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Buscan que la Junaeb retire alimentos ricos en carbohidratos refinados de sus programas de alimentación

El senador Alejandro Navarro solicitó que se incorporen otro tipo de alimentos con alto valor nutricional en la alimentación que se entrega a los escolares.

18 de febrero de 2015

Imagen foto_00000015Eliminar los alimentos ricos en carbohidratos refinados de los Programas de Alimentación Escolar y reemplazarlos por carbohidratos complejos o los alimentos que en su oportunidad se evalúen como pertinentes cautelando su óptimo valor nutricional, propuso el senador Alejandro Navarro.

 

A través de un oficio enviado al Ministerio de Educación y a la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas, Junaeb, el legislador solicitó que se disponga la eliminación de alimentos poco saludables de la dieta que se le entrega a los menores.

 

Según explicó, los carbohidratos refinados pueden ser considerados calorías vacías, vale decir que carecen de vitaminas, minerales y fibras, y aún siendo estos enriquecidos, su alto índice glicémico hace más recomendable el consumo de carbohidratos complejos para la dieta escolar, debido a la poca actividad física que esta conlleva.

 

Agregó que de acuerdo a la Encuesta Nacional de Consumo Alimentario (2014) son los estratos bajos los que más consumen pan y pastas, ambos alimentos ricos en carbohidratos refinados. Y que igual fenómeno se produce con el azúcar en bebidas y el azúcar de mesa.

 

Asimismo, dijo que el alto consumo de carbohidratos refinados está asociado a enfermedades y trastornos de la salud como: caries dentales, aumento de la demanda de vitamina B, obesidad, diabetes mellitus II y síndrome metabólicos.

 

En Chile un 39,3% de la población nacional padece sobrepeso, un 25,1% obesidad y un 2,3% obesidad mórbida. Además, la población entre 6 y 11 años existe una prevalencia de 24,4% de sobrepeso y de 9,4% de obesidad; mientras que en la población entre 12 y 17 años existe una prevalencia de 25,2% de sobrepeso y de 9,2% de obesidad.

 

A ello se agrega que los carbohidratos complejos son de un costo monetario mayor que los carbohidratos refinados, y que por ende son menos accesibles a la totalidad de la población, mientras que el acceso a carbohidratos refinados es de un costo accesible para un alto porcentaje de la población.

 

“El Estado tiene el deber de asegurar la mejor alimentación posible para sus niños y niñas, más aún de quienes sus familias carecen de medios para hacerlo”, sentenció.

 

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