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  Reducir Obesidad: impuestos especiales para las comidas poco saludables y saludables podría ser una fórmula

  El director de Salud Pública de Finlandia, Pekka Puska, explicó que en su país se aplican tributos diferenciados para algunos tipos de alimentos.

17 de octubre de 2011

Hace dos años que en Finlandia se aplica un impuesto especial para el azúcar, las bebidas gaseosas, las golosinas y los helados. Si bien en Chile estamos lejos de eso, el Director de Salud Pública de Finlandia, doctor Pekka Puska, manifestó que sería ideal que los gobiernos plantearan un sistema de tributos donde los alimentos productos poco saludables fueran más caros que los saludables.( Vea la Conferencia por TV Senado)

 

Imagen"Hace dos años tenemos un impuesto especial para el azúcar, dulces, bebidas gaseosas y helados. El precio es importante y el gobierno puede regular el precio con los impuestos. Lo ideal sería que el gobierno considere impuestos donde los productos poco saludables sean más caros y los saludables más baratos. Hacer una legislación exacta sobre eso, no es fácil porque tal como ocurre con el tabaco, en la comida no hay blanco o negro, aunque esa es una línea por donde deberíamos ir", dijo el facultativo.

 

Puska -quien también fue director del Departamento de Prevención y Promoción de Enfermedades Crónicas No Transmisibles de la OMS- fue el encargado de abrir el ciclo de conferencias de la "Cumbre de las Américas y el Caribe sobre Prevención de la Obesidad y Enfermedades Crónicas no Transmisibles" que se realiza hasta mañana en el Congreso Nacional, en Valparaíso.

 

El doctor, quien participó en el primer encuentro que realizó el Senado sobre esta materia, se refirió al "Futuro e Impacto de las enfermedades crónicas no transmisibles"  e  hizo un llamado a impulsar cambios en conductas sociales y en el estilo de vida para mejorar índices de salud.

 

En tal sentido, señaló que las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, las afecciones respiratorias crónicas, la hipertensión y la diabetes, se han constituido en las dolencias que causan la mayor mortalidad en el mundo, impactando por igual a hombres y a mujeres, y con una incidencia cada vez mayor en la población más joven.

 

Indicó que las buenas noticias son que, gracias a las investigaciones de las últimas décadas, se sabe las raíces de estas enfermedades y con confianza se puede decir que, en su mayoría, pueden ser prevenidas. "Nuestro problema no es tanto lo que podemos hacer sino cómo lo podemos hacer y, en este sentido, el énfasis debe estar en la implementación", planteó.

 

FACTORES GLOBALES

 

El doctor Puska explicó que los factores de riesgo son comunes a la mayoría de estas enfermedades y tienen que ver con el ritmo de vida de las personas, señalando que el estilo de vida y los hábitos de las personas inciden directamente en la gestación de estas enfermedades, habiendo en ello una cuota de responsabilidad individual, pero también social, dado que los hábitos que se adquieren dependen del medioambiente físico y social que rodea de los individuos.

 

En este contexto, señaló que es importante impulsar políticas públicas que influyan en el medioambiente, especialmente en los sectores poblacionales más jóvenes, de modo intervenir en el futuro de estas personas.

 

Comunicó que Finlandia, años atrás, presentaba índices muy negativos, particularmente en lo relacionado a enfermedades cardiovasculares derivado por el estilo de vida que se llevaba en ese tiempo, donde el facto dieta era uno de los más importantes. Relató que tras la aplicación de una serie de políticas públicas, como por ejemplo impartir la obligación que en las escuelas públicas sólo se consuma leche baja en materia grasa y aumentar la ingesta de vegetales, se generaron cambios de conductas que permitieron revertir las cifras drásticamente. "Hay claros indicadores que lo más crucial detrás de esto es un cambio en la dieta", enfatizó.

 

Estimó que la reducción de la incidencia de las ECNT debe ser un trabajo que abarque desde el nivel global al local y en el cual participen todos los actores, esto es, el gobierno, la sociedad civil, el sector privado y los medios de comunicación, entre otros.

 

Finalmente, planteó la necesidad de acoger las recomendaciones de la OMS en torno a esta problemática de salud pública: poner énfasis en los factores de riesgo; monitorear el desarrollo de las políticas públicas y sociales (verificar los cambios de conducta); y una redirección de los servicios de salud pública.

 

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