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  Condenan violación de DD.HH en Cuba que provocó la muerte en prisión del disidente Wilmar Villar

  Los senadores ratificaron un proyecto de acuerdo en tal sentido, presentado por los senadores Jorge Pizarro, Mariano Ruiz-Esquide, Patricio Walker, Ignacio Walker y Andrés Zaldívar.

3 de abril de 2012

Con 17 votos a favor y uno en contra del senador Alejandro Navarro, la Sala del Senado acordó "condenar la violación de los Derechos Humanos en Cuba que provocaron la muerte del opositor pacífico Wilmar Villar Mendoza y demandar el cese inmediato de las violaciones de los Derechos Humanos a la oposición pacífica en la Isla".

Ello, al ratificar un proyecto de acuerdo presentado por los senadores Jorge Pizarro, Mariano  Ruiz-Esquide, Ignacio Walker, Patricio Walker y Andrés Zaldívar, para condenar la muerte en prisión del disidente cubano.

Los legisladores recordaron que Wilmar Villar Mendoza falleció producto de una huelga de hambre y que hace menos de dos años falleció en las mismas circunstancias el disidente cubano, Orlando Zapata Tamayo.

Agregan que "ambos opositores sufrieron prisión por expresar sus ideas e intentar ejercer sus derechos y su huelga solo demandaba juicios justos y reconocimiento de su condición de prisioneros políticos".

Del mismo modo, sostienen que "es práctica habitual del gobierno cubano irrespetar la vida y la integridad física de aquellos que se le oponen pacíficamente, así como señalarles como delincuencia común".

Recuerdan que "en Cuba, a pesar de la liberación de los miembros de la Primavera Negra del 2003, queda más de un centenar de prisioneros por razones políticas en las cárceles" y que las muertes en Cuba por huelga de hambre en prisión "se remontan al año 1971 con la muerte del líder estudiantil cristiano Pedro Luis Boitel, fallecido sin que le fuera permitida asistencia de ningún tipo".

A juicio de los legisladores "es inaceptable la existencia de prisioneros de conciencia en cualquier lugar del mundo, especialmente en un país que firmó la Declaración de Viña del Mar en el año 1996, comprometiéndose directamente a respetar la libertad de conciencia y de pensamiento entre otros Derechos Humanos".

Agregan que "estamos convencidos que el pueblo de Cuba debe ser quien decida su futuro en total libertad y con plena autonomía, lo que el gobierno le niega, incluso de forma violenta" y que "el compromiso con la libertad y los Derechos Humanos constituye un principio de cumplimiento y exigencia a nivel universal y, por ese motivo, condenamos todas las actuaciones violatorias sin importar procedencia ni origen ideológico del perpetuador".

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