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Universidades estatales

Por Juan Pablo Letelier, senador por la región de 0'Higgins

4 de julio de 2014

Imagen foto_00000019Las universidades estatales en regiones son una realidad ad portas de sentar las bases para el Nuevo Chile, uno con mayor inclusión social.

 

Con la voluntad de escribir una nueva historia para el país, una que comience en las regiones y que tenga por meta hacer posible la formación profesional de jóvenes que puedan desarrollar sus capacidades y aportar al desarrollo de la región en la que nacieron, la Presidenta Bachelet ha ingresado el proyecto de ley que crea dos universidades estatales, hecho que no se registraba desde 1947, año en que se crea la Universidad Técnica del Estado.

 

Las regiones beneficiadas con esta decisión son Aysén y O’Higgins, siendo esta última la región que represento en el Parlamento. Por ello, es inevitable para mí manifestar mi satisfacción, ya que ha sido una lucha que hemos llevado en conjunto con organizaciones, dirigentes y representantes del mundo público y privado, por desterrar el centralismo que existe en nuestro país, especialmente en materia educacional.

 

Nadie puede negar que para las familias en regiones, la carga económica que significa mandar a sus hijos a universidades lejanas ha significado en muchos casos optar por capacitaciones y formaciones técnicas que ofrece la región, perdiéndose la posibilidad de desarrollar vocaciones y capacidades intelectuales que serían un tremendo aporte para nuestra sociedad. Ahora,en cambio, cuán distinto se vislumbra el futuro con la oferta pública de educación superior en regiones, pues veremos cómo se formarán los profesionales en sus localidades, especialmente en las áreas de su competencia y vocación.

 

Quiero reafirmar que estas dos universidades en regiones son sólo el comienzo de una gran estrategia de nuestro gobierno, que está procurando sólidas bases para proyectar un desarrollo a futuro de Chile. Estoy convencido que desde lo profesional y económico nos estamos transformando en un país con más oportunidades y más justo, porque la frase “Chile no es Santiago” está pasando del cliché a la realidad, y porque la fuerza con que la Presidenta está llevado adelante este modelo de desarrollo debe enorgullecernos a todos.

 

La familia, eje fundamental en la vida de los estudiantes, se verá también beneficiada, ya que los padres no deberán separarse de sus hijos ni pensar en reunir dineros extras para gastos asociados, como alojamiento, transporte y otros.

 

Además, me parece oportuno precisar que en la génesis de estas universidades en Aysén y O’Higgins se tuvo a la vista un dato esclarecedor, y es que el 90% de los mejores puntajes de la PSU en la región postula a una universidad del Consejo de Rectores de Santiago, lo que obviamente merma en el desarrollo económico y social del país en su conjunto.

 

Con la creación de las universidades estatales en regiones contaremos con un animador cultural que nos acompañará en los planes de desarrollo regional, de la mano de las funciones académicas propias de cada plantel, como la docencia y la investigación.

 

Las universidades estatales en regiones son una realidad ad portas de sentar las bases para el Nuevo Chile, uno con mayor inclusión social y mejores perspectivas para sus ciudadanos.

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