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  "La amarga verdad es que el azúcar también incide en las enfermedades metabólicas del organismo"

  Así lo manifestó el doctor Robert Lustig, académico de la Universidad de California tras exponer en la Cumbre Internacional sobre prevención de la Obesidad y enfermedades crónicas no transmisibles. En la oportunidad, Josep Tur, académico de la Universidad de las Islas Baleares también expuso la necesidad de ¿no demonizar¿ ningún alimento y aplicar el ¿sentido común cuando se habla de alimentación¿.

17 de octubre de 2011

ImagenEl consumo excesivo de azúcar escondido en sustancias como el "jarabe de maíz" que contienen en grandes cantidades muchos jugos, bebidas y alimentos están literalmente "bombardeando" nuestro hígado haciendo que se conviertan en sustancias tóxicas que el organismo no puede metabolizar y que se traducen en numerosas enfermedades, incluso en personas que no son obesas.

 

Estos fueron algunos de los temas que expuso el doctor Robert Lustig, académico de la Universidad de California en la Cumbre Internacional sobre prevención de la Obesidad y enfermedades crónicas no transmisibles. (Vea las Conferencias por TV Senado)

 

Su ponencia estuvo contrastada con la exposición del doctor Josep Tur, académico de la Universidad de las Islas Baleares quien llamó a "no demonizar ningún alimento", asegurando que el consumo de azúcares y carbohidratos debe quedar reservado para "ocasiones especiales" porque los postres y la repostería tienen un componente histórico social ligado a la cultura latina.

 

 

SER DELGADO NO ES NINGUNA GARANTÍA

 

ImagenEl doctor Lustig, especializado en desórdenes hormonales pediátricos y en obesidad infantil, dio una vuelta al objetivo del seminario internacional y dijo "ustedes hablan de lo preocupante que es la epidemia de la obesidad, pero quiero advertirles que ése no es el problema. El 20% de las personas obesas tienen el metabolismo normal y llevan una vida normal, sin embargo, el 40% de las personas delgadas tienen el síndrome de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiacas".

 

Aseveró que "nadie está libre del síndrome de alteraciones metabólicas que nos están afectando y de las enfermedades no transmisibles que se están comiendo nuestro sistema de salud"

 

El académico dio una detallada cuenta de su investigación sobre el consumo de azúcar y cómo se transformó en un problema de salud pública. Recalcó que el peligro no es la glucosa sino la fructosa que se esconde en sustancias como el jarabe de maíz en la mayoría de los alimentos procesados. Habló incluso de la "verdadera adicción" que produce en el organismo llevando incluso a extremos de generar "ansiedad" por consumirla.

 

Puntualizó que el mayor desafío está en quién gana la batalla "porque lo que es bueno para la industria de alimentos no es bueno para las personas" y precisó que se debe avanzar en los estándares de las distintas industrias, con la participación de la sociedad y los gobiernos.

 

COMIENDO CON LA MENTE

 

Una visión complementaria expresó Josep Tur, académico de la Universidad de las Islas Baleares quien afirmó que "la idea no es elevar ni denostar ningún alimento sino recomendar que este tipo de alimentos debemos consumirlos en su justa medida aplicando el sentido común".

 

El académico dio a conocer la experiencia europea y las cifras que evidencian que entre el 40% y 45% de la energía que consumen los jóvenes europeos se obtienen a partir de los carbohidratos y azúcares. No obstante, mencionó que la Autoridad Sanitaria Europea advierte que "el consumo de azúcar puede generar enfermedades dentales y que existe evidencia de que las bebidas pueden contribuir al aumento de peso corporal ya que hay una relación inversa entre bebidas y nutrientes".

 

Hizo énfasis en que "el tema de fondo es que el consumo de azúcares y dulces debe dejarse para ocasiones excepcionales. El consumo artesanal de los dulces tiene una inspiración histórica en culturas como la de los egipcios, bizantinos y árabes, allí están las principales muestras de las reposterías"

 

A su juicio no "hay que eliminar el azúcar creo que hay que reservarla cuando se merece, en ocasiones específicas, especialmente aquellos platillos familiares de tradición que se hacen con azúcar, carbohidratos y mucho cariño porque esta actividad tiene un componente social. Elaborarlos y comerlos en acto social es una tradición muy latina", dijo.

 

Por su parte, la doctora María Luisa Aguirre dio la visión desde la Sociedad Chilena de la Pediatría y dijo que en Chile pasamos de combatir la desnutrición a enfrentar el exceso de consumo de azúcares y sal sobre todo en los niños que los hizo perder su capacidad de saciedad. "La obesidad en niños menores de seis años entre 1994 hasta 2010 se ha duplicado desde 5% hasta 9,7%, al igual que el sobrepeso".

 

Por ello, destacó la necesidad de enfrentar los hábitos de alimentación desde el momento del embarazo de la mujer de modo de evitar a futuro una serie de complicaciones de salud para los niños y niñas.

 

 

LA DIETA MEDITERRÁNEA

 

Luego, las dietas mediterráneas y de los pueblos originarios fueron el tema que se analizó en la Cuarta Conferencia realizada en el marco de la "Cumbre de las Américas y el Caribe sobre Prevención de la Obesidad y Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT). (Revise la galería fotográfica).

 

En la oportunidad, el doctor Josep Tur se refirió a las bondades de la dieta mediterránea -que fue declarada herencia inmaterial de la humanidad- y los efectos que tiene no sólo en la prevención de ECNT, sino que también en la reducción de los niveles de colesterol y azúcar en la sangre; y también en la baja de la circunferencia de la cintura, entre otros beneficios.

 

Explicó que este modo de alimentarse se basa en algunos patrones dietéticos de los países mediterráneos, como España, Grecia e Italia, donde la característica principal es el alto consumo de productos vegetales (frutas, verduras, legumbres, frutos secos), pan y otros cereales (siendo el trigo el alimento base), el aceite de oliva como grasa principal y el consumo regular de vino en cantidades moderadas.

 

Luego, Roberto del Águila, consultor de la OPS-OMS Chile se refirió a la dieta que tenían los pueblos originarios de las américas, señalando que su alimentación era mucho más saludable no sólo porque consumían un mayor número de productos vegetales, sino que también por la forma en que se preparaban.

 

En una línea similar se manifestó la doctora Adriana Antúnez de Mayolo Soldi, quien señaló que antes de la llegada de los conquistadores, la dieta de los pueblos originarios se basaba en gran cantidad de hortalizas, granos, tubérculos, hojas y maíz, y carne de llama o cuy, que son bajas en grasas. Agregó que en esa época era difícil encontrar gente con sobrepeso, pese a que había un alto consumo de maíz, que es rico en carbohidratos.

 

El Chef Xabier Zabala y el director del Centro de Nutrición Molecular y Enfermedades Crónicas de la Pontificia Universidad Católica, Federico Leighton, se mostraron partidarios de incluir en las dietas más alimentos utilizados por los pueblos originarios y tratar de evitar el consumo de alimentos más procesados.

 

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