donde deberán ser estudiadas sus ideas matrices
7 de abril de 2014
Galletas, chocolates, chicles, bebidas y toda clase de golosinas es posible encontrar junto a las cajas registradoras de supermercados y estaciones de servicio. ¿En qué medida esa ingesta espontánea puede ser responsable de los altos índices de obesidad en Chile?
Con esa pregunta en mente, el senador Carlos Bianchi junto a sus pares Alejandro Guillier, Antonio Horvath y Fulvio Rossi, presentaron un proyecto de ley que modifica la ley N° 20.606, sobre composición nutricional de los alimentos y su publicidad, con el objeto de extender sus medidas preventivas, al área contigua a las cajas de los establecimientos de comercio que señala.
La norma fue remitida a la Comisión de Salud de la Cámara Alta, donde deberán ser estudiadas sus ideas matrices, tras lo cual debería ser analizada por la Sala en una próxima Sesión Ordinaria.
En concreto, la llamada ley súper 8 establece en el artículo 6 lo relacionado con la comercialización y publicidad de los alimentos industriales. Así indica que los productos altos en sal, grasa y azúcar deberán llevar un mensaje de advertencia con el fin de desincentivar su consumo.
De esta forma, la moción busca prohíbe la exhibición y ofrecimiento de citados productos ubicados en las cajas o en los espacios inmediatamente anteriores a ellas, de las farmacias, supermercados, hipermercados, mayoristas y a fines.
También establece que estos alimentos deberán distribuirse o localizarse al interior de esos locales en estanterías a una altura superior a 140 centímetros, de manera de evitar que los menores los alcances e ingieran.
El proyecto busca subsanar un problema práctico debido a que los compradores consumen en forma casi inconsciente, estas golosinas sin considerar aquello como un alimento que puede ser nocivo para la salud.
El texto comenta una encuesta desarrollada por la cadena de supermercados inglesa Lidl, la que entrevistó a dos mil clientes a quienes les consultó sus hábitos de compra. Así se determinó que 7 de cada 10 clientes (70%) preferiría tener opciones más saludables en ese rincón del establecimiento.
Entre las razones esgrimidas por los consultados, se encontraban motivos de salud como así también el hecho de evitar conflictos con los niños, puesto que éstos son los más vulnerables a esta tentación cuando se aburren de esperar en la fila para cancelar.