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REPÚBLICA DE CHILE
DIARIO DE SESIONES DEL SENADO
PUBLICACIÓN OFICIAL
LEGISLATURA 365ª
Sesión 43ª, en miércoles 6 de septiembre de 2017
Especial
(De 11:19 a 13:33)
PRESIDENCIA DE SEÑORES ANDRÉS ZALDÍVAR LARRAÍN, PRESIDENTE,
Y GUIDO GIRARDI LAVÍN, VICEPRESIDENTE
SECRETARIO, EL SEÑOR MARIO LABBÉ ARANEDA, TITULAR
____________________
VERSIÓN TAQUIGRÁFICA
I. ASISTENCIA
Asistieron las señoras y los señores:
--Allamand Zavala, Andrés
--Allende Bussi, Isabel
--Araya Guerrero, Pedro
--Chahuán Chahuán, Francisco
--Coloma Correa, Juan Antonio
--García Ruminot, José
--García-Huidobro Sanfuentes, Alejandro
--Girardi Lavín, Guido
--Guillier Álvarez, Alejandro
--Lagos Weber, Ricardo
--Larraín Fernández, Hernán
--Letelier Morel, Juan Pablo
--Matta Aragay, Manuel Antonio
--Montes Cisternas, Carlos
--Moreira Barros, Iván
--Muñoz D´Albora, Adriana
--Ossandón Irarrázabal, Manuel José
--Pérez San Martín, Lily
--Pérez Varela, Víctor
--Pizarro Soto, Jorge
--Prokurica Prokurica, Baldo
--Quintana Leal, Jaime
--Quinteros Lara, Rabindranath
--Tuma Zedan, Eugenio
--Van Rysselberghe Herrera, Jacqueline
--Von Baer Jahn, Ena
--Walker Prieto, Ignacio
--Walker Prieto, Patricio
--Zaldívar Larraín, Andrés
Asimismo, se encontraban presentes el Presidente del Banco Central, señor Mario Marcel Cullell; el Vicepresidente, señor Sebastián Claro Edwards; los Consejeros, señores Joaquín Vial Ruiz-Tagle y Pablo García Silva y señora Rossana Costa Costa; el Gerente General, señor Alejandro Zurbuchen; la Gerenta de la División de Política Financiera, señora Solange Berstein; el Gerente de la División de Estudios, señor Alberto Naudon Dell' Oro; la Gerenta de la División de Estadísticas, señora Gloria Peña; el Gerente de la División de Mercados Financieros, señor Beltrán de Ramón; el Gerente de Comunicaciones, señor Luis Alberto Álvarez Vallejos, y el Asesor Informático, señor Fernando Coulon Dental.
Actuó de Secretario el señor Mario Labbé Araneda.
II. APERTURA DE LA SESIÓN
--Se abrió la sesión a las 11:19, en presencia de 19 señores Senadores.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- En el nombre de Dios y de la Patria, se abre la sesión.
Algunos señores Senadores han solicitado autorización para que los acompañe en esta oportunidad un número reducido de asesores.
¿Cuántos?

El señor COLOMA.- Solo tres, señor Presidente.

El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- ¿Le parece a la Sala?

El señor PROKURICA.- Sí.

El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Acordado.

El señor GARCÍA.- Gracias, señor Presidente.
)----------(

El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- En las tribunas se encuentra una delegación del Liceo Agrícola El Carmen, de San Fernando.
La saludamos.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
III. ORDEN DEL DÍA


INFORME DE CONSEJO DEL BANCO CENTRAL DE CHILE

El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Esta sesión se halla convocada para que el Consejo del Banco Central de Chile presente al Senado la evaluación del avance de las políticas y programas del año en curso, como asimismo el informe de las proposiciones para el año calendario siguiente, conforme a lo dispuesto en la ley N° 18.840.
Saludo muy especialmente al Presidente del Instituto Emisor, don Mario Marcel; a su Vicepresidente, don Sebastián Claro, y a los Consejeros, señores Joaquín Vial y Pablo García y señora Rosanna Costa, como asimismo, a los asesores que los acompañan, cuyo ingreso a la Sala también está autorizado.
Me acaban de informar que don Sebastián Claro cumplirá diez años en el cargo. Por tanto, al parecer, esta será su última presentación en el Senado.
Le agradecemos su permanencia por tan largo tiempo en el Consejo del Instituto Emisor.
Tiene la palabra el señor Presidente del Banco Central.

El señor MARCEL (Presidente del Banco Central).- Señor Presidente del Senado, don Andrés Zaldívar Larraín; Honorables Senadoras y Senadores:
Agradezco la invitación extendida al Consejo del Banco Central de Chile para presentar el Informe de Política Monetaria. Como es habitual, en septiembre de cada año, este coincide con el informe anual que, de acuerdo con la Ley Orgánica del Instituto Emisor, su Consejo debe entregar a la Cámara Alta.
De este modo, el informe que resumiré dentro de un momento incluye nuestra visión sobre los hechos macroeconómicos y financieros recientes de las economías chilena e internacional, así como sus perspectivas e implicancias para la conducción de la política monetaria.
También incluye los resultados financieros del Banco Central correspondientes a la primera mitad del año, los resultados de la gestión de las reservas internacionales y un resumen de las principales decisiones aprobadas por el Consejo en lo que va de 2017.
En esta presentación destacaremos dos complementos al informe tradicional: un análisis de los determinantes del producto tendencial en Chile (se anexa como separata al IPoM) y algunos perfeccionamientos que el Consejo ha resuelto aplicar al proceso de política monetaria, los cuales se sintetizan en un recuadro en el informe.
Con la entrega de este conjunto de antecedentes reafirmamos la voluntad del Consejo del Banco Central, no solo de dar cuenta rigurosamente sobre su gestión institucional, sino también de aplicar su autonomía para mejorar la calidad y transparencia de sus procesos más allá de lo estrictamente requerido por la ley.
Informe de Política Monetaria
En los últimos meses la inflación y el crecimiento se ubicaron por debajo de lo anticipado en el IPoM de junio. No obstante, las principales diferencias se relacionaron con factores que en su mayoría consideramos transitorios; en particular, factores de oferta que afectaron el desempeño de la actividad y el nivel de ciertos precios. Por esto, ni las perspectivas de la economía para los próximos dos años ni la orientación general de la política monetaria difieren mayormente de lo previsto en aquella ocasión.
En el escenario base que detallaré en unos momentos, la inflación subyacente retornará gradualmente a 3 por ciento a partir de mediados de 2018, después de varios meses en torno al 2 por ciento, mientras que la inflación total subirá algo más rápido, en la medida que los precios de los componentes más volátiles sean más acordes con sus patrones históricos y se confirmen las expectativas de mercado para los precios internacionales de los combustibles y alimentos.
Para el PIB proyectamos mayores tasas de crecimiento a partir de la segunda mitad de este año. Con esto, la brecha de actividad se mantendrá en torno a sus niveles actuales y comenzará a cerrarse gradualmente hacia la segunda mitad del próximo año.
En este escenario, el Consejo del Banco ha mantenido la tasa de política monetaria en 2,5 por ciento, y en el escenario base proyecta mantener un importante impulso monetario a lo largo de los próximos dos años, con una tasa de política monetaria que, de darse el escenario base, se mantendrá en torno a sus niveles actuales y comenzará a aumentar hacia su nivel neutral solo una vez que la economía empiece a cerrar la brecha de actividad.
Ahora, permítanme detallarles los antecedentes del escenario macroeconómico que consideramos más probable para los próximos trimestres y los riesgos inherentes a él.
A julio, la inflación anual del IPC descendió a 1,7 por ciento, acumulando una baja mayor que la prevista en junio. Su componente subyacente -es decir, el que excluye los combustibles y los alimentos- ha evolucionado en línea con lo anticipado, ubicándose en torno a 2 por ciento anual, y sigue dando cuenta de una inflación de bienes con tasas de variación anual levemente negativas y de servicios por sobre 3 por ciento.
En el gráfico se muestran tanto la evolución del IPC total cuanto la del IPC subyacente -ahí se identifica como IPCSAE-, y los agregados de bienes y servicios. Se observa que en el caso de los bienes, según expresé recién, ha habido una desaceleración más marcada, mientras que los precios de los servicios se mantienen creciendo en algo más que 3 por ciento en doce meses.
La evolución de los precios más volátiles, en particular los de las frutas y verduras frescas, ha sido determinante para que la inflación se ubique bajo lo esperado. Esto se asocia, principalmente, a la estacionalidad distinta de lo habitual que mostraron algunos productos. En adelante, se espera que estos precios tengan un dinamismo no muy diferente de sus patrones históricos, lo que contribuirá a llevar la inflación a la meta. En todo caso, por su naturaleza, estos productos siempre pueden ser una fuente de sorpresas en la inflación.
En el segundo trimestre el PIB aumentó 0,9 por ciento anual, con unos sectores resto (es decir, excluyendo recursos naturales) que crecieron 1,1 por ciento, cifra por debajo de lo previsto en junio. La economía estuvo afectada por diferencias significativas en el número de días trabajados, incluido un feriado irrenunciable en abril, cuyo impacto fue superior al estimado.
Lo que señalé se observa en el gráfico de la derecha, que compara el impacto de factores estacionales en abril en distintos años.
En el gráfico de la izquierda se muestra la evolución del PIB total, así como la evolución del PIB de recursos naturales y el resto.
De hecho, el crecimiento anual de la serie desestacionalizada del PIB total y resto fue mayor que el de la serie original: 1,3 y 1,5 por ciento, respectivamente, lo que refleja el impacto de estos factores estacionales o ligados al número de días hábiles.
En el desempeño de la actividad en el segundo trimestre también incidieron algunos shocks puntuales que afectaron al sector industrial. Aun así, sigue destacando el mayor impulso de las actividades más ligadas al consumo, como el comercio y los servicios, mientras que continúa observándose una debilidad mayor en los sectores relacionados con la inversión, como la construcción y algunos servicios empresariales.
La demanda interna total creció 3,9 por ciento anual en el segundo trimestre, con una significativa acumulación de existencias. Parte de esta última responde a una reposición tras un período prolongado de reducción. No obstante, existen algunos indicios de que habría sido superior a lo coherente con el estado del ciclo, lo que podría derivar en menores importaciones en los meses venideros.
Por su parte, la demanda interna final -descontadas las existencias- fue algo menor que lo anticipado y siguió dando cuenta del comportamiento dispar del consumo y la inversión, lo que aparece en el siguiente gráfico.
Por el lado del consumo se aprecia un crecimiento algo mayor, resaltando una mejora en varios de sus principales determinantes.
Uno de los desarrollos preocupantes de la economía a comienzos de año era el deterioro del mercado laboral, en particular la caída anual que mostraba el empleo asalariado. Este fue uno de los factores de riesgo que nos llevaron a acelerar la reducción de la tasa de política monetaria a comienzos de año. Este riesgo se ha atenuado en los últimos meses.
En efecto, durante los últimos meses el empleo asalariado ha recuperado tasas de variación anuales positivas y algunos de sus indicadores de calidad dejaron de deteriorarse. Entre ellos resaltan un aumento del empleo privado con contrato y una disminución de los ocupados que trabajan a tiempo parcial involuntario.
El empleo por cuenta propia, aunque crece a una tasa mayor que la del asalariado, redujo su ritmo de expansión, y la tasa de desempleo se ubica en niveles similares a los de hace un año, algo mayores a los de fines del primer trimestre.
Los indicadores del mercado del trabajo se muestran en el siguiente gráfico.
Por su parte, los salarios nominales detuvieron la tendencia a la baja de su tasa de crecimiento anual. A junio se expandieron entre 4,4 y 5 por ciento, lo que se compara con tasas de 5,5 y 6 por ciento en igual mes de 2016.
Los salarios reales aumentaron su variación anual, principalmente por los bajos registros de inflación.
Todo lo anterior contribuyó a que los ingresos reales, medidos por la masa salarial real, siguieran aumentando levemente su tasa de crecimiento anual, a 3 por ciento.
Se suma que las expectativas de consumidores han mejorado sistemáticamente en los últimos cinco meses, más allá de que aún permanecen en terreno pesimista.
Por lo demás, el costo del crédito está en niveles históricamente bajos, acordes con la expansividad monetaria.
En estos dos gráficos se ilustran la evolución de las expectativas de los consumidores, medida por el índice de percepciones económicas, y la tasa de interés por tipo de colocación para distintos productos de crédito.
A diferencia del consumo, la inversión sigue débil, en particular el componente de construcción y obras, que ha profundizado la caída anual que muestra desde mediados del 2016, de la mano de una caída de la inversión habitacional y una menor inversión pública.
La inversión en maquinaria y equipos, aunque redujo su expansión anual respecto del trimestre previo, sigue con mejores resultados que en los últimos años, en especial cuando se descuenta el ítem de transporte no regular, acumulando nueve meses de expansión.
Aquello lo podemos ver en esos dos gráficos, en los cuales están, por un lado, la contribución de la formación bruta de capital fijo en el crecimiento anual del producto, y por otro, la evolución de las importaciones de bienes de capital tanto para el total cuanto para los bienes de capital, excluido el capital en transporte.
En el gráfico de la izquierda vemos que ha sido el componente de construcción y otras obras el que ha contribuido negativamente al crecimiento, mientras que maquinaria y equipo ha tenido, especialmente desde comienzos de año, un comportamiento más favorable.
En lo externo, se ha ido fortaleciendo un panorama más favorable para el mundo emergente y para la economía chilena. Los términos de intercambio han mejorado, con un precio del cobre que superó los 3 dólares la libra en las últimas semanas. Ello, en un contexto en que el precio del petróleo, con vaivenes y considerando el promedio del Brent y el WTI, está en niveles levemente inferiores a los del cierre del IPoM previo.
El mayor precio del cobre ha coincidido con un mercado que ha estado bien abastecido a pesar de los problemas de oferta, en un contexto de debilidad del dólar. Las bajas tasas de interés y el mejor desempeño de China dan soporte a mayores precios en el corto plazo. En todo caso, si bien no se prevé que su precio se sostenga en los niveles actuales, se proyecta que tendrá promedios mayores que los estimados en junio.
En nuestro escenario base, la libra de cobre promediará precios de 2 dólares y 75 centavos en 2017 y 2018, y de 2 dólares y 70 centavos en 2019.
También se ha consolidado un mayor crecimiento económico en el mundo desarrollado.
Estados Unidos, como hace varios trimestres, muestra un buen desempeño del consumo y un mercado laboral dinámico.
Europa ha mostrado una sólida recuperación de sus tasas de expansión, que ha sido transversal a las distintas economías del grupo, más allá de las diferencias que persisten en variables como el nivel de la brecha y la tasa de desempleo.
El crecimiento en Japón sorprendió positivamente, y las expectativas se han revisado al alza.
Por su parte, la inflación ha tendido a ceder, y las autoridades monetarias del mundo desarrollado no han modificado mayormente sus estrategias de política monetaria.
No obstante, el mercado ha ido incorporando cierta moderación en su visión sobre la política monetaria de Estados Unidos y algo más de intensidad en la de la zona euro, lo que explica parte de la depreciación global del dólar.
Las monedas emergentes se han favorecido de la debilidad de este último, del mejor precio de las materias primas y del mayor apetito por riesgo.
Comparando los cierres estadísticos de este IPoM y del anterior, el peso se ha apreciado en torno a 4,5 por ciento, lo que, en términos reales, se tradujo en una baja del orden de 3,5 por ciento del tipo de cambio real. Así, al cierre actual este fluctuaba en torno a 90 en su medición con base 1986, inferior a sus promedios de los últimos 15 o 20 años.
Lo que señalé se observa en el gráfico de la derecha.
Incluso, en los días posteriores al cierre estadístico (indicados por el punto rojo que aparece al final de la serie), el peso ha seguido apreciándose en términos tanto nominales cuanto reales.
Como supuesto de trabajo, el escenario base de este IPoM estima una leve depreciación real en el horizonte de proyección.
Respecto al desempeño de las economías del mundo emergente, en el primer semestre China creció 6,9 por ciento anual, por sobre lo esperado. Esta cifra eleva la estimación del escenario base, aunque se asume una moderación de su actividad en el segundo semestre, en línea con lo que muestran los datos más recientes de producción industrial, ventas minoristas e inversión, que están señaladas en el gráfico siguiente.
En América Latina, la recuperación de la actividad ha sido más lenta, con un bajo desempeño de la inversión y los sectores distintos de recursos naturales. Esto, pese al favorable escenario externo y a que la menor inflación ha permitido aumentar el impulso monetario, lo que se asocia en parte a factores idiosincráticos.
Aunque algo menores, entre ellos siguen destacando los problemas de consolidación fiscal en Brasil y Argentina; las definiciones políticas durante este año y el próximo; las dudas sobre el futuro del NAFTA y sus efectos sobre México.
En Colombia, la disminución del consumo tras el aumento del IVA y la fragilidad del mercado laboral ha llevado a un crecimiento menor que lo anticipado por el mercado.
La actividad en México se ha mostrado más resiliente que lo previsto por el mercado, más allá del menor desempeño en el margen por factores estacionales.
En Perú, el crecimiento del PIB ha tendido a estabilizarse y dar algunos signos de repunte. Ello, tras el debilitamiento en la segunda mitad del año pasado, en parte por el fenómeno de El Niño y la paralización de proyectos de infraestructura. Destaca cierta mejora en los datos de actividad en Brasil, aunque desde cifras muy negativas y con tasas de crecimiento aún bastante reducidas.
Así, en el escenario base de proyección, la actividad de los socios comerciales será levemente mejor que lo anticipado en junio y los términos de intercambio, superiores, todo en un contexto de condiciones financieras favorables. Con ello, la economía chilena recibirá un mayor impulso externo en el horizonte de proyección.
Eso se indica en el cuadro siguiente, donde se comparan tanto los datos para 2016 como las proyecciones para 2017 del IPoM anterior y del actual, lo mismo que para 2018, agregándose las correspondientes a 2019, con relación a los niveles de actividad en distintas agrupaciones de países, la evolución de los términos de intercambio, el producto de los socios comerciales -es lo más relevante para nosotros- y los precios de las materias primas.
Como es habitual en el IPoM que publicamos en septiembre de cada año, el escenario base incorpora la revisión anual de las estimaciones de PIB tendencial y potencial para la economía chilena. Ellas se resumen en el recuadro V.1 del informe. Además, junto al IPoM, en esta ocasión hemos publicado un documento que describe un conjunto de antecedentes sobre los determinantes y las perspectivas para el crecimiento tendencial de la economía chilena en los próximos treinta años. Volveré sobre el contenido de este documento en unos minutos más.
Nuestras estimaciones sugieren que el crecimiento tendencial de la economía chilena durante los próximos diez años se ubica en un rango entre 3 y 3,5 por ciento, comparable con lo que estimábamos hace un año. Eso supone, entre otras cosas, que la inversión retoma tasas de crecimiento similares a las del PIB; que la productividad de los sectores distintos de recursos naturales aumenta en torno a su crecimiento promedio de los últimos veinte años, y que la inmigración y el aumento de la participación laboral femenina compensan parcialmente el efecto del envejecimiento de la población sobre la fuerza de trabajo.
Respecto del crecimiento potencial, la inversión y la productividad muestran, en plazos más cortos, tasas de crecimiento bajo sus niveles de tendencia, con lo que el crecimiento potencial es menor al tendencial. Así, se considera que el crecimiento del PIB potencial se ubica hoy en torno a 2,5 por ciento, que se compara con el valor entre 2,5 y 3 por ciento que estimamos en septiembre de 2016. Con esto, el nivel actual de la brecha de actividad -se representa en el gráfico siguiente- es algo menor que lo estimado previamente, incluso considerando que la evolución del PIB ha sido también algo menor.
Para efectos de la política monetaria, la evolución de la brecha de actividad sigue siendo coherente con una economía que necesita de un impulso monetario relevante a lo largo de todo el horizonte de proyección. Además, el Consejo sigue considerando que la tasa de interés neutral se ubica entre uno y 1,5 por ciento, en términos reales.
En el escenario base, seguimos proyectando que el PIB gradualmente retomará mayores tasas de expansión, apoyado en un escenario externo favorable, el fin del ajuste de la inversión minera, la ausencia de desbalances macroeconómicos relevantes y una política monetaria claramente expansiva. Asimismo, se supone que la política fiscal continuará su senda de consolidación, expresada en lo inmediato en un próximo Presupuesto coherente con los compromisos del Gobierno. Todo lo anterior, en un contexto en que el crecimiento potencial retoma gradualmente niveles coherentes con el crecimiento tendencial.
Así, nuestras proyecciones, incluidas en el cuadro previo, no muestran mayores cambios respecto de lo que estimamos en junio. Para este año proyectamos que la economía crecerá entre 1,25 y 1,75 por ciento, comparado con un rango de uno a 1,75 por ciento en dicho mes. Para 2018 seguimos estimando un crecimiento mayor, en un rango entre 2,5 y 3,5 por ciento, idéntico al proyectado en el IPoM de junio. Por el lado del gasto, nuestra proyección de crecimiento para el consumo privado se ajusta levemente al alza en 2017, considerando el repunte de la masa salarial real observada hasta el momento, la recuperación de los indicadores de confianza, la necesaria reposición de stocks de bienes durables y la apreciación del tipo de cambio real. En la inversión, el ajuste a la baja de las proyecciones para 2017 se origina principalmente en el componente de construcción, tanto en su parte minera, de infraestructura y habitacional. Esto último, ante la mantención de elevados stocks de viviendas nuevas para la venta. De este modo, para 2017 se prevé una contracción de este componente de la formación bruta de capital fijo, mientras que el componente de maquinarias y equipos se ajusta levemente al alza, dando cuenta de los datos efectivos a la fecha y también del continuo crecimiento de las importaciones de bienes de capital, descontando las de transporte no regulares.
En el sector externo se prevé una contracción de las exportaciones este año, como consecuencia de algunos shocks de oferta acontecidos en el sector industrial y de las interrupciones en la actividad minera del primer semestre, que ya se ha reflejado en menores envíos del sector. Sin embargo, tratándose de factores que se estiman transitorios, los embarques tendrán una visible recuperación para 2018. Para efectos de la balanza comercial, el mencionado incremento de los términos de intercambio, en particular el mayor precio del cobre, se traduce en un aumento del valor de las exportaciones del metal rojo que más que compensa los menores volúmenes de las exportaciones no mineras. Con todo, en un contexto de mayores precios del cobre y de reducciones de costos en la industria minera, las rentas pagadas al extranjero aumentan, con lo que en 2017 la cuenta corriente es levemente más deficitaria que lo previsto en junio.
La inflación ha evolucionado por debajo de lo previsto, ubicándose en 1,7 por ciento anual a julio. Aunque la evolución de la inflación subyacente no fue muy distinta de lo esperado, la baja inusual del componente de frutas y verduras durante estos meses le ha restado algo más de medio punto porcentual a la inflación anual. A ello se suma la importante apreciación registrada por el peso desde junio y que se intensificó en las últimas semanas. Así, la inflación del IPC finalizará el año en 2,4 por ciento y el IPCSAE -es decir, el de tendencia- lo hará en 1,9 por ciento, ambos valores por debajo de lo previsto en junio.
Eso se observa en las dos gráficas siguientes: a la izquierda, la inflación del IPC total, y a la derecha, la inflación del IPC subyacente.
Hacia adelante se espera que la inflación subyacente fluctúe en torno a 2 por ciento hasta mediados de 2018, muy influida por los efectos de la mencionada apreciación reciente del peso, para retornar gradualmente hacia 3 por ciento desde ahí en adelante. En tanto, en la medida en que los precios de frutas y verduras retornen a una dinámica similar a la de sus promedios históricos, el IPC volverá a la meta hacia la segunda mitad de 2018. Esta trayectoria se basa en que, como supuesto de trabajo, según lo mencioné, el TCR tendrá una leve depreciación en el horizonte de proyección.
Entonces, el área gris de ambas gráficas muestra el período de proyección incluido en este Informe y que acabo de describir.
Como es usual, una serie de elementos internos y externos representan riesgos para estas proyecciones.
En lo externo sigue preocupando la respuesta de los mercados financieros a las estrategias de política monetaria de los principales bancos centrales del mundo desarrollado. Tras varios años de condiciones monetarias altamente expansivas, las economías han cerrado o están en proceso de cerrar sus brechas y es natural que la política monetaria comience a normalizarse, tanto en sus aspectos más convencionales: tasas, como en los menos convencionales: balances de los Bancos Centrales. Ello implica riesgos, tanto por lo inédito de la oportunidad y gradualidad del proceso como por las diferencias con lo que espera el mercado.
En Estados Unidos se suman las dudas sobre el manejo fiscal y su efecto en el crecimiento, las tasas de interés y los precios de los activos en general. Se añaden preocupaciones sobre si los menores registros de inflación recientes en varios países desarrollados son algo puntual o más sistemático, así como riesgos asociados a las tensiones geopolíticas recientes. No obstante, tampoco se descarta que, dados los buenos números de los últimos trimestres, se observe una recuperación más rápida en los países desarrollados.
En el mundo emergente, la principal fuente de riesgos sigue siendo el desempeño de la economía china. Pese a los buenos resultados del primer semestre y las medidas de sus autoridades, persisten las dudas por los desequilibrios en varios de sus mercados. Se suma la incertidumbre por el rumbo que tomará la agenda de reformas una vez finalizado el Congreso del Partido Comunista Chino.
En América Latina, el panorama no ha cambiado mucho y los riesgos políticos siguen siendo la principal fuente de incertidumbre.
El cobre superó los 3 dólares la libra al cierre estadístico, pero el escenario base asume que se ubicará en torno a 2 dólares y 75 centavos en los próximos dos años. Un escenario en que el actual valor del metal perdure tendría efectos positivos sobre la actividad y el gasto interno. Al mismo tiempo, podría llevar a una mayor fortaleza del peso y una reducción de la inflación en el corto plazo.
No obstante, las implicancias de un escenario de este tipo para la política monetaria no son evidentes. Si bien en el corto plazo la inflación se reduce, como producto de un tipo de cambio más fuerte, el mayor dinamismo de la economía podría importar un cierre algo más rápido de la brecha de actividad en el horizonte de proyección. Esta encrucijada es similar, en cierto modo, a la que se vivió cuando el peso se depreciaba con fuerza entre 2013 y 2015. En esos momentos, cuando el tipo de cambio acumuló un alza del orden de 45 por ciento, la inflación anual del IPC se ubicó durante varios trimestres por encima de 4 por ciento.
Sin embargo, la política monetaria se mantuvo expansiva. No reaccionó al aumento de la inflación con un incremento de la TPM, en el entendido de que era un efecto relevante pero transitorio sobre los precios. De hecho, lo que la economía necesitaba era un mayor impulso monetario que ayudara a compensar los efectos negativos del fin del superciclo de las materias primas y de la debilidad mostrada por la economía en los últimos años. En ese sentido, si bien la apreciación reciente del peso es un fenómeno importante y que sin duda afectará la evolución de la inflación en el corto plazo, como lo recogen las proyecciones que acabo de mostrar, sus implicancias para la política monetaria no serán evidentes mientras sus efectos, directos o indirectos, no importen que se halla en riesgo la convergencia de la inflación a la meta en el horizonte de política.
En lo interno, el escenario base supone que los factores que han reducido la actividad y la inflación en los últimos meses son transitorios. Sin embargo, es posible que su persistencia sea distinta de lo previsto. En la actividad, una fracción del menor crecimiento respondió a factores más persistentes relacionados con la inversión. Esto podría acentuarse, por ejemplo, si los indicadores de confianza retroceden. En todo caso, no se puede descartar que la economía retome mayores tasas de crecimiento más rápido que en el escenario base. Ello, pues el mercado laboral no se ha seguido deteriorando, el costo del crédito es bajo y las expectativas han mejorado algo, lo que podría llevar a un mayor dinamismo del consumo.
La inflación ha descendido más allá de lo previsto y se ubica por debajo de 2 por ciento. Las expectativas a plazos más cortos son menores que al cierre del IPoM previo, aunque a plazos largos no muestran mayores cambios y siguen alineadas con la meta. Sin embargo, diversos factores pueden llevar a que la baja de la inflación se intensifique o mantenga más que lo estimado. Lo anterior podría afectar la formación de precios a plazos más largos y las expectativas de inflación.
En tal contexto, el Consejo considera que el balance de riesgos para la actividad está equilibrado, mientras que para la inflación está sesgado a la baja en el corto plazo, pero equilibrado en el mediano plazo.
Como supuesto de trabajo, en el escenario base consideramos un impulso monetario similar al del IPoM de junio, esto es, una tasa de política monetaria que se mantendrá en torno a sus niveles actuales y que comenzará a aumentar hacia su nivel neutral solo una vez que la economía empiece a cerrar la brecha de actividad. Con esto, la política monetaria se mantendrá expansiva a lo largo de todo el horizonte de proyección. Como siempre, permanecemos atentos a desvíos del escenario base que justifiquen movimientos de la tasa de política monetaria. Según acabo de mencionar, en el corto plazo los riesgos con relación a la inflación se hallan sesgados a la baja. Su materialización podría afectar la convergencia a la meta, caso en el cual se requerirá una profundización de la expansividad de la política monetaria.
Nuevos aportes y desarrollos institucionales
Estimadas Senadoras y estimados Senadores, esta es la primera cuenta anual que me corresponde entregarles a ustedes como Presidente del Banco Central. Encabezo una entidad con más de un cuarto de siglo de autonomía, lapso durante el cual ha construido y solidificado una reputación técnica que ha permitido el correcto desempeño de sus funciones, transformándola en un referente institucional dentro del aparato público y en el concierto de los bancos centrales de países emergentes. Lo anterior ha ocurrido en buena medida porque hemos contribuido de forma relevante a la estabilidad macroeconómica del país.
El camino recorrido no ha sido fácil. En sus inicios, la mera idea de dar autonomía al Banco Central se asociaba a un pesado manto de duda, no solo por lo novedoso del esquema, sino también porque resultaba difícil disociar sus potenciales beneficios en la lucha contra la inflación de las circunstancias políticas de su origen. No obstante, su actuación y sus primeras decisiones de política monetaria permitieron elevar la legitimidad de la institución. Este comportamiento se ha extendido y profundizado a través del tiempo, en buena medida por iniciativa de los sucesivos consejos. Los ajustes al marco de política monetaria, la creciente atención a los temas de la estabilidad financiera, los esfuerzos por mejorar la orientación a los mercados sobre las decisiones de política y la adopción, por iniciativa propia, de mayores estándares de transparencia y rendición de cuentas son expresión de ello.
Así, el capital invertido por el Banco en seriedad y compromiso con la meta inflacionaria y la estabilidad financiera han contribuido enormemente a darle espacios de independencia en su política monetaria. A su vez, su autonomía institucional no ha impedido el diálogo y la coordinación con el Ejecutivo, a través del Ministro de Hacienda. Tampoco se ha traducido en mayor rigidez, sino que ha proporcionado un espacio institucional dentro del cual se ha podido adaptar, con oportunidad y flexibilidad, a desafíos emergentes, salvaguardando los espacios de independencia necesarios para realizar su labor.
El mayor desafío de una institución autónoma es no quedarse atrás frente a las nuevas exigencias de su entorno y actuar con oportunidad y eficacia para cumplir con sus objetivos institucionales en nuevas circunstancias, ganándose la confianza de la ciudadanía, valor que está lejos de ser un capital asegurado. En el cambiante mundo de hoy, en que la confianza se puede perder rápidamente, es preciso trabajar cada día para mantenerla, especialmente considerando los desafíos que deberemos enfrentar tanto en el plano económico como en el social.
En este contexto, de mayor transparencia, mejor comunicación y aporte a las necesidades de la ciudadanía, quiero hacer referencia a dos asuntos que acompañan al presente IPoM: un informe sobre los determinantes del crecimiento tendencial de la economía chilena y un conjunto de modificaciones al proceso de toma de decisiones de política monetaria.
Determinantes del crecimiento tendencial de la economía chilena
Como ya lo mencioné, junto a este IPoM hemos publicado un documento que resume un conjunto de investigaciones que nuestros equipos técnicos han realizado sobre los determinantes del crecimiento económico de largo plazo. Aunque las investigaciones se realizan desde hace muchos años, han tendido a mantenerse en un plano académico. Sin embargo, dado que en los últimos años nuestra economía ha reducido su tasa de crecimiento de modo importante, nos pareció adecuado, como Consejo, hacer un esfuerzo adicional de consolidación de nuestro análisis en un área que no solo es clave para cumplir adecuadamente con los objetivos que nos impone la ley, sino también de interés general para el país.
El documento que hoy presentamos es producto de medio año de trabajo de revisión, actualización y consolidación de estudios realizados en el Banco Central, así como de nueva evidencia empírica que va acrecentado nuestro conocimiento de la economía chilena. Se analiza en detalle el crecimiento tendencial de mediano plazo en el horizonte entre 2017 y 2050, con especial atención a la proyección de crecimiento del PIB para los próximos diez años.
El estudio proyecta la evolución de los factores productivos -trabajo y capital- y de la productividad total de factores para los sectores distintos de recursos naturales, mientras que para estos últimos actualiza la proyección de su evolución esperada, a la luz de diversos antecedentes sectoriales disponibles.
En el documento se incluye tanto el examen de la evolución histórica de las variables como una comparación internacional, la cual permite mirar la experiencia chilena en el contexto de otros países que ya han transitado por nuestros actuales niveles de desarrollo, entregando luces respecto de qué esperar a futuro.
También se destaca la importancia central de la productividad, tanto en explicar las diferencias actuales en niveles de ingreso con el mundo desarrollado como en la proyección de crecimiento futura. Por ello, hay un especial cuidado en analizar la evolución de la productividad total de factores, entregando nueva evidencia respecto de la importancia de generar las condiciones adecuadas para una eficiente asignación de recursos.
En lo principal, estimamos que un rango en torno a 3 y 3,5 por ciento es razonable para situar el crecimiento tendencial del producto interno bruto para los próximos diez años. Dicho rango supone que los sectores de recursos naturales crecerán alrededor de 2 por ciento en promedio, mientras que el resto de los sectores lo hará en torno a 3,4 por ciento.
Respecto de esto último, las proyecciones indican que el incremento del trabajo, entendido en un sentido amplio, aportará cerca de 0,8 por ciento al crecimiento del PIB resto. Detrás de ello se halla el hecho de que las mejoras en capital humano, la incorporación de la mujer a la fuerza de trabajo y la inmigración ayudarán a compensar el efecto negativo del envejecimiento de la población chilena y la tendencia a la reducción en las horas efectivamente trabajadas que está asociada al desarrollo.
Lo que acabo de mencionar se expone en el gráfico.
La proyección asume un rol relativamente neutral al capital, en el sentido de que se expande a la misma velocidad que el producto resto. Este supuesto es coherente con una mantención de la razón capital/producto en niveles cercanos a su promedio histórico, un hecho estilizado que también se observa en otros países. Para ello, sin embargo, es necesario que la tasa de inversión retome valores coherentes con el crecimiento potencial.
Finalmente, la proyección supone que la productividad total de factores del sector resto volverá a crecer en torno a su promedio histórico de los últimos veinte años -es decir, alrededor de 0,9 por ciento anual-, lo que constituye un desafío relevante, pero claramente posible. La recuperación de la tendencia de crecimiento de la productividad de los sectores distintos de recursos naturales será especialmente importante, dada la tendencia a la baja de la correspondiente a recursos naturales, asociada fundamentalmente a la caída en la ley de las explotaciones mineras. Los datos muestran que, más allá de la dificultad para calcular la productividad sectorial, el efecto negativo del decaimiento de la ley minera ha perjudicado dicha actividad.
Lo anterior puede observarse comparando los gráficos para el sector minero y para el sector no minero, en términos de la descomposición del crecimiento económico, entre el capital físico, el capital humano, el efecto de la Ley Minera y la productividad total de factores corregida.
La evidencia presentada para Chile sugiere que hay importantes ineficiencias en la asignación de recursos entre firmas y que existirían ganancias de primer orden de medidas tendientes a mejorarlas, las que, a diferencia de lo que sucede con el capital humano, podrían generar ganancias en plazos más cortos.
Para respaldar este último análisis, el documento aporta algunas comparaciones internacionales en materia de productividad, evidencia microeconómica sobre cómo evoluciona la productividad de las firmas y su grado de dispersión. En particular, desde una perspectiva comparada, si bien la productividad de Chile parece estar en un rango alineado con su nivel de PIB per cápita, es cerca del 60 por ciento de la de Estados Unidos y menor que la de los países más ricos de la OCDE, lo que implica que existen grandes espacios para mejorar.
En este gráfico de puntos, el indicador en rojo, que está cerca del centro, corresponde a la situación de Chile. Los puntos azules representan a los países de la OCDE. Se muestra la productividad total de factores, medida en relación con Estados Unidos.
En Chile, como en muchas otras economías, pareciera haber ganancias importantes al permitir una mejor asignación de los recursos productivos, ayudando a las firmas más eficientes a crecer y a las menos eficientes a achicarse o, eventualmente, a salir del mercado.
Como se ve en la tabla, la reasignación de recursos es una importante fuente de crecimiento de la productividad total de factores. Para ello, es central tener mercados laborales flexibles que permitan ajustar la dotación de las empresas cuando sea necesario, desarrollar el sistema financiero para que haga fluir recursos hacia donde haya buenas ideas, y generar normas que faciliten la creación y disolución de empresas.
Estas cifras son similares a las presentadas en años anteriores, reflejo de que el Consejo no ha cambiado su visión respecto de la capacidad productiva de mediano plazo de la economía.
Sin embargo, no podemos obviar el hecho de que, como durante los últimos años la tasa de crecimiento de la inversión y la de la productividad han estado por debajo de sus niveles de tendencia, la capacidad productiva de corto plazo se ha resentido. En efecto, como he indicado anteriormente, el Consejo estima que el crecimiento potencial de la economía se ubica hoy en torno a 2,5 por ciento, algo menor de lo estimado previamente.
Ajustes al proceso de política monetaria
Otro campo en el que estamos realizando avances es respecto de la transparencia y comunicación de nuestras decisiones de política monetaria.
El Banco lleva adelante su política monetaria en un marco de metas de inflación, el que, para su correcto funcionamiento, requiere una adecuada comunicación de las acciones realizadas y sus fundamentos, así como de un diagnóstico apropiado de la evolución de la economía local y externa. La adopción de estas decisiones y su comunicación se estructuran en torno a las Reuniones de Política Monetaria y el Informe de Política Monetaria, cuya organización, prioridad, contenidos y difusión se basan actualmente en procedimientos y estándares establecidos mayormente en la primera mitad de la década del dos mil.
El Consejo del Banco, después de una exhaustiva evaluación interna basada en la experiencia acumulada y en las mejores prácticas a nivel internacional, ha decidido adoptar algunas modificaciones a su proceso de toma de decisiones y de comunicación de política monetaria.
En lo principal, el número de Reuniones de Política Monetaria (RPM) se reducirá de doce a ocho por año, alineándose con la práctica más común en bancos centrales de países con bajas tasas de inflación.
En este nuevo esquema, las reuniones se llevarán a cabo aproximadamente cada seis a ocho semanas: en enero, marzo, mayo, junio, agosto, septiembre, octubre y diciembre de cada año. Adicionalmente, cada reunión se extenderá desde un día a un día y medio, comenzando la tarde anterior al día en que se anuncia la decisión de política, dándole así más tiempo al Consejo para la discusión de los antecedentes y la deliberación de opciones de política monetaria.
Lo anterior permitirá acumular más información entre Reuniones y generará mayor espacio para evaluar el impacto de los distintos indicadores económicos en el escenario base, lo que posibilitará un análisis más robusto sobre la evolución reciente de la economía.
También realizaremos cambios sobre el Comunicado y la Minuta de nuestra Reunión, todos en el sentido de apoyar la decisión con mayor información que lo actualmente disponible. De este modo, el Comunicado se extenderá para incluir los antecedentes principales del comportamiento reciente de la economía, los fundamentos de la decisión del Consejo y el resultado de la votación. La Minuta, por su parte, siguiendo una práctica habitual en bancos centrales con esquema de metas de inflación, entregará información adicional sobre la discusión del Consejo que puede resultar útil para una buena comprensión de sus decisiones e implicancias futuras.
Además, hemos decidido publicar las Actas de las Reuniones de Política Monetaria con diez años de desfase. Estas contienen información de las materias analizadas y opiniones vertidas por los participantes en ellas, dejando constancia de la identificación de estos.
Hasta el momento tales Actas se han mantenido con el carácter de reservado. Su publicación cumple con varios objetivos. Por un lado, fortalecerá aún más la rendición de cuentas de los tomadores de decisiones y aumenta la transparencia ante la ciudadanía. Por otro, aportará al estudio de la historia económica del país y a una mejor comprensión de las decisiones tomadas desde una perspectiva histórica. La publicación de dicho material se hará en marzo de cada año. La medida tendrá efecto retroactivo, de modo que en la entrega de marzo del 2018 se incluirá el material que comprende los años 2000 a 2007.
Por último, también realizaremos cambios en los períodos de publicación del Informe de Política Monetaria y el Informe de Estabilidad Financiera (IEF). La publicación del IPoM, que se mantiene en cuatro veces al año, se hará a primera hora del día siguiente de las reuniones de marzo, junio, septiembre y diciembre, y será complementada por una conferencia de prensa del Presidente del Banco en la sede de la institución.
Tanto el IPoM como el IEF integrarán de modo más activo los productos del trabajo de investigación económica y financiera que realiza el Banco, en materias de especial relevancia para las decisiones de política de la institución. Un primer paso en esta dirección es el documento sobre Crecimiento Tendencial, que acompaña al presente IPoM.
Todos los cambios que he descrito comenzarán a aplicarse en enero del 2018. Además, en septiembre de cada año publicaremos el calendario que incluye tanto las fechas de las Reuniones de Política Monetaria como las de publicación del IPoM y del IEF del siguiente año calendario. Para el 2018, dicho calendario se publicará el próximo jueves 14 de septiembre, junto con la Reunión de Política Monetaria.
Todos esos cambios se enmarcan dentro de la planificación estratégica de la institución y buscan potenciar el esquema de política monetaria actual para así reforzar el cumplimiento del objetivo de estabilidad de precios. Por lo demás, las medidas son el resultado de una exhaustiva evaluación interna y reflejan tanto la experiencia acumulada por el Banco como las mejores prácticas a nivel internacional.
Palabras finales
Señor Presidente, con esta exposición espero haber mostrado cómo el Banco Central de Chile sigue cumpliendo con las responsabilidades que le asigna la ley, al mismo tiempo que avanza en su adaptación a nuevos desafíos y a la necesidad de mantener y enriquecer la confianza de la ciudadanía.
El Banco no tiene más agenda que las funciones y tareas encomendadas, pero estas son suficientes para motivar un esfuerzo continuo de mejora, que hoy toma especial relevancia.
Como mencioné en mi primera presentación a la Comisión de Hacienda en diciembre pasado, este año estamos realizando un ejercicio de planificación estratégica que nos permitirá establecer un marco de desarrollo institucional para los próximos cinco años. Para preparar este ejercicio se realizó una amplia consulta, que incluyó, entre otras cosas, cerca de cien entrevistas a referentes corporativos de la institución.
Aprovecho de agradecer a los Senadores y las Senadoras que respondieron nuestras preguntas.
Del proceso de planificación estratégica surgirá un conjunto de iniciativas que ayudarán al Banco a fortalecerse y mantenerse al día ante los nuevos desafíos de la economía y la ciudadanía en los próximos años.
Los ajustes al proceso de política monetaria que he presentado constituyen un anticipo del Plan Estratégico del Banco 2018-2022, pero espero hacer una exposición más completa de este con la presentación del IPoM de diciembre ante la Comisión de Hacienda.
Mientras el Banco Central de Chile cumple estrictamente con las responsabilidades que le entrega la ley, también trabaja para hacerse cargo de los desafíos del mañana. Para nosotros, la autonomía institucional representa una base desde la cual podemos movilizar nuestros recursos para cumplir con estándares cada vez más elevados de eficacia, eficiencia y transparencia.
Del mismo modo en que muchas de las prácticas actuales han surgido de acuerdos pasados del Consejo, estamos hoy trabajando para fijar los nuevos estándares con los cuales queremos ser evaluados en el futuro.
La autonomía institucional debe ser vista como un factor que, en lugar de aislar al Banco del resto del país, lo hace particularmente responsable de ser proactivo en responder a sus necesidades. Lo importante es que la respuesta del Banco a los nuevos desafíos sea oportuna, bien planificada y eficaz, recurriendo a la retroalimentación, la coordinación y la cooperación con otros actores.
En ese proceso el papel del Senado es fundamental. Es a través de esta Honorable Corporación que damos cuenta de nuestra gestión. El diálogo con el Senado es clave como retroalimentación de nuestro trabajo y como fuente de nuevos desafíos. Los cambios en curso agregarán nuevas oportunidades para fortalecer este vínculo. En particular, los ajustes en el proceso de política monetaria transformarán la actual presentación del IPoM a la Comisión de Hacienda o a este plenario en una sesión en la que los Senadores tendrán más espacio y tiempo para formular sus preguntas y comentarios.
Esperamos, del mismo modo, desarrollar mecanismos para una cuenta más exhaustiva de nuestra gestión, que abarque el conjunto de temas bajo la responsabilidad del Banco.
Por lo pronto, deseo agradecer su atención y quedo disponible para las consultas que los Honorables Senadores y Senadoras deseen realizar.
Muchas gracias.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- A usted.
Tiene la palabra el Senador señor García.

El señor GARCÍA.- Señor Presidente, en primer lugar, deseo agradecer tanto al Presidente del Banco Central como a su Consejera y sus Consejeros, al equipo directivo, por este Informe de Política Monetaria, que, como siempre, trae información relevante para los mercados, la cual también es muy útil para este Senado a la hora de adoptar decisiones económicas en distintas iniciativas de ley.
Quiero también señalar que valoro profundamente el estudio que se hace sobre el crecimiento tendencial de la economía chilena. Ya tendremos oportunidad de verlo más en detalle. Sin lugar a dudas, son materias técnicas, pero las considero muy muy importantes para poder definir los niveles de crecimiento alcanzables por nuestra economía en los próximos años; sobre todo, para determinar cuáles son los factores que debemos considerar y en los que nos tenemos que aplicar para que nuestras expectativas de crecimiento económico sean mejores.
Dicho todo ello, señor Presidente, deseo formular dos consultas.
La primera se refiere a la Tasa de Política Monetaria.
En el Informe se señala que los riesgos de inflación no han desaparecido. A pesar de que en estos momentos estamos con una inflación bajo el 3 por ciento -más bien, en torno a 2 por ciento-, ustedes dicen que en los próximos meses podrían haber nuevos brotes de aumento de precios, circunstancia que haría subir probablemente la inflación por sobre el 3 por ciento. Sin embargo, el mismo Informe señala -yo, por lo menos, así lo entiendo- que se requiere una política más expansiva, que necesitamos también fortalecer el tipo de cambio.
Entonces, la pregunta es cuál es el nivel de equilibrio. Porque, incluso dentro del propio Consejo del Banco Central se levantan opiniones -la del Consejero señor García, por ejemplo, ha sido pública- en el sentido de que debiéramos tener una disminución de la Tasa de Política Monetaria: de 2,5 -como está hoy día- a 2,25; en fin.
No voy a decir que el Informe es confuso, pero pienso que sería deseable que este Senado tuviera mayor claridad a ese respecto. Veo cierta contradicción: por un lado, se anuncia que la inflación puede aumentar -por eso ustedes son cautos en continuar bajando la Tasa de Política Monetaria- y, por otro, ustedes mismos señalan la necesidad de una TPM más expansiva.
Me gustaría que se precisara un poco ese aspecto.
La otra consulta guarda relación con algo bien importante que se nos viene en los próximos días, que es el Presupuesto de la Nación: quiero saber en cuánto estiman ustedes el crecimiento del gasto público, compatible con las metas de déficit fiscal, sobre todo estructural, para los próximos años.
¿Cuánto debiera ser el crecimiento del gasto público en el proyecto de Ley de Presupuestos para 2018?
Muchas gracias.

El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Prokurica.

El señor PROKURICA.- Señor Presidente, deseo agradecer y felicitar al Banco Central, a su Consejera y a sus Consejeros, por el Informe que nos han entregado hoy día. Me sumo a las palabras del Senador García para destacar la importancia que reviste el IPoM.
Quiero formular solo dos consultas.
En el inicio de este Gobierno hubo una diferencia respecto a la relevancia del crecimiento de la economía. Pareciera que el punto ya ha quedado despejado. Ello es fundamental.
En este Informe, como en los que ha presentado el ex Ministro de Hacienda en la Comisión Especial Mixta de Presupuestos, la minería aparece como un elemento central para mejorar el crecimiento. Sin embargo, si uno analiza la realidad de Chile, que ya era un país minero antes de que llegaran los colonizadores -lo es todavía y, gracias a Dios, lo va a seguir siendo por mucho tiempo más-, se da cuenta de que alrededor de 50 mil millones de dólares de inversión minera ¡está paralizada!
Entonces, quisiera preguntarles si han identificado cuáles son los elementos que producen esos cuellos de botella; qué medidas debieran adoptarse; si algunas de ellas son legislativas o no, y qué debiera hacerse para sacar adelante al menos parte de los proyectos que cumplan con la legislación vigente en materia medioambiental, en materia de pueblos indígenas, entre otras cosas.
En segundo lugar, ayer se realizó la interpelación al Ministro del Interior con relación al tema de la inmigración. Algunos ven dicho fenómeno solo como un problema, por los gastos que representa para el país en salud, en educación y en otras áreas. Ante ello, quiero consultar si el Banco Central ha identificado o medido cuál es el efecto positivo de la inmigración en la economía, tanto por aporte a la fuerza laboral como por la presencia de profesionales. Porque, además del gran número de trabajadores más bien básicos, también ha llegado una cantidad significativa de médicos, ingenieros, entre otros profesionales, quienes, a mi juicio, hacen una contribución a la economía.
Por lo tanto, deseo preguntar a los miembros del Consejo si coinciden en tal apreciación, si han medido ese factor y, en caso afirmativo, cuánto es ese aporte.

El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Montes.

El señor MONTES.- Señor Presidente, en primer lugar, quiero valorar este Informe, sobre todo porque contiene varios aspectos nuevos.
Por ejemplo, me parece muy interesante que haya un informe sobre el crecimiento tendencial. No alcanzamos a leerlo como para dar una opinión, pero destaco ese nuevo componente. Probablemente, el Banco dispone de bastantes análisis, incluso por sectores, en fin. Debe haber muchos más elementos en la información que está detrás de esto, y hay que estudiarlos.
Valoro mucho eso.
Estimo que es interesante también que no se redefina el crecimiento a la baja. ¡Imagino que el Senador Coloma quedó sin discurso...!

El señor COLOMA.- ¡Al revés: con mucho discurso...!

El señor MONTES.- Esta vez no hay redefinición de crecimiento a la baja, y esa es una buena noticia.
En todo caso, eso es algo que le toca al Senador Zaldívar. Abordar ese asunto en la Comisión de Hacienda ha sido distinto.
Hago presente que todas las modificaciones que está llevando adelante el Banco Central son interesantes, ya que buscan adecuarse a los nuevos tiempos.
Creo que también debiéramos pensar de otra manera nuestro debate: ver cómo contar con los antecedentes antes en el Parlamento para poder efectuar una discusión sustantiva. Tenemos que documentarnos. No se trata solo de reaccionar frente a un informe. Es preciso disponer del tiempo necesario para preparar los argumentos. Considerando que el Banco Central es un organismo con autonomía, lo lógico es que la instancia de deliberación política cuente con más tiempo y más elementos para hacer el debate de fondo.
Probablemente eso va a ir madurando hacia el futuro.
Yo quiero hacer dos preguntas.
La primera se refiere a la inversión: ¿qué pasa con ella, más allá de los antecedentes que nos presentaron?
No sé si existe algún análisis sobre inversión externa. Deseo saber qué está ocurriendo con la inversión extranjera en nuestro país ahora. Hablo de la que se produce en la minería y en otros sectores -eso explicaría buena parte de los problemas-, pero también de la inversión pública.
Para este año, se aplicó la opción presupuestaria de reducir la inversión pública en 3,7 por ciento, detrás de lo cual había un análisis donde el multiplicador fiscal de la inversión pública era bajo.
A mí me gustaría saber qué reflexión hacen ustedes, qué impacto ha tenido la caída presupuestaria de la inversión pública y, además, de la ejecución -pero este es otro tema- durante el año 2017 en lo que está pasando con la inversión.
Tengo claro que en el caso de la construcción, que es una inversión privada, la caída tiene una explicación clarísima: se anticipó la demanda y la oferta producto de una campaña con relación al IVA en la construcción, lo que afectó la actividad tanto el año pasado como este año. Pero no es eso lo que a mí me produce más inquietud, sino lo que está ocurriendo con la inversión externa y la inversión pública y qué efectos está produciendo dicha situación.
El Senador García planteó el tema de la caída del dólar y la implicancia que ello iba a tener para la inversión en determinados sectores. Creo que es una materia que a todos nos preocupa. No podemos seguir como ha sido siempre. Está claro que hay volatilidad en el dólar, pero es necesario saber qué está reflexionando al respecto el Banco Central. O sea, si vamos a seguir igual, con el tipo de volatilidad actual, o si es posible pensar en otras formas de enfrentarlo.
El nuevo Ministro de Economía ha sido bien enfático. Es un punto que viene preocupando desde hace rato a varios economistas, como Ricardo Ffrench-Davis y otros. Y hay que encararlo, porque no puede someterse a esta volatilidad la inversión, particularmente en agricultura y en otros sectores.
El segundo tema guarda relación con los informes de las clasificadoras de riesgo Standard & Poor's y Moody's. En ambos nos bajan la clasificación de riesgo y nos ponen al nivel de Japón, bastante agrandados. Un primer argumento que se señala en los dos casos es el lento crecimiento del producto. Y el otro es el rápido crecimiento del endeudamiento, pero no del nivel de endeudamiento, lo cual es bien paradojal. O sea, no se cuestiona el nivel de endeudamiento sino su ritmo de crecimiento.
Por consiguiente, me gustaría saber si han tenido algún debate -seguramente sí- sobre esa materia, que tiene mucho que ver con el tema presupuestario para el próximo año y con el tipo de crecimiento que puede haber del gasto, etcétera, particularmente de la inversión.
De partida, quisiera saber cuál es el concepto de endeudamiento que usan ustedes, porque uno es el que emplea el Fondo Monetario Internacional (me refiero al endeudamiento neto) y otro es el que a veces usan las clasificadoras de riesgo. No sé qué activos consideran para establecer el neto de endeudamiento.
Hemos avanzado rápido y tiene una explicación. Estamos en torno al 20 o 24 por ciento. Los países europeos están en el 90 o 100 por ciento, e incluso algunos están sobre el cien por ciento del PIB.
Nosotros, comparativamente, estamos en un bajo nivel de endeudamiento con América Latina y otros lados.
Es un tema que a lo mejor obliga a pensar que debemos replantear el ajuste fiscal en función de asegurar una política anticíclica de otras características.
Por eso, me gustaría saber qué piensan con respecto a dicha materia.
En todo caso, valoro esta actitud de innovación del Banco Central, de tratar de ponerse al día, de incorporar nuevas informaciones, de modificar la metodología al presentar el informe. Y yo reitero que esto debiera ir acompañado de un cambio en la forma como nosotros, el Parlamento y particularmente el Senado, nos insertamos en este debate, porque se supone que la autonomía no es autonomía de las instancias de deliberación en términos de las orientaciones básicas. ¡Debe haber debate, y esa responsabilidad no solo es de ustedes, sino especialmente de nosotros!
Gracias.
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El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Quiero aprovechar de saludar a la delegación del liceo municipal Indira Gandhi de La Florida que hoy nos visita en las tribunas del Senado.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
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El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- A continuación, puede usar de la palabra el Senador señor Larraín.

El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, también me sumo al reconocimiento que merece el Banco Central por el informe presentado, como siempre muy serio, completo, riguroso y que nos ayuda a entender un poco el cuadro de nuestra economía y sus proyecciones futuras.
A pesar de que el hecho de que la economía no siga cayendo tiene muy contento al Senador Montes, quiero manifestar mi preocupación frente a lo que indica tanto el informe como la proyección de mediano plazo contenida en el estudio de crecimiento tendencial, que sitúan el crecimiento de la economía chilena para los próximos diez años en torno al 3 y 3,5 por ciento.
Entiendo que en los últimos cuatro años hemos estado entre 1,5 y 2 por ciento, que es un nivel de mediocridad completa. Ahora, instalar un escenario de entre 3 y 3,5 por ciento para la década que viene representa una mediocridad más normal, pero sigue siendo un crecimiento mediocre.
A diferencia del Senador Montes, a mí eso no me produce entusiasmo: me produce preocupación, porque ese nivel de crecimiento no responde sino a una mantención de la inercia de la economía y, por tanto, la posibilidad de cruzar el umbral del subdesarrollo continúa siendo una tarea pendiente.
Entonces, yo me pregunto qué se advierte en el análisis de los factores que nos hace temer que nuestra proyección de crecimiento del PIB sea tan modesta. Yo echo de menos -cuestión que comparto con el Senador Montes- un estudio más completo del factor de la inversión en el informe que aquí se ha presentado.
A mi juicio, es un tema muy importante, en la medida en que la inversión ha sido un elemento flojo en el último tiempo. No hemos tenido una inyección de inversión, lo que significa que no hemos tenido una inyección de optimismo ni de confianza, sobre todo en materia de inversión externa. Y depender solo de la inversión pública, gracias al esfuerzo que a veces se ha realizado desde el punto de vista de la política del actual Gobierno, me parece completamente limitante. Si no hay un verdadero crecimiento, la posibilidad de que la inversión pública sea relevante para mejorar la situación de la economía del país es contradictoria. No va a llegar a puerto.
Por lo tanto, quisiera saber si en esta materia existe algún elemento mayor, de relevancia, que nos pudiera indicar el Banco Central a través de su Presidente.
Un segundo elemento que también considero importante evaluar y tener a la vista es el nivel de endeudamiento adquirido por el sector público. No tenemos todos los datos, pero este ha crecido en los últimos años y me parece que igualmente constituye un factor relevante, pues dice relación con un gasto público que no ha sido bajo, sino, por el contrario, más bien mayor en relación con las posibilidades que la economía permitiría enfrentar, lo cual se ha traducido, para llenar los vacíos que han quedado, en un aumento del endeudamiento fiscal.
De cara al futuro, uno se pregunta qué pasará, por ejemplo, en el proyecto de Ley de Presupuestos de este año; cuál será el nivel de expansión; cuál será el nivel de aumento del gasto salarial; cuál será el reajuste del sector público, y cuál debería ser el incremento del gasto presupuestario para determinar si el peso del Estado o mochila fiscal constituye también un elemento que no contribuye a cambiar el cuadro o escenario futuro de crecimiento de nuestra economía.
Finalmente, deseo poner especial énfasis en el tema de la confianza.
Tengo la impresión de que las encuestas de tendencias advierten una cierta asociación de la confianza con los próximos resultados políticos como factor que ayuda a mejorar las expectativas, versus el pasado, donde, si miramos para atrás, no veo la misma confianza, porque precisamente las políticas seguidas han sido contrarias al sentimiento ciudadano. Por ejemplo, las principales reformas impulsadas por el actual Gobierno han merecido un rechazo en las encuestas y, por ende, se han convertido en un elemento que ha incidido en la confianza de los actores para lograr un mejoramiento más sustancial en el funcionamiento de nuestra economía.
Si esos factores políticos cambian, es probable que las expectativas mejoren y se recupere la confianza.
Por eso, me gustaría saber cuál es la apreciación que tiene el Banco Central sobre este diagnóstico, específicamente en cuanto a la incidencia futura de la confianza en el mejoramiento de las condiciones económicas y en qué medida los tres factores a que me he referido (inversión, endeudamiento público y gasto fiscal, y confianza) pueden ayudar a cambiar el mediocre y sombrío panorama económico que se ofrece para la década, de acuerdo con los estudios que hemos conocido.
Gracias.

El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Coloma.

El señor COLOMA.- Señor Presidente, quiero agradecer al Banco Central, a su Presidente y a sus consejeros, por el análisis entregado y por su permanente labor y espíritu de mejoramiento.
Yo valoro mucho su informe. Es imposible leerlo en tan poco tiempo, pero no me cabe duda de que para quienes tienen como preocupación fundamental la proyección de la economía que efectúa el Instituto Emisor, su nuevo estudio "Crecimiento tendencial: proyección de mediano plazo y análisis de sus determinantes" será un instrumento muy positivo. Tal como aquí se dijo -y está presente el Jefe de Estudios del Banco Central-, hay hacia delante seis meses de trabajo, lo cual es muy valioso y ayuda a tener mejor información.
Incluso, creo que las distintas formas con que se han ido exponiendo los IPoM hacia delante ayudan también a mejorar el nivel o el grosor de la información, lo que colabora en la toma de decisiones adecuadas en el ámbito público.
A continuación, quisiera tocar en forma breve algunos de los temas que me nacen de esta presentación.
Lo que indicó el Senador Lagos no me inhibe de mi percepción permanente. Claramente, nadie puede afirmar que este es un IPoM para ir a la plaza Italia, como planteó el Presidente de CODELCO, porque sería un exceso. Lo único que nos está indicando este informe es que el piso subió a 1.25 -antes era 1- y que el techo sigue siendo el mismo: 1.75.
No es algo maravilloso, pero está bien. Lo valoro.

El señor LAGOS.- ¡Hay que sacar serpentinas...!

El señor COLOMA.- A quienes quieren sacar serpentinas del otro lado, les quiero decir que no lo amerita.
¡Podrán dejar de lado los pañuelos, pero no sacar serpentinas...!

El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Ruego evitar los diálogos y a Su Señoría le pido dirigirse a la Mesa.

El señor COLOMA.- Entonces se lo digo a usted, señor Presidente: no es hora de sacar serpentinas, aunque pueden guardar los pañuelos.
Ahora, no sé cuánto de eso -el Senador Larraín hizo una reflexión bien valiosa en ese sentido- tiene que ver con las expectativas futuras de un cambio de gobierno. Puede que aquello influya en la confianza, influya en el espíritu, influya en las ganas de que el país funcione mejor, lo cual sería muy deseable. Es difícil medirlo a estas alturas, considerando además que el Banco Central no es muy expansivo en ese tipo de apreciaciones, pero lo planteo como un comentario que puede ser relevante.
Con respecto al crecimiento, la pregunta es obvia: ¿por qué no crecemos más? Ya lo hemos planteado en otras ocasiones.
El Ministro Eyzaguirre dijo que había "mala pata". Yo no sé si al final la economía dependa de una "buena pata" o "mala pata", aunque reconozco que es una nueva forma de analizarla. Creo que más bien tiene que ver con otros indicadores. Sin embargo, sería interesante conocer la opinión del Ministro en esa línea.
Mi segunda pregunta dice relación con el empleo. Alguna referencia ya se hizo en este aspecto.
Si bien el empleo se mantiene en un rango parecido al del trimestre anterior, aunque ahora es un poquito inferior, lo cierto es que ello tiene que ver, básicamente, con el empleo por cuenta propia. Y el aumento del empleo asalariado se debe, fundamentalmente, al incremento del empleo asalariado público.
Me gustaría saber qué estimaciones hay respecto de cómo van a evolucionar esos dos elementos, porque, si el nivel de empleo va a depender simplemente del rol que juegue el Estado, la situación es más compleja. Tal vez podría hacerse una profundización en tal sentido.
El tercer punto corresponde al tipo de cambio. Y aquí me pongo el sombrero del mundo que represento: la Región del Maule.
Tiene que ver con el cobre, tiene que ver con distintas lógicas, pero es posible que la apreciación de la moneda genere, en un momento determinado, algunas dificultades en nuestra vocación exportadora.
Yo recuerdo el IPoM de hace unos nueve meses. En esa oportunidad, cuando estábamos con un dólar 5 o 6 por ciento más alto que el de ahora, se afirmó que aquel era un valor superrazonable para efectos de importaciones y exportaciones y que daba cierta estabilidad, considerando -y yo lo sé- que las monedas flotan.
Según el cuadro correspondiente, si bien en todos los lugares se observaba una apreciación de las monedas locales, en Chile dicho fenómeno era un poquito mayor. Por eso, me gustaría saber qué podría estar influyendo para que sea mayor que en el resto de los países que producen commodities.

El señor LAGOS.- ¡Mayor confianza en la economía chilena!

El señor COLOMA.- ¿Confianza futura?
El Senador Lagos, señor Presidente, plantea que puede deberse a una mayor confianza futura. Es una buena explicación, pero me gustaría más una respuesta de la autoridad económica: qué se podría esperar y hasta dónde sería posible que se dieran rangos que inquietaran las exportaciones no mineras, porque mi impresión es que el sector minero, por precios, por eficiencia, pero particularmente por precios, tiene una defensa mayor.
No tengo tan claro si vamos a repetir escenarios o si la idea es prevenir escenarios más complejos con una tasa de cambio que vaya disminuyendo la capacidad exportadora no minera.
Quisiera saber cómo ve la situación el Banco Central, que algo tiene que decir en esta materia.
La cuarta consulta, señor Presidente, apunta a la clasificación de riesgo de la deuda soberana.
Finalmente, se concretaron los temores de una rebaja en la clasificación de riesgo de la deuda soberana.
¿Qué relevancia tiene ello en materia de tasas? ¿Se ha observado algo en el último tiempo? ¿Cómo ven las autoridades del Banco Central ese indicador?
Entre el IPoM anterior y el de ahora, se aprecia una diferencia. Y por eso es importante saber cuál es el efecto de aquello y si los consejeros lo ven como un asunto preocupante. Ahora, si tuviera algún efecto, sería útil contar con la información.
Por último, voy a plantear la misma pregunta que hicieron un par de Senadores, pero de una forma distinta.
Hace exactamente un año, el Presidente del Banco Central de la época, don Rodrigo Vergara, fue consultado por el suscrito respecto de la misma materia que voy a plantear ahora: cuál es la expansión de gasto razonable -lo estoy diciendo con las mismas palabras que utilicé en su momento- para la Ley de Presupuestos 2017, ahora 2018. Lo único que cambia en la pregunta es el cuándo.
Lo vuelvo a consultar porque el Banco Central entregó una respuesta. A diferencia de lo que algunos podrían suponer -"si bien es cierto, no es menos cierto", porque es bastante complicado el rol que cumplen los consejeros-, en su minuto el Instituto Emisor dio un batatazo, por así decirlo, que fue muy bien evaluado por todos los analistas en cuanto a tener vocación de otorgar una señal que puede ser inspiradora para el resto de los factores que influyen en la Ley de Presupuestos.
Así que, señor Presidente, con el antecedente de que una pregunta equivalente ya fue respondida hace exactamente un año, quiero reiterar la misma consulta, cuya respuesta sería muy útil para el Parlamento.
He dicho.
El señor PROKURICA.- ¡Se ve que no ha cambiado su discurso, señor Senador...!

El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Chahuán.

El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, Honorable Sala, deseo agradecer el informe que rindió el Presidente del Banco Central y formular algunas preguntas.
En lo fundamental, me gustaría saber si es posible responsabilizar de la precariedad de la fuerza laboral que hemos visto en el último tiempo a la reforma laboral.
Hemos visto efectivamente que las tasas de desempleo se han contenido, pero también un aumento del empleo por cuenta propia. De acuerdo con informes elaborados por la propia Universidad de Chile, existe una precarización del empleo y un bajo monto en los ingresos.
Por lo tanto, quisiera saber si la reforma laboral podría tener algún grado de responsabilidad en la precariedad de la fuerza laboral que se observa.
Otro punto que deseo plantear se refiere a la inversión interna.
El Senador Carlos Montes fue uno de los mayores impulsores y rasgó vestiduras por el tema del IVA en la construcción. Por lo mismo, me gustaría saber si en la baja inversión que se visualiza en el rubro inmobiliario tuvo o no un impacto decisivo el IVA en la construcción.
Considero importante el asunto porque, viendo esas cifras, seguramente el Senador Montes podrá corregir su posición pues, sin lugar a dudas, siempre hay que anteponer el interés superior del país.

El señor MONTES.- ¿Le puedo contestar, señor Presidente?

El señor CHAHUÁN.- Después, señor Presidente, en otra sesión.
Luego, hay un tema bastante complejo que dice relación con el frenazo de la inversión extranjera, en que hemos llegado a niveles históricos, con la excepción de determinada área donde pudimos hacer prospectiva, como en las energías renovables no convencionales, sector en que se estableció una agenda 20-50, y donde efectivamente hay metas, plazos, objetivos, y se generó cierta dosis de confianza.
En el resto, yo insisto -en la línea que señalaba el Senador Larraín- en la preocupación respecto de la confianza, que es determinante.
Hoy día en nuestro país hemos quebrado el sentido de comunidad. Solo un 13 por ciento de los chilenos confía en su vecino.
Esa desconfianza interpersonal se ha transformado también en una desconfianza sobre la conducción económica del país.
En ese contexto, pregunto: ¿qué podemos hacer, desde el punto de vista de las políticas monetarias, para ir produciendo confianza?
Finalmente, estoy convencido de que tenemos que hacer un cambio sustantivo desde el punto de vista del modelo de desarrollo que tiene el país. Chile no puede seguir siendo un país extractivista, sino que debe convertirse en un país que genere procesos continuos de agregación de valor.
Por lo mismo, hemos insistido en aumentar el presupuesto en ciencia, tecnología e innovación. De hecho, estamos propiciando, desde la Comisión Desafíos del Futuro, la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Creemos que un país que invierte 0,34 a 0,40 por ciento del PIB en innovación, efectivamente ha quedado atrás.
Y, en ese contexto, claramente debemos imitar a lo menos el ejercicio de Argentina o Brasil, que destinan el uno por ciento del PIB, o de la OCDE, que alcanza a 2,5 por ciento, y por qué no a Corea del Sur, que bordea el 5 por ciento. Eso implica generar procesos continuos de agregación de valor. O bien, podríamos imitar el ejercicio de países afines como Nueva Zelandia o Australia, que no solamente han dejado de exportar minerales, sino que ahora exportan minería, en un proceso de internacionalización y de Know How.
Y, finalmente, por supuesto que nos preocupa el tema de la clasificación de riesgo y quisiera saber cómo lo ven ustedes en términos de la creación de confianza.
Yo diría que un aspecto determinante es cómo somos capaces de establecer como país -me gustaría conocer la opinión de ustedes- espacios institucionales para el diálogo, más allá de esta exposición del IPoM en el Congreso Nacional, destinados a generar condiciones para volver a la senda del crecimiento económico a la que Chile aspira.
Pensamos que contentarse en los próximos 10 años con un techo de crecimiento del 3 al 3,5 por ciento resultaría claramente insuficiente considerando la posición que queremos tomar como país en el futuro.
He dicho.

El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Lagos.

El señor LAGOS.- Señor Presidente, quiero saludar al Consejo y al Presidente del Banco Central.
En verdad, no tengo muchas preguntas que hacer, pero sí un par de reflexiones que surgen del informe, y otras a partir de las intervenciones de mis colegas.
Primero, creo que nuestra convivencia con un Instituto Emisor autónomo -lo dice el informe en alguna parte- fue un proceso complejo de asimilar. Porque el diseño y la intención eran razonables, pero estaba presente no sé si el susto o el temor del origen de esa propuesta. Y hubo que testearla a partir de la transición a la democracia.
Yo, como alguien que se siente de centro-izquierda, pienso que el rol que ha jugado el Banco Central en estos años ha sido positivo y que se ganó un espacio desde el punto de vista de su autonomía e institucionalidad.
Quiero valorar lo que hemos dicho en otras oportunidades y la información que se plantea respecto a la periodicidad para revisar la política monetaria, de doce a ocho sesiones, y contar con un sistema distinto.
Y sería bueno que el Presidente del Banco Central profundizara ese punto para que quedara claro que se van a reunir los consejeros del Banco Central, tendrán un debate y van a tomar una decisión. Será una discusión más larga, formalmente hablando -de un día a un día y medio-, y habrá una comunicación muy rápida respecto a la decisión que se adopte. Y, a partir de ahí, habrá un espacio en que van a concurrir a este Senado a conversar sobre este tema, pero con la información ya más madurada, más procesada. Ello va a provocar, además, un debate en los medios de comunicación, entre los expertos, los académicos, los actores económicos.
¿Qué quiero decir con esto? Que considero sano ese procedimiento. Sin embargo, hay que anticiparse a que será más debatido, más opinable.
Lo quiero destacar, pues me gusta que suceda eso, como también considero valiosos los esfuerzos que se hicieron en la Administración pasada para introducir materias -lo hemos dicho como diez veces-, como las relativas al ámbito energético, que generaron debate.
Y más relevante fue cuando el Banco Central puso una luz sobre la evolución de los precios en el mercado inmobiliario en algunos sectores de Chile, lo cual provocó cierta tensión pública y derivó en el cambio en su política crediticia que debieron hacer algunas instituciones. Y, en definitiva, hubo una suerte de, no quiero decir correcciones, pero sí de ciertas preocupaciones que ayudaron.
Y lo anterior -a eso quería llegar- no estaba en el rol del Banco Central en el año 90. Esto significa que esta institución autónoma, que tiene flexibilidad, se pone a tono con lo que ocurre en nuestra sociedad y coloca temas, que -en mi ignorancia, obviamente, hablo solo por mí- yo no pensaba que pudiera abordar en su oportunidad. ¡No obstante, lo hizo!
Y ahora tenemos este debate.
¿Y por qué lo saco a colación? Porque no es indiferente que ustedes tomen sus decisiones. En efecto, ahora hemos visto que no siempre son unánimes. Durante una época -puedo estar equivocado- las decisiones sobre la política monetaria eran, en general, de mucho debate, pero casi todas las decisiones se adoptaban por unanimidad en el Consejo. Ahora no siempre es así.
Creo que es sano que así ocurra. Porque refleja, o distintos criterios técnicos, o distintos elementos que se quieren priorizar en algún minuto, o que técnicamente se da más peso a unas variables que a otras, desde el punto de vista de su impacto.
Porque, al final, con mucho cariño, no se trata de una ciencia exacta.
En consecuencia, hay un espacio para que gente que ha ido a las mismas universidades, a algunos colegios muy parecidos, tengan opiniones distintas.
Eso ha ocurrido y ocurre hoy día en el mundo. Y por eso me gusta.
El debate que tuvo lugar en Europa después de la crisis del 2008-2009 respecto al rol de la política fiscal y monetaria -lo mencionó el Senador Carlos Montes hace poco-, en cuanto a cuál es el rol anticíclico que hay que jugar, ha estado presente.
O lo que ocurre en Estados Unidos -lo digo con gran respeto-, en el sentido de que cada vez que habla la FED provoca un tema. Y este se politiza, en el buen o mal sentido.
Entonces, creo que el punto referido a hacia dónde va el Banco Central -no se trata de politizarlo- debería generar un debate más fuerte.
Y ahí quiero volver a la reflexión de mis colegas. No cuesta nada festinar todo lo que hacemos acá, algunos somos los reyes de la chirigota.
Solamente quiero recordar -y entiendo el problema de las confianzas, no soy leso-, que el Consejo señaló -y aquí hay varios consejeros que estaban presentes- que en el segundo o el tercer trimestre del 2012 ya había comenzado la desaceleración de la economía chilena.

El señor COLOMA.- ¡Y siguió...! ¡Se acentuó...!

El señor LAGOS.- Y ahí empezó -lo digo con respeto- la preocupación del Senador Coloma, que planteaba: "cada vez que viene el Banco Central hay una corrección a la baja".
¡Sucede que él se entusiasmó con la del 2014 en adelante...!
Lo que quiero decir es que hay temas internos, pero hay uno externo, porque esto comenzó antes y hay otras razones. Ahora, escuché razones increíbles en el sentido de que esto comenzó el 2012 porque se preveía que podía ganar la Presidenta Michelle Bachelet.
Yo encuentro que eso es una exageración, para ser franco.
Sí, hay elementos internos. Y los voy a abordar.
Si yo realizo reformas estructurales en un país que viene funcionando de cierta forma, muy probablemente voy a provocar ruido. Sí, ¡voy a provocar ruido!
Si tengo un sistema laboral en el cual los trabajadores que van a huelga son reemplazados, quien toma las decisiones respecto a esa negociación colectiva sabe lo que va a ocurrir. Y ahora es distinto.
Sí, eso puede generar ruido.
En todo caso -y aprovecho de responder, por su intermedio, señor Presidente, al Senador Chahuán-, me parece difícil que el deterioro y la precariedad del mercado laboral se puedan atribuir a la reforma laboral cuando esta todavía no entra en vigencia, salvo algunas escasas disposiciones.

El señor CHAHUÁN.- ¡Las expectativas!

El señor LAGOS.- La precarización del mercado laboral -no me interrumpa, Senador- viene de antes, cosa que no me alegra porque quiero abordar la depreciación del mercado laboral.
Entonces, achacar esos problemas a la reforma laboral significa caer nuevamente en un cosismo que no se hace cargo de que para que la reforma laboral tenga ese impacto en el mercado primero tendría que estar implementada. Sin embargo, por más que esta se absorba antes, no es así.
Esos son los tipos de temas que hacen que ese argumento se destruya.
Sin embargo, si estamos de acuerdo en realizar reformas estructurales, yo puedo preguntar entonces si con el ahorro que genera Chile a través del mecanismo de fondos de pensiones, que es muy bueno para ahorrar recursos, para invertirlos y obtener una buena rentabilidad -eso no está en discusión-, se pueden pagar buenas pensiones.
En consecuencia, si voy a introducir reformas en ese ámbito, ciertamente tengo que hacerlo con delicadeza y con cuidado, porque genero cambios. Pero no por eso dejaré de hacerlo si quiero pagar buenas pensiones. Podemos discutir el tipo de proyecto.
Me cuesta creer que después de que alguien intervenga estructuralmente variables muy profundas en una economía eso no provoque un impacto.
La pregunta es si el signo de esa reforma a mediano o largo plazo va a ser positivo o negativo, o si había una forma menos traumática de hacerlo.
Entonces, cuando escucho que el problema radica en las confianzas y algunos le echan la culpa a las reformas, yo deduzco que lo que se va a hacer es poner marcha atrás.
En consecuencia, ¿se volverán a reemplazar trabajadores en huelga en Chile? Yo no quiero creer eso.
El Senador Chahuán me dice que no. ¡No lo diga, menos en campaña, Senador...! ¡Estamos a 70 días de la elección...!

El señor CHAHUÁN.- Eso no va a pasar, colega.

El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Evitemos los diálogos, señores Senadores.

El señor LAGOS.- Creo que hay que ser muy cautos o decidir que se va a dejar sin efecto la gratuidad.
¡Claro! Si el sistema venía funcionando de una forma -la provisión mixta y con subsidios- y hoy día se reemplaza el copago, ¿eso va a tener un impacto? ¡Sí! La pregunta es si ese impacto es justificado o no.
Y lo más importante: esas reformas no obedecen al capricho de un gobernante o de algunos que tienen mayoría esporádica. Yo siento que son cambios necesarios, y hay que convivir con la capacidad de hacer cambios que van a generar una modificación.
Por último, señor Presidente, algo notable.
En el estudio sobre crecimiento tendencial se señala que en el aporte del trabajo al crecimiento del PIB -desde lo iletrado que es uno en esta materia- se incorpora el factor de los migrantes y que la inmigración va a aportar 0,1 puntos porcentuales. Se dirá que es muy poco, pero es lo mismo que aportarán las mujeres al mercado laboral.
Entonces, siento que esto es un notición desde el punto de vista de que pasa a ser estadísticamente significativo lo que hacen los migrantes en el mediano plazo hacia delante.
Y nuevamente quiero felicitar al Banco Central. Esto va a generar un debate. Este informe dice que los inmigrantes aportan al crecimiento de la economía chilena. Eso no estaba en los libros. Porque otros, cuando hablan de inmigrantes, los asocian con la delincuencia. ¡Y se tienen que desdecir después...!
Entonces, mi visión es distinta.
El informe dice que los inmigrantes pueden ser una contribución al crecimiento de la economía chilena.
Este es el tipo de debate, señor Presidente, que, según la nueva manera de trabajar del Banco Central, cuando venga la próxima vez -no serán los mismos consejeros; entiendo que el señor Sebastián Claro no va a estar, por lo cual aprovecho de agradecerle y felicitarlo por su labor- y como esto se va a comunicar antes...
Como dice el Senador Quintana, ¡tal vez algunos de nosotros tampoco...!
Es posible, pero por razones distintas. En el caso del consejero es un asunto institucional; en el nuestro obedece a que la gente puede decir otra cosa.
Entonces, siento que este tema va a ser objeto de un debate distinto, que lo hará más opinable. Y tendremos que venir todos más preparados, porque va a venir una carga.
Aquí nos enteramos del informe, nos llega el día anterior, uno puede olfatear algo, pero reaccionamos sobre el momento.
Habiendo transcurrido 24 horas después de conocer un informe de esta naturaleza -por no decir una semana-, creo que vamos a tener mucho más material para poder discutirlo.
Muchas gracias, señor Presidente.
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El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Aprovecho de saludar a dos parlamentarias provenientes de Suecia que se encuentran en las tribunas: las señoras Monica Green y Gunilla Svantorp.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
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El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor García-Huidobro.

El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- Señor Presidente, en primer lugar, saludo al Presidente y al Consejo del Banco Central.
Agradezco la exposición que ustedes han hecho y les deseo el mayor de los éxitos, porque al país le va a ir mejor si realizan lo que la economía necesita y, por lo tanto, valoro su trabajo.
Es obvio que los integrantes del Consejo del Banco Central son objeto de una designación bastante semejante a los del Tribunal Constitucional, aunque un poco distinta. Y es una institución cuyo esfuerzo y trabajo llevado a cabo durante bastantes años todos los sectores reconocen.
Me habría gustado el mismo reconocimiento al Tribunal Constitucional, pues son instituciones muy importantes para la estabilidad política, social y económica del país.
En segundo término, señor Presidente, algunos colegas han tocado ciertos temas que son fundamentales. Y creo que debiéramos consultarle al Presidente del Banco Central acerca de la productividad en nuestro país.
Posiblemente, uno de los problemas más serios que tenemos es el de la productividad.
Me da la impresión de que en el estudio que nos entregaron hay un elemento que ha profundizado esta situación. Y ojalá pudiéramos obtener una respuesta más concreta, porque un país que carece de productividad tanto laboral como económica en comparación con la de otros países, la verdad es que permanentemente se aleja de las expectativas y de lo que queremos como nación.
Con respecto a la situación del Ministerio de Relaciones Exteriores, en el día de ayer aprobamos la idea de legislar para modernizar la inserción de Chile en el mundo por intermedio del organismo encargado para ello, que es el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Debo recordar que solamente 0,6 por ciento del Presupuesto se entrega a dicha Cartera, en circunstancias de que lo que necesitamos es un país mucho más activo dentro del mundo globalizado en que estamos viviendo.
No quiero consultarles acerca de los recursos que se destinan al Ministerio de Relaciones Exteriores, pero sí cómo ustedes ven la inserción de Chile y cómo podemos hacerla de la manera más eficiente, más activa y más realista en el mundo cada día más cambiante que estamos viviendo.
En cuanto a la situación de la minería, el Senador Prokurica ya la planteó. Me parece fundamental ratificar que Chile es un país minero, un país que posee un potencial agroalimentario fundamental.
Creo que esos son los dos polos de desarrollo más relevantes con los que contamos.
Bien dice el Informe del Banco Central -y lo han expresado también CODELCO y otras instituciones vinculadas a la minería como SONAMI, etcétera- que la baja de la ley en el cobre es un problema complejo que va a significar cada día mayores costos no solamente económicos, sino también medioambientales, en el transporte.
Si nosotros no tenemos la posibilidad de contar con refinerías o fundiciones en nuestro país, la verdad es que estaremos entregándoles a otros países la capacidad de agregar ese valor que nosotros tanto necesitamos.
Desgraciadamente, no hemos hecho las inversiones correspondientes en refinerías y en fundiciones.
En el caso de CODELCO se van a inyectar más de 1.200 millones de dólares que lo único que harán será enchular lo que existe, pero no nos va a poner al día con las exigencias medioambientales y con las de la economía mundial.
Asimismo, quiero consultarles cómo ven la situación...

El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Terminó su tiempo, señor Senador.

El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- ¿Me da un minuto más, señor Presidente?

El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Conforme.

El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- Muchas gracias, señor Presidente.
Decía que quiero consultarles cómo ven la situación de la minería y, tal como plantearon algunos señores Senadores, el problema del tipo de cambio.
Y mi última consulta dice relación con el escenario geopolítico que estamos viviendo hoy día en el mundo.
¿Cómo ven ustedes la reacción que puede darse entre Corea del Norte y Estados Unidos, y la grave amenaza del uso de bombas atómicas que existe en el mundo? ¿Cómo analizan lo que pueda ocurrir ante una eventual situación de esa naturaleza?
He dicho.

El señor MONTES.- ¿Me permite una aclaración, señor Presidente?

El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Cómo no, señor Senador.

El señor MONTES.- Señor Presidente, quiero aclarar brevemente un tema respecto del cual fui interpelado en la Sala.
Creo que el Senador Chahuán confunde las cosas.
Hay dos tipos de discusiones sobre el IVA a la construcción. Una se refiere al IVA a los insumos y otra al IVA a la venta, que va desde la inmobiliaria al consumidor.
La discusión que ha habido no se refiere a los insumos, sino al IVA desde la inmobiliaria al consumidor. Porque este impuesto siempre existió desde la constructora hacia la inmobiliaria, pero había mucha evasión. Por eso se aplicó también a la segunda operación. A partir de ahí se montó una campaña publicitaria que no tenía mayor fundamento, pero cuyo efecto fue generar demanda. Y hasta la Asociación de Bancos cuestionó el argumento esgrimido por la Cámara Chilena de la Construcción.
Aclaro esto porque, a mi juicio, el Senador Chahuán está bastante confundido. Lamentablemente, en este momento no se encuentra en la Sala para haberle respondido de forma directa.
Gracias, señor Presidente.

El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Presidente del Banco Central.

El señor MARCEL (Presidente del Banco Central).- Muchas gracias, señor Presidente.
Voy a tratar de cubrir lo más posible todas las preguntas que se formularon, las cuales son, por supuesto, numerosas y bienvenidas.
Parto refiriéndome al comentario que efectuó el Senador Lagos Weber en cuanto a que los ajustes en el proceso de política monetaria van a generar un mayor espacio de discusión entre los Senadores y el Consejo del Banco Central. Quiero ser claro en esto: es algo que estamos buscando con este cambio. Ello no nos preocupa. Al contrario, nos parece propio de nuestra responsabilidad de dar cuenta por lo que hacemos el hecho de sostener una discusión lo más completa posible con los parlamentarios. Así que ese debate es algo esperado, y trataremos de prepararnos de la mejor manera para cuando empecemos a aplicar el nuevo esquema.
Ahora vuelvo al orden de las preguntas planteadas.
En primer lugar, me referiré a las consultas del Senador García.
Quizás se ha generado un poco de confusión respecto del balance de riesgo de inflación y las decisiones de política monetaria. Lo que se señala en el informe es un riesgo a la baja de la inflación, no al alza. Por lo tanto, existiendo ese riesgo a la baja, dentro del escenario base se contempla un impulso monetario similar al actual. Pero de materializarse ese riesgo a la baja, la política monetaria podría hacerse algo más expansiva que lo previsto. Ese es el mensaje que se entrega en el informe.
Ahora bien, es importante que entendamos todo esto con el desfase que tiene. Es decir, si hoy día la inflación subyacente es del orden de 2 por ciento, ello no constituye una sorpresa, porque lo previmos hace varios meses, por lo menos dos IPoM atrás. Y, justamente, la política monetaria se volvió más expansiva, con una rebaja de tasa de política monetaria de 100 puntos base durante la primera mitad del año, a fin de que esta desaceleración de la inflación no se profundizara en el tiempo. Y ahora vemos, en cierta medida, cómo esa política monetaria está teniendo efectos, porque está contribuyendo, entre otras cosas, a que la economía o la demanda vaya recuperándose en el tiempo. Y a medida que vamos avanzando en el ciclo y extendiendo el impacto de esa política monetaria expansiva, ello también se irá reflejando en los precios.
Pero el riesgo que se menciona -repito- es a la baja. Es decir, hoy día estamos con una tasa de política monetaria bien calibrada para el escenario base; pero, si se materializara dicho riesgo, podemos ser algo más expansivos en la medida que influya sobre la probabilidad de alcanzar la meta de inflación de 3 por ciento en el plazo de 24 meses.
A la vez, el Senador García consultó acerca del crecimiento del gasto público. Y me parece que también preguntó por ello el Senador Coloma.
En el análisis macroeconómico incorporamos los supuestos sobre lo que será el comportamiento de las finanzas públicas para los próximos años. Y para eso estimamos cuál sería el efecto de aplicar la regla fiscal que está siguiendo el Gobierno. En particular, el Ejecutivo se ha comprometido a reducir el balance estructural en 25 puntos base cada año, o sea, un cuarto de punto anualmente, medido con los mismos supuestos estructurales.
La traducción precisa de eso, en términos de gasto, es algo que genera el Ministerio de Hacienda, el Gobierno. En la proyección de los ingresos hay una serie de variables que como Banco Central no manejamos. Como algunos de nosotros hemos trabajado en esos temas, sabemos que aquí hay un análisis muy micro, en que se debe ir impuesto por impuesto viendo cuál será el comportamiento.
Sin embargo, para tener simplemente un orden de magnitud, entendemos que lo que sería compatible con esta regla fiscal aplicada al próximo Presupuesto sería un crecimiento del gasto del orden de 3 por ciento real. Por supuesto que ese es un orden de magnitud, y le corresponde al Gobierno, cuando ingrese el proyecto de Ley de Presupuestos, definir su magnitud específica.
Respecto a la consulta del Senador Prokurica, debemos tener claro que la inversión en la minería ha seguido el ciclo de los precios del cobre. Por lo tanto, la inversión minera tuvo una baja muy pronunciada, que ya se extiende por cuatro años. Eso se encuentra ligado a la dinámica de este mercado, fenómeno que se ha repetido también en otros países productores del metal rojo.
En cuanto a las nuevas inversiones, deseo simplemente hacer un planteamiento más general.
Nosotros miramos la inversión en términos más bien agregados. Pero, a mi juicio, debemos tener claridad respecto de dos elementos.
En primer término, para que la economía chilena retome tasas de crecimiento más altas es necesario que aumente la inversión, la cual ha estado cayendo, no solo en minería, sino también en otros componentes. Por ello, es importante que esa inversión se vaya recuperando.
En segundo lugar, la recuperación de la inversión en magnitudes importantes, para las características de la economía chilena, involucra grandes proyectos de inversión, en minería, en energía -como ya se mencionó-, en infraestructura (a ello hizo referencia el Senador Montes). Es decir, la inversión no se puede recuperar solo en base a pequeños proyectos, sino que requiere también proyectos de mayor envergadura.
Eso es algo que tenemos que poder ver en los próximos meses y años. Así, en cuanto a las cifras en el corto plazo, para 2018 suponemos un crecimiento de la inversión, que vuelve a crecer en términos agregados. Y a plazos más largos, como en el ejercicio que hemos planteado para producto tendencial, requiere volver a tasas de inversión sobre producto similares a las que tuvimos históricamente. Y eso involucra no solo proyectos pequeños, sino también proyectos más grandes.
En cuanto al tema de la inmigración, efectivamente no se le había dado mayor atención en los análisis sobre crecimiento potencial o tendencial en Chile. Ese elemento se está convirtiendo en un factor importante, y ha contribuido al crecimiento de otros países.
En el caso de Chile, la inmigración adquiere relevancia, porque en los próximos años, por la propia transición demográfica, se irá produciendo una desaceleración y, eventualmente, un decrecimiento de la población en edad de trabajar. ¿Cómo se puede compensar eso? Con una mayor tasa de participación de las mujeres en el mercado laboral remunerado; con un flujo de migración que aporte a la fuerza de trabajo, y, por supuesto, mediante el incremento del capital humano.
Por su parte, el Senador Montes consultó en particular sobre la inversión externa, materia a la que también se refirieron los Senadores Prokurica -en relación con la minería- y Chahuán.
En los últimos años, la inversión externa ha sido relativamente baja. Y eso, en buena medida, está asociado al hecho de que una gran proporción de dicha inversión en Chile es canalizada hacia la minería. Esta representa alrededor de 80 por ciento de la inversión externa en nuestro país. Por lo tanto, la inversión extranjera ha seguido el comportamiento de la inversión en el sector minero. En consecuencia, no resulta extraño que haya estado decreciendo. Entonces, yo diría que ese es probablemente el factor dominante.
En cuanto a la inversión pública, si uno mira el Presupuesto vigente para el año 2017, hubo una disminución de la inversión directa del sector público compensada con un incremento en las transferencias de capital a las empresas públicas. Sin embargo, esa inversión directa registró un decrecimiento en términos de su trayectoria en el tiempo. Hubo un aumento muy importante el año 2015, decreció el 2016 y ha experimentado un decrecimiento algo menor en escala durante este año.
Aun así, es importante que tengamos en mente que la inversión pública, particularmente la formación bruta de capital fijo del Gobierno central, representa alrededor de un 10 por ciento de la formación bruta de capital en el conjunto de la economía. Por lo tanto, la incidencia de esta caída de la inversión pública existe, por lo menos en la formación bruta de capital fijo en la inversión total. En consecuencia, hay un impacto negativo, pero es relativamente acotado.
En cuanto al tipo de cambio e inversión, en general uno supone que las decisiones de inversión no se toman con el tipo de cambio spot, del momento, sino observando el conjunto del período de maduración y operación de las inversiones. Por consiguiente, es difícil ver una relación entre esas dos variables. Hay, por supuesto, otras decisiones que pueden depender del comportamiento del dólar en plazos más cortos.
Ahora bien, debemos tener en cuenta que la evolución del tipo de cambio en Chile depende fundamentalmente de lo que ocurre con dos variables que nosotros no controlamos: una es el valor del dólar multilateral y otra es el precio del cobre. Esas dos variables explican alrededor de tres cuartas partes de las variaciones en el tipo de cambio del peso contra el dólar.
Hoy día estamos en una época quizás distinta a la de hace algunas décadas, en que había muchos tipos de cambio fijo en el mundo, en que los mercados, los commodities no siempre operaban como activos y en que tal vez las cosas se relacionaban de otra manera. Pero actualmente en los tipos de cambio en el mundo, y particularmente en el comportamiento del dólar multilateral, es un factor fundamental en términos de explicar la evolución y la volatilidad del tipo de cambio en Chile.
¿Cómo han respondido el sector productivo y el sector exportador frente a esta situación?
Con la adopción de una política de flotación cambiaria en Chile a comienzos de la década del 2000, se ha ido desarrollando poco a poco un mercado de derivados cambiarios que ha ido creciendo de manera muy significativa.
En la última década prácticamente se han triplicado los seguros cambiarios que contratan las empresas. Si uno mira sus balances, ve que esos derivados cambiarios son mayores incluso que el descalce entre activos y pasivos en moneda extranjera. Es decir, las empresas están sobreaseguradas respecto de una devaluación. Eso ha ido generando mecanismos que amortiguan el efecto productivo de las fluctuaciones cambiarias en plazos más cortos.
En cuanto a la clasificación de riesgos, debemos tener claro que es fundamentalmente un análisis focalizado en el riesgo de la deuda soberana y que de ahí se extiende a los costos financieros para otras actividades que se generen en el país.
Como ustedes saben, en los últimos meses dos clasificadoras han reducido en un escalón la clasificación de la deuda de Chile y una ha cambiado a una perspectiva negativa. Los análisis estadísticos más generales, más allá de nuestro país, indican que una reducción de un escalón en la clasificación de riesgo significa un aumento de entre 10 y 15 puntos básicos de costo de financiamiento.
¿Cuánto de eso se ha dado en Chile a raíz de estas modificaciones en la clasificación de riesgo? No lo sabemos. Hay cambios que se pueden haber producido de manera adelantada desde el momento en que había una perspectiva de reducción; otros pueden operar de manera diferida. Pero lo que debemos tener claro es que no podemos suponer que los cambios en la clasificación de riesgo no tienen ningún efecto sobre las condiciones financieras que enfrenta la economía chilena.
En cuanto a la relación con el endeudamiento, efectivamente, es un factor que ha sido mencionado por estas clasificadoras cuando han hecho las modificaciones de su calificación. En este sentido, por supuesto, es muy distinto mirar la economía chilena en términos de deuda bruta, que es del orden de 21 por ciento del producto, vis a vis deuda neta, que es del orden del 1 por ciento del producto. Lo que explica la diferencia entre deuda bruta y neta en nuestro caso son fundamentalmente los fondos soberanos que posee el Estado. Sin embargo, lo que ocurre es que no siempre estas clasificadoras lo consideran porque suponen que el grado de liquidez de estos activos no es significativo y que, por lo tanto, frente a cambios en las condiciones económicas no pueden necesariamente girarse estos recursos.
Uno puede tener opiniones distintas respecto de la situación de los fondos soberanos en Chile, pero simplemente explico cómo funcionan los análisis de estas clasificadoras.
Se preguntaba por qué en nuestro caso esto es algo importante en circunstancias de que hay países más desarrollados con tasas de deuda sobre el producto sustancialmente mayores, de 80 hasta 100 por ciento del producto en términos de la relación de deuda pública a producto. Desgraciadamente, lo que aquí ocurre es que nuestra moneda no es un activo financiero internacional, como sí ocurre con el dólar, el euro o el yen. Por lo tanto, el soporte que tiene nuestra moneda en los mercados financieros es muy diferente. Y todos los análisis que se han realizado históricamente sobre sostenibilidad de la deuda siempre han hecho notar una diferencia entre países emergentes y países más desarrollados, particularmente los que emiten estas monedas de reserva.
Hay otros casos, como el de Japón, donde además existe un mercado interno por la deuda pública que es muy significativo. En nuestro país hay un mercado, porque los fondos de pensiones invierten en deuda pública chilena, pero no de la magnitud que existe en otros países.
Respecto de la preocupación que manifestaban el Senador Larraín y otros Senadores -me parece que también el Senador Chahuán- por el rango de crecimiento tendencial de 3 a 3,5 por ciento, yo quisiera ser claro en esto.
En primer lugar, cuando uno analiza este rango de crecimiento en relación con otros países, cómo estaban otras economías más desarrolladas en nuestro nivel de ingreso per cápita, lo que uno puede concluir es que este es un rango de crecimiento que se encuentra más o menos alineado con el ingreso per cápita que tenemos hoy día.
¿Por qué eso es menor que en los años 90?
Fundamentalmente porque producto de la inversión que se fue efectuando a través de los años, producto de la transición demográfica, etcétera, hoy día nos cuesta más crecer.
Por ejemplo, con los mismos niveles de inversión, si tenemos un mayor stock de capital, debemos dedicar una fracción más elevada de la inversión a reponer capital.
Tenemos una fuerza de trabajo más envejecida o que se va a ir reduciendo.
Entonces, dichos factores inciden sobre lo que es posible pensar en términos de crecimiento tendencial.
Hemos de tener claro que para llegar a ese ritmo de crecimiento tendencial todavía nos falta.
Hoy estamos con tasas de crecimiento, para este año, de entre 1,25 y 1,75. Para el próximo año serán de entre 2,5 y 3,5.
Entonces, para acercarnos a esa tasa de crecimiento tendencial, una de las cosas importantes que debemos hacer es recuperar la inversión.
Por otra parte, como mencionamos hace un momento, ese rango de crecimiento tendencial supone un aumento de la participación de las mujeres en el mercado del trabajo remunerado; significa una continuación de las tendencias de la inmigración que hemos tenido. Es decir, ello incluye una serie de supuestos sobre hechos que deberían ocurrir, que no están lejos de nuestro alcance, pero que no se hallan cien por ciento asegurados.
Ahora, hablar de un rango de 3 a 3,5 por ciento no significa que sea nuestro techo absoluto, no implica que no podamos pasar de ese nivel. Pero para poder hacerlo, según indica el estudio sobre crecimiento tendencial, tenemos que aumentar el ritmo de crecimiento de nuestra productividad. Y, a tal efecto, dicho estudio aporta un conjunto de antecedentes que hasta el momento no están en el análisis sobre tales temas en Chile.
En particular, el referido trabajo contrasta las estimaciones de productividad que surgen de análisis estadísticos macroeconómicos con evidencias macroeconómicas sobre el comportamiento de las empresas.
Lo que ahí se observa, en primer lugar, es que tenemos una dispersión muy grande de productividad entre las empresas, aparte una brecha de productividad con respecto a países más desarrollados; y luego, que, en términos de cómo puede evolucionar la productividad dentro del sector productivo, es importante generar condiciones para que haya innovación a través de la entrada de empresas más competitivas, de la salida de aquellas que no son productivas y del crecimiento de las empresas a lo largo del tiempo.
Todos esos elementos son relevantes si queremos apuntar al logro de un crecimiento tendencial que supere el mencionado rango.
O sea -repito-, no es un techo absoluto, no se trata de un imposible, pero se requiere un esfuerzo significativo y sistemático a lo largo del tiempo.
En cuanto a las cuestiones vinculadas con las confianzas y la situación política, al menos técnicamente, no existe un análisis.
Yo, simplemente, quiero destacar lo siguiente.
En primer lugar, hoy día se observa una brecha entre la evaluación de las personas sobre su propia situación y la evaluación de las empresas acerca de su propia situación, la cual es importante en cuanto a cómo estas perciben la situación del país. O sea, las personas son más pesimistas respecto de la situación del país que de su propia situación. Y esa brecha se ha ido ampliando en el tiempo.
Por otro lado, vemos que, en términos de confianza de los consumidores, llevamos algo menos de un año con mejoras sistemáticas.
Siempre estamos en terreno pesimista. Pero ha habido una mejora gradual que es importante hacer notar, la cual se ha prolongado durante varios meses.
En el caso de las confianzas en las expectativas de las empresas, ello ha sido más variable. Sin embargo, también puede observarse algún mejoramiento.
El Senador Coloma preguntó por qué no se crece más.
Yo considero importante relacionar esa pregunta con los cambios registrados en el entorno externo.
Uno podría preguntarse por qué no crecemos más si el precio de la libra de cobre está en 3 dólares, si nuestros socios comerciales tienen una mejor perspectiva de crecimiento.
Ante todo, aquí hemos de tener claro que algunas de esas cosas operan con cierto rezago.
Lo más inmediato dice relación con las condiciones financieras.
Si hoy día existen para los créditos hipotecarios tasas de interés que se encuentran en mínimos históricos; que han bajado 50 puntos base desde el año pasado; que han seguido la evolución de la tasa de política monetaria, es porque las condiciones financieras externas han sido favorables para Chile.
Entonces, hay en eso un efecto.
Actualmente existen condiciones financieras muy favorables no solo porque la política monetaria ha sido expansiva y la tasa de política monetaria es baja, sino también porque los mercados externos no han puesto presión sobre nuestras tasas de interés, al alza.
En el caso de la actividad minera, sabemos que ella depende mucho de sus inversiones. Las empresas mineras no retienen producción; en general, producen todo lo que pueden.
En consecuencia, el efecto de un mejor precio del cobre sobre la producción minera va a estar asociado a una reactivación de las inversiones en el sector.
Por último, en el resto de los sectores exportadores, si bien durante la primera mitad del año no apreciamos mayor dinamismo -incluso, vimos una caída de las exportaciones-, es importante hacer notar que en los últimos dos meses sí hemos estado observando un crecimiento significativo de las exportaciones, tanto de las industriales como de las mineras.
Por supuesto, deberemos ver si dicha tendencia continúa. Pero podríamos decir que ya hay alguna manifestación de ese mayor dinamismo externo, que, como decía en la presentación, estamos incorporando sobre todo en nuestras proyecciones para el próximo año.
El Senador Coloma consultó también en cuanto al tipo de cambio, a la calificación de riesgo soberano y a la expansión del gasto público para el 2018, aspectos a los cuales ya me referí.
El Senador Chahuán preguntó sobre la precarización del empleo y el eventual efecto de la reforma laboral.
Aquí debemos observar que, ciertamente, ha habido una preocupación por la evolución particularmente del empleo asalariado.
Por supuesto, existe una diferencia importante entre empleos asalariado y no asalariado. En el IPoM anterior incluimos un recuadro donde mostramos las diferencias de remuneración por hora entre empleos asalariado y no asalariado, así como la diferencia en horas trabajadas. Sumadas ambas cosas, daban una diferencia del orden de 40 por ciento en ingresos entre trabajadores asalariados y no asalariados.
Sin embargo, considero relevante hacer notar que desde ese momento -es decir, en los últimos tres meses-, claramente, el empleo asalariado ha retomado cierto dinamismo y el empleo no asalariado ha reducido su ritmo de crecimiento. Sigue siendo más importante, sin duda.
Más aún, en el caso del empleo asalariado, si bien ha habido un impacto significativo de él en la Administración Pública o en lo que los encuestados declaran como "Administración Pública", cuando uno saca Administración Pública todavía observa un crecimiento del empleo asalariado en el resto de la economía.
Asimismo, en el IPoM anterior realizamos una comparación histórica en términos del peso relativo del empleo no asalariado en el empleo total, y vimos que no era significativamente superior a sus promedios históricos.
Más precisamente, estimo útil hacer notar, en cuanto a la evolución del empleo asalariado, que desde el inicio de la actual fase del ciclo hemos tenido, me parece, solo dos meses en los cuales él decreció. O sea, el empleo asalariado tuvo un crecimiento importante más o menos hasta comienzos del año pasado; a partir de ese momento empezó a desacelerar; tuvo un par de meses negativos, y hoy día está creciendo nuevamente.
¿Por qué ocurre eso? En nuestra visión, al menos según antecedentes que hemos dado en otros IPoM, porque en el mercado del trabajo hay un grado significativo de movilidad.
Respecto a la dinámica de la actividad de la construcción, debo decir que, efectivamente, hubo un miniciclo, el cual estuvo motivado por el comienzo de la aplicación del IVA a la venta de casas y departamentos. Eso generó una aceleración en las ventas de viviendas, que luego tuvo como contraparte una caída, la que se prolonga por más de un año.
Sin embargo, ello no significa un descenso permanente en la actividad de la construcción. Hay un ciclo dentro de otro. Y observamos, por ejemplo, que el crédito hipotecario, después de desacelerar desde un ritmo muy alto que tuvo hasta comienzos del año pasado, hoy se encuentra relativamente estabilizado en tasas de crecimiento de entre 5 y 7 por ciento anual. Es decir, sigue habiendo un dinamismo del crédito hipotecario.
Sobre la inversión en investigación y desarrollo no es mucho lo que podemos decir. Solo llamamos la atención en el sentido de que en las cuentas nacionales se han actualizado las estimaciones de inversión en ambas áreas. Y es importante mirar los números revisados. Por supuesto, eso no hace una diferencia material en la comparación con economías más dinámicas; pero resulta aconsejable trabajar con cifras más actualizadas.
En cuanto a las preguntas del Senador Lagos, ya me referí a la discusión en torno a los Informes de Política Monetaria.
Su Señoría hizo referencia a si había o no unanimidad en las decisiones del Consejo del Banco Central.
Sobre ese punto, quisiera mencionar tres cosas.
Primero, en Chile las decisiones del Consejo del Banco Central sobre política monetaria no siempre se han adoptado por unanimidad. Muchas veces ha habido votos divididos.
En otros países del mundo aquello es aún más regular.
A modo de anécdota, puedo contar que en las reuniones de bancos centrales me he encontrado varias veces con una Consejera del Bank of England que lleva cerca de un año votando en minoría para subir la tasa de interés.
Entonces, el que existan votos divididos no es algo inusual, extraño.
Más aún, es importante tomar en cuenta que, cuando la economía está teniendo una trayectoria mucho más fácil de discernir -ya sea porque está creciendo de manera sistemática o porque se halla en una recesión y, entonces, hay que reaccionar con rapidez, pues se trata de períodos en los cuales está planteada la posibilidad de un cambio de tendencia, pero que todavía no se manifiesta con claridad en los números, y en que las decisiones de política monetaria deben tomarse sobre la base de un horizonte de mediano plazo y no en función de los últimos números-, es natural que existan distintas interpretaciones sobre la dirección hacia la cual está apuntando la economía o acerca de la oportunidad para tomar decisiones de política monetaria.
Eso es algo que no debe sorprendernos ni complicarnos.
Con relación a las preguntas del Senador García-Huidobro, ya me referí al estudio sobre productividad.
La inserción internacional de Chile, por supuesto en términos de los análisis sobre crecimiento tendencial, de alguna manera se refleja en la productividad total de factores.
Ahora, como señala Su Señoría, la baja en la ley del mineral en la industria del cobre, particularmente, es significativa.
Por eso es importante separar los recursos naturales del resto de los sectores productivos al momento de estimar crecimiento tendencial, pues son dos dinámicas bien diferentes.
Hoy las compañías mineras han estado haciendo esfuerzos por aumentar eficiencia, reducir costos, mejorar sus márgenes. Aparentemente, están logrando ganancias de productividad; pero parte significativa de ellas va a compensan el efecto de la caída de la ley del mineral, que es parte del desarrollo minero.
Por último, el señor Senador hacía referencia a la situación geopolítica.
Es una preocupación. Está mencionado en nuestros escenarios de riesgo. Pero lo que ocurre es que al tipo de situaciones a las que nos enfrentamos hoy día -conflictos de proporciones difíciles de dimensionar- simplemente el mercado no logra ponerles un precio.
Son escenarios muy extremos en términos de sus posibles desenlaces. Se trata de situaciones relativamente imprevisibles en términos de su evolución. Entonces, resulta difícil darles una traducción económica.
Para todo el mundo, es una preocupación que va mucho más allá de la economía. Lo mencionamos en nuestro balance de riesgos. Pero asignarle una ponderación, una magnitud es muy complejo. Y, ciertamente, los mercados no lo están haciendo hoy.
Señor Presidente, creo que he cubierto la mayor parte de las preguntas que se me hicieron. Si alguna quedó en el tintero, con gusto la responderé.

El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Pizarro.

El señor PIZARRO.- Señor Presidente, a propósito de la última intervención que escuchamos, debo señalar que hay una preocupación lógica por la situación que se ha generado en Corea del Norte, Japón, Estados Unidos, Rusia, China.
Tal vez en nuestra área la reacción de los mercados no es rápida. Pero, sí, se tiene que estar generando algo en Estados Unidos, o en el propio Japón, o en China. Porque si hay un conflicto, de cualquier nivel, se registra una situación de incertidumbre y de desestabilización demasiado grande.

El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el señor Presidente del Banco Central.

El señor MARCEL (Presidente del Banco Central).- Señor Presidente, evidentemente, las dimensiones y la dinámica de dicho conflicto son difíciles de prever.
¿Cómo nos puede afectar?
Aquí aprovecho de hacer referencia a algunos comentarios de prensa que sugieren que aquello podría estar beneficiando al precio del cobre.
En verdad, se trata de un conflicto en el cual un actor importante es China. Y China es un mercado muy significativo para nuestras exportaciones mineras.
Por lo tanto, cualquier efecto negativo de tal situación en la economía china es más probable que tenga un efecto negativo que positivo sobre el precio del metal rojo.
Como señaló el Senador Pizarro, dicha área geográfica tiene relevancia económica para nosotros, y particularmente para nuestras exportaciones de cobre.
En consecuencia, ese es un canal relativamente obvio a través del cual aquello nos podría llegar.
Ahora, como no sabemos de qué manera va a evolucionar el referido conflicto, resulta difícil asignarle alguna escala o magnitud.

El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Creo que todos estamos muy de acuerdo en que ha sido muy provechosa esta sesión, durante la cual hemos conocido tanto el informe del Instituto Emisor cuanto las respuestas dadas a las preguntas formuladas por diversos señores Senadores.
Expresamos nuestro agradecimiento al señor Presidente del Banco Central.
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El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Habiéndose cumplido su objetivo, se levanta la sesión.
--Se levantó a las 13:33.
Manuel Ocaña Vergara,
Jefe de la Redacción